lunes, 31 de diciembre de 2007

I have a dream


Tolerancio ha tenido un sueño.

No habría sido posible sin la espantada escenificada tan elocuentemente por los diputados nacionalistas ante la exposición a favor del bilingüismo escolar del profesor Francisco Caja. Sus señorías no quisieron saber nada, ni siquiera malgastaron su precioso tiempo atendiendo nuestra queja, nuestro lamento. Nada nos darán, de modo que no tenemos otro remedio que tomar con la mano aquello que pretendemos porque es nuestro y nadie tiene derecho a privarnos de ello. No nos dejan más salida que ésa. Hemos de recuperar ese derecho arrebatado injusta, arbitrariamente, aún al precio de poner mala cara y provocar roces y desencuentros.

Los ciudadanos hartos del monolingüismo impuesto por las administraciones gestionadas por los nacionalistas en sus diferentes combinaciones o avatares -primero por CiU en solitario y luego con el respaldo puntual del PP y ahora por el tripartito capitaneado por el PSC- han decidido al fin romper su silencio y promover acciones y campañas encaminadas a trasladar el bilingüismo real de la sociedad a los distintos ámbitos institucionales donde el idioma español ha sido proscrito por un supuesto baldón histórico, una incomprensible culpabilidad o porque es simplemente un estorbo para ajustar sus planes prefabricados de construcción nacional, de monolitismo social y cultural -a los que deben contribuir disciplinadamente los medios de comunicación en opinión reciente del señor Iceta para ahormar la población a los mensajes y consignas del catalanismo, sucedáneo que vale por nacionalismo-.

Los ciudadanos hartos del monolingüismo promovido por los nacionalistas han decidido que el idioma español debe estar en las aulas porque es digno de estar en ellas, porque aún hoy es idioma oficial en todo el territorio nacional, porque es el idioma materno de muchos catalanes que también pagan impuestos para costear la educación pública, porque es uno de los idiomas más importantes del mundo y sobre todo porque ésa es su voluntad, porque lo quieren así y no hay que dar explicaciones… es más, porque darlas significa que conviene sustentar esa reivindicación en unos razonamientos, que sin una motivada argumentación es una petición polémica, discutible, ubicada en los límites de lo opinable y por ello hay que justificarla, y por eso, con un afán edificante verdaderamente cándido y conmovedor, acuden prontos a recopilar cuantos informes técnicos, elaborados por sesudos expertos que avalan la necesidad de instruir a los niños en su lengua materna, caen en sus manos. Quieren la escolarización bilingüe ya y sin dar más explicaciones, porque cuando las dan, los nacionalistas y su tropa auxiliar, la sonderkommandía de la izquierda traidorzuela, se niegan a escuchar y atender. Porque eso se acabó y ya no hay marcha atrás.

Y ese afán por dirimir el problema en el ámbito civilizado del debate es la mitad del error, porque no son los ciudadanos partidarios del bilingüismo quienes deben racionalizar lo que es evidente trasladando su lógico y legítimo enojo a la consideración de unas instituciones regentadas por mayorías parlamentarias conformadas en Cataluña según un modelo de nacionalismo tentacular, transversal, que todo lo impregna -del que se desentiende un 45% de la ciudadanía en las elecciones de ámbito regional- sino que las explicaciones, si las tienen, las han de dar aquellos que niegan un derecho tan obvio que no necesita justificación. Quieren que les digan mirándoles directamente a los ojos y sin largarse por la puerta de atrás, por qué sus hijos no pueden estudiar en la escuela en uno de los dos idiomas oficiales. Y esa necesidad discursiva de convencer al contrario, a la autoridad castradora, es un error porque lo cierto es que no hay nada que debatir. Sólo deben repetir lo que quieren. Y quieren que sus hijos estudien, cuando menos, la mitad de sus materias escolares en español.

Nunca más prestarán oídos a quienes les amenacen con supuestos riesgos de fractura social. ¿Qué fractura social puede haber en que un niño estudie los filósofos presocráticos o el aparato digestivo de los batracios en español? ¿Qué fractura social ni qué niño muerto? Y si se derivasen indicios de fractura social por esa causa ya se las ingeniarán para desfracturarse acudiendo ellos, o mejor los agentes del nacionalismo prohibicionista, pues la enfermedad -mental- la padecen estos últimos, al desfracturador colegiado especialista en consensos sociales. ¿Quiénes son para prevenir nuestras hipotéticas -e indemostrables fracturas- y ponerles remedio violentando nuestros derechos?
O esa milonga o la de los guetos. A otro perro con ese hueso. Que la escolarización en español crearía guetos, dijo un diputado de la mayoría castradora, de ICV, o de ERC, PSC o CiU, qué más da, tras consultar su adivinatoria bola de cristal de húngara de feria. El único gueto que hay, un gueto silencioso e íntimo, sin apreciables distinciones en la indumentaria como sucedía antaño con los hebreos, es el de la no promoción profesional y social de quienes no disponen del nivel C de catalán. Gueto que han erigido los nacionalistas y su tropa auxiliar pasito a pasito desde hace 30 años. Que se metan sus riesgos de fractura social y sus guetos donde les quepan.

Este es el sueño:

Los teletipos echan humo. Varios medios informativos cubren la manifestación. Los nacionalistas, confundidos, creyendo que la resistencia había sido completamente anulada, aniquilada, que todos los catalanes habían interiorizado la incapacidad del idioma español como transmisor de conocimientos académicos en el ámbito docente, restan importancia a la convocatoria por la educación bilingüe y anuncian como respuesta una manifestación multitudinaria, que lo será sin duda, promovida por el gobierno regional, manoseando con anuncios institucionales los medios de titularidad públicos, bajo el lema Defensem el català.

Pero no han podido impedir que se rompa el silencio, que los apestados salgan en procesión de sus catacumbas. Que la cantinela mil veces repetida aquí no hay ningún problema ya no sea un muro inexpugnable, un muro de contención para acallar disidencias. Al fin hay problema porque los leprosos del bilingüismo se han decidido a sacarlo de paseo, a que se airee para no apolillarse para siempre en el armario de la prudencia domesticada. Porque solo pueden solucionarse los problemas que se visualizan como tales, es decir, como problemas, como conflictos. Solo pueden repararse las injusticias que cobran cuerpo y forma. Porque al fin, junto a conferencias casi clandestinas y junto al impecable estudio de un sesudo experto en la materia transformado en un artículo en la poca prensa no intervenida que queda hay un megáfono y una pancarta y la determinación de quienes la sostienen.

Varias asociaciones partidarias del bilingüismo escolar e institucional han sumado sus pocos medios y muchos esfuerzos, respaldadas en esta ocasión por grupos políticos con representación parlamentaria favorables a la igualdad jurídica efectiva de los derechos políticos y civiles de todos los ciudadanos amparados en la aún vigente Constitución española, y han convocado una manifestación en Barcelona por el derecho a elegir lengua escolar, reuniendo nada más y nada menos que a unas 1.500 personas, según la Guardia Urbana, 3.000 según los organizadores. La manifestación ha transcurrido sin registrarse graves incidentes a pesar de los insultos recibidos durante el recorrido por grupúsculos de exaltados catalanistas. Algunos transeúntes sorprendidos, no muchos a decir verdad, admirados de la escena y avisados que no se trataba de un montaje del espacio televisivo Cámara oculta decidieron sumarse a la marcha.

La manifestación ha tenido lugar el 23 de marzo de 2008, evento que pasará a la historia como el inicio de la primavera bilingüe de Barcelona. Quedan lejos las acciones heroicas y desangeladas de un puñado de 30 resistentes repartiendo octavillas. En esta ocasión las dieron también, pero redactadas en varios idiomas para advertir a los numerosos turistas que visitan nuestra ciudad de los execrables abusos que perpetra el nacionalismo identitario hegemónico en Cataluña.
Hemos sabido que preparan nuevas acciones. Que pretenden encerrarse en una parroquia, como hicieran en su día los sin papeles, aún a riesgo de ser desalojados por la policía -aunque les da igual pues los abogados afines al no nacionalismo les prestarán asistencia letrada gratuita, y, total, por una cosa así tampoco los van a fusilar- o excomulgados por el párroco catalanista de turno a las órdenes del cardenal Martínez -pero eso también les resbala, pues aquellos activistas con sensibilidad o creencias religiosas ya han previsto, en ese caso, abrazar el credo copto o el rito ortodoxo bizantino-. Planean también huelgas de hambre y otros actos de resistencia pacífica, pero no han trascendido más detalles de sus futuras acciones.

I have a dream.

Tolerancio ha tenido un sueño. Por los altavoces del equipo de sonido de la manifestación suenan las notas de un viejo, de un antiquísimo espiritual, We shall overcome. Es un sueño del que no quisiera uno despertar. Pero sabe Tolerancio que esto no durará siempre. Que algún día los niños podrán estudiar en español en la escuela con naturalidad, sin que a nadie le salgan las tripas, y que muchos que miraron en su día para otro lado dirán que siempre defendieron el bilingüismo. We shall overcome. Venceremos.
Feliz Año Nuevo.


miércoles, 26 de diciembre de 2007

Diputados miedosos que no holgazanes


Desde Roma


No es necesario desplazarse hasta el Bundestag para dar con un parlamentario holgazán y más vago que la chaqueta de un guardia. Hemos sabido que el tataranieto del Mariscal de Hierro von Bismarck, diputado del CDU por la circunscripción de Schsleswig-Holstein, ha sido desposeído de su acta por los órganos disciplinarios de su propio partido a causa de un absentismo continuado. El descendiente de tan distinguido linaje adujo en su defensa un persistente y asaz molesto dolor de espalda que le impedía cumplir con sus obligaciones, exactamente la misma excusa que arguye usted para eludir las obligadas visitas familiares a casa de su suegra. Disponemos, a eso vamos, de muy recientes y más cercanos ejemplos.

El pasado miércoles, día 19 del corriente mes de diciembre, se presentó en el parlamento regional de Cataluña una iniciativa legislativa a favor del bilingüismo escolar avalada por más de 50.000 firmas. El profesor Francisco Caja, de Convivencia Cívica Catalana, entidad promotora de la campaña, debía exponer sus puntos de vista ante el pleno convocado a un acto que habría de ser solemne, como todos, claro es, pues supuestamente se escenifica en el hemiciclo el busilis de la política representativa, la delegación de la llamada soberanía popular, pero en este caso especialmente por tratarse de un novedoso registro de la vida parlamentaria. Sólo que el pleno no fue tal por el masivo abandono de escaños, urdido entre bastidores, en cuanto el ponente tomó la palabra.
Leemos en la crónica periodística que sólo 11 de los 70 diputados que respaldan al gobierno tripartito permanecieron en su puesto de trabajo, ausentándose concertada y cobardemente todos los demás.

No nos consta que el presidente del parlamento, señor Benach, que dijera en su día, con una mueca más falsa que un duro sevillano, aquel flatus vocis de hablando se entiende la gente, tras mantener una entrevista con el ciudadano Juan Carlos -latiguillo que repiten como un eco, sin cesar, palanganeros de muy distinto pelaje para justificar, por ejemplo, las reuniones en Perpiñán, y otros lugares, con terroristas-, llamara al orden por su precipitada huida a la recua de diputados sino tránsfugas, fuyentes o fugados. Ignoramos si incluso el interfecto, señor Benach, cuyo primer acto institucional fue recibir a una delegación de familiares de presos etarras, abandonó también su asiento presidencial al cundir entre los diputados tan pésimo ejemplo para la ciudadanía.

Asistido por la razón el tribuno invitado, señor Caja, pero no por el parlamento en sentido estricto, sino por las 50.000 firmas que presentó en su día, replicó muy gráficamente que cuando se trata de hablar o negociar con terroristas, no se produce una desbandada similar y que incluso los hay que suben al coche oficial para tomar unos vinitos con tan eximios interlocutores.

Es cosa segura que el abandono de la sede parlamentaria no obedeció a un salpullido colectivo de inmoderada holgazanería, sino a la aversión que al catalanismo en su conjunto -PSC, ICV, ERC y CiU- le provoca cualquier motivada apelación al bilingüismo escolar e institucional. Les da la erisipela en cuanto alguien les dice que el idioma español es el idioma materno de la mitad, aproximadamente, de los catalanes, y que, aunque fuera sólo de una décima parte, esa minoría habría de tener garantizado el derecho a escolarizar a sus hijos en ese idioma o cuando menos mediante una fórmula horaria, paritaria, que respetase el bilingüismo real de la sociedad y que, además, ese derecho está recogido en nuestro ordenamiento jurídico y constitucional, no existiendo un solo lugar en el mundo en que un idioma oficial en todo el territorio de la unidad política considerada sea excluido de ámbitos de tan capital importancia como la educación o las relaciones de las administraciones con los ciudadanos, que son votantes y contribuyentes.

Pero lo cierto es que les aterra, no quieren que nadie les mente la bicha por miedo y mala conciencia pues saben que la política lingüística practicada en Cataluña es un atropello colectivo aunque especialmente a los derechos de cientos de miles de ciudadanos -cierto que consentido por los sucesivos gobiernos centrales- aunque la mayoría de esos ciudadanos, acomplejados o persuadidos por la propaganda permanente, aún no se atrevan a expresarlo en esos mismos términos. Y que esa supina injusticia, ese atropello indefendible, es la piedra angular del llamado proceso de construcción nacional. Sin la sistemática y premeditada exclusión del castellano de la escuela -a pesar de las recomendaciones de la UNESCO a favor de la escolarización de los alumnos en su lengua materna, es decir, lo que reclamaban los criptocatalanistas durante el franquismo, ni más ni menos-, de la vida institucional y de la cultura subvencionada no puede subsistir la trola, el enlabio, la artificiosa pero efectiva milonga nacionalista.

Los diputados estaban advertidos de qué les diría el tribuno y no les gustó la letra de la canción y en lugar de asistir a pie firme a la exposición de sus argumentos optaron por poner pies en polvorosa. Nos dirán que a todos a una les dio un apretón, una de esas intoxicaciones masivas por culpa de una ensaladilla rusa en mal estado. Sus señorías olvidaron que por estar ahí se les paga un sueldo, bastante jugoso por cierto, y que su pechar diario consiste en asistir a debates, aunque la materia tratada no sea de su agrado. Es su trabajo. El mecánico arregla automóviles, el lampista, griferías, el camarero sirve cafés y el diputado va al parlamento. No es tan complicado entenderlo. Cuando uno, sin más, sin una causa que justifique su proceder, se larga de su puesto de trabajo, por ejemplo en el ámbito de la función pública, que mantiene ciertas similitudes con la vida política parlamentaria por causa de su naturaleza representativa, corre el riesgo de ser expedientado por abandono del servicio y esa es una falta punible de extrema gravedad que conlleva a menudo sanciones de empleo y sueldo.

No nos cabe la menor duda de que no serán expedientados, aunque lo merecen. Pero llevarán un baldón en su conciencia, si la tienen. Algunos de esos diputados ya ni siquiera representan desde una perspectiva formal a Tolerancio, pues ni siquiera se han dignado a saber lo que tenía que decirles, cierto que por boca del señor Caja -ese hombre capaz y brillante que además destila simpatía por arrobas, como atestiguará cualquiera que le haya tratado-.

Estos diputados, más que holgazanes, irrespetuosos y cobardes, se han ganado a pulso que los ciudadanos agraviados les afeemos su deplorable conducta. Puede que les resbale, pues han demostrado gastar una cara de cemento armado, pero no sería mala cosa mandarles telegramas personalizados, redactados en catalán y castellano, con un contenido apropiado y en passant pedir a los Magos de Oriente que les lleven carbón por desatender flagrantemente sus obligaciones.
Nuestros diputados, es un decir, pues de Tolerancio en su fuero interno ya no lo son aunque las humanas leyes digan lo contrario, fueron, como las ratas, los primeros en abandonar el barco. Y eso que no corría su nave el menor riesgo de zozobra. Qué mala conciencia deben tener y qué cobardes y miserables son. ¿Por qué no consienten que cientos de miles de niños catalanes puedan estudiar en clase en el mismo idioma en que alegran o disgustan a sus padres? ¿A qué tienen miedo? ¿Dónde está el peligro o el delito?


sábado, 22 de diciembre de 2007

La costra de Cac-taluña

Un diputado del PSC, de apellido Ferran, la lió días atrás al afirmar que los medios de titularidad pública, TV3 y Catalunya Ràdio, tienen una suerte de costra nacionalista, pero no del todo seca, pues a diario supuran informaciones tendenciosas, purulentas, al gusto del lobby soberanista. Uuuuuyyyyy, qué ha dicho ese buen hombre. El señor Ferran definitivamente ha descubierto la sopa de ajo. Y nosotros en la inopia, sin enterarnos. Si no es por el eximio y perspicaz diputado del PSC dotado de una agudeza visual extraordinaria, cual mítico lince de Beocia, continuaríamos encaramados a la higuera. Sus declaraciones han provocado un terremoto en los mentideros periodísticos del lugar -expresión, mentideros, que va como anillo al dedo considerando al gremio autóctono en su conjunto-. Notas de prensa, comunicados en cascada, reacciones de los partidos políticos. El rompan filas. Uuuuuuyyyyyy… ¡Una costra nacionalista!

Cree Tolerancio que el señor Ferran agarró un mosqueo del quince por cuenta de la cobertura informativa que dieron los medios públicos a la manifestación convocada por los nacionalistas de CiU y ERC y la auxiliar sonderkommandía nacionalista de ICV, más el tejido asociativo anexo manejado por ellos y financiado por todos, con la excusa del desbarajuste de las infraestructuras ferroviarias y del trazado del AVE para reclamar, de eso se trataba en el fondo, y también en la forma como fue evidente, mayores cuotas de autogobierno o, directamente, la independencia.

A Tolerancio no ha de convencerle el señor Ferran con su diagnóstico. Que hay una costra nacionalista en los medios públicos es cosa sabida. Más aún, si un profesional del sector no acredita con carneles y avales su militancia o su inequívoca simpatía por la causa, no tendrá la menor posibilidad de meter cuchara en el pesebre de la Corporación. Vamos, que no le formalizan contrato ni para llevar la bandeja de los cafelitos y las pastas. No obstante el señor Ferran no debería olvidar que la mani del otro día era prácticamente un acto de gobierno, una mani institucional, como las de esas autoridades que forman comitiva el día de las fiestas patronales para visitar una capilla o largar el pregón desde una balconada, pues en la cabecera de la marcha, sujetando la pancarta, se dieron cita dos de los tres socios que componen el gobierno tripartito y que a la misma acudieron tantos consejeros o ministrines de su gobierno como tantos otros se ausentaron, además del ex presidente Maragall, que no andaba por allí despistado a causa de los extravíos inherentes a la grave dolencia que padece -deseando quien esto suscribe que no empeore su estado, por supuesto- sino por gusto y propio convencimiento.

También enoja al señor Ferran que en los mapas de las previsiones meteorológicas de TV3 incluyan Córcega, Cerdeña, por el Alghero, o Valencia y el Rincón de Ademuz, pero no Zaragoza, pongamos por caso. Pues ha tardado 25 años en darse cuenta de la peculiar geografía climática de los informativos locales. Qué tardo y lerdo o qué despistado su señoría.
En esta sazón y punto ha de manifestar Tolerancio que, por una vez, cuadra a sus intereses la aparición en el mapa de esas ínsulas mediterráneas pues le anima la intención de veranear el año próximo en la costa sarda -si las cosas no se tuercen y siempre que no se desmande dejando propinas a troche y moche por las cafeterías del ancho mundo, acatando los sabios consejos presupuestarios del ministro Solbes- y por ello le conviene estar al corriente de la incidencia de anticiclones y borrascas por esas latitudes.

Otro medio cac-talán de titularidad pública -casi todos lo son o lo parecen por su inquebrantable lealtad al régimen, aun los gestionados por particulares- es la cadena de televisión municipal BTV, que no incluyó el señor diputado en su airada alocución pero que, a nuestro juicio, no anda a la zaga a la hora de exudar sesgadas informaciones las 24 horas del día bajo el costrón nacionalista dominante. La diferencia es que en BTV el plumero a lucir ha de constar forzosamente de dos cualidades, una, el consabido nacionalismo, y otra, la obligatoria difusión de contenidos y mensajes supuestamente progresistas.
Se trata, cómo no, de otro medio intervenido, de una suerte de sastrería periodística a la medida de quiénes lo dirigen, en el presente caso los correligionarios del señor Ferran. Hasta el punto que hace unas semanas trascendió a los medios, pero a pocos -pues como es habitual la mayoría de los mismos silenció dicha circunstancia, conforme al código deontológico instaurado por el Colegio de Periodistas de Cac-taluña-, una circular interna filtrada por el portavoz del grupo popular en el consistorio, señor Fernández Díaz*, que instaba a los directores de programación a invitar a sus espacios a personas de probada ideología izquierdista, pues tal aditamento favorece, a lo que se ve, los índices de audiencia de la cadena local, que no deben de ser la bomba precisamente cuando aconsejan recurrir a semejante añagaza para mejorarlos.

Cabe que a quienes tienen mando en plaza en BTV la audiencia les importe un pito, o medio, y así lo expresan envanecidos, jactanciosamente, algunos de sus profesionales de mayor nombradía, como el prototípico telepredicador laico, señor Monegal, y que lo único que les ocupa, en realidad, es el férreo control ideológico de los espacios televisivos. No obstante, el nivel del paisanaje, y por lo tanto de los telespectadores, no induce a pensar que la iniciativa rente boyantes resultados, salvo que los ilustres invitados de BTV, de aseada corrección política, incluyan mordaces comentarios sobre la actualidad de la prensa rosa o comparezcan en el plató en pelota picada.

Entretanto los audaces censores del CAC guardan silencio sobre tanta convulsión periodística, temerosos de dar un paso y asestarle por error un garrotazo a uno de los suyos. Que si costrón nacionalista por aquí, que si dirigismo ideológico por allá. El CAC, instrumento al servicio del soberanismo audiovisual, reserva su munición para otros medios y para más arduas y reñidas batallas. Nos dicen fuentes dignas de relativo crédito que en el CAC están que trinan por la aparición en un reportaje de la TV local calagurritana -que emite desde un establo entre vacas y balas de paja- de unas polémicas imágenes del vicepresidente Carod Rovira haciendo feas muecas ante un espejo mientras se arregla su poblado mostacho de foca con unas tijeritas como de juguete de la Señorita Pepis y que, en buen lógica, no se puede tolerar semejante insulto a la dignidad y honorabilidad de nuestros cargos electos y que tan censurable episodio obedece a una furibunda y desbocada ofensiva de la Brunete mediática animada por una contumaz y enfermiza obsesión catalanófoba.

* Fernández Díaz, compañero de partido del señor Arenas, uno de los promotores, no lo olvidemos, de la realidad nacional andaluza.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Coma conejo: Gobierno de España


La bitácora de hoy se escribe sola. Se la han servido a Tolerancio en bandeja de plata. Como la jugada soñada por el delantero centro de un equipo de fútbol: avanza en solitario hacia el área rival y desde la banda le centran el balón medido, clavado, a media altura, para adornarse en el lance, saltar en plancha con inusual plasticidad y conectar un certero testarazo a puerta vacía, con el portero batido. En efecto, el asunto elegido procura a Tolerancio una magnífica ocasión para revolcarse en el fango y hozar a sus anchas, porcinamente, en el detrito, en el humus de la salaz inverecundia. Un gerifalte de nuestro actual y providente gobierno recomienda a la población servir conejo a la mesa como plato principal de las comilonas navideñas para frenar la descontrolada escalada de precios.

La cunicultura es una actividad agropecuaria que guarda cierta relación con el ilusionismo. Disciplina, la prestidigitación -sacar conejos de la chistera- que cultivan con inusual pericia no pocos de nuestros dirigentes. El ilusionismo apela a la querencia infantil del alma humana por la magia, esa dimensión regida por las coordenadas de lo deseado y lo quimérico frente a los rígidos mecanismos que gobiernan el universo físico y tangible, esquivo a la conversión de nuestras fantasías y ensoñaciones en objetos concretos, reales. Y de ese modo, en base a esa querencia, se inauguró la presente legislatura. Fue lugar común en la calle -mensaje difundido por voceros remunerados en tertulias radiofónicas y de TV, y otros aficionados en cafeterías y mercados- que la gente era más feliz.
Tolerancio se ha preguntado a raíz de aquella observación tantas veces repetida por la instalación y ubicación en la vía pública -como esos radares camuflados que captan los excesos de velocidad de los automovilistas- de los aparatejos que podríamos denominar felizómetros que supuestamente registran los índices de felicidad -de felixtropina- irradiados por los transeúntes. Pero nunca dio con uno y rebuscó lo suyo bajo las papeleras o entre los discos de los semáforos. Si la felicidad fuera una magnitud mensurable, externa, y sensorialmente perceptible, Tolerancio se la imagina en forma de polínicas inflorescencias, esos pompones errabundos que de niños y adultos llamamos angelitos y que pretendemos atrapar al vuelo.

Hemos procurado conducir esta bitácora por una senda muy distinta. El cuerpo le pedía a Tolerancio deslizar algún comentario picante y, a colación de la dieta sugerida, un término latino de dos rombos, pero teme haber dado gato por liebre. No sabemos si el conejo acabará en la cazuela, siguiendo la estela del ave que vuela o si esa multitudinaria cabaña de conejos que sacan a destajo los ministros de su gubernamental chistera, con mayor profusión si cabe -casi con la cadencia de tiro de una ametralladora- ante la proximidad de las elecciones, bastará para saciar ese otro apetito ilusorio y un tanto bobalicón de una población en gran parte escapista y pusilánime que ansía oír solamente aquello que le agrada y reconforta.

Si hay un registro en el que este gobierno se maneja con prontitud y cierta solvencia es en el ámbito de la propaganda, para eso cuenta con multitud de terminales mediáticas y una legión de personas del común que practican con empecinamiento un voluntarioso proselitismo… pero ¿Se figuran la nueva consigna, Coma conejo: Gobierno de España, en boca, pongamos por caso, de Anne Igartiburu, de Sonia Ferrer o de alguno de esos bellezones televisivos pintiparados para despertar en la audiencia las más desatadas pasiones?... Esperemos que no se les ocurra.
De todos modos, experimente o no el consumo sustitutivo de conejo, chivo o conejo expiatorio de la inflación desbocada, un aumento en las cuchipandas navideñas, o solsticiales -si usted prefiere la fría terminología de la izquierda nativicida-, Tolerancio elevará sus preces en estas fechas tan señaladas para que no acabemos con todas las existencias, pues como saben esa simpática bestezuela es la principal fuente de proteínas de una de las joyas de la corona de nuestra fauna ibérica, hoy en gravísimo peligro de extinción: el lince.
El imponente depredador del sotobosque mediterráneo ha padecido como ninguna otra especie la epidemia de mixomatosis que ha diezmado considerablemente las poblaciones de conejos asilvestrados. Sin su pitanza favorita, y sin una dieta alternativa clara y efectiva, el lince elegante y majestuoso está abocado a un trágico e inminente final. Por eso rogamos desde esta bitácora que en particular en aquellas zonas donde se supone hay especimenes del más emblemático depredador de nuestra fauna, que la gente no compita por la misma secuencia trófica, por así decir, y que compre directamente, sin intermediarios, un conejo vivo y la mar de lustroso al cunicultor, y lo suelte en el monte para solaz del soberbio felino.

No sabía Tolerancio cómo ingeniárselas para colar de una vez, aunque fuera a contrapelo, con calzador, una alusión a su tótem faunístico predilecto, el lince ibérico, aprovechando una noticia de la más candente y estupidizante actualidad como ésta que nos ocupa. Pero al fin dio con la ocasión propicia sin forzar demasiado el discurso, o eso cree. El consumo recomendado de conejo, acaso mañana regulado por decreto -todo es posible con un gobierno tan meticón que si no conduce por nosotros es porque no puede- es la excusa perfecta. Y todo por rehuir otras acepciones no tan nobles del económico manjar que podrían ofender sus castos oídos.

Feliz Navidad a los hombres de buena voluntad. En todo caso, el conejo, tierno y sabroso, con su puntito fragante y aromatizado con hojas de laurel.


lunes, 17 de diciembre de 2007

Colapso en la carretera


Ya sabemos cómo solucionará el gobierno ZP el problema del colapso circulatorio en las carreteras: llevando ante los tribunales a los automovilistas que rebasen los límites de velocidad o la tasa permitida de alcoholemia. En pocos días han detenido a más de 200 conductores que pisaron a fondo el acelerador. Los juicios se verán por la vía rápida, trasladando la velocidad del asfalto a los trámites judiciales que, por otro lado, acusan también un considerable atasco. De hecho ha sido tal la celeridad que ya se ha visto la primera causa de esta renovada campaña de tráfico sustentada en una reciente modificación del código penal y aunque ignoramos cual fue el exceso quilométrico del conductor temerario probado por los agentes del orden, sí conocemos en cambio la sanción aplicada: una multa de 720 €.

Recientemente un portavoz del RACE declaró en un espacio informativo de TV que la nueva normativa, si se aplica a rajatabla, supondría el ingreso en prisión de miles de conductores con arreglo a la tipificación como delito de determinadas infracciones al código de circulación. Asistiríamos en ese caso a una mudanza o transferencia del colapso, en un primero movimiento, de la red viaria a los juzgados, hasta el techo de legajos y denuncias, y luego, con sentencias condenatorias, de éstos al ámbito penitenciario que registraría al punto un aumento exponencial de la población reclusa.
La previsible masificación en las celdas aconsejará, cómo no, la puesta a punto de nuevas cárceles que, burla burlando, favorecerá a su vez la revitalización de la obra pública, hoy bajo sospecha por culpa de las múltiples incidencias registradas en el trazado del AVE -habilidosamente gestionado por la dicharachera ministro/a de Fomento- y un incremento de las contrataciones en el sector de la construcción amenazado por la saturación y enfriamiento del mercado inmobiliario.
Asimismo la licitación de nuevas cárceles permitirá a la clase política con mando en plaza garantizarse en su provecho una nueva hornada de comisiones, aforadas de tapadillo -transacción mercantil que rara vez padece los perniciosos efectos de la recesión económica- al 3% o al 20%, a pagar en metálico, en maletines de doble fondo y en el apacible recinto de un camposanto ante la escultura funeraria de un ángel marmóreo, a la manera catalana, a pesar de los ímprobos esfuerzos del Colegio de Periodistas de Cataluña por silenciar tan complejo y escandaloso operativo, a cuyo lado el ladrillazo de Marbella es una verbena popular, y no obstaculizar en su día, por patriotismo remunerado, el proceso de reforma estatutaria. O ese solemne procedimiento que garantiza in aeterno la silente complicidad de los testigos o mediante depósito en una cuenta bancaria en Suiza, conforme al mecanismo pactado entre el régimen chavista y el gobierno ZP por la entrega a la armada bolivariana de una fragata botada en astilleros españoles, gestión atada en su día por el entonces ministro de Defensa, señor Bono, rebosante siempre de inflamado ardor patrio, como sus compañeros de partido Pedro Zerolo y Odón Elorza, autorizado éste, días atrás, por un magistrado a incumplir la Ley de Banderas, conforme a los alegres y dispersos criterios de la judicatura española… ese bloque granítico, ese inexpugnable muro de contención que blinda admirablemente el estado de derecho.

Pero esta innovadora medida concerniente a la circulación quedaría coja, no tendría razón de ser, si, paralelamente, no se articula un ambicioso plan para descongestionar el tráfico urbano en las principales capitales del país. Una vez más, el consistorio de la ciudad de Barcelona se sitúa por méritos propios en vanguardia a nivel continental… -¿Qué digo continental?... ¡Planetario!-… de las más ocurrentes iniciativas y presupuesta una generosa batería de gratificaciones para que los operarios del servicio municipal de grúas, subcontratado a empresas particulares, trabajen a destajo, aumenten su productividad y retiren de la calzada el mayor número posible de vehículos estacionados inadecuadamente. La cuantía de la recompensa variará en función de determinadas tabulaciones geográficas, de tal modo que los automóviles requisados, cierto que temporalmente, en un distrito que registre una mayor congestión de tráfico generarán más jugosos devengos para los operarios en plantilla.

La jugada es redonda: más automóviles interceptados y menos circulando. Un tráfico más contenido, sostenible o pacificado, como dicen con cierta cursilería los responsables municipales de área, y cierta disminución en la emisión de gases de efecto invernadero. Eso sí, los laboriosos operarios de la grúa habrán de andarse con ojo y revisar concienzudamente el interior de los vehículos confiscados no vaya a ser que carguen en el remolque, como sucedió meses atrás en Badalona (¿O fue en Mataró?), un turismo con un fiambre dentro que permanezca allí el pobre, insepulto y muerto de risa en el depósito por espacio de unos días. ¿Recuerdan aquella macabra anécdota?

viernes, 14 de diciembre de 2007

Tu què faries? II


En esta bitácora actualizaremos los datos ofrecidos en otra publicada unos días atrás. La campaña Tu què faries? promovida por el Ayuntamiento de Barcelona finalizó el pasado 30 de noviembre, pero hemos tenido acceso, desde entonces, a un número considerable de encuestas remitidas por la ciudadanía a los promotores de tan capital iniciativa.

Los datos numéricos, como se ya dijo, son ciertos salvo que nos hayamos descontado torpe e involuntariamente. Nuestras consideraciones interesan exclusivamente a usos lingüísticos de los encuestados y a las magnitudes comparadas que se derivan de dichos usos. No nos ocupa el contenido de las sugerencias, quejas y porfías de nuestros conciudadanos. No obstante, en la bitácora anterior, expusimos, sucintamente desglosadas, algunas de esas opiniones.
Nada añadiremos sobre ese particular salvo dejar constancia de la petición divertida y pintoresca de un masajista del Ensanche que insta a las autoridades a que extiendan la atención médica, en el presente caso veterinaria, a través de la Seguridad Social, a las mascotas domésticas. Si prospera la moción y es aprobada en pleno municipal no le extrañe ver un día en la sala de espera, al pedir visita para el endocrino o para el alergólogo, a su vecina del 3º 2ª -visita que le programarán al cabo de unos meses o años, una vez que haya sanado usted de su dolencia o pasado, no lo permita el cielo, a mejor vida- con la iguana pachucha en brazos o con un pececillo tropical en un frasco lleno de agua aquejado de alguna patología branquial o con una aleta descuajeringada.

Hemos examinado minuciosamente un total de 574 encuestas.

-Redactadas en catalán: 339, es decir, un 59’06% del total (antes un 60%).
-Redactadas en castellano: 221, es decir, un 38’5% del total (antes un 37’4%).
-Bilingües: 3 (una de ellas en castellano y árabe), es decir, un 0’52% del total.
-Insultos: 5, es decir, un 0’87% del total.
-Vacías: 6, es decir, un 1’04% del total.

Los porcentajes han experimentado una tenue variación respecto de la bitácora anterior. Dentro de cada grupo lingüístico hicimos unas precisiones que también actualizamos aquí.

-De las encuestas redactadas en catalán, 6 exigen mayores cuotas de nacionalismo y de presencia del idioma catalán en el ámbito institucional que, sin duda, consideran hoy insuficiente. Esa cifra supone un 1’04% del total y un 1’76% de las encuestas de ese grupo específico.
-Asimismo, 13 de ellas son, por diferentes indicios, encuestas redactadas en dicho idioma por personas de expresión oral o escrita habitual en castellano, cifra que supone un 2’2% del total y un 3’53% de ese grupo.

-De las encuestas redactadas en castellano, 17 reclaman el bilingüismo en los actos y comunicaciones institucionales del consistorio y algunas expresan su hartazgo del nacionalismo en general al tiempo que solicitan la extensión del bilingüismo real a otros ámbitos, como el educativo. Esa cifra supone un 2’96% del total y un 7’7% de dicho grupo.

Algunas conclusiones:

1.- Entre los barceloneses castellanohablantes hay un colectivo significativo de personas que entienden que su idioma no es apto para las comunicaciones oficiales, inducido en parte por el monolingüismo institucional dominante, presente en la campaña que nos ocupa, y por ello se deciden a emplear el catalán en su respuesta, procediendo a una suerte de sustitución idiomática consciente, o inconscientemente, vergonzante. Un total de 13 personas proceden de ese modo entre un colectivo de 574.
En otros casos, no llegan a una docena -pero en un colectivo menor: los 221 que emplean el castellano en su comentario-, la sustitución es parcial e incorporan en sus respuestas los ítems tal cual los sugiere el encuestador, reproduciéndolos en el idioma original -habitatge, parcs i jardins, lloguer- e incluyéndolos en su respuesta motivada y discursiva, diciendo, pongamos por caso, tiene que haber soluciones al habitatge para jóvenes y ancianos, e incluso, para jóvenes y gente grande. La pericia o competencia en el redactado de esas 13 encuestas en un idioma que nos el propio del peticionario deja mucho que desear.

2.- Entre las personas que responden en castellano, 221, hay un numeroso grupo, no contabilizado, de barceloneses de habla familiar o expresión catalana, como se puede deducir en parte por los nombres y apellidos, aunque esto no ha de tomarse siempre como un dato determinante y fiable al 100%.
La diferencia entre las personas de supuesta habla familiar en catalán que responden en castellano y la de aquellos que invierten la situación -siendo castellanohablantes y se deciden a usar el catalán- es que los primeros, que acaso no tienen la competencia académica necesaria para hacerlo en catalán aún siendo su idioma familiar, por una cuestión de edad, es decir, de no escolarización en ese idioma -presumiendo quien les habla que, de hacerlo, el resultado gramatical, léxico y ortográfico no sería inferior al obtenido por los segundos-, lo hacen en castellano con un nivel de corrección lingüística más que aceptable, equiparable al que obtendrían en su redactado personas escolarizadas en otras regiones no bilingües -lo que no entraña tampoco un excesivo mérito conforme al nivel educativo del paisanaje, francamente mejorable, aquí o en Calasparra-.

De esa circunstancia se deduce que las personas que, siendo el catalán su lengua materna o familiar pero que escriben en castellano son mucho más competentes, lingüísticamente, a la hora de exponer sus opiniones, que no los castellanohablantes que optan por el catalán. Una vez asimilado un nivel idiomático notable y competente, hemos de pensar que los barceloneses de habla o expresión catalana que redactan su escrito en castellano lo hacen en una lengua que para ellos es propia o cercana. En cambio, los barceloneses castellanohablantes que se deciden a cambiar de idioma por un afán externamente inducido de supuesta integración o amoldamiento, o por una inconsciente intimidación ante los continuos mensajes del entorno, es decir, por presión, lo hacen en uno que no es el suyo, que no dominan con soltura, y, aún siendo menos competentes -algunos incompetentes en grado extremo- lo adoptan no obstante en detrimento de la claridad y pericia aconsejables para proceder a una inteligible exposición de sus opiniones. Es decir, a duras penas se entiende qué diantre chamullan.

3.- Muy pocos son los barceloneses, 6 de 339, que entienden que las instituciones deben incrementar la presión existente a favor del uso obligatorio del idioma catalán. Ese porcentaje exiguo contradice, en principio, lo que nos repiten hasta la saciedad desde los medios de comunicación controlados por el nacionalismo -a los que ha salido una suerte de costra según el demorado diagnóstico del diputado del PSC, señor Ferran-, es decir, todos los de titularidad pública y otros muchos afines al régimen. Por ello entendemos que ese Shangri-La o paraíso lingüístico anhelado por el catalanismo ha sido alcanzado ya o así lo percibe la mayoría de los barceloneses de obediencia nacionalista. Su índice de satisfacción con la situación actual es muy elevado.

4.- Por el contrario, 17 de 221 comunicantes en castellano -un segmento minoritario pero más significativo en términos tanto absolutos como proporcionales- denuncian la premeditada omisión de dicho idioma en las actuaciones administrativas del poder local. La cifra, para los no nacionalistas, es aún muy reducida y no muy alentadora, pues denota cierto silencio o conformismo, pero hay que considerar que la motivación de la campaña atañe específicamente a cuestiones de ámbito municipal, no lingüístico, y que esa finalidad condiciona los asuntos tratados. No obstante esas 17 encuestas de 221 demuestran la existencia de un colectivo no muy amplio, desde luego, pero que tiende a manifestar su descontento. Es cierto, por otra parte, que unas cuantas comunicaciones de ese grupo, unas 5 de 17, han sido firmadas por personas presumiblemente de otras nacionalidades, o eso se deduce de los nombres y apellidos de procedencia diversa, centroeuropea fundamentalmente, residentes en Barcelona que no entienden la supresión del ámbito institucional de un idioma tan importante como el español y manifiestan su perplejidad ante el provincianismo palurdo que caracteriza la vida pública de una ciudad pretendidamente cosmopolita como Barcelona, expresándolo sin los complejos y temores de otras personas que han interiorizado la necesidad de observar una conducta prudente, por motivos profesionales, ante los excesos del nacionalismo identitario.

5.- Por otro lado llama la atención el porcentaje de aquellos convecinos que se toman la molestia de rellenar el documento con sus datos personales y lo remiten a quien corresponde sin incorporar una sola observación: algo más del 1%. Esto nos lleva a pensar que, acaso fundamentándose en magnitudes similares extraídas de otras prospectivas sociológicas y estadísticas, el gobierno ZP ha elaborado leyes como la de Memoria histórica con ánimo de paliar esa considerable propensión al olvido o al descuido entre la ciudadanía. O eso, o estamos ante un síntoma irrefutable de la creciente incidencia de disfunciones mnemotécnicas entre la población, como el alzheimer, debidas al aumento de la esperanza de vida en las últimas décadas, circunstancia que favorece la aparición de enfermedades y trastornos antes desconocidos. Què farem?




martes, 11 de diciembre de 2007

ZP, reencarnación del legendario jefe Seattle


Zapatero pretende firmar un pacto con la naturaleza de obligado cumplimiento que habrá de implicar a las generaciones venideras. El motivo no es otro que su comprensible preocupación por la debida y deseable preservación del medio ambiente. Sin duda tendrá a mano expertos que le asesoren para proceder al óptimo redactado de esa suerte de contrato mercantil con la madre naturaleza. Le ayudará gustosamente la señora Mathari, premio Nobel de la Paz, merecido galardón que obtuvo por su programa de reforestación del continente africano para compensar acaso la tala indiscriminada de clítoris de la que es acérrima defensora. La eximia pensadora y reforestadora africana -que tiene más peligro que un mono con una Gillette y nunca mejor ni más trágicamente dicho- ha sido recientemente fichada por el PSOE para elaborar propuestas de gran relevancia que convertirán al partido en el gobierno en un referente de primera magnitud del pensamiento avanzado a escala planetaria, sino cósmica, tal y como anunciara en su día el ministro Caldera, responsable, en calidad de inductor, de los sostenidos flujos migratorios que, atravesando mares y océanos, arriban modélica, ordenadamente a nuestras costas gracias a los procesos extraordinarios de regulación que han cosechado toda suerte de parabienes entre los restantes estados miembros de la Unión Europea.

El presidente Zapatero, visionario como no hay dos del conservacionismo ecológico, del cambio climático y del desarrollo sostenible, se nos presenta como epígono, alumno aventajado de Jean Jacques Rousseau que pasó a la historia de la filosofía, de la pedagogía y del pensamiento occidental por sus ideas, algo vulgarizadas hoy, del buen salvaje a imagen y semejanza del niño feliz e inocente, incontaminado aún por la hipocresía, la falsía y la mendacidad de la sociedad que componen los adultos, y también por su celebrada teoría del Contrato Social que suscriben los hombres entre sí para dotarse de una vida en comunidad organizada, justa y armónica.
Pero se trata de trascender ese ámbito y presentar un documento asumible a la naturaleza. Por eso también nos recuerda Zapatero al jefe Seattle de los indígenas americanos de la tribu sioux cuya carta al presidente de los Estados Unidos se considera hoy un testimonio fundacional de la moderna toma de conciencia ecológica, un documento reproducido en multitud de ocasiones y que insta a la confraternización humana en términos poéticos y conmovedores con el hermano árbol, el hermano río y la hermana ardilla. Lo que, salvando las distancias, en nuestro acervo cultural ya representó tiempo ha, siglo XIII, la teoría de las vestigia trinitatis formulada por el toscano san Buenaventura, caída en olvido y desgracia, que duda cabe, por sus despreciables y polutas raíces cristinas.

Habrá no obstante que hilar muy fino para no pillarse los dedos con determinadas cláusulas no sea que la otra parte nos eche en cara el incumplimiento del contrato y nos lleve a los tribunales por estafa. Para empezar, España, que habría de ser una de las potencias promotoras y garantes del asombroso pacto, dista mucho de cumplir con los requisitos suscritos en su día a cuento del llamado Protocolo de Kyoto que pretende regular la emisión de CO2 a la atmósfera. Si bien tampoco parece que esa circunstancia impida apadrinar nuevas y concurrentes iniciativas pues uno de los gurús o santones mundiales más significados en la materia, señor Al Gore, en su día no suscribió ese tratado, que nos presentan como la piedra angular del edificio de la sostenibilidad, y que debe serlo sin duda -Dios nos libre de contravenir el unánime criterio-, habiendo tenido ocasión de hacerlo en calidad de vicepresidente del gobierno más poderoso del planeta, que no es cosa de broma a tenor de la corriente mimética que, en el ancho mundo, se deriva de cualesquiera de las decisiones tomadas en el despacho oval de la Casa Blanca donde las mamadas, por cierto, adquieren una fuerza implosiva descomunal.

Pero presumimos algunas dificultades para poner en marcha tan ambicioso proyecto como determinar quién rubricará el documento por la otra parte. Pospondremos acaloradas polémicas, por infértiles e inoportunas, para dirimir si la naturaleza tal y como la pensamos es un ente con personalidad jurídica propia fuera de las diversas y sucesivas, y no siempre coincidentes, cosmovisiones de la limitada inteligencia humana o si es otra y muy distinta cosa. Eso ahora, por su enjundia, no nos ocupa. Pero sí andar avisados de la identidad y talante de todos los abajo firmantes del solemne pacto, pues de la fiabilidad de la palabra de nuestro bienamado presidente nos hacemos muchos una idea bastante aproximada.

¿Firmará un zarapito piquirrojo, una foca monje, Knut*, el osito polar criado en el zoo de Berlín a pesar de la militante oposición de los integristas del ecologismo que querían darle el pasaporte, una mantis religiosa, una espiga de trigo, una nubecilla errabunda, una mariquita, una libélula, Baner y Flapi o un fragante macizo de azaleas? ¿Y qué sucederá si incumplimos el pacto a las primeras de cambio? ¿Lo hará trizas Pérez Rubalcaba gracias a los buenos servicios de la trituradora de papel que guarda en sus dependencias ministeriales como ya hizo tiempo atrás con algunos documentos comprometedores o más recientemente con las actas de las negociaciones con los terroristas de ETA? ¿Y quién presidiría el tribunal de la hipotética causa? ¿El juez Garzón si es que se lo permiten las numerosas causas que por genocidio instruye simultáneamente contra destacados criminales como, entre otras, la que sigue in efigie contra el mariscal Gilles de Rais, lugarteniente de Juana de Arco, muerto en el siglo XV? ¿O Santiago Pedraz, martillo implacable de terroristas? ¿O quizá Gómez Bermúdez, el mediático magistrado de deslumbrante calvorota?

Despacho de última hora.- Hemos sabido que, definitivamente, por la naturaleza firmarán los marsupiales australianos. En efecto, el diario gratuito 20 Minutos en su edición del lunes 10/12/07, bajo el significativo título Parece Mentira (y no lo es) y el epígrafe Canguros contra el cambio climático, dice lo siguiente:

Los canguros pueden esconder un arma contra el cambio climático, según publicó Infobae. Se trata de una bacteria presente en esos marsupiales gracias a la cual sus flatulencias no contienen metano. Científicos australianos trabajan para implantarla en vacas y ovejas ya que emiten CO2 a la atmósfera.

Fue noticia meses atrás que sesudos científicos de no recordamos qué nacionalidad atribuían a bóvidos y reses ovinas la emisión del 4% de los gases de efecto invernadero que propician el calentamiento global. No sabemos cómo se las ingeniarán para trasplantar esa suerte de bacteria metanófaga o para replicar en las vacas los traseros de los saltarines canguros pero, tras una vida cursando estudios académicos superiores y acabar huroneando en las ventosidades de unos y otros, pueden al fin tan sesudos hombres de ciencia rendir un impagable servicio a la humanidad.


* Knut ha cumplido un año. Tolerancio ha seguido día a día el crecimiento del oso polar desde que era un cachorro, gracioso como una mascota de peluche. Ahora es un buen mozo, un plantígrado adulto verdaderamente grandullón. Confiemos en que siga creciendo fuerte y sano y que lleve una vida razonablemente diga aún en cautividad. Frank Albrecht, un afamado ecologista, propuso al zoo que se deshiciera del animal porque sufriría problemas de comportamiento durante el resto de sus días. Que sepamos Albrecht no ha vuelto a abrir el pico, aunque, presumiblemente, le gustaría inyectarle a Knut una dosis de veneno mortal, pues le mortifica ver como nuestro oso se zampa tan ricamente su ración diaria de pescado.

Albrecht, majete, acércate a Knut ahora y tócale un pelo, valiente. Vamos, tócale un pelo si tienes cojones…

domingo, 9 de diciembre de 2007

16 semanas después


El título de esta bitácora nos remite a una excelente película de zombis proyectada meses atrás en las pantallas de cine. Pero el presente comentario no aborda, no obstante, ese subgénero del cine de terror, hoy tan cultivado amén de metafórico de la estirpe humana actual pronta a desembocar en una suerte de hecatombe caníbal, a mordisco limpio, a juzgar por la agresividad y el encono que casi todos practicamos sin necesidad de estímulos previos… por no hablar de las específicas circunstancias cainitas de la vida política española de la era ZP. El objeto de este comentario es el siempre vetado y tabuado asunto del aborto, oculto como sucedía antaño con los niños deformes, a cuento del caso espeluznante de las clínicas abortistas de Barcelona. Un asunto espinoso e ingrato por sus derivadas morales.

Con relación al caso de las clínicas abortistas investigadas por agentes de la Guardia Civil, hemos sabido que la clientela acudía a las mismas en avanzado estado de gestación, con embarazos documentados de hasta 30 semanas, cuando el límite legal es de 16, y que muchas mujeres sometidas a la intervención procedían de otros países con un sistema legal o sanitario más vigilante y menos permisivo ante determinadas infracciones o irregularidades en dicho ámbito, inaugurando una suerte de turismo abortivo.

Un documental periodístico rodado con cámara oculta por una reportera de nacionalidad danesa descubrió el pastel al sostener una cita previa con responsables de las clínicas implicadas, por así llamarlas. Esas prácticas abusivas habían sido reiteradamente denunciadas por asociaciones pro-vida como e-cristians contrarias al aborto en general y al aborto libre en particular, es decir, más allá de los supuestos de interrupción del embarazo contemplados por las leyes vigentes.
No obstante, ni las citadas denuncias ni el revelador reportaje tuvieron demasiado eco en su día y la investigación iniciada obtuvo resultados irrelevantes. Según el gobierno regional, con competencias transferidas, luego de las pesquisas realizadas por los Mossos d’Esquadra -demasiado ocupados repartiendo leña a destajo en la comisaría de Les Corts a las órdenes del ecotorturador Saura-, no se apreció materia delictiva en las clínicas de marras. El muy ilustre Colegio de Médicos de Barcelona, como tantos otros colegios profesionales siempre a partir un piñón con las autoridades, secundó las mismas conclusiones y confundieron, parece ser, las máquinas para desmenuzar restos humanos con trituradoras de documentos como la que tiene Rubalcaba en su despacho para hacer trizas las actas de las reuniones, sistemáticamente desmentidas, de los emisarios gubernamentales con sus interlocutores etarras.

Aquí no nos ocuparán consideraciones morales, y no es fácil obviarlas, pues un asunto como el aborto interesa sobre todo a la moral, tan relativizada, como todo, hoy día. El aborto es un tema tabú, el verdadero tabú de nuestra sociedad y de nuestro tiempo, casi al nivel del cambio climático, pues incluso en Cataluña es factible, complicado pero factible, disentir del nacionalismo… no así del aborto legalizado. De tal suerte que si alguien se declara en público anti-abortista al punto es tomado por un extraterrestre, un bicho raro. Si encima no es nacionalista tiene todos los números para que lo exhiban en una caseta de feria junto a la mujer barbuda.
Por ello, por temor a ser interceptado por una patrulla de loqueros provistos de una camisa de fuerza de la que no escaparía ni el legendario Houdini, Tolerancio se limitará a realizar algunas consideraciones estrictamente cronológicas, pues carece, lo admite, de sólidos fundamentos científicos sobre tan delicada materia; fundamentos que sí tiene el resto del mundo pues no hay quien sobre el particular no se sienta autorizado a pontificar, empezando por la operadora telefónica que acaba de llamar a su casa de usted ofreciéndole una ventajosa oferta para instalar un aparato climatizador de aire condicionado.

Todo el mundo da por sabido, sea o no una interpretación interesada difundida por los partidarios del aborto libre a través de sus creadores de opinión, que el límite razonable para proceder a un aborto no debe exceder las 16 semanas. Es la barrera que no debemos franquear, bien por preservar la salud de la madre, bien porque un supuesto y dominante consenso científico, o eso nos han contado, considera que más allá de ese plazo nos hallaríamos ante un ser vivo de la especie humana en calidad de nasciturus, que antes no era mas que un amasijo de células en crecimiento susceptibles de ser eliminadas pero que ya no lo es a partir de ese hito cronológico.
Hemos de insistir en este punto. La percepción social de que la vida humana se forma a partir de la semana decimosexta de la gestación ha hecho fortuna en España y es hoy prácticamente un dogma de fe, de fe laica, claro es. No importa que sea ese el busilis de los argumentos científicos que avalan las tesis pro-abortistas, la cuestión es que se ha instalado en la opinión pública y, sea o no cierto o veraz, actúa como tal, como un antídoto contra toda crítica y está investido del don de la infalibilidad. En efecto, un razonamiento erróneo o que suponga una tergiversación o vulgarización de un discurso científico o de una interpretación de la realidad puede instalarse en la vida cotidiana y gozar de una amplia aceptación. Para muestra un botón: en nuestra vida diaria es más rentable y operativo repetir, por ejemplo, que el PP no quiere la paz y que por eso se opone a las negociaciones con ETA o que a Ciutadans solo le preocupa el tema de la lengua -cantinela que repiten hasta la saciedad quienes, por cierto, no hacen otra cosa que gobernar por y para la llamada lengua propia del territorio- que saber trigonometría o formular correctamente las leyes gravitatorias de la física newtoniana.

Que en muchos casos el aborto supone una experiencia dramática para la madre es cosa evidente. Que no es una decisión fácil, también. Pero no se trata de eso. Ni de que en otras muchas ocasiones sea el aborto un alivio calculado, un remedio incómodo sin duda pero necesario para deshacerse de las indeseadas consecuencias de un desliz promiscuo. Sino del consenso tantas veces repetido sobre esa suerte de cifra mágica y que no admite discusión: las 16 semanas. Y todo el mundo la repite con una certeza absoluta como siglos atrás nadie dudaba del geocentrismo terrestre en el universo hasta la divulgación del paradigma copernicano. Usted sube al ascensor de su finca, se topa con el vecino del cuarto, le pregunta a quemarropa cuándo un nasciturus es un ser humano y le responderá con una mueca de extrañeza ante tan torpe pregunta, mirándole con la estupefacción que nos inspiraría un marciano verde y con un par de trompetillas en la azotea: pues a las 16 semanas. Obtendrá la misma respuesta si formula la pregunta a la señora Gertrudis en la frutería del barrio mientras su conocida agarra una bandeja de champiñones o rebusca en el canasto de las berzas.

La vida humana, nos dicen, se inicia a partir de la semana decimosexta de gestación. El contador se pone en marcha cuando un espermatozoide penetra en el óvulo y lo fecunda. Es posible que en una semana de diferencia, entre la 16 y la 17, se produzcan unos cambios de tal calibre que expliquen convincentemente el por qué de esa apreciable mudanza. Una semana da para mucho. Y si no lo creen ahí tienen el ejemplo del Altísimo, que hizo el mundo en seis días y al séptimo descansó instituyendo la figura recogida en convenio de la libranza semanal. La creación del mundo llevó, pues, mucho menos esfuerzo que restablecer el servicio de Cercanías de RENFE, por ejemplo.

Pero la percepción no es tan evidente si trasladamos esa magnitud a otras unidades de tiempo. En efecto, 16 semanas son 112 días. Por lo tanto habríamos de concluir que el paso de la condición de embrión o masa amorfa de células a la de vida humana en el vientre materno se produce entre los días 112 y 113 de la gestación, asistiendo en un solo día a una suerte de prodigiosa mutación biológica. El milagro de la vida. Para su vecino del cuarto o para la señora Gertrudis, resultará más complicado mantener con la misma firmeza y convicción su anterior veredicto si elegimos días en lugar de semanas para determinar el momento exacto de la irrupción de la vida, si es que en el fondo tiene algún sentido concretar un momento exacto.

Pero los días también se componen de horas y la dificultad aumenta si descendemos a dicha unidad cronológica, siendo así que 112 días tienen 2.688 horas y que la barrera entre una condición y otra, entre revoltillo celular y ser humano, según la teoría o elucubración más aceptada, se sitúa en la hora 2.689 de la gestación. A la señora Gertrudis, que la dejamos unos párrafos atrás agarrando una hermosa coliflor -a 1’99€ la unidad-, le llevará mayores escrúpulos o cierto cargo de conciencia jurar ahora sobre los santos evangelios que la vida humana, contra la que está penado atentar, irrumpe en el seno materno a partir de tan preciso hito horario.

Sólo que las horas tienen minutos y 16 semanas, 112 días o 2.688 horas comprenden la bonita suma de 161.280 minutos. El minuto de la vida sería el siguiente, el que hace 161.281. Pero, como ustedes han intuido acertadamente, los minutos se componen de segundos, nada más y nada menos que 60. La vida humana, como la teoría del big-bang de Stephen Hawkins, y según la percepción social mayoritaria, estalla en todo su rutilante esplendor, por así decir, a los 9.676.801 segundos de gestación. Y no un segundo antes.

Pues bien, los responsables de esas clínicas, es decir, los matarifes de esos asépticos antros de la muerte, le daban matarile -y luego desmenuzaban los restos en las trituradoras como las que usted ve en la carnicería del barrio cuando pide que le piquen carne magra para hacer una hamburguesa- a los fetos con 30 semanas de gestación, es decir, 14 semanas después, 98 días más tarde, o lo que es lo mismo tras 2.352 horas, 141.120 minutos u 8.467.200 segundos. Cuando ya eran vida humana en el vientre de la madre.
Acaso por esa situación de total dependencia orgánica de los nasciturus y su ausencia de autonomía, porque no hablan, ni se quejan ni lloran, porque no les vemos si no es con el aparatejo de las ecografías -y claro, ojos que no ven…-, aunque se muevan, pero nada más que un poquito en el momento de la punción y agiten un poco, una chispa de nada, sus piernecitas y bracitos, pero solo por espacio de unos segundos, o porque pensamos que no sienten, no padecen -lo que es difícil de sostener ahora que sabemos que incluso los crustáceos con su primitivo sistema nervioso, tan poco evolucionado, sufren en la sartén cuando nos preparamos una mariscada- es más llevadero para algunos meterles un chute, con una aguja muy fina pero larga y afilada, de vaya usted a saber qué mejunje, traspasando su blanda materia de una estocada mortal.

Desconocemos el procedimiento exacto de neutralización de los fetos de 30 semanas, molestos o sobrantes, en esos quirófanos horripilantes, más limpios exteriormente, desde luego, que los barracones donde experimentaba el doctor Mengele con sus cobayas humanas, pero también sucios y despreciables. Pero en justicia, si la hay en este país, patria de los cobardes y de los que miran para otro lado, no debería formarse otro cargo contra los imputados que el de asesinato múltiple con agravante de absoluta indefensión de las víctimas.

Tolerancio deja aquí esta bitácora para rezar en silencio por esos niños asesinados en el vientre de sus madres. Hacía mucho tiempo que Tolerancio no rezaba ni apretaba los puños con tanta rabia e indignación. Sólo le consuela pensar que con algunos, algún día, ya se verá las caras.

PS.- Los detenidos están en libertad bajo fianza. Una mujer holandesa ha sido detenida en su país por haberse sometido a un aborto de las citadas características en una de las famosas clínicas de nuestra ciudad. En Holanda, el límite para proceder a un aborto legal son 24 semanas, período suficiente para que un feto sobreviva fuera del vientre materno en una incubadora. Una página web de la Generalidad de Cataluña anuncia las clínicas investigadas y las ofrece como solución a las adolescentes con embarazos no deseados que no saben a dónde acudir.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Blas Infante estaba chiflado stop


El eurodiputado del PP Alejo Vidal-Quadras ha sido declarado recientemente persona non grata por el pleno municipal de la localidad malacitana de Casares a causa de unas atinadas declaraciones en las que llamaba a Blas Infante, padre del nacionalismo andaluz, fracasado e idiota o cosa parecida.

La reacción fulminante del pleno responde al orgullo herido de la recién inaugurada realidad nacional andaluza respaldada por la sección local del PP dirigida por el señor Arenas que se ha apresurado, dando saltitos de volatinero y agitando cascabeles, a pedir disculpas por tan ofensivas palabras, pronto a confundirse camaleónicamente con el nuevo fondo decorativo de estilo filonacionalista instalado por Chaves -palmero estatutario del a su vez palmero y sonderkommando Montilla- en la taifa andalusí.
El adjetivo fracasado no es quizá, lo admitimos, el más adecuado y nos remite al que empleó en su día ZP para granjearse las simpatías de la entonces candidata de la CDU Angela Merkel que, a las pocas horas, se proclamó vencedora en las urnas, sin que ZP haya recibido el trato infamante u honroso, según se mire y según quien lo extienda, de persona non grata por parte de la canciller alemana.
Tolerancio se habría contentado con caracterizar a Blas Infante con el segundo término del binomio utilizado por Alejo Vidal-Quadras. En todo caso habría dedicado a tan ilustre personaje otras expresiones como chiflado, botarate o cagabandurrias en atención a los textos que dejó escritos.

En una reciente conferencia Fernando García de Cortázar, en el acto de clausura del VI Ciclo de Cine que organiza la Asociación por la Tolerancia, dijo a cuento de Companys y de Blas Infante que no todos los crucificados son redentores. Es decir, que la muerte en el paredón, injusta y trágica aún en guerra, no exime de notorias responsabilidades y torpezas anteriores.
Blas Infante fue en vida un auténtico bamboche del carajo de la vela, como diría el siempre gráfico ex-seminarista don Javier Arzallus. Un patán, un tonto de baba atrapado -como Alonso Quijano en los libros de caballerías- en los cuentos de inspiración moruna, de una fantasía deliciosa y arrebatada, perfumada de jazmines y arrayanes, de un Washintong Irving paseando los pintorescos rincones de la Alhambra y del Albaicín. Fruto de tanto descacharre fueron sus escritos políticos deudos de una disfunción mental acaso innata y propios de la alucinación delirante de las toxicomanías desatadas… que no decimos que el interfecto tuviera el cerebro trastornado por masivas ingestas de estupefacientes, pues ignoramos cuales fueron sus hábitos, ni nos importa, sólo decimos que lo parece, esto es, que parece que Blas Infante agarraba la pluma estilográfica bajo los efectos de un mejunje opiáceo de una potencia desconocida. Y así salió su indigesto guiso protonacionalista de aire muslímico y donjulianoide: una auténtica patraña para idiotas integrales que gustan de cascársela soñando con harenes y odaliscas.

Por esa razón Tolerancio no sólo suscribe las palabras de don Alejo Vidal Quadras, sino que sube la apuesta en un desplante taurino. No sólo afirma que Blas Infante era un idiota sino que además era un gilipollas del quince y un tarado irrecuperable más tonto que un mordisco en la pilila. Tolerancio, sin esperar la honrosa distinción del pleno municipal de Casares, provincia de Málaga, cuna del personaje referido elevado a los altares del frikismo histórico, se autoinculpa por describir en parecidos términos al padre de la realidad nacional andaluza en solidaridad con el eurodiputado catalán.
Cierto que Blas Infante no puede hoy replicar las chuscas aunque ajustadas invectivas de Tolerancio, y que éste juega con ventaja al execrar su memoria, pero sí pueden hacerlo en su nombre y fama quienes, agraviados, zaheridos por la crudeza de tan soeces vituperios, se consideren herederos de semejante marmolillo, si es que esta bitácora llega a sus manos.

A continuación Tolerancio reproduce el telegrama enviado hace unas fechas a los insignes munícipes de la localidad malacitana, disculpándose anticipadamente por su impericia informática y su incapacidad para escanear un documento:


Excmo Ayto de Casares stop Con motivo declaración don Alejo Vidal Q persona non grata por menosprecio figura Blas Infante abajo firmante suscribe palabras eurodiputado stop Don Alejo se quedó corto stop Blas Infante que en gloria esté estaba de atar stop Que fue fusilado lo sabemos stop No por ello dejó en vida de ser rematadamente idiota stop Fdo: Tolerancio stop

PS.- A fecha de hoy -esta bitácora fue redactada el 18/ 11/ 07- no hemos recibido contestación de los munícipes malacitanos. Tolerancio aguarda con expectación su ennoblecedor nombramiento como persona non grata al tiempo que solicita a aquellas personas con mayor experiencia en la materia que elaboren con prontitud un protocolo o decálogo práctico para autoinculpaciones varias habida cuenta de las muchas oportunidades que nos brinda la descacharrada política nacional de la era ZP para proceder conforme a esa peculiar figura.

Fe de erratas: Recientemente Tolerancio ha publicado una bitácora titulada Tu què hi faries? relativa a una campaña promovida por el ayuntamiento de Barcelona. Con arreglo al título de semejante iniciativa lo que podría hacer Tolerancio es leer más atentamente los documentos, con calma y sin precipitación, no teniendo excusa ni perdón, pues pasaron por sus manos más de 400 encuestas y cuando menos podría haber retenido el título exacto de las mismas que es Tu què faries?


lunes, 3 de diciembre de 2007

Tu què hi faries?


Tolerancio ha tenido acceso a unas 400 respuestas al cuestionario promovido por el Ayuntamiento de Barcelona bajo el epígrafe Tu què hi faries?. El cuestionario está dirigido a la ciudadanía para recabar opiniones sobre asuntos diversos e incorporarlas, supuestamente, a futuros planes de actuación municipal. Las circunstancias del acceso a dicha información deben permanecer en silencio por razones de seguridad. Los datos estadísticos que aparecen en esta bitácora son exactos y resultan de un análisis pormenorizado y sin la menor pretensión cosmética. Tal cual los mostramos, sin trampa ni cartón. Aunque son muchas las derivadas que no carecen de cierta sustancia sociológica, Tolerancio se centrará en unas reflexiones de índole lingüística. No obstante se citan a renglón seguido diversas consideraciones no exentas de algún interés.

Tras el minucioso examen de las opiniones, cuitas y sugerencias de la ciudadanía, Tolerancio concluye que la mayor preocupación de nuestros convecinos no es otra que la abundante presencia de deyecciones caninas en las aceras de nuestra bienamada ciudad. De cerca, casi a la par, le sigue la circulación de bicicletas sin respetar las más elementales normas de convivencia. A los barceloneses, pues, les fastidia sobremanera el incivismo de numerosos ciclistas que cosechan un variado repertorio de vituperios y descalificaciones. Cierto que un porcentaje mucho menor, aunque significativo, reclama en cambio facilidades para una incorporación fluida de los citados velocípedos al tráfico urbano y la extensión del llamado bicing a barriadas periféricas de menor atractivo turístico. La tercera queja remite a la insuficiente seguridad ciudadana y abundan las peticiones de una mayor presencia policial en la calle. Asunto tangencialmente relacionado con el affaire caquitas, pues el consejero regional de Interior, Joan Saura, promotor de la llamada ecotortura en algunas dependencias policiales de los Mossos d’Esquadra -episodios de la comisaría de Les Corts-, encargado de velar por la seguridad de nuestras vidas y haciendas, es un consumado especialista en recoger las deposiciones de su mascota, un encantador minino de reluciente pelaje, según declaraciones realizadas meses atrás por su amante esposa, señora Mayol, teniente de alcalde del consistorio.

Otras son las causas de los quebrantos y porfías de los barceloneses, pero situadas a distancia de las anteriores que interesan particularmente al ámbito municipal y que es el que específicamente chequea la mentada iniciativa. Esas otras, más genéricas, jurisdicción acaso de otras instituciones, son:

-Insuficientes guarderías de titularidad pública.
-Precaria atención a la tercera edad -múltiples quejas por la cuantía reducida de las pensiones- y exigencia de residencias geriátricas también de titularidad pública.
-Rechazo del modelo dominante de espacios públicos, particularmente parques y jardines.
-Carestía de la vivienda y ausencia de una oferta de alquileres asequibles.
-Alarma por el aumento descontrolado de la inmigración.

Llama poderosamente la atención la irrupción tardía y no excesivamente numerosa de quejas por el pésimo funcionamiento de la red ferroviaria de Cercanías y el desbarajuste organizado por cuenta de las famosas obras del AVE y sorprende la considerable incidencia de airadas protestas por el elevado volumen de las sirenas de vehículos policiales y ambulancias.

Los encuestados aluden a problemas generales, aún estando en alguna medida afectados por los mismos, lo que supone una cierta visión de conjunto, representando un porcentaje mucho menor quienes reclaman soluciones a asuntos particulares y que denotan una percepción más segmentada de la realidad urbana (mejoren el asfaltado de mi calle, aumenten la frecuencia de paso de autobuses de la línea x que es la que me va bien para ir al callista, etc). Un ciudadano concluye, no sin razón, que si el ayuntamiento pide su opinión a la ciudadanía es porque los titulares de la administración local no tienen ni idea de gestionar los asuntos de interés público y que, en consecuencia, habrían de dimitir en bloque. También se advierte, por grupos de edad, la participación muy numerosa de jubilados, al disponer acaso de más tiempo -no biológico, pero sí libre-, así como una apreciable cantidad de ciudadanos que prefieren mantener sus comentarios críticos en el anonimato por temor a represalias, y no falta una cuota de jugosas anécdotas, algunas divertidas como la sugerencia de un economista de unos 35 años que recomienda la contratación de jardineros japoneses -famosos al parecer por su pericia botánica- para el diseño, cuidado y mantenimiento de las zonas verdes de la ciudad, circunstancia que aporta una idea poco tranquilizadora del cociente intelectual de nuestros titulados superiores, o la de una maestra de unos 45 años residente en la zona de San Gervasio que, declarada enemiga del nomenclator de la villa, repleto en su opinión de hechos de armas, propone la dedicatoria de calles y plazas nada más y nada menos que a premios nobel de la paz citando expresamente a Henry Kissinger (olvidando a ilustres personajes de la comunidad internacional poseedores también del codiciado galardón como Pérez Esquivel, Rigoberta Menchú, el finado Arafat o a la keniata fichada recientemente para el comité de expertos del PSOE partidaria de la ablación clitoriana).

En este punto, por temor a extendernos en demasía, procedemos a consignar los resultados relativos a hábitos lingüísticos de los barceloneses. Cabe decir que el documento a cumplimentar y remitir al ayuntamiento está redactado íntegramente en catalán, circunstancia que puede inducir la respuesta idiomática en algunos casos, como de hecho sucede. Dicho documento consta de unos ítems que sugieren los promotores y que algunos encuestados transcriben literalmente en el espacio en blanco independientemente del idioma elegido para exponer sus agudas y edificantes opiniones.

El total de encuestas examinadas por Tolerancio, en el transcurso de dos semanas, asciende a 431, que sin duda es una parte mínima del total pero suficiente para extraer algunas conclusiones.


-Redactadas en catalán: 259, es decir, un 60% del total.
-Redactadas en castellano: 161, es decir, un 37’4% del total.
-Bilingües: 2, es decir, un 0’4% del total.
-Vacías*: 5, es decir, un 1’1% del total.
-Insultos**: 4, es decir, un 0’9% del total.

Queriendo decir vacías que 5 ciudadanos han rellenado sus datos personales y han olvidado efectuar su comentario y que no hemos computado las encuestas que contienen exabruptos y obscenidades, siempre anónimas.

-De las 259 encuestas cumplimentadas en catalán 4 de ellas, es decir, un 0’9% del total y un 1’5% de las redactadas en dicho idioma, proclaman la necesidad de un incremento de la presión lingüística en ese idioma, así como mayores cuotas de nacionalismo en la vida cotidiana.

-De esas 259 encuestas, 10, es decir, un 3’8%, están redactadas, intuye el analista, por castellanohablantes que optan por hacerlo en catalán aún siendo menos competentes en ese idioma. Transcribimos textualmente -no es una coña marinera- las opiniones del señor Alberto C. E, mecánico de profesión, residente en Fabra y Puig y nacido en el año 1946, respetando incluso los signos de puntuación:

HABITATGE PARA YEN DE MICHANA EDADT SENSE IMPOSTUS PRA YENINVALIDESA TOTAL. LA CIUTAT VE. MASA CART.

-De las 161 encuestas cumplimentadas en castellano 14 de ellas, es decir, un 3’2% del total y un 8’6% de las redactadas en dicho idioma, muestran su malestar por la exclusión de ese idioma de la vida institucional y reclaman bilingüismo real en ámbitos como el escolar o manifiestan su hartazgo del nacionalismo dominante

Otras consideraciones:

-Algunas de las encuestas redactadas en castellano, una docena, reproducen en catalán de su puño y letra los ítems o apartados propuestos por el encuestador, procediendo del siguiente modo:

Habitatge: la vivienda es muy cara.

E incluso las hay que reproducen el citado item en la respuesta discursiva, en una suerte de horripilante híbrido idiomático más allá de los inevitables préstamos entre dos lenguas en permanente contacto:

Habitatge: el habitatge es demasiado caro.

-No pocas encuestas redactadas en castellano, media docena, traducen alguno de los ítems incorporándolos al texto, sucediendo a menudo y por alguna razón extraña con la expresión gent gran, y dicen:

Queremos más atenciones para la gente grande, no refiriéndose, claro es, a personas de elevada estatura o aquejadas de gigantismo sino a nuestros ancianos.

Evidentemente la redacción monolingüe del documento influye en las respuestas de los participantes. Sorprende que, a pesar de ese monolingüismo promovido sin fisuras por las instituciones locales, aquí con cierto efecto mimético o inductor, y de la percepción social ampliamente difundida de que las cosas oficiales aconsejan la utilización del catalán -porque es lo que hay, por evitar represalias o por alguna otra razón-, un 37’4% de los barceloneses decida hacerlo en castellano, magnitud que traslada una idea aproximada de la importante presencia y competencia lingüística en ese idioma de muchísimos barceloneses a pesar del premeditado y sistemático silenciamiento cultivado por las autoridades.


Una parte significativa de barceloneses castellanohablantes ha interiorizado que, por una razón u otra -unos 10 que escriben en catalán con escasa pericia sus propuestas y otros que incorporan ítems del texto en catalán a su respuesta en castellano-, su idioma es de segunda categoría y no es digno de figurar en una encuesta solicitada por el ayuntamiento o para denominar capítulos de tanta relevancia como jardines, alumbrado, contaminación acústica, seguridad, eso que llaman movilidad, etc; encuesta que sus promotores no utilizarán a pesar de todo para limpiarse el trasero pues la textura, una suerte de cartulina, es demasiado rígida para tan delicados menesteres, pero casi.
Detectamos una suerte de devaluación, minusvaloración, depreciación o vergüenza del propio idioma en un considerable segmento de castellanohablantes que también se reproduce en otros ámbitos de la vida cotidiana como la escolarización, el gran banco de pruebas del proyecto nacionalista, siendo infinidad los castellanohablantes que intercalan en sus comentarios en castellano expresiones como pitet por babero, bolquer por pañal, sorral por arenal o casal d’estiu por colonias veraniegas cuando te dan la brasa hablando de la educación y crianza de sus pequeñuelos aceptando inconscientemente la erradicación de su idioma en esferas tan importantes como ésa de la vida ciudadana, llegando algunos incluso a hablar, con mayor o menor competencia y fortuna, con sus hijos en catalán en el ámbito doméstico convencidos de que es lo mejor que pueden hacer por su promoción social futura, en una suerte de chocante e impremeditada deserción idiomática estimulada por el entorno social y educativo. Deciden, pues, que el castellano no vale para cosas serias y que su hábitat natural es la cafetería y su función instrumental más elevada o noble no es otra que el análisis de los resultados futbolísticos de la jornada liguera o de las últimas y sorprendentes revelaciones de la prensa rosa.
Aquí lo dejamos aunque la encuesta da para más.

Què hi farem?




viernes, 30 de noviembre de 2007

Sonderkommando a título póstumo


Tolerancio enterró antes de tiempo a Paco Candel. No había llegado aún la hora del periodista y escritor que falleció -esta vez de veras- el pasado 23 de noviembre. Fue el finado uno de los máximos exponentes del nacionalismo sonderkommando, es decir, aquella modalidad subalterna de nacionalismo que consiste en la aceptación entusiasta de las tesis identitarias y su difusión con fervor apostólico particularmente entre los no catalanes de nacimiento. Pero la denominación podría ser otra como proctonacionalismo, término éste que, por descriptivo y no exento de cierto lirismo anatómico, Tolerancio halla de su agrado y pone en circulación para contribuir altruistamente a la elaboración de un vocabulario instrumental útil para acometer un ponderado análisis de las especificidades de la política local.

El difunto, hombre de modestos orígenes y austero modo de vida, destacó por su inconmovible fidelidad al nacionalismo sonderkommando y, hay que reconocerlo, nunca le preocupó sacar tajada de su ejemplar sumisión a las tesis catalanistas, a diferencia de otros correligionarios, diligentes y serviles en el trasiego de jofainas o palanganas como los periodistas Luis del Olmo, Julia Otero o Justo Molinero. Jamás modificó sus planteamientos y nunca dudó en prestar sus escritos a la causa del asimilacionismo que en Cataluña ha sustituido en las últimas décadas cualquier segmentación social en aras de la cohesión y de la vertebración nacionales, siendo impagable su tarea proselitista entre trabajadores y organizaciones sindicales, hermanadas éstas últimas con la burguesía industrial y financiera catalana, antes franquista, Lara padre, y ahora catalanista, Lara hijo, bajo los auspicios de la misma y sagrada bandera que, en Cataluña, los sindicatos hacen suya encajando lacayunamente sus siglas entre las cuatro barras.

Paco Candel no tuvo otro amo que la clase política local. Y en esa obediencia fue siempre el mejor, sino insustituible, casi, pues para esas funciones domésticas son legión los postulantes, aunque ninguno a su nivel y por eso fue en vida colmado de honores y distinciones, mas nunca codició prebendas o soldada. Lo hacía de grado y completamente gratis. Fue, cuando tocó, un buen charnego -como hubo en América buenos negritos, siempre laboriosos a la hora de satisfacer los caprichos del amo-… y así colaboró ancilar y voluntariosamente en la modificación del esquema clásico de confrontación entre capital y trabajadores por la configuración estratégica de un frente más amplio y pasteleado entre el primero, el capital nativo, y las cúpulas sindicales, representantes más o menos legítimos de los segundos, contra el enemigo exterior, dando pábulo y marchamo al victimismo lacrimógeno que nuestros políticos -nuestros es un decir- han cultivado con denuedo y perseverancia durante estas tres últimas décadas.

Sucede que unas bitácoras atrás, al hablar de algunos sonderkommando de notable relevancia, citamos entre ellos a Paco Candel dándole por muerto. El error fue advertido por un buen amigo de Tolerancio y al punto le comunicó la falsía del óbito apresurado. No obstante, tras una conversación telefónica, decidieron ambos, administrando el viático con fatídica antelación, que era muy probable que Paco Candel hubiera pasado ya a mejor vida y disfrutara entonces en un rinconcito de la eternidad catalanista desempeñando tareas consonantes a sus cualidades… como llevar las pantuflas a angelotes de nacionalistas de probado pedigrí como mosén Xirinachs y otros, además de abanicarles y acicalar las plumas de sus alones sobre el gosipino regazo de una nube.

Por esas fechas Tolerancio había puesto en marcha una encuesta entre su incontable muchedumbre de lectores -que reclaman sin descanso más bitácoras como aúllan los toxicómanos por una nueva dosis narcótica- para fallar el premio recientemente instituido al Sonderkomamando del Año en su edición de 2007. Hasta ese momento la tabla clasificatoria arrojaba la siguiente y reñida composición:


-Sonderkommando Montilla: 34 votos.
-Sonderkommando Jose María Álvarez (UGT): 26 votos.
-Sonderkommndo Justo Molinero: 21 votos.
-Sonderkommando Pepe Rubianes: 19 votos.
-Sonderkommando Julia Otero: 16 votos.
-Sonderkommando Luis del Olmo: 13 votos.
-Sonderkommando Lara Bosch: 11 votos.
-Sonderkommando Enric Sopena*: 10 votos.
-Sonderkommando Els Altres Andalusos: 8 votos.
-Sonderkommando Pachi López (PSE) **: 5 votos.
-Sonderkommando Paco Candel: 3 votos.
-Sonderkommando Ildefonso Falcones***: 2 votos
-Sonderkommando Raúl Tamudo****: 1 voto.

La clasificación provisional demuestra que algunos votantes sabían perfectamente que Paco Candel no había fallecido aún, si bien Tolerancio, al procesar los datos, entendió, equivocadamente, que su energía y vehemencia a favor de la causa nacionalista había sido tal que se colaba su candidatura entre los más votados por la fenomenal irradiación de ultratumba de su catalanismo adoptivo, dispuesto a ganar batallas una vez muerto, como el mismísimo Cid Campeador.

Por todo ello Tolerancio ha decidido dejar sin efecto la votación para honrar con un galardón a la sonderkommandía nacionalista a título póstumo y como premio a una dilatada trayectoria a Paco Candel, sumándonos con afecto y respeto a las pompas institucionales en homenaje a tan ilustre y llorado personaje. Ya tendrán los candidatos anteriormente citados, no nos cabe la menor duda, ocasión de aportar renovados motivos para saborear las mieles del triunfo en futuras ediciones.

Asimismo una idea malévola, como un futilazo eléctrico, cruzó meteóricamente el magín de Tolerancio y una sonrisilla despreciable, de hiena, iluminó malignamente sus poco agraciadas facciones. Quizá, el muy pérfido, esté investido, sin saberlo, de un don profético para el mal. Esa hipotética circunstancia nos trae a las mientes aquella cita que dice los muertos que vos matáis, gozan de buena salud… no siendo aplicable en sentido estricto al caso que nos ocupa, pues en relación al finado, don Francisco Candel que en gloria esté, consumido por imperativo de la edad y por una terrible enfermedad y una dolorosa agonía que a nadie deseamos por el sufrimiento que acarrea, no solo al paciente, sino a parientes y allegados, habría que modificar la cita original diciendo gozan de mala salud y por muy poco tiempo. Por esa razón, sospechando Tolerancio ignotas y nigrománticas cualidades como augur sepulturero sopesa la posibilidad de iniciar una serie de bitácoras-obituario en honor de significados sonderkommando del nacionalismo, aún vivos, para ver si, conforme al principio de la magia simpática formulado en su día por el antropólogo Lucien Levy-Bruhl, se repiten los mismos y funestos resultados enunciando el mismo error anticipatorio: similares causas producen similares efectos. Si la ley se cumple, nos habríamos de ver, a no mucho tardar, en próximos velatorios

Notas aclaratorias sobre el cancelado premio al Sonderkommando 2007:

* Siendo el sectario periodista Enric Sopena nacido en Cataluña, y no teniendo que suplir un déficit de catalanidad biológica o genealógica, opta motivadamente al premio sonderkommando pues en multitud de ocasiones definiéndose como no nacionalista actúa y habla como el más furibundo converso, bailándole el agua al nacionalismo y sus tesis con ejemplar sentido del deber y un grado de servidumbre que rebasa en mucho las habituales funciones de la mayordomía.

** La sonderkommandía nacionalista no es un fenómeno exclusivo de Cataluña y también computan los votos en favor de quienes desempeñan funciones idénticas en otras regiones. El caso de Pachi López es paradigmático, besando el interfecto con ansia y frenesí el negro y pestilente trasero de quienes han asesinado de un tiro en la nuca o despanzurrado de un bombazo, entre otros, a sus compañeros de partido.

*** Por su presencia en la feria de Frankfurt y su buena disposición a encerar a lengüetazos apéndices y extremidades de los gerifaltes nacionalistas.

**** Lamenta profundamente Tolerancio la irrupción en la tabla de Raúl Tamudo, centrodelantero del RCD Español de Barcelona, equipo del que es aficionado, pero el citado deportista ha contraído méritos suficientes para figurar en el listado tras sus declaraciones innecesarias e insinceras -en una revista editada por una de esas Plataformas generosamente financiadas a cargo del deficitario y expoliado erario autonómico- a favor del reconocimiento y participación de las selecciones catalanas en torneos internacionales. Decimos insinceras porque presumimos y nos consta que a Raúl Tamudo solo le interesa la selección nacional española y que la catalana le importa poco menos que un pimiento, pero que, rastrera y cobardemente, se ha prestado a realizar dichas declaraciones para evitar el apedreamiento de su vivienda, entre otras cosas, por haber colaborado activamente en privar del último título de liga al club rival de la ciudad y representativo del régimen.


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martes, 27 de noviembre de 2007

Zapatero no tiene abuelos


Que Zapatero no tiene abuelo es cosa sabida, pues los militares sublevados le fusilaron al inicio de la Guerra Civil. Hay quien dice que lo fue como resultado de una acción de guerra tras una derrota en campaña de las armas leales al gobierno del Frente Popular y otros que por ofrecerse a los militares golpistas, pues el pronunciamiento le sorprendió en guarnición sublevada, pero que aquéllos, avisados que el candidato a engrosar el alto mando era un oficial de simpatías nada concordantes con la conspiración insurreccional, le llevaron al paredón. También hay quien sostiene que no le habría aguardado destino muy distinto en el otro bando habida cuenta de su participación activa en la sofocación, a las órdenes de Franco, de la rebelión contra la legalidad republicana de octubre del 34 urdida a medias entre PSOE y ERC, es decir, el partido de Companys, el president màrtir que, por estricto orden cronológico, antes de alcanzar el martirologio nacionalista fue un golpista contra la democracia. Pero lo que no sabíamos es que ZP tampoco tuviera abuela.

En efecto, en un acto celebrado recientemente en Barcelona, ante un foro de empresas familiares, Zapatero, que no llegó en AVE al lugar de la reunión -y solo unas fechas antes de cubrirse de gloria en la Conferencia Iberoamericana de Chile con la participación estelar del Rey y de Hugo Chávez-, algo inmodesto, calificó con un 9 nada desdeñable... ¡Un 9!... la política económica de su gabinete.
Nos ocupa el gesto del presidente y no otra cosa. Pues habrá al punto quien pueda debatir y rebatir su optimista valoración. Algunos dirán que la bonanza económica que se ha disfrutado estos años no es más que la gestión de una situación heredada del anterior gobierno; gestión no muy brillante, por cierto, y que en justicia su mérito es nulo. Y que incluso en poco tiempo ha dilapidado dicha herencia. Que la ha derrochado con manirrota prodigalidad a golpe de talonario, de superfluas campañas publicitarias, promesas electorales y subvenciones para todos los gustos y colores y que no ha sabido activar mecanismos preventivos ante la amenaza sombría que se barrunta en el horizonte y que muestra unos síntomas hoy perceptibles y preocupantes como un repunte continuado, o mejor descontrolado, de la inflación, encarecimiento de la cesta de la compra y del combustible, aumento sostenido del desempleo con especial incidencia en los colectivos más desprotegidos como los inmigrantes, descenso acusado de la confianza de los consumidores, endeudamiento y triplicada quiebra de los presupuestos familiares durante el último año o el ingobernable e incomprensible barullo inmobiliario con un carestía de la vivienda garantizada de por vida, amén de otros datos tampoco muy alentadores.

Al mismo tiempo que ZP ponderaba tan generosamente la ímproba gestión económica de su diligente equipo gubernamental, circuló de tapadillo una encuesta entre los asistentes a dicha reunión y la calificación alternativa, promediada y filtrada a la prensa, no fue tan bondadosa. En efecto, obtuvo un 3 mondo y lirondo, es decir, un nada honroso Muy Deficiente, según las calificaciones de cuando Tolerancio era estudiante, y ya ha llovido desde entonces, aunque no mucho por culpa de la pertinaz sequía y del cambio climático. Y claro es, nadie le endosó un cero pues como todo el mundo sabe fue desterrado meses atrás de las notas escolares por decreto de la ministro/a de Educación. El cero, esa maravillosa conquista de la inteligencia humana, ha sido declarado en rebeldía y forajido y está su cabeza pregonada, en búsqueda y captura, y su retrato robot colgado en todas las comisarías de Policía y en las estaciones de trenes y las terminales de los aeropuertos.

En definitiva, ZP no tiene abuelo, ni abuela tampoco. ¿Qué hemos hecho para merecer esto?

sábado, 24 de noviembre de 2007

Albert y Rosa/ Rosa y Albert

Tolerancio advierte que esta bitácora contiene expresiones malsonantes

Tolerancio ordena a Rosa Díez y a Albert Rivera que alcancen un acuerdo para presentar candidatura única en las próximas elecciones generales, al menos por las cuatro circunscripciones catalanas. No se admite un no por respuesta.

Dicen algunas informaciones periodísticas que no hay química entre Rosa y Albert. Nos importa un pito. Han de concurrir juntos y a la fuerza, les guste o no, es decir, se gusten o no, aunque sea tirándoles de las orejas. Sólo tienen que hacer listas conjuntas, no se trata de que intimen, sean amigos o cenen juntos entre guiños y confidencias. No les pedimos tanto. Esto me recuerda un chiste no apto que dice más o menos así: una pareja va a una pensión y antes de darle al metisaca la chica confiesa, oye Pepe, que no soy virgen. Y Pepe responde con determinación y a punto de nieve, ni tú eres la Virgen ni yo San José… ¿A qué hemos venido… a follar o a montar un belén? Pues eso. No estamos aquí para follar, ser amigos o caernos de fábula, que es preferible, sin duda, sino para poner una pica en Flandes y meter una cuña no nacionalista en el parlamento.

Pero si todo el problema reside en que no hay buen rollo entre ambos, Tolerancio propone corregir esos desajustes, pues aún estamos a tiempo. Iniciamos pues una colecta* para recaudar fondos y reservarles habitación en un Parador Nacional de Turismo. Una suite con unas vistas espléndidas. Que nada más abrir el ventanal y salir a la balconada puedan deleitarse admirando montañas con las cimas enharinadas, bosques frondosos, árboles de hoja caediza aportando una variada gama de matices al pictórico lienzo autumnal, ágiles y simpatiquísimas ardillas de cola anillada saltando de rama en rama, y al fondo, en aquel verdinal prado, unas vacas lustrosas paciendo tranquilamente y haciendo sonar sus musicales esquilas.
Se trata de propiciar el mutuo conocimiento. De darles una oportunidad. Que hablen de sus cosas, se conozcan, siempre con un refrigerio a mano para reponer energías: unos canapés, una botella de Dom Perignon en la frigente cubitera o acaso una copa de balón con un brandy de solera junto a la chimenea. Qué han leído últimamente, qué películas han visto, qué música les place, si les gusta viajar o si prefieren la gastronomía a las edificantes visitas a los museos. Que se miren directamente a los ojos, como un emisario del PSE fascinado, embelesado con etarras encapuchados en clandestinas negociaciones, o como ZP y un técnico del AVE ante el templo expiatorio de la Sagrada Familia.
Albert puede aportar el fragor de la juventud impetuosa y galante, es un hombre atlético y dinámico, y Rosa el grado, la sabiduría, el savoir faire de la contrastada experiencia y formar ambos un tándem idóneo para un fecundo acoplamiento político.

Concedamos que se han cometido errores a la hora de abordar la deseable entente cordiale entre C’s y UPD, que algunos anuncios apresurados han podido dificultar el acercamiento, que los caracteres personales ocasionen rechazo, enojo o desconfianza entre partes, que existan planteamientos discrepantes o que sea complicado armonizar ambiciones encontradizas… pero todo eso debe ser superado, omitido y supeditado al interés superior de la causa no nacionalista con un telón de fondo de polarización electoral reñidísima, puñal en ristre, entre PSOE y PP.
En otras circunstancias lo antedicho podría razonablemente demorar un acuerdo o incluso dejarlo en vía muerta para los restos, pero hoy, y con lo que nos jugamos, no deja de ser una minucia, una pamema irrelevante. No cuela. Por expresarlo de un modo gráfico y vehemente, todas esas desavenencias y esas antipatías a Tolerancio, como en su día la idea de España a don Fernando Savater, LE SUDAN LOS COJONES.
¿A qué estamos jugando? A Tolerancio no le cae bien el vecino del 4º, que es un egoísta y un gilipollas de campeonato, pero le da los buenos días si se topa con él en la escalera de la finca. A usted le remueve las tripas un compañero de trabajo quisquilloso y lameculos, pero no por ello deja de asistir a sus quehaceres diarios y cumple con su cometido profesional aunque coincida en la oficina con el despreciable elemento. Y como éstos dos, acaso torpes e inapropiados, cientos de ejemplos más, para todos los gustos y paladares… ¿Que no conectan Rosa y Albert? ¿Qué no hay empatía? ¿No se ajuntan porque Juanito no invitó a Juanita a su fiesta de cumple?... Por favor, C’s y UPyD, o viceversa: No me toquéis lo que me sudaba al final del párrafo anterior.

* Hablando de colectas, Tolerancio se ve en la desagradable obligación de comunicar que todavía no ha recibido una sola imposición bancaria a su favor para proceder a un holgado retiro espiritual a la vez que provechoso para la causa del no nacionalismo conforme al plan referido en la bitácora titulada Teatro Negro. Aprovecha estas líneas para estimular la generosidad de sus posibles patrocinadores, pero advierte que, en caso de persistir la ausencia absoluta de fondos adoptará en adelante un tono muy distinto. Gracias.