martes, 28 de abril de 2009

Marsé en tiempo de saludo


Lo que nos faltaba por ver: a todo un Juan Marsé en posición de firmes y en tiempo de saludo ante la oligarquía local. Con motivo de la concesión del Premio Cervantes hemos leído unas decepcionantes declaraciones del escritor -metido a maestro pastelero- al diario El Mundo, diario que Tolerancio lee asiduamente y que en ocasiones le sorprende por sus penetrantísimos análisis y enfoques buenistas que le descubren matices que el muy zote no percibe llevado de sus propias impresiones.

Acierta Marsé, algo es algo, en su crítico diagnóstico del cine español, tal y como recoge la portada del semanario El Cultural, 17-23/04/09, aduciendo que el problema del cine español no es la piratería sino la falta de talento, olvidando mencionar su sectarismo ideológico insufrible al descarado servicio de unas siglas políticas concretas, aún financiándose mayoritariamente con dinero de todos, para importunar, lo exige el guión, a no menos de la mitad de los productores que somos los contribuyentes.
Claro que, según se desprende de su discurso de veterano enfant terrible, el laureado literato parece encantado con el sectarismo aludido pues… ¿no dice que la izquierda española… -la de la desmemoria histórica, la del aborto adolescente sin permiso paterno o la del vertiginoso desballestamiento del sistema constitucional-… es demasiado timorata?...
…Pero, donde las dan las toman, responde Vicente Aranda, cineasta en plantilla de la alegre trouppe de artistas orgánicos del régimen, que el mismo o parecido déficit de talento se aprecia entre los escritores. Fuego cruzado entre amigos, pues todos forman bajo la misma bandera.

Y, mira tú qué cosa, cuando se le pregunta por la política lingüística del gobierno regional del sonderkommando Montilla… ay… entonces Marsé, el huraño Marsé, desde ahora el sonderkommando Marsé, con marchamo de discrepante incorruptible de la política cultural de los sucesivos gobiernos nacionalistas… va y se la coge, la pluma, con papel de fumar, transitando la respuesta como quien progresa con cuidado de no pisar los frangibles huevos que alfombran el piso. Y recurre, qué original, a la cantinela cobardona que nos sabemos de carrerilla, como quitando hierro a tanto desmán: yo no tengo problemas, en la calle la convivencia es buena… y todas esas cortinas de humo que tienen por objeto escamotear el problema real, que no son ni los problemas individuales ni la convivencia, para ocultarlo a la consideración de la opinión pública tras el biombo de la corrección aborregada y de la propaganda estupidizante.
Ya pasa cuando uno recibe un premio de tanta nombradía… que conviene no hacer demasiado ruido. Uuuuuyyyyy… qué pillo, qué discreto nos ha salido el hasta ayer outsider de Marsé.

Marsé, respondiendo al reportero de El Mundo, no se ha tenido que esforzar mucho más de lo que es habitual en él para componer las tramas y descripciones literarias de sus imaginativas novelas. El discurso ya se lo han dado fabricado, masticado y digerido a fuerza de tergiversación machacona en la mayoría de los medios: en Cataluña no se persigue el idioma español/ el idioma español no corre peligro… y que si garrotín que si garrotán…
…hombre, Marsé, permítame que le tutee en adelante a pesar de su edad y talento… eso de que no se persigue… según se mire porque su expresión escrita en la vía pública y en determinadas circunstancias… va a ser que sí. Cierto que el lector puede adquirir tus fantásticas novelas en la librería o el diario al que concedes la entrevista editado en español en el quiosco, pero el quiosco, la librería y también la frutería de la señora Patrocinio, mejor que se rotulen en catalán o les caerá una multa del quince, mínimo 500 €.
A lo mejor no te has enterado de esas multitas insidiosas, y es comprensible, pues andas muy atareado en tu gabinete de estudio erre que erre exprimiéndote el magín para dar con ese adjetivo deslumbrante o con el final redondo para tu última novela…
… Sí, eminente prohombre de las letras, tú puedes escribir tus ocurrentes novelas con esa prosa magnífica que a todos nos maravilla, venderlas por millares y forrarte, pero Olav, un niño ibicenco disléxico de 11 añitos… -diario El Mundo, 20/04/09-… no puede redactar un examen en español porque le restan 0’5 puntos incluso por deslizar la fecha en ese idioma infame, obsceno, impúdico, pero que está la mar de bien, ¡anda!, para perfilar los personajes que colman tus novelas, en particular putas, camellos, charnegos, chorizos y travelos… personajes y tramas que te convierten en un presunto cimarrón socioclasta, en un presunto e indomable forajido social.

Pero, claro, a ti todo eso te importa un bledo… cómo tú ya no estás en edad escolar y la seño ya no te castiga poniéndote cara a la pared u obligándote a hablar catalán en el patio como hacen las monjitas del colegio Betania…
Eso es, Marsé, escribes en una lengua que, donde resides, en la cosmopolita ciudad de Barcelona, no sirve para vender colchones o tomates porque la multan. Sucede, aunque no lo creas, que hay más gente que vende pimientos, colchones o zapatos que no lumbreras sublimes que publican novelas o reciben el Premio Cervantes. El problema no es que a ti te prohíban hablar en español o que dicho idioma corra o no peligro, sino, entre otras cuestiones, el vulnerado derecho que habría de asistir a los padres de escolarizar a sus hijos en una lengua oficial, el español, que lo es en todo el territorio de la nación. Cualquiera puede entenderlo, incluso tú.

Tampoco el idioma inglés corre peligro… pero a nadie, salvo que quiera pasar por un chifleta irrecuperable, se le ocurrirá que los chicos, contraviniendo el deseo de sus padres o tutores legales, no sean escolarizados en inglés en Gran Bretaña, en el último villorrio de Gales por ejemplo, donde se habla, menos que más otra lengua, el gaélico, y donde existe un considerable sentimiento nacionalista con representación parlamentaria en sus instituciones regionales.
Lo mismo vale para Francia donde cualquiera puede escolarizar a sus hijos en francés en Perpiñán o Biarritz sin que los nacionalistas de esos departamentos cuestionen ese precepto idiomático de cabal y obligado cumplimiento.

Pero ahí no se detiene el cuasi-converso Marsé, nuestro nuevo y flamante sonderkommando al servicio del nacionalismo, quién lo iba a decir, sino que da un paso más… ¿Pues no va y dice que aunque se han pasado un pelín con la inmersión ha servido ésta para salvar el catalán?… Es decir, no solo disculpa esa modalidad de pederastia lingüística docente que es la inmersión, sino que la justifica y da por buenapues ha sido útil. Dudamos que la inmersión tenga como meta la pervivencia del catalán antes que la exclusión del español mediante el blindaje de un monolingüismo escolar sin fisuras para construir una realidad nacional de diseño inoculada en las permeables cabecitas del alumnado. Pero eso ya se ha apuntado en miles de artículos de más doctos pensadores y no vamos a insistir en esta modesta bitácora.

Lo chocante o irritante es que los redactores del diario El Mundo citan a Marsé como ejemplo a imitar por ese sector de la sociedad catalana que no comulga con las imposiciones de la asfixiante política lingüística de Montilla… política que permite a éste último ser presidente regional pero no bedel en una guardería. Tolerancio, tras leer sus declaraciones, es de una opinión muy distinta.
Marsé, lavándose las manos como Pilatos con esas manidas palabras que suenan a impostada equidistancia: que si los políticos abusan de este asunto, entendiendo que afea por igual el abuso de aquellos que promueven dicha política tanto como el abuso supuesto de aquellos que la deploran… -aunque es una equidistancia falsa, pues admite, no lo olvidemos, que la inmersión no es tan perniciosa ya que ha significado la salvación del catalán… el fin justifica los medios-… no es digno del galardón que le concede el diario, el laurel de la disidencia… un galardón infinitamente más valioso que no el que ha recogido de manos del Rey, ese monarca del que abomina declarándose en la citada entrevista republicano acérrimo e incorruptible.

Don Juan Marsé ha ganado un premio de relumbrón pero ha perdido un lector… esto sería cierto si Tolerancio hubiera leído su obra con fruición y asiduidad, pero no es el caso, para qué mentir, pues a pesar del prestigio que le adorna nunca le interesó en demasía. Para gustos hay colores.
Un cero patatero para Juan Marsé. Ésa es la ajustada, la merecida nota que le atiza Tolerancio, el trofeo que le otorga pues la cobardía no tiene disculpa cuando ya se ha hecho todo en la vida.




viernes, 24 de abril de 2009

Ferran el latoso


Tolerancio confiesa en esta inelegante bitácora el hartazgo, el empacho que le provoca Joan Ferran, diputado del PSC. Más que hartazgo, le provoca arcadas. Es su emético favorito… cansado ya de las bonitas palabras de ese latoso insigne que ocasionalmente asoma la cabeza entre las huestes amontilladas.

La última jeremiada del personaje, el mismo que denunció la costra nacionalista en los medios de comunicación de titularidad pública, con más costrón nacionalista que nunca durante los sucesivos mandatos tripartitos capitaneados por el PSC, y con incomprensible eco en la prensa, ha sido su airada protesta… -airada no por tajante o vehemente sino porque se la lleva el viento-… de unas declaraciones de Carme Laura Gil, diputada de CiU y exconsejera de Educación, con motivo de la concesión de la cruz de Sant Jordi a la escritora Ana María Matute.

Entre Ferran y Laura Gil Tolerancio prefiere a la segunda, pero de largo. Con la segunda sabe a qué atenerse desde el minuto uno de partido. Porque se le ven plumero y uniforme de escuadrista de un rato lejos y eso es mucho mejor para no llamarse a engaño. Ferran, en cambio, juega a voz disidente, pero tolerada, en el seno del PSC y a decir esas cosas que mitigan el escozor de la herida… -oh, mira tú, entre los suyos hay quien piensa como nosotros, quien está harto de los excesos nacionalistas… ¡No estamos solos! ¡Aleluya!-… pero que no ayudan a rectificar el rumbo del sonderkommando Montilla y su ladina tropa sino a espolearlos aún más. Como en esas películas donde el poli bueno es la disculpa de los guantazos que te arrea el poli malo.

Ferran se convierte en la demostración evidente, y, cómo no, explotada en la prensa, de… ¿cómo lo llaman?… las diferentes sensibilidades que conviven pacíficamente en el seno del partido; bizantinismo que no supone otra cosa que la disfrazada anuencia de algunos para que las políticas excluyentes de nacionalización forzosa continúen a todo trapo.
Hay quienes invocan la figura de Ferran para malvender la supuesta amplitud de miras del PSC, donde caben todos, donde el nacionalismo no ha sentado aún sus reales completamente… pura filfa, una trola, una mentira y gorda, la peor de todas pues la presentan al público envuelta en papel de regalo con lacito y todo. Y algunos tragan. Se la han metido doblado docenas de veces y, a pesar de todo, tragan y tragan… y tragarán… ¡A otro perro con ese hueso!

Algunos no nacionalistas fatigados y deseando bajar los brazos para irse a casa a cambio de un guiño, de una palmadita en la espalda, caedizos en el enlabio por antiguas militancias y obediencias, o por lo que fuere, celebran con evohés de alegría cada una de las aportaciones del almibarado Ferran, pues vislumbran en el personaje el pálpito de la disidencia y aspiran a que esas declaraciones trasciendan la categoría de anécdota para constituirse en hoja de ruta del partido al que un día pertenecieron o votaron.
Nada representan esas palabras de Ferran en apariencia discordantes con el monocorde discurso del PSC. No son mas que un jodido fraude… el cebo para desactivar a los no nacionalistas más crédulos y emocionalmente aún vinculados a la izquierdosidad local y para retener un puñado de votos. A Ferran le toca interpretar ese papel en la función y punto.

Si en sus plomizas quejas hubiera una chispa de sinceridad… o si tanta fatiga le causara la asfixia nacionalista habría de demostrarlo tirando una andanada de vez en cuando contra su partido. Pero nanay: ni una palabra. Porque o nos falla la memoria o…
… ¿Acaso no es el gobierno del sonderkommando Montilla el que abre embajadillas catalanas lo mismo en París que en Sebastopol? ¿Es que no es el PSC solidario de las multas impuestas a los rótulos comerciales no normalizados; multas que cuentan con el bochornoso pláceme de Zapatero? ¿No fue Iceta del PSC quien afirmó que escolarizar a los niños en castellano provocaría un tsunami, la quiebra social, el Apocalipsis? ¿Nada tiene que ver el PSC con la no inclusión del casillero de lengua habitual en las hojas de pre-inscripción? ¿No es su gobierno el que desobedece las sentencias del TSJC y del Supremo? ¿No sustenta ese partido a una banda como siciliana que amenaza al Tribunal Constitucional a través de su capitoste, el ínclito Montilla, en caso de enmendar aquél la política lingüística vigente y así hasta mil patrañas y perrerías inspiradas en el nacionalismo étnico y lacrimógeno?... Pero Ferran, mira tú qué mérito el suyo, echa pestes del nacionalismo paranoide metiéndole un dedo en el ojo, no a la infame camarilla de Montilla, sino a una diputada de CiU. Y hay quienes le ríen la ocurrencia y aplauden su fingida audacia.

Que Ferran exija en público un giro inmediato, copernicano, al gobierno Montilla y entonces haremos un esfuerzo, no demasiado intenso, por creerle. O eso o que vaya a la playa el crítico, el levantisco Ferran con su llantina de cocodrilo y rompa su carné y renuncie a sus prebendas como diputado… si es que tan harto está del nacionalismo como dice. Ésa sería una salida honesta y quedaría a las paces con su conciencia. Si tiene… pero nada de eso hay porque todo es pura representación que ve cualquiera que no tenga por soñada meta el reposo, el dulce sopor del desistimiento.

Tolerancio prefiere los nacionalistas a su ejército de fámulos. Los nacionalistas hablan sin tapujos, sin dorarte la píldora. No valen los puntos intermedios, pues no los puede haber entre la exclusión y la libertad. No puede haber enjuagues ni lugares de encuentro ni equidistancias. Prefiere Tolerancio nacionalistas… -pues siempre los habrá, qué remedio, como siempre habrá plastas de vaca en los prados-… a quienes aceptan sus medallitas, como la de Sant Jordi, con la sonrisa agradecida y babosa del ilota.
Lee Tolerancio en la prensa que Laura Gil se opone a la concesión de esa crucecita a Ana María Matute porque ésta siempre ha escrito en español y, en consecuencia, nada ha hecho por la identidad catalana… según la entiende, claro es, el integrismo nacionalista.
Laura Gil es consecuente… -como Portabella que, lleno de odio, no acudió en calidad de teniente de alcalde de la ciudad de Barcelona al pregón de las fiestas patronales porque lo pronunció Elvira Lindo en español, autora de Manolito Gafotas, figúrense que proeza-… como nacionalista que es… una nacionalista del carajo de la vela que lo lleva a gala, apechugando con su etnicismo tarado y tronado de aldehuela hóbit de la Tierra Media.

En una crónica del diario El Mundo lamentan la actitud cerril… -¿puede ser de otro modo la actitud de un nacionalista confeso en esa materia o en cualquier otra?-… de la diputada convergente contraponiéndola a la de Ana María Matute que nunca hizo causa o bandera de su lengua literaria… Pues ya va siendo hora de que algunos enarbolen esa bandera… esas personas eminentes cuyas opiniones, por su nombradía, tendrían por fuerza notoria repercusión… porque ésta es la verdadera piedra de toque que hoy divide a los catalanes en intolerantes o aborregados y amantes de la libertad o resistentes.
No vale ya la tibieza escapista de algunos con su… yo no me meto en líos… vivo en otra dimensión, casi levitando y orbitando alrededor del sol, si es que no soy el sol mismo, publicando mis novelitas… y además no hay problemas en la calle…con arreglo a esa modalidad conocida de literato catalán, subdivisión de la más amplia categoría artistas e intelectuales, que escribe en español por mayor competencia en dicho idioma, o por interés comercial, que no le duelen prendas en comprometerse públicamente con todas las causas imaginables… -la defensa de las focas árticas, la repoblación forestal con especies arbóreas autóctonas o la simpatía por una Palestina tutelada por Hamas o lo que entre en el menú, lo mismo da-… es decir, el intelectual comprometido con todo lo que se menea salvo con la defensa del español como idioma apto para la docencia en Cataluña donde es sistemáticamente proscrito en las aulas, y todo porque ése es un asunto, uyyyy, incómodo y antipático… y a fin de cuentas mi editor anda a partir un piñón con las autoridades de turno que, además, en casa, son siempre nacionalistas, de pata negra… o parvenus como el doméstico Montilla. Por supuesto que hay honrosas… -aunque muy pocas-… excepciones.

Hay quienes están encantados con Ferran: pues que se lo confiten. Son quienes piensan, o no, pero lo dicen, que toda esta tralla lingüística infumable es cosa de Pujol y ahora de Carod Rovira, un capricho funesto pero inconsistente… que es un espejismo que un día se desvanecerá sin mover un dedo, por agotamiento. Que el sentido común se restablecerá por sí solo. Y que, en el peor de los casos, inmersiones y multas son un peaje, cierto que un pelín aldeano, feudalizante y sobaquero, que hemos de pagar todavía encogiéndonos de hombros y mirando a otro lado a guisa de compensación por los ya lejanos abusos del franquismo.

Ése es el error. La venda que tapa sus ojos. No hay tal anécdota. Todo este engrudo y bazofia de política lingüística no es un capricho sino una condición estructural del sistema. Y ha llegado a serlo, no sólo por la contumacia de los nacionalistas, que les va en su patología, sino, lo que es infinitamente más grave y causa mayor desazón, por la permisividad, cuando no por la colaboración de otros, en particular del PSC… de los conmilitones del latoso insoportable de Joan Ferran… y en cierta medida de los no nacionalistas que callaban como putas o vivían en Babia cuando votaban tan ricamente al PSC hasta hace dos días.


viernes, 17 de abril de 2009

Undécimo mandamiento: al pati parlem en català



En estos días de Semana Santa propicios al recogimiento espiritual, días de contrición y de penitencia, nada hace más al caso que recordar algunos pasajes bíblicos. De ese modo hemos descubierto el undécimo mandamiento que por casualidad se descolgó a última hora de las tablas de la ley.

No se trata del mandamiento que siglos más tarde Cristo añadió al decálogo mosaico para instruir a sus primeros discípulos: ama a tu prójimo como a ti mismo, sino de otro que la Dirección de una escuela religiosa de la comarca barcelonesa del Baix Llobregat, comprometida también con la más profana religión de la patria… -religión participada lo mismo por una supuesta elevación espiritual que por la obtención de subvenciones-… da por bueno derramar, como si fuera agua bautismal del río Jordán, sobre la permeable crisma de su alumnado: Al pati parlem en català.

No diremos el nombre de tan venerable institución de la docencia, ni siquiera el de la localidad… -por dar una pista sepan que ésta ha visto consolidarse políticamente a uno de los más eximios representantes de la sonderkommandía inmigrada al lacayuno servicio del nacionalismo-… pues bastante riesgo han corrido los autores de la foto, buenos amigos de Tolerancio y padres de un estudiante la mar de aplicado matriculado en el centro, al adentrarse en la escuela y, con temple y cautela, cobrar la imagen que exponemos en esta bitácora.

El letrero, como de inocua apariencia, recuerda por su aparato… salvando las distancias, claro es… a aquellas lapidarias inscripciones que aparecen en el frontispicio de algunos edificios destinados a muy diversas finalidades: desde el Todo por la patria de los cuarteles de la Benemérita, al Que no entre nadie que no sepa geometría de las academias de la antigüedad clásica, pasando por El trabajo os hará libres de los campos de exterminio.

Una de las diferencias es que este letrero está colgado de puertas adentro, es decir, del aulario y pasillos hacia el patio de recreo, de modo que permanece oculto a los padres que esperan a sus retoños a la salida de clase. Es, pues, como un mensaje cifrado, iniciático, secreto, dedicado exclusivamente a los chiquillos, sustraído a la escrutadora mirada de los adultos... al contrario de las inscripciones citadas en el párrafo anterior que recibían en el exterior, a modo de aviso, a quienes cruzaban el umbral de unas dependencias destinadas a grupos humanos concretos, señalados por unas características especiales y a quienes aguardaba en su interior una suerte dispar.

Es posible que haya más diferencias entre esas leyendas y ésta otra, rayana en una suerte de guantanamización pedófila, vergonzosa y cobardícola de la educación elemental, pero no se nos ocurren ahora o no las sabemos ver como sucede a menudo con ese pasatiempo llamado advierta las 7 diferencias entre dos dibujos casi idénticos. De modo que, como una imagen vale más que mil palabras y con éstas últimas llevamos más de 500 y ya sobran la mitad… aquí lo dejamos.

martes, 14 de abril de 2009

Tu basura te delata


La basura adquiere cada día que pasa un valor estratégico. No solo para los basurillas, esas personas desmedradas, sin fortuna, apaleadas por la vida que rebuscan en los contenedores para dar con algo de provecho y cuyo número aumenta... -cualquiera puede ingresar en sus filas de un día para otro-... en proporción geométrica en situaciones de crisis económica; también para los gobiernos de marcado signo intervencionista.

Meses atrás dedicamos una bitácora a los basurillas cubanos. En efecto, el régimen castrista hizo una redada por toda la isla y detuvo a 400, según la prensa, acusándolos de actividades contrarrevolucionarias por propagar enfermedades entre la población, transformadas sus manos en armas táctiles de infección masiva tras sus búsquedas y manipulaciones entre desperdicios.
Consecuentemente dicha actividad no goza de buena reputación entre las autoridades insulares, pues la mera existencia de los basurillas denota estrechez, necesidad, y eso es una ofensa intolerable, casi del mismo rango, en opinión de los jerarcas del régimen y de sus ilustres invitados y propagandistas occidentales, que esas mezquinas intoxicaciones que la CIA vierte del envidiable paraíso socialista del Caribe al resto del mundo. Es decir, del mismo modo que en la antigua Unión Soviética no había psicópatas… -véase la película Citizen X sobre las andanzas criminales del Carnicero de Rostov-… en Cuba no hay basurillas, pues de la isla, quién lo duda, se desterró la pobreza long time ago.

La gestión de las basuras que generamos, más allá de su reciclaje, suscita el interés de las autoridades. Las administraciones locales de Cataluña, cómo no, se ponen en vanguardia de ese inusitado interés por la porquería. No nos sorprende… cuando se desata el intervencionismo de las administraciones, se estrecha el cerco sobre el individuo de un modo quisquilloso, tenaz. Y las basuras devienen codiciadas pistas pues aportan, al margen de pingües beneficios por vía impositiva o recaudatoria, mucha y muy significativa información sobre los hábitos cotidianos de la ciudadanía.

Cuando algunos legislan sobre el reparto de las tareas domésticas en el hogar, imponen multas por rotular un comercio en tal o cual idioma, y no sólo el rótulo externo, sino los artículos a la venta expuestos en su interior, o cuando instan a la población a vivir sus emociones y sentimientos con arreglo a unas pautas determinadas, por ejemplo, viviendo el amor sin celos… -amor sense gelosia-… como se apuntó en la bitácora titulada Diseñando emociones: nacional-zombización, no ha de extrañarnos que den nuevos pasos en esa misma dirección y les sorprendamos un buen día, desbocada su paranoia, potenciada al infinito su ansia por controlar al personal y por penetrar sus más íntimos secretos, rebuscando en nuestra basura para obtener datos comprometedores, para tendernos una emboscada, para pillarnos in fraganti…

Si zambullidos en la escoria dan con ceniza y colillas es que fumas y te señalan como promotor del déficit sanitario. Si se topan con un envoltorio de codeína es porque estás pachucho… o eres un drogota. Sabrán si te medicas contra las hemorroides. O qué prensa lees, si afecta o desafecta al régimen. O, por los envases, en qué supermercado adquieres los artículos alimenticios… si en Caprabo serás un consumidor nacionalizado, imbuido de amor patrio por cuenta de las subvenciones públicas concedidas a esa cadena comprometida con la realidad agropecuaria oficial pues promociona productos elaborados en el territorio.
Lo pueden saber casi todo de ti, incluso el saldo de tu extracto bancario. Si te gustan las alcachofas o prefieres los calabacines… hurgando provistos de guantes de látex entre mondas y peladuras putrefactas y malolientes. Si dan con rollos vacíos de papel higiénico, y efectúan un minucioso seguimiento por espacio de una semana, deducirán con qué frecuencia vas al baño.

Un frío estremecimiento nos recorre el espinazo al imaginar qué cosas pueden averiguar de nosotros los agentes que meten el hocico en los deshechos que empaquetamos a diario y dejamos en el contenedor confiados en el anonimato de ese acto de trivial apariencia.

Los policías municipales de Sant Sadurní, donde las cavas de espumoso, han sido autorizados a rebuscar en las basuras para comprobar su correcta separación atendiendo la tipología de las mismas diseñada por el consistorio e imponer la preceptiva sanción a los infractores. No sabemos si pagarán justos por pecadores y la multa la satisfará el barrio al completo, promoviendo de paso el espionaje y la delación entre vecinos, ya saben… Pepito López, el del 3º 2ª, no me recicla bien… es un tipo antisocial y un bandido… o si habilitarán un sistema para detectar la desobediencia individual.
En Tarragona la deposición, nunca mejor dicho, de basuras fuera de hora será sancionada con multas de hasta 750 €. No está nada mal el pellizco. Lo mismo dará un minuto que una hora antes y por supuesto prevalecerá, en caso de duda, la hora que marque el reloj del policía de turno… de modo que no será eximente que el reloj del imputado atrase o adelante o que lo lleve sincronizado por extravagante simpatía con la hora bolivariana decretada por Hugo Chávez.

Pero las basuras dan para mucho. A guisa de prueba piloto y como anticipo a las multas que en adelante impondrán por hablar castellano en la vía pública… -pues multándose la expresión escrita de dicho idioma, entiéndase multas a rótulos comerciales, y en breve a las solicitudes de auxilio redactadas por pedigüeños en cartones… ¿Por qué no habría de procederse también contra la expresión oral?-… se instaurará la revisión lingüística de notas manuscritas abandonadas en la basura, pues la colocación de micrófonos en los domicilios particulares para averiguar en qué idioma hablamos los catalanes en casa cuando preparamos la cena, vemos la tele, jugamos al parchís o nos damos un revolcón, es un sistema demasiado costoso y de difícil justificación.

La futura Brigada de Agentes Revisa-Basuras, los AR-B, la coparán voluntarios de Ómnium y de otras entidades afines, que estarán encantados con esa tarea en pro de la pureza idiomática… pues para ellos no hay tarea que sea pesada o antipática si lo es por la redención de la patria. Alguien tiene que hacerlo, dirán.
La nación se ama lo mismo analizando fétidas cascarrias que dejando flores fragantes el 11-S ante la estatua de Rafael Casanova. La basura pasará en breve de ser una cuestión local y doméstica a un pilar básico de la construcción nacional de Cataluña.


jueves, 9 de abril de 2009

Guías turísticos


Leemos en la edición del diario gratuito Qué! del lunes 30 de marzo de 2009 que guías turísticos sin licencia, y sin la formación adecuada, ejercen en Barcelona competencia desleal a los profesionales titulados. Esos guías desaprensivos deambulan por los monumentos más emblemáticos de la ciudad a la caza y captura, como descuideros de Las Ramblas, de incautos turistas para colarles un rollo colosal por un módico precio.

Los guías titulados se lamentan amargamente de la imagen equivocada de Barcelona que se llevan a casa nuestros distinguidos visitantes. A fin de cuentas ellos se consideran custodios de la verdad turística oficial y regulada, participada de verdades históricas que se dividen a su vez en supuestas e incluso, por chocante que parezca, en ficticias.
En el artículo se citan unas cuantas de esas perlas que los falsos guías largan alegremente a su clientela permeable a informaciones delirantes, predispuesta a emitir sin descanso ohes de admiración:

- La plaza de toros Monumental la construyeron los árabes hace 700 años.

- El templo expiatorio de la Sagrada Familia fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial y por eso no puede visitarse.


Las trolas tienen su gracia y uno se compadece de esos turistas en la misma medida que se admira de la deslumbrante inventiva de esos guías de pacotilla. La escena nos recuerda unas secuencias de Slumdog millonaire, aún en cartelera, donde los protagonistas, unos chicos procedentes de un slum, una suerte de populoso bidontown o arrabal de Bombay, que, entre otras peripecias, se dedican a mostrar el Taj-Mahal a los turistas occidentales dando unas explicaciones guasonas y divertidas, tan apócrifas como las reseñadas anteriormente. Con lo que uno presume que Barcelona, por efecto del multiculturalismo, guarda cierta semejanza con Calcuta o Bombay.

El affaire de los guías turísticos tiene miga, pues insta al mundo de las verdades oficiales… lo que adquiere un matiz siniestro cuando hablamos de una región, la nuestra, donde todos los contenidos académicos y culturales, donde la información en su conjunto, debe pasar la criba minuciosa del discurso oficial dominante, cuyos agentes orgánicos, entre ellos el CAC, aplican sus lentes microscópicas a todo aquel dato susceptible de pública exposición.

¿Dónde han sido formados nuestros guías turísticos provistos de las credenciales pertinentes? ¿Dónde han adquirido su arcana sabiduría?

Quién haya ojeado alguno de los manuales de texto sobre las diversas materias que las editoriales y las autoridades in-competentes en Educación endosan a los escolares catalanes desde su más tierna infancia habrán observado, no sin espanto, un variado prontuario de animaladas estrafalarias y de manipulaciones infumables.
Esto último es infinitamente más grave que esos descacharrados cuentos que los guías de pega venden a su clientela crédula, pero adulta. Es mucho más grave pues se trata de la Educación que pagamos todos y que deforma interesadamente a las sucesivas promociones de estudiantes.
Se trata, la Educación, de un servicio público, o de interés público, aunque las tergiversaciones tengan también como escenario escuelas privadas o concertadas locas por agarrar la subvención, avenidas a cuadrarse dando un taconazo, y a hacer la vista gorda ante las mamarrachadas de turno impuestas como por real decreto.
Es la Administración, y no particulares, esos pícaros que van dando palos por aquí o por allá, por los aledaños de la catedral o del parque Güell, la transmisora de esas mentiras oficiales. Precisamente por oficiales… mentiras.

Hace unos meses seguimos con asombro e interés en el diario El Mundo una prolija recopilación de las melonadas que explican a nuestros alumnos en las aulas. Recordamos en particular una para nota que sostenía que la división territorial de Cataluña en cuatro provincias se produjo tras la Guerra Civil por orden del general Franco cuando todo el mundo sabe, incluso el cenutrio que redactó el manual, pero a quien tamaño disparate le importa un pito con tal de aportar su granito de arena al envenenamiento colectivo, y remunerado, de la población, que ese diseño administrativo del territorio se remonta a 1833 con arreglo al plan del ministro Burgos.

Un par de zapatos, un bolso o un coche, en el libre mercado varían de precio según gama y modelo. Te puedes comprar un SEAT Panda, que hemos pagado entre todos… -el salpicadero y una bujía pertenecen a Tolerancio-… a través de las ayudas gubernamentales a la marca para que no se deslocalice, por ejemplo, o un Jaguar si tu bolsillo te lo permite o eres tesorero del PP presentado en sociedad por Rajoy con la frase lapidaria y profunda cada uno sabe a quién tiene debajo, no refiriéndose precisamente a determinados actos de la vida marital. Pero ambos, SEAT y Jaguar, son automóviles, claro que con diferentes prestaciones, y caminan si les echas gasolina.

No pretendamos que las explicaciones que nos den de un monumento sean las mismas a 5 € por barba que a 20. Por 5 € nos dirán escuetamente que la catedral de Barcelona es gótica y por 20 que, además de obedecer al citado estilo arquitectónico, comenzó a construirse en el siglo XIII o XIV y que la altura de tal pináculo es de tantos metros y que contiene tantas capillas laterales además de unas ocas en el claustro que profieren unos graznidos la mar de impertinentes.
Pero… ¿Y la poética fascinadora de la invención más estrambótica? ¿Acaso no tienen mérito esas risibles elucubraciones de escachifollada factura? Total, para las trolas oficiales, pero trolas, que algunos cuentan…

Hace unos meses, con motivo de una manifestación a favor del bilingüismo convocada por C’s, secundada por unas 4.000 personas, y que terminó en la plaza de San Jaime donde se leyó un manifiesto, Tolerancio se topó con un grupo de turistas capitaneados por una guía local provista de un parasol a modo de banderín de enganche. La chica, muy mona, señaló a los manifestantes y los describió a su clientela, en inglés, de la siguiente guisa: estos son unos que solo quieren hablar una lengua, teniendo dos.

Para trolas bochornosas, las de la historiografía oficial, que está plagada de ellas y son aún peores, pues pretenden la desinformación interesada y nada tienen que ver con ese inocuo intento de ganarse unos euros a base de mentirijillas y sin tirar de pinchosa.


Felices procesiones…



sábado, 4 de abril de 2009

¿Qué fue de Reginald Perrin?


Hace años echaron por la tele una magnífica serie de ficción titulada Caída y auge de Reginald Perrin. No sabemos si la han repuesto como hacen con otras series de éxito. Quizá es que no lo tuvo y por eso no la han vuelto a emitir. Era una de esas series británicas de la factoría de Un hombre en casa o El nido de Robin.

Reginald Perrin es un tipo que lleva una existencia mediocre e infeliz. Hasta que descubre que la gente se desvive por cosas inútiles y se hace de oro poniendo a la venta una balumba de objetos innecesarios en un comercio que monta a tal efecto.
Vende el deleznable vino de nabos que elabora su cuñado y que conquista el paladar de su clientela, ávido de porquerías. Pero también un salero sin agujeros que no sala la comida, unas tijeras de una sola hoja que no cortan, una cuchara hueca, como un donut, por donde se escurre la sopa o una canasta de baloncesto con su pelota… sólo que el diámetro de la canasta es inferior al de la pelota de modo que los jugadores jamás anotan un punto. ¿Qué fue de Reginald Perrin?

Si Reginald Perrin mudara de actividad comercial e instalara hoy un bar de copas en Barcelona hablaría catalán so pena de la preceptiva multa incoada por los inspectores de la Gestapo lingüística del sonderkommando nacionalista José Montilla, natural de Iznájar, provincia de Córdoba. Esos agentes que piden un café y fingen leer el diario pero que en realidad andan atentos a cuanto pían Fulano o Mengano acodados en la barra.

Días atrás la prensa publicó que el gobierno regional prepara una batida a gran escala por comercios, en particular bares y restaurantes, amparándose en la elevada cifra de quejas de clientes anónimos… -que no son tan anónimos sino voluntarios reclutados por plataformas subvencionadas del tipo Òmnium Cultural-… que no fueron atendidos en la lengua propia de Montilla, es decir, en catalán… lengua que hablaba el interfecto cuando niño con su mamá y sus abuelitos. Disposición gubernamental pintiparada para tiempos de crisis… o de bonanza económica, pues cuando una disposición no tiene más referente que la estupidez lo mismo da el momento exacto de su aplicación si nos atenemos al antiquísimo e irrefutable proverbio: una chorrada es una chorrada, hoy o mañana, aquí o en la Cochinchina.

Si los agentes del sonderkommando Montilla se dan un garbeo por el barrio donde vive Tolerancio no tendrán más bemoles que examinar de catalán a los regentes de los bares de la zona, que son todos chinos. Les preguntarán si hablan catalán y los camareros sonrientes responderán, cómo no, con una sonrisa.

-Sí, sí, catalán, catalán, ji, ji… -eso es lo que dirán sin entender una palabra sirviéndoles un café o un cortado, un tallat.

A esos agentes no les faltará trabajo, peinando los barrios de la ciudad, emboscados tras las esquinas, calzados quizá con unos zapatos de esos vendidos a precio de saldo en comercios también regentados por chinos que contienen vaya usted a saber qué mejunje tóxico en las plantillas y que ya han provocado abrasiones en los pies por centenares, según noticia aparecida en la prensa.
Qué trabajo el suyo. Alguien tiene que hacerlo dirán los meticones agentes de la pureza idiomática mientras rellenan sus formularios delatores con anotaciones como ésta:

Un señor de nacionalidad china, que dice llamarse Chu-Lín, no me conjuga bien los verbos. Su catalán es una calamidad. Bar Jacinto, calle Blai nº 5.
He ido al baño. Me he topado con un ortóptero de crujiente caparazón. Le he preguntado al insecto si habla catalán. Ante su silencio desafiante le he acercado el pitillo que había encendido a escondidas en el baño para obligarle a responder. No consentiré que esa escoria se burle de mí.
Al cabo de unos segundos he comprendido que las cucarachas no hablan. Pero es que me la pone tan dura la lucha cotidiana por Cataluña, dura como una barra de hierro… lo sé, trabajo demasiado. Necesito unas vacaciones.

Alguien tiene que hacerlo… que es lo que siempre dicen quienes aplican electrodos en el pito a los disidentes cautivos en sórdidos calabozos bajo regímenes tiránicos.

Esas inspecciones dan la medida exacta de la utilidad de un idioma cuando no lo hablan más allá de, muy generosamente, 8 o 9 millones de personas, incluido un pescador jubilado de Alghero, Cerdeña, y un pastor que reside en Ceret, en la vertiente francesa de los Pirineos y que nada sospechan de toda esta sucedumbre cansina y pestilente.

Los idiomas sirven para que las personas se comuniquen. Pero además el catalán sirve para otra cosa más. Es decir, para dos cosas. Que por un lado es una ventaja, pero por otro triste balance para quienes dicen amarlo… que lo protegen con tan fuerte abrazo que acabarán por asfixiarlo.
Nos explicamos: en vista de la inmersión escolar obligatoria, de las sanciones administrativas a causa de los rótulos comerciales, de las inspecciones a bares y restaurantes y de otras cuestiones similares derivadas de la obsesión lingüística de los sucesivos gobiernos nacionalistas, lo mismo da CiU que PSC, el catalán sirve... para que no te multen. Para eso va a quedar.

¿Acabarán con los años los ejemplares de gramática catalana amontonados por docenas, cubiertos de polvo, en un rincón de la tienda de Reginald Perrin junto a violines sin cuerdas o a velas sin mecha?