viernes, 30 de noviembre de 2007

Sonderkommando a título póstumo


Tolerancio enterró antes de tiempo a Paco Candel. No había llegado aún la hora del periodista y escritor que falleció -esta vez de veras- el pasado 23 de noviembre. Fue el finado uno de los máximos exponentes del nacionalismo sonderkommando, es decir, aquella modalidad subalterna de nacionalismo que consiste en la aceptación entusiasta de las tesis identitarias y su difusión con fervor apostólico particularmente entre los no catalanes de nacimiento. Pero la denominación podría ser otra como proctonacionalismo, término éste que, por descriptivo y no exento de cierto lirismo anatómico, Tolerancio halla de su agrado y pone en circulación para contribuir altruistamente a la elaboración de un vocabulario instrumental útil para acometer un ponderado análisis de las especificidades de la política local.

El difunto, hombre de modestos orígenes y austero modo de vida, destacó por su inconmovible fidelidad al nacionalismo sonderkommando y, hay que reconocerlo, nunca le preocupó sacar tajada de su ejemplar sumisión a las tesis catalanistas, a diferencia de otros correligionarios, diligentes y serviles en el trasiego de jofainas o palanganas como los periodistas Luis del Olmo, Julia Otero o Justo Molinero. Jamás modificó sus planteamientos y nunca dudó en prestar sus escritos a la causa del asimilacionismo que en Cataluña ha sustituido en las últimas décadas cualquier segmentación social en aras de la cohesión y de la vertebración nacionales, siendo impagable su tarea proselitista entre trabajadores y organizaciones sindicales, hermanadas éstas últimas con la burguesía industrial y financiera catalana, antes franquista, Lara padre, y ahora catalanista, Lara hijo, bajo los auspicios de la misma y sagrada bandera que, en Cataluña, los sindicatos hacen suya encajando lacayunamente sus siglas entre las cuatro barras.

Paco Candel no tuvo otro amo que la clase política local. Y en esa obediencia fue siempre el mejor, sino insustituible, casi, pues para esas funciones domésticas son legión los postulantes, aunque ninguno a su nivel y por eso fue en vida colmado de honores y distinciones, mas nunca codició prebendas o soldada. Lo hacía de grado y completamente gratis. Fue, cuando tocó, un buen charnego -como hubo en América buenos negritos, siempre laboriosos a la hora de satisfacer los caprichos del amo-… y así colaboró ancilar y voluntariosamente en la modificación del esquema clásico de confrontación entre capital y trabajadores por la configuración estratégica de un frente más amplio y pasteleado entre el primero, el capital nativo, y las cúpulas sindicales, representantes más o menos legítimos de los segundos, contra el enemigo exterior, dando pábulo y marchamo al victimismo lacrimógeno que nuestros políticos -nuestros es un decir- han cultivado con denuedo y perseverancia durante estas tres últimas décadas.

Sucede que unas bitácoras atrás, al hablar de algunos sonderkommando de notable relevancia, citamos entre ellos a Paco Candel dándole por muerto. El error fue advertido por un buen amigo de Tolerancio y al punto le comunicó la falsía del óbito apresurado. No obstante, tras una conversación telefónica, decidieron ambos, administrando el viático con fatídica antelación, que era muy probable que Paco Candel hubiera pasado ya a mejor vida y disfrutara entonces en un rinconcito de la eternidad catalanista desempeñando tareas consonantes a sus cualidades… como llevar las pantuflas a angelotes de nacionalistas de probado pedigrí como mosén Xirinachs y otros, además de abanicarles y acicalar las plumas de sus alones sobre el gosipino regazo de una nube.

Por esas fechas Tolerancio había puesto en marcha una encuesta entre su incontable muchedumbre de lectores -que reclaman sin descanso más bitácoras como aúllan los toxicómanos por una nueva dosis narcótica- para fallar el premio recientemente instituido al Sonderkomamando del Año en su edición de 2007. Hasta ese momento la tabla clasificatoria arrojaba la siguiente y reñida composición:


-Sonderkommando Montilla: 34 votos.
-Sonderkommando Jose María Álvarez (UGT): 26 votos.
-Sonderkommndo Justo Molinero: 21 votos.
-Sonderkommando Pepe Rubianes: 19 votos.
-Sonderkommando Julia Otero: 16 votos.
-Sonderkommando Luis del Olmo: 13 votos.
-Sonderkommando Lara Bosch: 11 votos.
-Sonderkommando Enric Sopena*: 10 votos.
-Sonderkommando Els Altres Andalusos: 8 votos.
-Sonderkommando Pachi López (PSE) **: 5 votos.
-Sonderkommando Paco Candel: 3 votos.
-Sonderkommando Ildefonso Falcones***: 2 votos
-Sonderkommando Raúl Tamudo****: 1 voto.

La clasificación provisional demuestra que algunos votantes sabían perfectamente que Paco Candel no había fallecido aún, si bien Tolerancio, al procesar los datos, entendió, equivocadamente, que su energía y vehemencia a favor de la causa nacionalista había sido tal que se colaba su candidatura entre los más votados por la fenomenal irradiación de ultratumba de su catalanismo adoptivo, dispuesto a ganar batallas una vez muerto, como el mismísimo Cid Campeador.

Por todo ello Tolerancio ha decidido dejar sin efecto la votación para honrar con un galardón a la sonderkommandía nacionalista a título póstumo y como premio a una dilatada trayectoria a Paco Candel, sumándonos con afecto y respeto a las pompas institucionales en homenaje a tan ilustre y llorado personaje. Ya tendrán los candidatos anteriormente citados, no nos cabe la menor duda, ocasión de aportar renovados motivos para saborear las mieles del triunfo en futuras ediciones.

Asimismo una idea malévola, como un futilazo eléctrico, cruzó meteóricamente el magín de Tolerancio y una sonrisilla despreciable, de hiena, iluminó malignamente sus poco agraciadas facciones. Quizá, el muy pérfido, esté investido, sin saberlo, de un don profético para el mal. Esa hipotética circunstancia nos trae a las mientes aquella cita que dice los muertos que vos matáis, gozan de buena salud… no siendo aplicable en sentido estricto al caso que nos ocupa, pues en relación al finado, don Francisco Candel que en gloria esté, consumido por imperativo de la edad y por una terrible enfermedad y una dolorosa agonía que a nadie deseamos por el sufrimiento que acarrea, no solo al paciente, sino a parientes y allegados, habría que modificar la cita original diciendo gozan de mala salud y por muy poco tiempo. Por esa razón, sospechando Tolerancio ignotas y nigrománticas cualidades como augur sepulturero sopesa la posibilidad de iniciar una serie de bitácoras-obituario en honor de significados sonderkommando del nacionalismo, aún vivos, para ver si, conforme al principio de la magia simpática formulado en su día por el antropólogo Lucien Levy-Bruhl, se repiten los mismos y funestos resultados enunciando el mismo error anticipatorio: similares causas producen similares efectos. Si la ley se cumple, nos habríamos de ver, a no mucho tardar, en próximos velatorios

Notas aclaratorias sobre el cancelado premio al Sonderkommando 2007:

* Siendo el sectario periodista Enric Sopena nacido en Cataluña, y no teniendo que suplir un déficit de catalanidad biológica o genealógica, opta motivadamente al premio sonderkommando pues en multitud de ocasiones definiéndose como no nacionalista actúa y habla como el más furibundo converso, bailándole el agua al nacionalismo y sus tesis con ejemplar sentido del deber y un grado de servidumbre que rebasa en mucho las habituales funciones de la mayordomía.

** La sonderkommandía nacionalista no es un fenómeno exclusivo de Cataluña y también computan los votos en favor de quienes desempeñan funciones idénticas en otras regiones. El caso de Pachi López es paradigmático, besando el interfecto con ansia y frenesí el negro y pestilente trasero de quienes han asesinado de un tiro en la nuca o despanzurrado de un bombazo, entre otros, a sus compañeros de partido.

*** Por su presencia en la feria de Frankfurt y su buena disposición a encerar a lengüetazos apéndices y extremidades de los gerifaltes nacionalistas.

**** Lamenta profundamente Tolerancio la irrupción en la tabla de Raúl Tamudo, centrodelantero del RCD Español de Barcelona, equipo del que es aficionado, pero el citado deportista ha contraído méritos suficientes para figurar en el listado tras sus declaraciones innecesarias e insinceras -en una revista editada por una de esas Plataformas generosamente financiadas a cargo del deficitario y expoliado erario autonómico- a favor del reconocimiento y participación de las selecciones catalanas en torneos internacionales. Decimos insinceras porque presumimos y nos consta que a Raúl Tamudo solo le interesa la selección nacional española y que la catalana le importa poco menos que un pimiento, pero que, rastrera y cobardemente, se ha prestado a realizar dichas declaraciones para evitar el apedreamiento de su vivienda, entre otras cosas, por haber colaborado activamente en privar del último título de liga al club rival de la ciudad y representativo del régimen.


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martes, 27 de noviembre de 2007

Zapatero no tiene abuelos


Que Zapatero no tiene abuelo es cosa sabida, pues los militares sublevados le fusilaron al inicio de la Guerra Civil. Hay quien dice que lo fue como resultado de una acción de guerra tras una derrota en campaña de las armas leales al gobierno del Frente Popular y otros que por ofrecerse a los militares golpistas, pues el pronunciamiento le sorprendió en guarnición sublevada, pero que aquéllos, avisados que el candidato a engrosar el alto mando era un oficial de simpatías nada concordantes con la conspiración insurreccional, le llevaron al paredón. También hay quien sostiene que no le habría aguardado destino muy distinto en el otro bando habida cuenta de su participación activa en la sofocación, a las órdenes de Franco, de la rebelión contra la legalidad republicana de octubre del 34 urdida a medias entre PSOE y ERC, es decir, el partido de Companys, el president màrtir que, por estricto orden cronológico, antes de alcanzar el martirologio nacionalista fue un golpista contra la democracia. Pero lo que no sabíamos es que ZP tampoco tuviera abuela.

En efecto, en un acto celebrado recientemente en Barcelona, ante un foro de empresas familiares, Zapatero, que no llegó en AVE al lugar de la reunión -y solo unas fechas antes de cubrirse de gloria en la Conferencia Iberoamericana de Chile con la participación estelar del Rey y de Hugo Chávez-, algo inmodesto, calificó con un 9 nada desdeñable... ¡Un 9!... la política económica de su gabinete.
Nos ocupa el gesto del presidente y no otra cosa. Pues habrá al punto quien pueda debatir y rebatir su optimista valoración. Algunos dirán que la bonanza económica que se ha disfrutado estos años no es más que la gestión de una situación heredada del anterior gobierno; gestión no muy brillante, por cierto, y que en justicia su mérito es nulo. Y que incluso en poco tiempo ha dilapidado dicha herencia. Que la ha derrochado con manirrota prodigalidad a golpe de talonario, de superfluas campañas publicitarias, promesas electorales y subvenciones para todos los gustos y colores y que no ha sabido activar mecanismos preventivos ante la amenaza sombría que se barrunta en el horizonte y que muestra unos síntomas hoy perceptibles y preocupantes como un repunte continuado, o mejor descontrolado, de la inflación, encarecimiento de la cesta de la compra y del combustible, aumento sostenido del desempleo con especial incidencia en los colectivos más desprotegidos como los inmigrantes, descenso acusado de la confianza de los consumidores, endeudamiento y triplicada quiebra de los presupuestos familiares durante el último año o el ingobernable e incomprensible barullo inmobiliario con un carestía de la vivienda garantizada de por vida, amén de otros datos tampoco muy alentadores.

Al mismo tiempo que ZP ponderaba tan generosamente la ímproba gestión económica de su diligente equipo gubernamental, circuló de tapadillo una encuesta entre los asistentes a dicha reunión y la calificación alternativa, promediada y filtrada a la prensa, no fue tan bondadosa. En efecto, obtuvo un 3 mondo y lirondo, es decir, un nada honroso Muy Deficiente, según las calificaciones de cuando Tolerancio era estudiante, y ya ha llovido desde entonces, aunque no mucho por culpa de la pertinaz sequía y del cambio climático. Y claro es, nadie le endosó un cero pues como todo el mundo sabe fue desterrado meses atrás de las notas escolares por decreto de la ministro/a de Educación. El cero, esa maravillosa conquista de la inteligencia humana, ha sido declarado en rebeldía y forajido y está su cabeza pregonada, en búsqueda y captura, y su retrato robot colgado en todas las comisarías de Policía y en las estaciones de trenes y las terminales de los aeropuertos.

En definitiva, ZP no tiene abuelo, ni abuela tampoco. ¿Qué hemos hecho para merecer esto?

sábado, 24 de noviembre de 2007

Albert y Rosa/ Rosa y Albert

Tolerancio advierte que esta bitácora contiene expresiones malsonantes

Tolerancio ordena a Rosa Díez y a Albert Rivera que alcancen un acuerdo para presentar candidatura única en las próximas elecciones generales, al menos por las cuatro circunscripciones catalanas. No se admite un no por respuesta.

Dicen algunas informaciones periodísticas que no hay química entre Rosa y Albert. Nos importa un pito. Han de concurrir juntos y a la fuerza, les guste o no, es decir, se gusten o no, aunque sea tirándoles de las orejas. Sólo tienen que hacer listas conjuntas, no se trata de que intimen, sean amigos o cenen juntos entre guiños y confidencias. No les pedimos tanto. Esto me recuerda un chiste no apto que dice más o menos así: una pareja va a una pensión y antes de darle al metisaca la chica confiesa, oye Pepe, que no soy virgen. Y Pepe responde con determinación y a punto de nieve, ni tú eres la Virgen ni yo San José… ¿A qué hemos venido… a follar o a montar un belén? Pues eso. No estamos aquí para follar, ser amigos o caernos de fábula, que es preferible, sin duda, sino para poner una pica en Flandes y meter una cuña no nacionalista en el parlamento.

Pero si todo el problema reside en que no hay buen rollo entre ambos, Tolerancio propone corregir esos desajustes, pues aún estamos a tiempo. Iniciamos pues una colecta* para recaudar fondos y reservarles habitación en un Parador Nacional de Turismo. Una suite con unas vistas espléndidas. Que nada más abrir el ventanal y salir a la balconada puedan deleitarse admirando montañas con las cimas enharinadas, bosques frondosos, árboles de hoja caediza aportando una variada gama de matices al pictórico lienzo autumnal, ágiles y simpatiquísimas ardillas de cola anillada saltando de rama en rama, y al fondo, en aquel verdinal prado, unas vacas lustrosas paciendo tranquilamente y haciendo sonar sus musicales esquilas.
Se trata de propiciar el mutuo conocimiento. De darles una oportunidad. Que hablen de sus cosas, se conozcan, siempre con un refrigerio a mano para reponer energías: unos canapés, una botella de Dom Perignon en la frigente cubitera o acaso una copa de balón con un brandy de solera junto a la chimenea. Qué han leído últimamente, qué películas han visto, qué música les place, si les gusta viajar o si prefieren la gastronomía a las edificantes visitas a los museos. Que se miren directamente a los ojos, como un emisario del PSE fascinado, embelesado con etarras encapuchados en clandestinas negociaciones, o como ZP y un técnico del AVE ante el templo expiatorio de la Sagrada Familia.
Albert puede aportar el fragor de la juventud impetuosa y galante, es un hombre atlético y dinámico, y Rosa el grado, la sabiduría, el savoir faire de la contrastada experiencia y formar ambos un tándem idóneo para un fecundo acoplamiento político.

Concedamos que se han cometido errores a la hora de abordar la deseable entente cordiale entre C’s y UPD, que algunos anuncios apresurados han podido dificultar el acercamiento, que los caracteres personales ocasionen rechazo, enojo o desconfianza entre partes, que existan planteamientos discrepantes o que sea complicado armonizar ambiciones encontradizas… pero todo eso debe ser superado, omitido y supeditado al interés superior de la causa no nacionalista con un telón de fondo de polarización electoral reñidísima, puñal en ristre, entre PSOE y PP.
En otras circunstancias lo antedicho podría razonablemente demorar un acuerdo o incluso dejarlo en vía muerta para los restos, pero hoy, y con lo que nos jugamos, no deja de ser una minucia, una pamema irrelevante. No cuela. Por expresarlo de un modo gráfico y vehemente, todas esas desavenencias y esas antipatías a Tolerancio, como en su día la idea de España a don Fernando Savater, LE SUDAN LOS COJONES.
¿A qué estamos jugando? A Tolerancio no le cae bien el vecino del 4º, que es un egoísta y un gilipollas de campeonato, pero le da los buenos días si se topa con él en la escalera de la finca. A usted le remueve las tripas un compañero de trabajo quisquilloso y lameculos, pero no por ello deja de asistir a sus quehaceres diarios y cumple con su cometido profesional aunque coincida en la oficina con el despreciable elemento. Y como éstos dos, acaso torpes e inapropiados, cientos de ejemplos más, para todos los gustos y paladares… ¿Que no conectan Rosa y Albert? ¿Qué no hay empatía? ¿No se ajuntan porque Juanito no invitó a Juanita a su fiesta de cumple?... Por favor, C’s y UPyD, o viceversa: No me toquéis lo que me sudaba al final del párrafo anterior.

* Hablando de colectas, Tolerancio se ve en la desagradable obligación de comunicar que todavía no ha recibido una sola imposición bancaria a su favor para proceder a un holgado retiro espiritual a la vez que provechoso para la causa del no nacionalismo conforme al plan referido en la bitácora titulada Teatro Negro. Aprovecha estas líneas para estimular la generosidad de sus posibles patrocinadores, pero advierte que, en caso de persistir la ausencia absoluta de fondos adoptará en adelante un tono muy distinto. Gracias.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

El no nacionalismo demediado: Ciudadanos/Rosa Díaz


Cuando dicen que la Historia se escribe con renglones torcidos, comprueba uno desencantado que la cita vale también para la reciente historia de la expresión política del no nacionalismo. Y decimos reciente historia no porque el no nacionalismo no existiera tiempo ha, sino porque no tenía expresión política, unas siglas de referencia. Como todo el mundo sabe los partidos mayoritarios con responsabilidades de gobierno, UCD, PSOE y PP, siempre han demostrado complacencia, blandenguería o complicidad con los nacionalistas a cambio de formalizar mayorías parlamentarias o evitar conflictos, promulgando una ley no escrita de permanente supeditación de la política nacional, fenómeno prácticamente desconocido en el resto del mundo, a las aspiraciones y llantos de los diferentes partidos localistas, por lo que sólo muy generosamente podemos llamar nacionales a los partidos mayoritarios.

En esta última legislatura hemos asistido a un deterioro institucional inaudito gracias a la política errática y claudicante en materia nacional del gobierno ZP. Ha sido una permanente demolición de la idea nacional de España inaugurada con una declaración enjundiosa y solemne cuando el inefable ZP dijo que el concepto nación es, referido a España por supuesto, discutido y discutible para solaz de quienes reclaman para determinados territorios, conforme a abracadabrantes pero muy divulgadas tergiversaciones históricas, un rango equiparable al de los estados soberanos reconocidos en el concierto de las naciones. A esa declaración de principios de ZP ha seguido, correlato inevitable, un auténtico desbarajuste en cascada de reformas estatutarias como la catalana o la andaluza, también avalada por el PP, que, según las encuestas publicadas entonces, importaban poco menos que un pimiento a la ciudadanía y que tuvieron un refrendo en las urnas con ínfimos porcentajes de participación. La asimetría de derechos pregonada entre otros por Maragall es hoy un hecho consumado en una España en proceso de feudalización galopante, donde los señores locales imponen su ley en los territorios de su jurisdicción.

A la imbecilidad en materia nacional, teñida de malicia, del actual PSOE, se ha sumado de grado el PP con su voluntarioso respaldo a muchas de esas reformas estatutarias que han proliferado como setas autumnales en la frondosa floresta y con algunas desconcertantes declaraciones de sus más destacados dirigentes, como los recientes guiños de Juan Costa a CiU y PNV con el propósito de urdir futuros acuerdos tras las próximas elecciones generales y retomar el habitual modismo de la cansina tutela nacionalista de la política española.

Y todo cuando la sensación de hartazgo ante el continuo chantaje nacionalista es creciente y se difunden al fin opiniones que propugnan inequívocamente la recuperación para el estado central de competencias como la Educación que fueron en su día inoportunamente transferidas en aras de un fallido contentamiento de los nacionalistas, imposible por principio, pues no hay manera de saciar su voracidad reivindicativa. Y cuando asoman en el horizonte colectivos de ciudadanos organizados en nuevas formaciones políticas como C’s y más tarde UPD, que postulan la necesaria y deseable pérdida de influencia del nacionalismo identitario mediante reformas de la ley electoral, amén del combate conceptual e intelectual que desde hace años plantean contra los postulados nacionalistas voluntariosas asociaciones ayunas de toda subvención.
Lo dicho… y cuando al fin se respira en el ambiente que la presencia de un partido o coalición de partidos expresamente definidos como no nacionalistas se haría con un hueco en el arco parlamentario, ahora que el PSOE de ZP ha perdido todo crédito en el llamado discurso nacional y no ofreciendo el PP las garantías deseables en esa materia, ahora que es una necesidad histórica y una cautela casi higiénica su aparición en el escenario político, ahora que es posible para un considerable segmento de la ciudadanía española y que nos sirven la ocasión en bandeja de plata… hete aquí que aquellos llamados a protagonizar esa suerte de rebelión ciudadana, C’s y UPD, contra el cansino, latoso, mortificante y omnipresente nacionalismo y contra la cobarde y bobalicona claudicación de los partidos mayoritarios, no se ponen de acuerdo para presentar listas conjuntas en aquellas circunscripciones donde habría probabilidades de obtener representación.

Ciudadanos y Rosa Díaz, Rosa Díaz y Ciudadanos, tanto monta, monta tanto, han de entender que los no nacionalistas llevamos muchos años sin unas siglas de referencia, que no somos de ningún partido, ni siquiera del nuestro. Somos, antes que de derechas, de centro o de izquierdas, no nacionalistas, porque ni derecha, ni centro ni izquierda nos han hecho puñetero el caso y todos ellos han pasado cabizbajos bajo las horcas caudinas del nacionalismo. Tolerancio, como algunos de ustedes, es no nacionalista y no tiene más obediencia que ésa y no entenderá ni perdonará, en su insignificancia, a quienes dañen la causa del no nacionalismo, no por errores de cálculo, pues todos podemos equivocarnos, sino por minucias y bagatelas como son las rencillas o desconfianzas personales.
Llevamos ya, y a regañadientes -pues la política no nos pone, como no sea de los nervios- unos cuantos años acudiendo a reuniones, asambleas, probando una cosa y luego otra, con su ración cumplida de discusiones, roces, desencuentros, alguna alegría que otra también, quitando tiempo a dormir la siesta o ir al cine en pos de la fórmula mágica, de la quintaesencia, y ahora que hierve en la retorta alquímica y asistimos expectantes a su nacimiento nos dicen que de lo dicho nada porque Pepito no quiere a Pepita o viceversa.
Rosa Díez es una política conocida, un dignísimo cartel electoral, y podría rascar un buen puñado de votos al PSOE entre esa gente desencantada por las conchabanzas repulsivas de ZP y los nacionalistas, de traje o capucha, al tiempo que C’s podría aportar su militancia consolidada y el bagaje de votos obtenido en las pasadas elecciones autonómicas, casi 90.000, que no es cosa para tomar a broma. Se necesitan, se complementan. O mejor, juntos les necesita el no nacionalismo.

El nacionalismo es como la hidra de Lerna: si la descabezas de un hachazo, al punto surge otra cabeza en el hueco que dejó el apéndice decapitado. El no nacionalismo no es así. Los no nacionalistas no tienen deudas de sangre que saldar por los antepasados oprimidos. Pueden sacrificar parte de su tiempo y de su vida por la causa pero carecen, afortunadamente, del componente tribal, asambleario en su ADN. Son reacios a la organización, al grupo. Creen en el individuo y por eso, si se cansan, se van a casa, pues la arena política no es en el fondo su hábitat natural y propenden a soluciones escapistas, individuales.

El entendimiento entre C’s y Rosa Díez es una necesidad, una emergencia histórica, un imperativo categórico. Si el no nacionalismo concurre por separado se estrellará y cundirá el desánimo entre sus filas, poco prietas por su resistencia a la disciplina. Lo dicen voces más autorizadas. Y si se estrellan el no nacionalismo difícilmente podrá remontar el vuelo. El no nacionalismo demediado perderá votos, pues se avecina una reñida pelea entre los dos grandes contendientes. ZP, lo ha publicado el diario El Mundo, ampara de nuevo reuniones con ETA, y uno atisba en el horizonte más componendas y cesiones en detrimento de la unidad nacional y de los derechos políticos y civiles y el PP, en cambio, anuncia que garantizará, habría que verlo, la enseñanza en español en todo el territorio nacional.
Pocos serán los no nacionalistas que ante la perspectiva de votar a una opción escindida y sin posibilidades, aunque sea la suya, o contender en el palenque de la madre de todas las batallas para evitar el mal mayor, decidan lo primero.

¿Otros cuatro años con ZP, Carod Rovira y las negociaciones con ETA? ¡Qué pesadilla! Ni de broma…


domingo, 18 de noviembre de 2007

Política hipnótica


No sé, no sé, no sé que tienen tus ojitos que me vuelven loco… que me vuelven loco. Así comienza uno de los éxitos musicales de Rumba Tres, grupo rumbero catalán que causó furor allá por los años 70.

De un tiempo a esta parte los ojos y su correlato sensorial, la mirada, han cobrado un especial y relevante protagonismo en la política española en detrimento de la inteligencia. Es decir, se ha optado por una aprehensión inmediata del universo y sus avatares, relegando la reflexión, el análisis ponderado de los problemas para mejor dar con sus soluciones, como queda dicho, en aras de una cosmovisión de tipo mágico o emocional, desandando el camino de la lógica y de la experimentación transitado por la tradición racionalista europea.

En efecto, meses atrás -no recordamos la fecha exacta, pues esta desquiciada legislatura se ha distinguido por una suerte de compresión temporal que dificulta la precisa datación de cuantas cosas han sucedido, que han sido muchas, como introducidas en un vertiginoso circuito de aceleración de partículas atómicas de efecto descabalado y delirante-, don José Blanco, el elemento más con-ce-tual del a-tual PSOE, manifestó que las reuniones con los etarras o sus emisarios, las palomas de la paz como Otegui, hoy encarcelado por exigencias escénicas, y mientras algunas actrices de renombre rondaban a la abogada Goiricelaya y la ungían con una tupida lluvia floral, no tenían otro objeto que mirarles a los ojos directamente para decirles que la violencia no conducirá jamás a objetivos políticos tangibles.
Nadie que no fuera rematadamente imbécil se creyó semejante embuste, pues no hay quien acuerde una reunión con terroristas, que son gente muy ocupada, para echarles un sermoncito y encima poder contarlo… es decir, sin que le meten al punto un tiro entre ceja y ceja o por la espalda. Y menos aún para cruzar unas miraditas, salvo que se tratara de echar una partidita al mus, tan propenso a guiños y muecas, en lugar de una negociación política enfocada a una vergonzante claudicación.

Pero hay más miradas. Recientemente ZP se ha dado un garbeo por Barcelona para tranquilizar a usuarios y ciudadanía en general a cuento de la desastrosa gestión de las obras del AVE y del descacharre mayúsculo del servicio ferroviario de Cercanías. En un desplante gallardo ZP se encaró con uno de los técnicos y le dijo: Míreme a los ojos y dígame que la Sagrada Familia no corre ningún peligro.
¿Planos? ¿Estudios técnicos? ¿Catas geológicas? ¿Extracción de muestras? ¿Pruebas computerizadas en laboratorio o sobre el terreno? Nada de eso. Basta con mirarse a los ojos que son, dicen, el espejo del alma. Y arreando.
Sorprendente modismo político que instaura un tipo de discriminación desconocida hasta la fecha y que denunciamos desde esta modesta bitácora. En efecto, pues excluye de determinadas responsabilidades y tareas en la gestión pública al colectivo de invidentes, que no pueden ver por mucho que miren. De tal suerte que podríamos perdernos a un verdadero lince, disculpen la paradoja, para contener, por ejemplo, el gasto público y equilibrar las cuentas o para acometer sapientísimas y eficaces reformas en otros ámbitos por culpa de esa malhadada disminución sensorial que en absoluto impide el conocimiento exhaustivo de las más diversas materias.

Un enjundioso estudio científico sostiene que las claves de la seducción son una mirada franca, directa y una expresión afable, sonriente y cercana, tanto o más que la propia belleza considerada desde los cánones clásicos de la proporcionalidad estética, ya saben, la famosa curva praxiteliana, el óvalo de la cara y otros parámetros similares. O mejor, que una de esas miradas es por sí embellecedora y despierta el interés en el receptor, un inmediato afán por el acercamiento, preludio del acoplamiento posterior. El diario El Mundo, en su edición del viernes 9 de noviembre, ilustra el artículo que da fe del citado estudio con una fotografía de Escarlata Johansson. A eso le llama uno jugar con ventaja. La actriz luce en la instantánea una sonrisa deslumbrante… y un escote la mar de generoso, por lo que resulta complicado mirarle a la cara directamente… más que a un etarra o a un técnico del AVE. Claro que no es el cerebro precisamente el músculo -ni la inteligencia la función- que se activa al contemplar a tan bella criatura.

Tanta miradita, tanta miradita. Algunos confunden la política con un guateque donde flirtear a sus anchas o con una sesión de hipnosis. Cuidado que por ese camino los estudios prospectivos sobre impactos económicos o medioambientales, por ejemplo, dejaremos de encargarlos a expertos para acudir al gabinete futurista de una húngara de feria para que consulte su bola de cristal. Otra realidad es posible, dirán los políticos al uso que sustituirán como libros de cabecera obras filosóficas y de reputados politólogos por la trilogía de las alucinógenas andanzas de Carlos Castaneda y su brujo yaqui por el desierto de Sonora. Acabaremos esta bitácora con otra canción, ésta de Golpes Bajos, uno de esos grupos de la movida de cuando uno era joven y que decía pizca más o menos: No mires a los ojos de la gente, desconfía, siempre mienten…

jueves, 15 de noviembre de 2007

Radio Justo Molinero


A la pregunta: ¿Hay algo peor que el nacionalismo -por descontado al margen de crímenes abyectos, masacres y conductas extraordinariamente aberrantes-? La respuesta es afirmativa. Sí, lo hay, aunque parezca mentira. Se preguntarán muchas personas juiciosas y cabales: ¿Qué puede haber en este mundo peor que el nacionalismo? Muy sencillo: los sonderkommando del nacionalismo.

Como todos los días, Tolerancio se dejó caer por uno de los bares del barrio para tomar su preceptivo carajillo de menta, mirando a uno y otro lado, desde luego, no fuera que le descubriera algún sindicalista de UGT emboscado tras una farola y reclutado por el Ejército de Salvación de la ex ministra Salgado para elaborar su informe diario sobre ingesta de alcoholes destilados entre los sufridos asalariados españoles*. Luego del primer sorbo parece que uno aterriza al fin y se definen más nítidamente los perfiles de las cosas. Es lo que tiene el carajillo de menta, jamás en ayunas, que sustituye los habituales traspiés y coscorrones para despertar uno definitivamente.
Tolerancio desestimó leer un ejemplar de El Periódico de Cataluña que la regenta del establecimiento pone a disposición de la clientela, contentándose con ojear la sección Cartelera TV, pues según qué emociones, por intensas, pueden acelerar perniciosamente nuestro ritmo cardíaco recién ingresados en el estado de vigilia. Los sobresaltos a primera hora nunca son recomendables. Habrán observado que en dichos comercios jamás se distribuye prensa libre, lo que es razonable, pues de ese modo el personal no se entretiene demasiado en lecturas edificantes. Por el contrario, la variada oferta de prensa oficial, intervenida o afín al régimen, se ventila en un periquete, de modo que la clientela consume más aprisa.

En esas que llegó a sus oídos una voz con marcado acento meridional procedente de un transistor. Tolerancio le prestó atención y supo que el locutor, además de anunciar las excelencias de un bidón de 15 kgs de pintura acrílica a precio de saldo y las ventajosas ofertas de una tienda de recambios de automoción sita en la muy noble y leal villa de Barberá del Vallés, promocionaba la presentación -jueves 8 de noviembre- del libro Catalunya sota Espanya del señor López Tena, perteneciente al Consejo General del Poder Judicial, en un espacio televisivo del mismo grupo de comunicación. En efecto, la emisora sintonizada era Radio Tele Taxi. Tras la cuña radiofónica, los oyentes fueron agasajados con un fragmento de la imperecedera copla del llorado cantaor Antonio Molina titulada Soy minero.

En principio nada que objetar a las secciones, debates y opiniones de los distintos medios, sea cual sea su orientación u obediencia ideológica, si la tienen, pues uno es libre de transitar el dial de la FM como mejor le cuadre y detenerse donde le plazca, siendo su potestad informarse o embrutecerse, opción esta última redundante para un significativo segmento de la actual sociedad española. Pero algo sabemos acerca del talante y la trayectoria del insigne titular de la mentada emisora, que hace unos años organizó un homenaje a don Jordi Pujol, al que agarró de un brazo para subirlo al escenario en medio de una actuación de Los Chunguitos, en acto de agradecimiento por la concesión y renovación de licencias radiofónicas y televisivas, luego de hacer pública su afiliación a la C de CiU, y que recientemente ha manifestado su apoyo al actual gobierno tripartito, al nuevo estatuto y su lealtad inquebrantable al hoy presidente de la Generalidad, señor Montilla, oriundo como él del cálido meridión peninsular.

El daño que hacen los agentes auxiliares del nacionalismo, es decir, los sonderkommando, los kameraden polizei, o kapos del gueto o de los barracones, como Justo Molinero, es irreversible. El nacionalismo es claro en sus objetivos y planteamientos, promueve una línea divisoria expuesta de un modo tan evidente que no es fácil para una inteligencia media tragar con sus postulados. Uno sospecha que el no nacionalista habría de necesitar tubos y tubos enteros de lubricante vaselina para transigir con los postulados identitarios, por naturaleza maniqueos y agresivos, que promueve el tradicional discurso nacionalista: si A, eres un buen catalán, si B, un traidor, un botifler. Y ese estomagante chantaje a cada paso, en todos los ámbitos de la vida, de modo que no le dan un respiro, siempre con la punta del sable en el gaznate, arrinconado contra una pared. Pero es nítido y uno sabe a qué atenerse: resistir, si existe una mínima organización en la disidencia, o mantener una íntima impermeabilidad a la presión continuada, lo que algunos llaman muy poéticamente cabalgar el tigre.
Más perniciosa es la colaboración entusiasta o interesada de los advenedizos, de los sonderkommando, pues le prestan al nacionalismo la excusa idónea para su justificación y hegemonía perpetua mediante un residual pero efectivo argumentario integrador que es en realidad asimilacionista, un alegato encubierto en favor de la rendición:

-Aquí no pasa nada. En la calle no hay problemas.
-Tenemos las puertas abiertas a todo el mundo, no importa de dónde vengan y nosotros somos la prueba irrefutable.
-Los críticos exageran, crispan, plantean problemas de convivencia inexistentes y son unos inadaptados. Habría que reeducarlos en centros especializados.
-No odiamos a nadie. El nacionalismo es integrador. Pero los no nacionalistas son víctimas del auto-odio o autofobia. Huye de ellos como de los apestados si aprecias la tranquilidad. No te metas en líos.

Y su asunción del decálogo nacionalista, precedida del inevitable latiguillo: pero si no somos nacionalistas, desarma a quien verdaderamente no lo es, pues los sonderkommando actúan como correas de transmisión, hacen el trabajo sucio con palabras menos ariscas, plantean las mismas exigencias que sus amos o mentores solo que con maneras más lisonjeras, menos abruptas, trasladan a los reticentes un sentimiento de culpa por desagradecimiento y si uno se embelesa y distrae, ya es demasiado tarde cuando se le acercan con el brazo enguantado hasta el codo y el tarro de la vaselina en la mano, como en un cuartel de remonta. Uno se quiere dar cuenta, pero, zas, ya se la han jugado a espaldas vueltas.

No sabemos de ningún patriota de intachable trayectoria que haya imitado a mosén Xirinacs en su dramática vivencia del nacionalismo, con tintes como de un heroísmo desesperado, pero émulos de los sonderkommando, por comodidad o provechosa instalación en el sistema, a cambio de unas licencias radiofónicas por aquí o de alguna prebenda por allá, o de la mera aceptación social, los hay que forman legión tras babeantes tribunos como Justo Molinero. Por eso Tolerancio preferirá siempre nacionalistas pata negra a sus criados de librea reclutados entre la tropa auxiliar. Allá quien prefiera las medias tintas.


* ver bitácora titulada Farlopa y andamio: cóctel explosivo.


lunes, 12 de noviembre de 2007

Taxi Driver

Amargamente se queja don Jordi Pujol de la hostilidad de los taxistas madrileños con aquellos pasajeros que, tras dar las pertinentes indicaciones, hablan en catalán entre ellos o a través del teléfono celular. Parece que en algún caso uno de esos pérfidos taxistas, mordisqueando una apestosa y humeante tagarnina, rascando la palanca del cambio de marchas engalanado con un afiche esmaltado de la bandera franquista, agasajando a la clientela con una musicassette de grandes éxitos de El Fary y largando sapos y culebras por la boca ante las incidencias del caótico tráfico capitalino, apeó a los viajeros por la antedicha y arbitraria exclusión lingüística. En mi taxi no se habla en polaco, le dijo al afectado en un desplante chabacano y bravucón.

Nos sorprende la capacidad de algunos taxistas madrileños para codificar acertadamente lenguas para ellos desconocidas, aunque la proximidad entre castellano y catalán es notable, a fin de cuentas ambas proceden de un común tronco lingüístico: el latín mal hablado. No obstante, sospecha Tolerancio que la anécdota no sea acaso del todo veraz, pues le da en la nariz que las deficiencias políglotas de la inmensa mayoría de los taxistas madrileños son acusadas y que con gran dificultad acertarían a discriminar fonéticamente el catalán del kalmuco reduplicado con aportaciones léxicas del olteno-válaco. O eso o nos hallaríamos ante un hipotético caso de posesión diabólica que exige, como requisito indispensable para su verificación según el Ritual Romano para exorcistas, el conocimiento de una lengua muerta o de una lengua extraña para el sujeto invadido por el supuesto espíritu maligno.

El que fuera Molt Honorable, honorable a pesar de los muchos casos de financiación irregular protagonizados por la coalición electoral que presidía y que sustentaba su gobierno, como las comisiones en la licitación de obra pública al 3 o al 20% -afortunadamente para sus beneficiarios, los porcentajes y los fajos de billetes nada saben de lenguas, pues el idioma del trinque, como el del amor carnal, es universal y la gramática y la sintaxis le resbalan-, protesta airadamente a causa de esa zafia anécdota, zafia por el taxista, quizá aislada y no demasiado relevante, pero censurable, desde luego, si fuera cierta. Pues no tiene disculpa que un taxista, o quien fuere, desatienda a un usuario de un servicio público en virtud de su idioma. Que el taxista de marras del hipotético incidente es un zote -zote con z de Zapatero- no admite discusión, pues cada quisque habla por el celular o con su vecino lo que le place, como si lo hace en versos alejandrinos, en lenguaje gestual o modulando con labios y lengua el pintoresco silbo gomero.
Pero lo que no dijo Pujol -ya que a los nacionalistas les adorna la cimera virtud de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga, o el socavón, en el propio- es que no se puede hablar en castellano, lengua materna de la mitad de los catalanes aproximadamente y todavía co-oficial, en los medios audiovisuales de titularidad autonómica de la Cataluña diseñada paso a paso luego de tres décadas de continuada presión nacionalista, por ejemplo, y si alguno de sus colaboradores lo hace, pues se le despide tan ricamente y santas pascuas, como sucedió con la periodista Peri Rossi a pesar de su intachable cometido como fámula o tropa auxiliar del nacionalismo.
O que las inauguradas promociones de comisarios lingüísticos donde no permitirán hablar en castellano, y no en virtud de secretas circulares que antaño se daban de tapadillo, como con cierta vergüenza y disimulo, sino por ley y a la brava, a cara descubierta, en un flagrante caso de pederastia lingüística, será en los patios de las escuelas, no sabiendo aún si estarán facultados para bajar de los columpios a los pequeñuelos que utilicen la infame lengua, con recurso autorizado a la fuerza bruta y si les enchufarán electrodos a las encías para infligirles descargas eléctricas de bajo voltaje en caso de reincidencia. O, como es sabido, en los rótulos comerciales, donde debe predominar, bajo amenaza de multa, un paisaje mercantil monolingüe en catalán.

Lo razonable es que cada hijo de vecino hable lo que pueda o lo que le plazca en el asiento trasero de un taxi, en un tiovivo o en un globo aerostático sin que le llamen a capítulo o le obliguen a apearse en ruta. Pero lo que vale para un taxi por La Castellana habría de valer también para las emisoras catalanas de radiodifusión pública, los rótulos comerciales o las horas lectivas en las aulas o en los patios de las escuelas. En Madrid, Barcelona o Tambacunda, por mucho que moleste a algún taxista con malas pulgas o a los inflexibles gestores del nacionalismo lingüístico a través de sus tupidas y apaniguadas redes de agentes en las instituciones, el periodismo o el sector educativo.


viernes, 9 de noviembre de 2007

El cardenal Martínez


No sabemos cómo transcurrió la bendición -no estuvimos allí- pero nos la imaginamos pizca más o menos así: el señor arzobispo, cual un zahorí, haciendo oscilar un incensario, una suerte de botafumeiro como el de la catedral de Santiago, pero en miniatura, precede a los ponentes estatutarios que entran con paso solemne en la basílica de la Merced, patrona de la ciudad condal. El vapor difundido por el adminículo litúrgico en su pendular movimiento impide que los asistentes arruguen el morro por causa del olor a rancio, a taquilla de estibador portuario, que traen los ponentes luego de varias semanas de vehementes y acaloradas discusiones cocinando el pastel y repartiéndose las porciones. Proceden exhaustos del campo de batalla y al traspasar el tímpano del templo se acogen a sagrado. Alguno de los integrantes de la comitiva estatutaria anda tentado de agarrar el mechero y prender fuego a los bancos de madera para que la basílica arda en una suerte de recuperación actualizada de la memoria histórica visual, o memoria óptica, con arreglo a los modismos incendiarios de la hoy tan loada II República, pero, no sin esfuerzo, logra contenerse

Monseñor Martínez luce su mitra reluciente, la de los domingos, su casulla, sus mejores galas. Detrás marcha un monaguillo portando en alto la custodia, la hostia consagrada encajada en un sol de rayos dorados. El fin de la ceremonia es bendecir a los artífices del nuevo redactado estatutario y monseñor Martínez les unge dibujando en el aire la señal de la cruz con los dedos índice y corazón en uve como el majestuoso pantocrátor de una bóveda románica. No importa que el articulado aborde espinosos asuntos que incurren en flagrante contradicción con la doctrina católica, como una suerte de inaugural manga ancha con la eutanasia, la ampliación de los supuestos legales de aborto, la manipulación genética o la instauración de un comisariado político para el control de los asuntos religiosos que, para mayor INRI, nunca mejor dicho, queda bajo la providente tutela del vicepresidente, en estas horas el muy honorable señor Carod Rovira, José Luis para los amigos, el de la corona de espinas.
La receta para un éxito seguro es andar siempre junto al poder establecido, piensa para sus adentros, meditabundo, monseñor Martínez, tal y como otrora hicieran sus predecesores desfilando detrás del General Franco cuando entraba en basílicas y templos bajo palio, como en la abadía de Montserrat. Y añade con una sonrisa beatífica calcada del querubín tardogótico de la catedral de Reims: Mi estatuto sí es de este mundo.

En fecha reciente el arzobispo de Barcelona ha sido elevado a la dignidad cardenalicia ingresando como cofrade de pleno derecho en el club de la púrpura, esa selecta fraternidad que reunida en cónclave tiene la potestad de elegir, cuando procede, al nuevo Romano Pontífice.
Nuestro flamante cardenal se ha manifestado muy recientemente en contra de la Ley de Memoria Histórica que insta a retirar las placas conmemorativas de los religiosos que en cada diócesis sufrieron persecución y martirio en la retaguardia republicana durante la Guerra Civil. Esas declaraciones podrían indisponerle, lo sabe, con los, por él bendecidos, ponentes estatutarios, habida cuenta que los verdugos de los mártires, beatificados muchos de ellos, y otros en espera, militaron entonces en las mismas organizaciones que hoy dirigen los ponentes de marras al tiempo que gobernantes. Pero no es cosa nueva que la jerarquía eclesiástica -y la catalana en particular- sepa como nadie transitar en equilibrio por el finísimo cable del funambulista. Lo que se dice muy a la pata la llana, nadar y guardar la ropa. O mejor, poner una vela a Dios y otra al diablo.

No sabemos si lo que pretende el cardenal Martínez, conforme a su devocionario, a su hoja de ruta parroquial, pues los caminos del Señor son inescrutables, es ejercer de pastor de almas de una iglesia como la uniata o de algunas confesiones ortodoxas que no rinden obediencia a ninguna autoridad espiritual allende sus fronteras, convertido en metropolitano -en archipámpano- de la iglesia nacional catalana tolerada por el poder civil tripartito. Pues el nacionalismo, como todo el mundo sabe, pretende en primer término sanar no el cuerpo pero sí el alma nacionalmente enferma. Por ello no fue casualidad, sino una intervención de la divina providencia, que el paladín del neocatalanismo contemporáneo fuera un matasanos, un médico titulado, don Jordi Pujol i Soley, con su fonendo al cuello para auscultar los pálpitos patrióticos de su adormecida grey. Le siguió una cohorte bien remunerada de ingenieros de almas, actuantes todos a una: nos gobiernan, nos informan -es un decir-, educan a nuestros hijos y nietos -también lo es-, nos regañan a menudo, gestionan nuestros asuntos cotidianos y hasta nos retransmiten los partidos de fútbol. Hay, cómo no, un huequecito en el organigrama, meticulosamente diseñado, para los mamporreros de almas que tienen encomendada la alta misión de propagar el salvífico mensaje nacionalista entre los sectores más reticentes de la sociedad, descollando en esas lides con especial protagonismo el infatigable y servil sonderkommando Montilla.

Teníamos, como queda dicho, un médico, ingenieros y un palanganero con la bayeta al hombro. Para completar la dotación sólo nos faltaba el pastor de almas nacional. Monseñor Martínez es nuestro hombre. Pero acaso hemos subestimado las verdaderas ambiciones del nuevo cardenal. Quizá una iglesia nacional sea insustancial aperitivo para su Eminencia, apetezca más suculento bocado y esté llamado a rendir un servicio, si cabe, de mayor nombradía y responsabilidad.
Según cuentan, cualquier creyente, incluso el parroquiano más humilde y anónimo, siempre que sea hombre sin tacha y dechado de cristianas virtudes, es elegible para suceder a Pedro. Pero la costumbre es que el Sumo Pontífice salga de entre los cardenales reunidos en cónclave vaticano. Parecerá una posibilidad remota, pero ahí está, sobre el tapete… ¿Conocerá la Humanidad un Papa catalán en la persona del hoy cardenal Martínez, el nuestro… antes que un Papa negro?


martes, 6 de noviembre de 2007

Dígalo con una sonrisa


La risoterapia está de moda. Consiste, como indica su nombre, en sonreír para ahuyentar el mal humor, los malos espíritus y hallar la paz, el equilibrio interior, y, a cada día que pasa, cuenta con más adeptos. A veces echan imágenes por la tele de una de esas reuniones de risueños anónimos. Tolerancio desconoce la verdadera eficacia de la terapia en cuestión, pero confiesa que siempre le ha parecido una triquiñuela, una pamema promovida por cuatro santones espabilados y algo rijosos que no pretenden otra cosa que vaciarle la billetera al personal y llevarse al huerto a alguna casada insatisfecha o a una separada desorientada y deprimida.

También ZP la ha hecho suya a guisa de mensaje propagandístico. En efecto, en un video reciente que promociona la ingente obra de su gobierno, con la chocante peculiaridad de la hegemonía fonética de la Z, el coruscante ZP, encarnación del chispeante Sakya Muni, uno de los avatares del Buda, nos advierte, de buen rollo y todo campechanía… fuera esa clásica, apolillada y caduca seriedad de los hombres de estado… que todo se puede decir con una sonrisa de oreja a oreja.

Le tomamos la palabra. Aceptamos el desafío y proponemos desde esta bitácora un ejercicio práctico de risoterapia inspirado en noticias, como reza el tópico, de la más candente actualidad. Nos adentramos, pues, en la senda del empirismo y de la verificación para constatar si percibimos en nuestras propias carnes sus loadas y benéficas influencias:

-Los cereales, la fruta, la verdura, la leche, los huevos… los artículos de primera necesidad por las nubes. Por un lado los ingredientes de la tradicional cocina mediterránea a precio de oro, y por otro nos prohíben las hamburguesas… fenomenal, así adelgazaremos seguro, y buena falta que nos hace pues en España se han disparado los índices de obesidad que es un escándalo. Ya lo dice el refrán: las penas sin pan lo son más… ¡Qué bueno, que me meo de la risa!

-Turbulencias hipotecarias al tiempo que auguran un ajuste duro en el mercado inmobiliario. Los precios de la vivienda son un dislate, los jóvenes no se emancipan hasta los 40 años y en Barcelona se alquilaron, durante el verano pasado, balcones y bañeras para dormir… Los amantes en el armario y los realquilados en la bañera… ¿En la bañera?... ¡Como peces en el agua, ji, ji!

-Cinco jóvenes se estrellan a 200 por hora en una carretera secundaria… ¿No serían punkis de esos que dicen vive deprisa y muere joven?... ¡jo, jo, esto es la repanocha!... Y uno de ellos ha quedado pentapléjico y a punto para rodar la segunda entrega de Mar adentro… ¡Qué risa, tía felisa!

-Agarra a su mujer y le da 14 hachazos en la cabeza. El interfecto declaró después: Me tenía frito con sus migrañas y no me dejaba ver el fútbol por la tele… ¡Me parto de la risa!

-Han muerto 12 trabajadores en trágicos accidentes -no confundir con atentados etarras- en el tramo de las obras del AVE de acceso a Barcelona porque a ZP se le puso en los cataplines inaugurar a toda prisa el tinglado para el día 21 de diciembre. ¿No sería el 28, Día de los Inocentes?... ¡Ji, ji, ji!... Por cierto que dice un informe de UGT que los currantes le dan al pimple que es un contento y que llevan… ¡Un alocado tren de vida!... ¡Jo-jo-jo-jo-jo… me muero de risa!

-Un informe de la Junta de Castilla-La Mancha indica que las coordenadas exactas del incendio de Guadalajara, que costó la vida a 11 voluntarios de un retén de bomberos, corresponden a una localidad finlandesa, donde estuvo, no hace mucho, una delegación del tripartito para estudiar el modelo lingüístico de aquel país nórdico. ¿No será que a uno de los comisionados del tripartito le dio por quemar un retrato del Rey provocando las devastadoras llamas?... ¡Me parto la caja!

-Varios miles de personas, a estas alturas tantas como las víctimas de la masacre de Srebenica, han naufragado en aguas del Atlántico en pos del paraíso occidental, tierra de abundancia y promisión, transportados y esquilmados a conciencia por mafiosos sin escrúpulos y acaso estimulados por los rumores de prodigalidad de los masivos procesos de regulación de inmigrantes del gobierno español, en parte cómplice o inductor de esa hecatombe oceánica… ¡Ahora dirán que los caladeros de pesca están agotados!... ¡Para desternillarse!

-Un terrorista detonó el explosivo que llevaba adherido a su cuerpo provocando una espeluznante escabechina de escolares que hacían cola en el zoo para asistir a un espectáculo de focas y delfines amaestrados. Una de las focas se llamaba Sinforosa, la foquita más garbosa que hace malabarismos con una pelota de playa rosa¿Cómo era aquello? ¿Dejad que los niños se acerquen a mí?... ¡Me troncho, me troncho, me troncho!... Y las madres que no me lloren, que así se ahorran los disgustos que dan los peques cuando crecen…

-Cada minuto que pasa mueren en todo el mundo cientos de niños por malnutrición y pandemias… ¿Pero no quedamos que los niños venían al mundo con un pan -con lo caro que va- bajo el brazo?... No hay que tomarse las cosas por la tremenda. A fin de cuentas, no habría guarderías para todos… ¡Que me despitocho de la risa!

-Varios familiares de terroristas etarras recibirán indemnizaciones con motivo de la Ley de Memoria Histórica recientemente aprobada. Mira tú qué cosa, así que primero nos toca soportar pacientemente a esos llorones de las asociaciones de víctimas y ahora nos costarán dinero porque sus familiares tuvieron la feliz ocurrencia de interponerse en la trayectoria de una bala o de saltar hechos pedazos de un bombazo en el trasero… ¡Es la monda!

En conclusión, no todo puede decirse con una sonrisa de oreja a oreja porque hay cosas que no tienen maldita la gracia. O dicho de otro modo, para decir según qué cosas con una sonrisa en la cara hay que ser un desalmado, un auténtico majadero, señor Zapatero.

viernes, 2 de noviembre de 2007

¿Qué han aprendido en 300 años... desde 1714?


La respuesta se impone por elemental mandato de la biología humana: nada. Pues no se conoce organismo vivo, fuera de algunos especimenes arbóreos, que alcancen una edad similar. Parece que los científicos han documentado una longevidad inusual en algunos quelonios de gran tamaño. Estiman los expertos que un individuo, una tortuga gigante aún viva*, fue estudiada en su día, un lejano día -Año de Gracia de 1.831- por el mismísimo Charles Darwin al desembarcar del Beagle en el archipiélago de las Galápagos, periplo oceanográfico que inspiró la elaboración de su famosa teoría del origen y la evolución de las especies (no sabemos si el naturalista inglés marcó su caparazón de algún modo fácilmente reconocible que ha perdurado más de siglo y medio).

Anda uno tentado de ubicar a Carod Rovira en alguna suerte de tabulación zoológica a tenor de su aspecto, por analogía, o de su conducta, por etología, luego de su intervención en un espacio televisivo titulado Tenemos cien preguntas para usted. Un espectador cometió el espeluznante crimen de llamarle José Luis y Carod Rovira acudió al quite y arremetió como un morlaco bravío desgarrando la muleta con sus pitones afilados. Su potencia en la embestida radica en sus musculosos bracillos y su voluminoso y duro pero hueco cabezón. El interfecto tiene papada pero no cuello, ese istmo por donde se desliza el aire que inhalamos y también el alimento, y por eso nos recuerda también a un gordezuelo batracio, una suerte de sapo inmenso.
Al nacionalismo, de unos años a esta parte, le cuesta un cansino esfuerzo tragar, pues no tiene tragaderas, y enseguida se embravece y se amontona y responde con impertinencias, como réspice venenosa de ofidio de bífida lengua. Acostumbrado a imponer su criterio, que otros adoptan servil, ancilarmente, no tolera el menor desaire. El nacionalismo tiene muy malas pulgas. Pero desestimemos este divertimento fundamentado en analogías zoológicas, pues no es ético caracterizar con rasgos subhumanos a nuestros adversarios, ni aún en broma, pues eso es precisamente lo que hacen a menudo los nacionalistas para justificar o relativizar los estragos que sus agentes encapuchados causan a quienes no lo son. Y cuanto menos nos parezcamos a ellos, tanto mejor.

Para Carod Rovira, para el nacionalismo en general, no hay individuos plenos fuera de las obligatorias coordenadas tribales. La identidad individual es para el nacionalismo cosa secundaria, cuando no sospechosa de amotinamiento, de sedición y traición a la patria. ¿Pero cómo? ¿Acaso no le basta a usted con las querencias, afectos, emociones, apegos simbólicos e identificaciones que le proporciona la religión nacional, completamente gratis, sin necesidad de que malgaste su tiempo definiendo sus propias afinidades electivas… todo bien masticadito? ¿No será usted un disidente?
Para el nacionalismo nada hay -y si lo hay, se ignora- al margen del pálpito comunal, de los consensos emocionales y de las historiografías románticas y novelescas y otras burdas pero eficaces mistificaciones que deben ser asumidas acríticamente, y que son elaboradas capítulo a capítulo, paulatinamente, mediante el proceso multidisciplinar llamado construcción nacional. Por ello Carod Rovira deduce que lo que se sabe o se ignora, se sabe o se ignora colectivamente. Que el conocimiento, mucho o poco, se transmite en bloque de generación en generación y simultáneamente para todos los individuos que conforman un pueblo. Y lo llama herencia, raíces, aunque valdrían lo mismo otros términos similares. Y que no son cosas la inteligencia, la cultura, la identidad, que competa a la libre iniciativa del individuo procurarlas en su provecho, en la medida, intensidad y dirección que mejor le parezca, sino que ese bagaje le viene dado, por una suerte de mandato determinista que para algunos apela a la raza, al factor sanguíneo o a otras melonadas por el estilo.

Sólo bajo ese presupuesto irracional, esa pueril incongruencia y monumental estupidez, compartida por un amplio sector de la actual sociedad catalana -es una lástima, pero la realidad es ésa- se entiende que alguien discurra tan campante acerca de si unas personas, sin advertir que violenta la lógica más elemental, saben o no pronunciar un nombre en otro idioma como resultado de un proceso supuestamente acumulativo de transmisión de conocimientos iniciado en una determinada fecha, el 11 de septiembre de 1714, y no otra, utilizando una suerte de vocativo plural: si ustedes no han aprendido nada… En efecto, Carod Rovira, cuando se dirigía ante las cámaras a aquella señora madura creía estar hablando no con doña Margarita, pongamos por caso, sino con toda su estirpe y con la representación mental, hostil, que de esa estirpe tiene don José Luis por causa del odio visceral que inocula el virus del irredentismo. Porque, por así decirlo, allá donde hay personas el nacionalismo sólo ve átomos, gránulos o moléculas de pueblos. De modo que doña Margarita, que ya pinta canas, en la percepción sesgada y delirante de Carod Rovira tenía la cara surcada por arrugas tricentenarias.

En definitiva, el nacionalismo somete el devenir a un esquema perfectamente reglado, efectivo e inamovible: pasado mítico o edad de oro/ presente insatisfactorio y denigrante bajo el yugo extranjero/ futuro libertador que nos conducirá a través de un bucle temporal a ese pasado mítico que supondrá la recuperación de la soberanía y el restablecimiento del paraíso en la tierra. Peculiaridades de la cronología nacionalista que permite, por ejemplo, al ministrín de cultura del gobierno tripartito, sin el menor empacho, invocar el franqusimo como justificación actualizada -año 2007- y pertinente del despido de la periodista Peri Rossi.

* El diario El Mundo trae en portada en su edición del martes 30/10/07 que científicos de una universidad británica han hallado un molusco vivo en Islandia de unos 405 años, según sus cálculos, pues la almeja, algo coquetuela, al ser preguntada por su edad se quitó, ahí es nada, un par de siglos de un plumazo. Dijo sentirse la mar de bien aunque admitió que ya no estaba para acabar en la bandeja de un banquete y que comprendía que los hombres prefiriesen degustar almejitas más tiernas, añadió entrecerrando la concha bivalva en un guiño picarón.