domingo, 31 de enero de 2010

Eudald Carbonell: ¿Homo Sapiens Catalanensis?


En la edición del diario El Mundo del 30 de diciembre pasado leemos con verdadera fruición un artículo del paleontólogo y primatólogo Eudald Carbonell en la sección Otras voces. El señor Carbonell se olvida por un instante de las puntas de flecha de sílex y del fémur polvoriento de un antropoide para darnos un auténtico sermón sobre, agárrate que vienen curvas, el derecho a la autodeterminación o derecho a decidir (dret a decidir).

Nadie pone en duda su portentosa trayectoria como científico a sueldo del CSIC, ni su voluntarioso periplo de excavación en excavación para recalar en las calizas cretácicas de la burgalesa sierra de Atapuerca donde se coronó, en equipo, con un hallazgo arqueológico de primer orden: los restos del Homo Antecessor, que tras unos miles de años de refinamientos, evolución mediante, da el actual producto de la especie: el Homo Sapiens Sapiens. Entendemos que la duplicación del término sapiens no es redundancia sino énfasis aclaratorio por las dudas que tal condición suscita tras echar un rápido vistazo a la historia de la Humanidad, a la actualidad política y, por qué no, al artículo glosado en esta bitácora.

Traducimos del catalán algunas de las perlas con las que Carbonell, generosamente, nos agasaja:

Tengo claro que es preciso cambiar la Constitución y poner en marcha una consulta vinculante sobre la autodeterminación de Cataluña para elaborar un sistema europeo de interdependencia.

Queremos un referéndum vinculante, queremos no ser tutelados, queremos la voluntad popular expresada. Este es el camino hacia la interdependencia continental.

El derecho a decidir es un derecho que hemos conseguido gracias a la perseverancia como colectivo.

Carbonell no nos explica en qué consiste el concepto que bautiza como interdependencia continental que, eso parece, queremos todos los descendientes del Homo Antecessor residentes en Cataluña. Es chocante que para lograr ese objetivo sea requisito indispensable independizarse primero. Es decir, separar unidades preexistentes, para unirlas luego, o algo así. ¿No sería preferible, en todo caso, y siempre que eso de la interdependencia continental fuera deseable, ahorrarse la mitosis o partición molecular, o sea, una fase del proceso?... No trae cuenta amputar una pierna, seccionarla en lonchas, para pegar luego las rodajas con cola de impacto, recomponerla y coserla de nuevo al tronco. Es un trabajo de idiotas poco sapiens sapiens.
Acaso el ejemplo no sea del agrado del perspicaz estudioso, que posa en el diario tocado con una suerte de salacot de explorador. Mejor éste: lo habitual en su especialidad científica no es desmenuzar los restos de una osamenta hallada tras no pocos esfuerzos en una inhóspita cueva alfombrada de mocordos de murciélago, sino ensamblar las partes solidarias entre sí para proceder a su completa reconstrucción. El ya conocido mecanismo-puzzle.

Tiene Carbonell, militante o simpatizante de ICV (la IU catalana), todo el derecho del mundo a simpatizar con el separatismo, aún trabajando en excavaciones financiadas con dinero público, de todos -que no de nadie, como dijo una ministro/a de cuota del gobierno ZP- incluidos los contribuyentes de Almería y Badajoz, de quienes pretende separarse, es decir, con fondos interdependientes por citar esa ocurrente entrada de su diccionario político, pero lo que irrita a Tolerancio es el repetido y cansino sermón, la eterna cantinela mononuclear de los nacionalistas: el pueblo cosificado.
En efecto, Eudald Carbonell cita en unas pocas líneas la voz pueblo un chorro de veces (pueblo por aquí, pueblo por allá… se refiere al formado por todos los individuos de la subespecie Homo Catalanensis contenida, suponemos, en la más inclusiva Homo Sapiens) y también su voluntad soberana. Carbonell se proclama genuino y autorizado portavoz del pueblo, a guisa de chamán que pinta bisontes en las paredes de la cueva para propiciar una caza abundante o baila el hula-hula para que la lluvia fecunde la tierra.

También, si le place, puede Carbonell levitar extasiado con los referéndums separatistas e ilegales del 13-D, pues, por el contenido y la fecha, es evidente que Carbonell redacta su columna pro-autodeterminación en un calentón, desatada la euforia soberanista, como si le hubieran grapado en la corteza cerebral cápsulas enteras de nacionalismo en formato de metanfetemina líquida. Incluso puede distorsionar la realidad y pedir más, mucho más, dar un paso, un salto adelante, paradójicamente estimulado por el balance pésimo de los referéndums pregonados a bombo y platillo y celebrados gracias a la inacción del gobierno de la nación -de naciones-.

El único éxito de los separatistas, ése día, fue la comprobación irrefutable de la cobardía del gobierno español. Que no es poca cosa, pues la tibieza de éste anima a proseguir la senda soberanista. Pero el resultado fue una verdadera ruina: se convocó en localidades con predominio aplastante del nacionalismo, votaron los adolescentes, animados por las direcciones de los centros escolares, los inmigrantes sin papeles… (de quienes, un mes más tarde -pleno municipal de Vic- ya no quieren saber nada)… el Tato, Rafecas y la tía Enriqueta… y la participación apenas rozó el ¡¡¡30%!!!... Un desastre. Pero no importa, Eudald Carbonell lo ve claro: ha hablado el pueblo… cuando, en realidad... ha callado. Con esa agudeza visual a Carbonell puede sucederle lo que a unos eminentes colegas suyos que tomaron la quijada de un jumento prehistórico por la mandíbula del Hombre de Orce.

Al señor Carbonell le pide Tolerancio que le saque ya, para siempre, en su próximo artículo, del censo de ese pueblo suyo de que tanto habla… que se le llena la boca con tanto pueblo, como se llenaba la entrechocante mandíbula del Homo Antecessor con la carne de un enemigo abatido a mazazos en la cocorota, pues parece que esos lejanos ancestros practicaban el canibalismo como fuente de proteínas o rito extravagante y propiciatorio conectado con los mecanismos de la llamada, por Lévy-Bruh, magia simpática… que nada tiene que ver con el gracejo y el salero. Es decir, que no incluya a Tolerancio en su pueblo, en la cochambrosa idea de pueblo que tiene el sapiens de Carbonell.

A Carbonell le ha atrapado, de tanto estudiarla, esa vida comunal del cavernícola, todos juntitos, macho alfa, machos omega, hembras y crías, alrededor del fuego… donde se balbucea algo parecido al lenguaje articulado y donde se instauran los primeros ritos y símbolos y los grupos comienzan a identificarse por un nombre para diferenciarse de otros. El calor del hogar primigenio: bien recogiditos, compactados como la placa córnea de un armadillo, frente al mundo exterior lleno de horripilantes amenazas, frío, nieve, oscuridad, rayos y truenos, mastodontes, tigres de dientes de sable u otros caníbales pintarrajeados y en taparrabos.
De huronear entre primates y cromañones a Carbonell se le pone cara como de antropoide, una cara que nos recuerda a Lluc, el primer homínido catalán de quien nos dio la prensa, meses atrás, cumplida ración de artículos y lámina incluida de su retrato-robot… el primer individuo que en nuestro sagrado solar patrio se rascó el culo contento.

Dicen que el amo se acaba pareciendo a su perro. No permita el cielo… (no consienta una retracción inopinada de la cadena evolutiva)… que Eudald Carbonell, frecuentando su compañía, se confunda con esas antiguallas humanoides y por mímesis se le encojan las paredes craneanas, merme su volumen cerebral y con ello se resienta su capacidad cognitiva.

Las separaciones, como los divorcios, en aras de la… ¿Cómo era?... interdependencia… pueden ser amistosas… o no… acabando hordas y tribus a garrotazo limpio. ¿Nostalgia cavernícola?... Eudald Carbonell, Homo Sapiens Carbonellensis, sueña a diario que en la cueva troglodita del fondo a la izquierda, tras aquel montículo, le espera Raquel Welch, insinuante, con lencería chic de bisonte, sobre un mullido lecho de pieles de oso para consumar la interdependencia marital.




lunes, 25 de enero de 2010

Montilla/ Maciá: corazón de melón


¿Quién le iba a decir al sonderkommando Montilla que pasaría en unos años de doblar el espinazo para recoger aceitunas en Córdoba a proclamarse heredero político y espiritual del locuelo Maciá, l’avi (el abuelete) Maciá… que estaba el pobre, venerabilísima figura histórica del catalanismo, como una puta cabra?

Montilla nació en Iznájar y Francisco Maciá, (1859-1933), que fue Teniente Coronel del ejército español, en Villanueva y Geltrú (Vilanova i la Geltrú), aunque su familia procedía de la localidad ilerdense de Borjas Blancas (Borges Blanques).
Hay un par de similitudes entre ambas localidades, Iznájar y Borjas Blancas: la nobleza de sus gentes, qué duda cabe… y sus aceitunas. Ambas, en efecto, con sus olivos y almazaras, producen ese fruto y ese néctar, aceite, oro líquido, tan típicamente mediterráneos. Ya saben… y es que yooooo, nací en el Mediterráááneo… como dice la letra favorita de Montilla, esa soberbia canción de… Lluis Llach, por supuesto.

Maciá involucionó hacia el catalanismo radical tras la negativa del Congreso, 1.915, a adoptar su propuesta de modernizar la Armada Española adquiriendo más submarinos y torpederos. Maciá formuló la militarista propuesta -en Europa se ventilaba entretanto la Primera Gran Guerra- como diputado de Solidaritat Catalana. Maciá no encajó el desplante y airadamente renunció al acta de diputado de un parlamento que, según recogen las memorias de Cambó, no se preocupaba suficientemente de la defensa y de la fortaleza militar de España. Ese incidente fue el detonante del voltafaccio, o giro abrupto del Teniente Coronel del Ejército Español don Francisco Maciá y Llusá hacia el separatismo. Una rabieta, vamos.

Para transitar nuevas sendas Maciá hubo de renunciar a buena parte de su bagaje, de su pasado, de sus lealtades, banderas juradas y obediencias, dejar en el camino ropajes viejos, guerreras y galones. También lo ha hecho el sonderkommando Montilla más recientemente. Nada sabemos de su paso por la milicia, si lo hubo, y si lo hubo, glorioso, pues el valor se le supone. Montilla, en efecto, para seguir en la distancia la imperecedera estela del espadón catalán, ha tenido que aligerar el peso de su impedimenta. La trayectoria de Maciá ha encontrado en Montilla, pues, un eco en la posteridad: así es, para ejercer con solemne apostura sus funciones como presidente de la Generalidad, a Montilla no le han quedado más bemoles que renegar de su afición taurina.

Aunque Tolerancio, hace unos años, reconoció al sonderkommando Montilla, siendo por entonces flamante ministro de Industria en el primer gobierno ZP, departiendo en un corrillo de aficionados en los aledaños de la Monumental, Feria de La Merced, dedujo más tarde que tan egregio personaje estaba allí como mero acompañante, por lealtad y devoción conyugales, pues la genuina, la verdadera taurina de la familia Montilla-Hernández es… ¿Lo adivinan?... Su señora… o eso nos dijeron. No sabe uno cómo se las ingenia para hacer un hueco en su apretada agenda para acudir, con minifalda o sin ella, a los festejos a extinguir por mandato de la cámara regional, habida cuenta de la docena de cargos que acapara la primerísima dama, remunerados o no, en diferentes organismos de la administración. Tan atareada anda la laboriosa Ana Hdez de Montilla solventado dudas, problemas, diseñando nuevas estrategias, desfaziendo entuertos, que su marido, en la intimidad, le dice en ese catalán suyo, tan peculiar: Anita, reina, que te pilla el toro.

A Maciá se le fue la pinza, como se dice ahora, e inspiró un intento de asonada separatista, de sublevación armada contra la dictadura de Primo de Rivera. La cosa quedó en charlotada inocua, abortada por la Gendarmería francesa antes de que los amotinados, gentes de Estat Català fascinadas por una mezcla de senderismo scout de fin de semana y de romanticismo chifleta y nacionalista, cruzaran la frontera desde Prats de Molló para arrastrar a las enardecidas masas hambrientas de soberanismo.
También Montilla echa su cuarto a espadas y le da la réplica en un nuevo paralelismo desde la estratosfera, aunque menos belígero y encampanado. Prueba de ello son sus continuas advertencias de inevitable desafección del pueblo de Cataluña, dicho así, de manera rimbombante, si desde Madrid, razón social de la caverna mediática españolista, feroz y catalanófoba, se empecinan en aguar el nuevo estatuto de autonomía.
Tras el editorial conjunto de la servil prensa catalana para acogotar al Tribunal Constitucional, Montilla, reencarnación de Maciá, a guisa de flautista de Hamelín, envía una carta a más de 200 entidades… (sindicatos, patronales, cámaras de comercio, colegios profesionales, medios de comunicación, asociaciones vecinales, jugadores federados de mus y petanca, etc)… para que le sigan a golpe de pito, como un solo hombre, en compacta formación, si finalmente el demorado fallo recorta el texto estatutario.

En todo caso, pase lo que pase, lo dice su consejero de Economía, señor Castells, habrá que replantearse la relación entre Cataluña y España. Que es la reedición de las ya conocidas amenazas del senil Maragall cuando, siendo presidente de la Generalidad… -muchos años después de cursar estudios universitarios en Estados Unidos becado por el régimen franquista, en calidad de consejero áulico y delfín del alcalde Porcioles-… insinuó que si no prosperaban OPA de Gas Natural y estatuto, poco menos que se produciría una tragedia, un baño de sangre.

Leemos en Diez horas de Estat Catalá, crónica de Enrique de Angulo, que tras el golpe de estado fallido de Companys contra el gobierno de la II República en octubre de 1934, en connivencia con Azaña y con el PSOE y la UGT en la cuenca minera de Asturias, algunos gerifaltes de ERC, depositarios genuinos de los afectos patrios, huyeron raudos de la plaza de San Jaime, llamada entonces de La Constitución, por el alcantarillado, escoltados por ratas de atusados bigotes, lorquianas ninfas del cólera, para salvar el pellejo… (innecesaria cautela pues las condenas posteriores a los amotinados fueron cosa de risa)… con una valiosísima reliquia a cuestas, además de unos buenos fajos de billetes en la faldriquera: el corazón embalsamado e incorrupto de Maciá, el abuelo Cebolleta del catalanismo.

Ya sabemos dónde acabó el corazón amojamado de Maciá en una suerte de metafórico trasplante a la vuelta de unas décadas, sin cirugía y sin anestesia, pero con medio país anestesiado por la desmemoria y la estupidez. Montilla, el sonderkommando Montilla… reivindica para sí la figura, la herencia de Maciá. Y si afina el oído, escucha sus latidos… plom, plom, plom… plom, plom, plom… al compás de una sardana.

Qué mejor destino que la caja torácica del converso Montilla para el corazón de un turuleta.



lunes, 18 de enero de 2010

Referéndum en Vich (Vic)



Si alguien leyó, días atrás, la crónica del diario El Mundo sobre los referéndums separatistas, 13/12/09, organizados por el nacionalismo a través de sus asociaciones interpuestas, con permiso de gobiernos municipales, del gobierno regional y, por cobardícola inacción, del gobierno de la nación… -de naciones-… habrá caído en la cuenta de ciertas contradicciones.
Chocante como poco es una estampa gráfica de la votación ante una de las mesas ilegales instaladas en Vich (Vic) o comarca, pues a pie de foto no dieron razón precisa del colegio electoral de pega. A saber: una familia de africanos… -deducción basada en el nivel de melanina en la epidermis-… padre, madre e hijo, todos votando, suponemos, a favor de la independencia.

Es una instantánea conmovedora. La familia M’ndongo, la bautizaremos así, por fin puede votar. Algún cenizo dirá al punto que estamos ante una mayúscula tomadura de pelo, que la suprema suerte electoral, piedra angular de la democracia, se les niega en realidad pues ese esperpento de plebiscito no es vinculante sino torpe sucedáneo, y que por ese motivo el engaño es más cruel. Que esa versión de la democracia que disfrutan los M’ndongo circunstancialmente es a la verdadera democracia lo que un vino de mesa en envase de cartón a un exclusivo caldo bordelés Gran Reserva.
Los promotores del referéndum replicarán que cuanto más cerca estén los M’ndongo de una urna más lejos estarán, pongamos por caso, de los uxoricidios por honor, honor muy sui generis, o de las aberrantes ablaciones clitorianas (que, eso se barrunta Tolerancio, se practican ya de tapadillo, por ejemplo, en algunas localidades como Salt, junto a Gerona, o en Manlleu, pero ésa es otra historia).

Suponemos que los M’ndongo votaron sí a la independencia porque el porcentaje de votos afirmativos alcanzó el 95%. Luego es una cuestión de probabilidades, mera estadística, y porque siendo electores por graciosa concesión de los organizadores del referéndum de marras, cuesta creer que participando entusiasmados en la verbena, diseñada para votar que sí, llevaran la contraria los muy desagradecidos y cimarrones.

Leyendo la crónica periodística descubre uno que la segunda fuerza política en Vich, en las elecciones municipales, es el partido llamado PXC, Plataforma Por Cataluña, un partido comúnmente tachado de xenófobo, y que cuenta, ahí es nada, con 4 concejales en el consistorio de la llamada capital de la Cataluña catalana.
Cierto que CiU y ERC tienen una enorme presencia en esa comarca de fuerte implantación nacionalista. Son dos partidos que refuerzan, más si cabe, su flanco localista, identitario, en esas latitudes como partidos indigenistas, partidos, para entendernos, de la gente del lugar frente a los forasteros. Comarca con una notable importancia del sector agrario y ganadero, que cultiva el gusto tradicional por el terruño.

Hete aquí la frase, acaso inexacta pero descriptiva e intencionadamente provocadora, que acuña Tolerancio para ilustrar la idílica instantánea de los M’ndongo que antes hemos comentado:

Se da la paradoja de que en Vich los catalanes, en número nada escaso, votan a PxC, partido xenófobo de extrema derecha, mientras los africanos, por no decir negros… -que no quedaría bien, uuuyyy-… votan a favor de la independencia.

¿Qué papeles o trabajos habrán prometido a los M’ndongo para persuadirlos y llevarles al huerto de las urnas ilegales, muy probablemente las únicas que verán de cerca salvo que obtengan la ciudadanía española contra la que, oh risible contrasentido, depositan la papeleta inflamados de ardor soberanista como los más patriotas de entre los catalanistas aborígenes?

Unas semanas antes de la patraña de los reférendums, Tolerancio recorrió senderos de montaña por la comarca, no reconocida administrativamente, del Lluçanès. Visitó algunas localidades y tras una agradabilísima marcha pedestre llegó al santuario de Santa Llùcia de Sobremunt.
Entre esas localidades está Perafita, muy cerca de Prats de Lluçanès, el municipio más poblado del entorno. En un jardín de Perafita, donde los abueletes echan de comer migas a las palomitas, recibe a los visitantes una inmensa bandera de Cataluña con su recio mástil de obra anclado al suelo, con afán de permanencia… pero no se trata de la bandera oficial de la región, sino de la bandera cuatribarrada con la estrella solitaria del separatismo, es decir, una bandera que, por inconstitucional y por su exposición en lugar público, debería retirar al punto una dotación de los mozos de escuadra acuartelados en Vich. Obviamente Tolerancio no perdió la oportunidad de retratarse ante la misma para dejar constancia gráfica de tamaño desafuero.

Esa Cataluña interior, profunda, que pretende convertirse en un parque temático del particularismo ilusoriamente inmaculado, del tribalismo residual en Occidente, sin mancha ni baldón, no sometido a mezcolanza, goza de un nivel de vida envidiable que quisieran para sí las reservas amerindias que hemos visto en las películas del Salvaje Oeste, o en esos western contemporáneos donde el Séptimo de Caballería de Michigan es sustituido por un agente mestizo del FBI infiltrado entre los apache chirikawa para resolver un asesinato cometido en el seno de la comunidad segregada, donde aún manejan el cotarro el Consejo de Ancianos y chamanes atiborrados de setas alucinógenas.

Si uno se pasea por esas comarcas de montaña y media montaña, por la Cerdaña, por el Ampurdán, Alto o Bajo, verá pueblos preciosos, como de postal, pueblos de casitas de piedra con tejados de pizarra a dos vertientes, pueblos como hechos a propósito para turistas y paseantes que retratan con sus cámaras digitales rincones pintorescos, macetas con azaleas y geranios, gatitos echados al sol en el alféizar de una ventana. Turistas que adquieren exquisitos artículos gastronómicos elaborados según las artes tradicionales y que luego se dan un opíparo festín en un restaurante coqueto, instalado en una preciosa masía con su fachada señorial barbada de verdinales tiras de hiedra, con enormes tiestos de cerámica a la entrada y un espacioso aparcamiento bajo un emparrado.


En todos esos lugares bucólicos, como Palau-Sator, Madremanya, Pals, Peratallada, Bellver de Cerdaña u otros, el visitante verá a la entrada del pueblo, en la pared de una caseta del tendido eléctrico o en el cobertizo de un huerto cercano, pintadas enormes de la bandera separatista y soflamas del tipo: Prou explotació! (¡Basta de explotación!)/ Castellà, idioma imposat (Castellano, idioma impuesto)/ Ni França ni Espanya, Països Catalans! (¡Ni Francia ni España, Países Catalanes!)/ Fora les forces d’ocupació! (¡Fuera las fuerzas de ocupación!)…
… mensajes solidarios unos de otros que infunden al visitante el temor, al transitar sus calles, de toparse con una legión de aborígenes colonizados, sometidos, explotados, desarrapados, tísicos, enfermos, como esos proletarios de tenebrosos y sucios talleres descritos por Dickens, con mineros de mirada triste, rebozados en hollín, condenados a una muerte prematura por silicosis, y un tropel de criaturas famélicas, desnutridas, con la boca llena de moscas y la panza abultada por la avitaminosis.

Nada de eso. Están forrados. No hay asomo de explotación ni casa que no disponga de un potente todoterreno y de dos o tres coches más, uno por cada miembro de la familia. No hay región en España, acaso unas pocas, que puedan competir en calidad de vida con esas comarcas. Pero la denuncia de la explotación rinde, a lo que se ve, buenos dividendos.
Si proyectamos esa Cataluña fronteriza sobre Francia, en un ejercicio de simetría geográfica, a partir del pliegue, del costurón de Los Pireneos, sobre el departamento del país vecino que contiene lo que nuestros nacionalistas llaman Catalunya Nord (Cataluña Norte o Cataluña francesa: Conflent, Vallespir, etc), comprobaremos que también allí, y sin prohibir las corridas de toros, el componente identitario ejerce una fuerte atracción sobre los lugareños. Sólo que por aquellos predios los catalanes votan, en la primera vuelta de las elecciones generales, y en un porcentaje elevadísimo, al ultranacionalista Front National. A un lado CiU y ERC y al otro… Le Pen.

Siempre se ha dicho que las fronteras son muy porosas.

PS.- Leemos en la prensa que el ayuntamiento de Vich, 13/01/10, adopta en pleno municipal la restricción del empadronamiento a inmigrantes ilegales. Sólo han tardado un mes en apuñalar a los M’ndongo por la espalda.

Foto.- Tolerancio, con indumentaria excursionista, 01/11/2009, ante la bandera separatista, anticonstitucional, que ondea impunemente en un jardín público de la localidad de Perafita, provincia de Barcelona. Lamenta Tolerancio la pésima calidad de la fotografía obtenida con una cámara desechable, pero suficiente para advertir el diseño de la bandera en cuestión.





jueves, 14 de enero de 2010

Aitor Noster


Días atrás la iglesia nacionalista vasca pidió perdón por los 12 o 14 sacerdotes de obediencia jeltzale… -no recordamos la cifra exacta-… fusilados por el bando ganador durante la Guerra Civil y posterior ajuste de cuentas… epílogo obligado de todas las guerras, civiles e inciviles.
No sabe uno si el mea culpa obedece a la participación directa del clero vasco de entonces en la delación y ejecución de sus 12/14 hermanos en la fe de Cristo, disparando ellos mismos, tras la pertinente absolución, los fusiles con saña homicida. ¿Remordimientos de conciencia?... No obstante, nada dijo la misma iglesia nacionalista de los casi 300 curas vascos asesinados en otras diócesis españolas controladas por los republicanos, a pesar de las gestiones, inútiles, todo hay que decirlo, del ministro de Justicia, Manuel de Irujo (PNV), para evitar la matanza.
La cifra de religiosos asesinados durante la contienda asciende a varios millares, entrando la masacre republicana en reñida competencia con las persecuciones de cristianos en tiempos martiriales de los emperadores Decio y Diocleciano.

La mayoría de los sacerdotes guipuzcoanos ha recibido de uñas a monseñor Munilla, obispo nombrado por el Vaticano para esa demarcación eclesiástica. Incluso han editado una suerte de HPC, Hoja Parroquial Conjunta, siguiendo la estela del editorial pasteleado de la servil prensa catalana contra el Tribunal Constitucional. Monseñor Munilla no es de su agrado, a lo que se ve. No sabemos cómo anda de homilética o liturgia, pero parece que flojea en nacionalismo y eso es pecado mortal. Figúrense, un obispo que no se hinca de hinojos ante el sanedrín nacionalista del jesuítico monseñor Arzallus, a quien llamaban el nazi en el seminario alemán donde cursó estudios teologales. ¿Qué no es nacionalista ese tal Munilla?... menuda tara la suya, peor que la más abyecta de las herejías. Vade, retro, satana.

Entretanto el PNV… partido que siempre ha blasonado de sus raíces cristianas, mejor que católicas, pues el catolicismo, supuestamente, invoca principios de universalidad que habrían de entenderse reñidos con la exaltación del particularismo excluyente de nuestros nacionalistas periféricos… respalda en las Cortes, a cambio de su canonjía en la Diputación Foral de Álava, la nueva ley Aído/ZP del aborto que, entre otros puntos conmovedores, incluye la posibilidad de que las niñas de 16 años aborten sin decir ni mu a sus padres, con arreglo al llamado secreto de concepción. Qué bonito. Qué edificante. Qué católico.

Los diputados del PNV, renovando sinceros votos en la vivencia cristiana de la fe, y muy a su gusto en ese deleznable papel farisaico, se glorían de haber introducido una acotación que dice, más o menos, que la ocultación del aborto adolescente a los padres o tutores legales será efectiva cuando, átame esa mosca por el rabo, exista temor justificado a una fuerte discusión y al riesgo de rechazo o incomprensión… ¡¡¡Anda!!!... o sea, cuando las chicas, a causa del inopinado bombo, puedan quedarse sin asignación semanal para ir al cine o a la disco.
Es decir, un coladero descomunal y una gansada de tal calibre que ni los eufemismos ni los ejercicios retóricos más hiperbólicos y alambicados disimulan la profundidad de la renuncia del PNV a sus principios fundacionales. Con su pan se lo coman: los diputados aranistas, los sacerdotes que no transigen con el nombramiento de Munilla, sobre quien han vertido estos días escuchetes vitriólicos e infamantes, y los parroquianos que acuden al templo, misa diaria, confundiendo comunión sacramental, eucarística, con comunión nacionalista.

Uriarte es el obispo saliente, digno sucesor de monseñor Setién. Un tipo con báculo pastoral que sospecha que Cristo es un activista clandestino del indigenismo vasco crucificado por los centuriones de la Hispania romana. Que piensa que la mitra es como una chapela o, aún peor, una capucha blanca, inmaculada, como el velo de blonda de una novia, pero con dos agujeritos para los ojos. Que confunde zelote con borroka, Gólgota con Gorbea, zulo con catacumba, centurión con txakurra, Aberri Eguna con Día de Gloria, basílica con batzoki y Casa de Dios con Sabin Etxea.
Uriarte, qué noble corazón, se conduele del sufrimiento de los presos etarras y de sus familias, que han de echar quilómetros por las carreteras de la árida Meseta, pobrecitos, para ver a sus retoños criminales entre rejas y llevarles tabaco y chocolatinas… -(a mi Kepa, dice la amachu compungida, con una lágrima resbalando por la mejilla, el mismo que le metió un tiro por la espalda, pongamos por caso, a un concejal del PP o del PSE, le gustan mucho las gominolas y estos malvados no le dan ni una… que me lo tienen encerrado, aunque se hincha a cigalas en Nochebuena y le permiten brindar con champán, qué menos, cada vez que uno de sus amiguitos hace una trastada)-… pero a quien le suda y le pendula el hisopo bendito, seguimos con Uriarte, el sufrimiento de las víctimas tiroteadas o despanzurradas por bombazos terroristas… como le suda la casulla la presión continuada, atroz, que viven… -pintadas, amenazas, insultos, escupitajos-… quienes sobreviven a un atentado.
Para Uriarte esos incómodos fieles están en el limbo… y como el limbo ya no existe por decreto pontificio… pues, y a él qué, sus almas impuras y sus cuerpos mutilados se le dan un ardite.

Cierto que la iglesia nacionalista catalana no tiene que transigir, pecadillos veniales a lo que se ve, con asesinatos terroristas, como la iglesia nacionalista vasca, o, que sepamos, con masivos abusos de pederastia, como la irlandesa, pero también sabe rebozar la sotana en el polvo del camino y recibe, por bendecidora y turiferaria mano del arzobispo Martínez… o Jiménez… (Sistach)… ahora elevado al club de la púrpura, a los ponentes de un estatuto de autonomía ilegal de cabo a rabo e indulgente con el aborto libre y la eutanasia, pilares fundamentales, recordemos, de la fe católica (sucedió en la basílica de La Merced hace unos años, en la ya muy lejana era del pre-recurso estatutario).

Por esa razón Tolerancio explora caminos para darse de baja de una iglesia que le incomoda, que le reserva en el templo un banco tapizado de espinas en la ultimísima fila. No se trata exactamente de la apostasía promovida por el ateísmo militante, sino de una disconformidad sin retorno por la supeditación gregaria y lacayuna del clero diocesano al esencialismo nacionalista, es decir, al poder temporal en su versión más descarnadamente localista, que promueve exclusión y derechos diferenciados entre su rebaño… por cuya igualdad sagrada e inviolable debería velar celosamente. Y no lo hace.

Muestra de esa inquietud, Tolerancio, desamparado, vagando errabundo por esos mundos de Dios sin iglesia que le acoja y dé calor en fraternal abrazo… -que buena oveja si oviesse buen pastor-… remite a la cúpula del clero indígena el siguiente e-mail para despachar dudas e incertidumbres, quedando a la espera de una respuesta iluminadora.
Navegando por la red, dio Tolerancio con esta dirección electrónica que le pareció la más apropiada: secgral@arqbcn.org.

Me llamo Tolerancio (en el e-mail original, enviado el pasado 5 de enero de 2010, víspera de la Epifanía del Señor, figura la auténtica identidad de la oveja descarriada), nacido, criado y residente en BCN.

Soy católico, bautizado. Me considero, como tan a menudo se dice, creyente pero no practicante en el sentido de inasistencia habitual al oficio religioso, aunque procuro no pecar, ni de obra ni de pensamiento, contra los principales mandamientos de la Santa Madre Iglesia, cierto que el 7º se me resiste lo suyo (pues hay unas prójimas por ahí que pierden al más templado). La acotación comprendida entre paréntesis es un añadido.

Desde hace tiempo me siento alejado de la iglesia local por su lacayuna obediencia a las tesis nacionalistas. Ese alejamiento se acentuó cuando el arzobispo de Barcelona, hoy cardenal, recibió y bendijo en la basílica de La Merced a los ponentes del nuevo estatuto de autonomía, texto aberrante, horripilante, consagrado a la ilegalidad y a la impiedad.

Ya no me siento representado por esta iglesia que supedita el sentido de universalidad inherente a la fe católica a un localismo exaltado y excluyente.

No obstante me gustaría transitar juntos esta última etapa del camino y que me indicaran ustedes qué pasos reglamentarios debo dar, por así decir, para causar baja en la comunidad de fieles, quedando registro y constancia de ello.

Un saludo cordial.

Luego sigue lugar y fecha, identidad del interfecto y dirección electrónica, datos que omitimos aquí.

Apostaron por los nacionalistas, pero éstos tienen su propia religión. Una religión que, como la sharia musulmana, lo abarca todo. Ya veremos si un día, cumpliéndose la supuesta ley del eterno retorno, la repetición cíclica de la historia, y desatadas nuevas persecuciones, Tolerancio… (si aún no ha sucumbido a la purga en retaguardia)… les abrirá su puerta cuando, vestidos de paisano, sin tilla romana que les delate, llamen a ella para huir del martirio en la cheka.
Queden pues a sus anchas los curas nativos con su Iglesia y los guipuzcoanos, como las brujas en aquelarre rindiendo pleitesía al macho cabrío, besando el fétido trasero herodiano, abortista, del PNV.

PS.- Tolerancio ha remitido esta bitácora a la misma dirección electrónica referenciada anteriormente: secgral@arqbcn.org. Aún no ha recibido respuesta.




viernes, 8 de enero de 2010

Trapisonda trilingüe


Esta bitácora es la continuación de la que lleva por título Carta a Gloria Lago

NF, abreviatura de Núñez Feijóo, transformado en árbitro de un partido de tenis, echa mano del inglés a guisa de red para que sus nacionalistas y los sufridos ciudadanos españoles de la resistencia intercambiemos golpes en la cancha sin llevarse él, qué astuto, un solo pelotazo. En realidad, los segundos, a la defensiva, nos contentamos con devolver los golpes desde el fondo de la pista, con la raqueta hecha trizas: no es extraño, va para una pila de años salvando bolas de set y partido en un tie break agónico, interminable.

Nos dicen que NF opta por un modelo trilingüe, átame esa mosca por el rabo, para apaciguar a todos, que es la senda más indicada para no contentar a nadie. El pasmoso, alambicado y rocambolesco enjuague de NF contempla, eso leemos en el diario El Mundo, 02/01/10, la repetición cada cuatro años de la famosa encuesta a gusto de papá y mamá sobre usos idiomáticos en la escuela. NF se torna, mira tú, comadre preguntona, portera metomentodo y quisquillosa. No sabemos dónde andará NF dentro de cuatro años. A lo mejor repite mandato… o no… que diría Rajoy, otro gallego ilustre. En todo caso, piensa para sus adentros, quien venga detrás que arree.

Cabe que NF pretenda, en adelante, encuestar a sus administrados para precaverse antes de tomar una decisión, la que fuere, y enviar para ello, debidamente franqueados, formularios a porrillo para aliviar la delicada situación que atraviesa Correos, empresa pública necesitada de mailings masivos, carencia que conoce NF de primera mano, pues no en vano fue, en tiempos de Aznar, la primera autoridad postal del país. ¿Preguntará también a los contribuyentes qué piensan del reciclaje de basuras, del asfaltado de carreteras o de la calidad técnica de las retransmisiones de Telegaita?

En definitiva, NF sustituye programa electoral por una encuesta que cocinará a su antojo, claro, para quitarse de en medio, para escurrir el bulto, autoproclamado apóstol caradura de algo que ha llamado bilingüismo, o trilingüismo, amable. Habrá que ver si a la hora de gestionar los recursos de la Xunta sondeará también al personal para decidir en qué ha de gastar las diferentes partidas presupuestarias. Tolerancio se juega el bigote a que no hará tal cosa.

Salta a la vista que NF ha dado con un subterfugio de trilero trilingüe para no cumplir con sus obligaciones. Hace las veces, NF, de apalpador, que es un personaje folclórico rescatado de no se sabe dónde por los nacionalistas para darle un toque autóctono -tipo olentzero, cagatió- a las Navidades celtoides. El apalpador es un rascapieles desmañado que sale de los umbríos bosques gallegos y se dirige a las aldehuelas para tocarle la barriguita a los pequeñuelos a cambio de unas castañas asadas, como suena, con toda esa pinta que hiede de un rato lejos a pedofilia de fauno, de sátiro arborícola.

La fórmula trilingüe de NF, el apalpador, no es más que un cobardón ejercicio de equidistancia idiomática a implantar en las escuelas para situarse él en su propio centro centrado y concéntrico y hacer pasar a los demás por extremistas, sobre todo a Galicia Bilingüe, que bastante tiene con esquivar cócteles molotov y salvar el pellejo. Así que, a otro perro con ese hueso. Queremos decir… a otro rapaz con esa castaña.

Se perfila en Madrid… -¿Dónde queda eso?... algunos aún no lo sabemos pues jamás nos hemos concentrado allí para escenificar nuestra protesta-… un Pacto de Estado para la Educación. El ministro Gabilondo… -que nunca concedió audiencia a quienes defienden el derecho a la libre elección de lengua oficial en la escuela-… y la oposición del PP, aunque en esta materia, oposición poca, están por negociar y sellar un intranquilizador acuerdo que, con el decreto de NF sobre la mesa, cobra aires de tenebroso pasteleo destinado a no violentar en demasía a los partidículos bisagra del nacionalismo periférico que uno y otro necesitan para permanecer o llegar al poder, según el caso.
¿Qué apuro, no seamos ingenuos, les dará hipotecar la educación de venideras generaciones si ése es el peaje a pagar por ambos para muñir tan campantes las ubres del poder?... A PP y PSOE les preocupa tanto la cabal formación de los españoles como a ZP la suerte de los parados.

Desde una perspectiva política no nos queda más remedio a los resistentes no nacionalistas, son habas contadas, que meter una cuña entre los partidos nacionales, que no ejercen de tales, para obligarles a rectificar, para que dejen de insinuarse y de complacer a los nacionalistas de diverso pelaje y procedencia. La consolidación de un partido nacional insobornable en cuestiones troncales y con verdaderas opciones de influir en la formación de mayorías parlamentarias es un imperativo ineludible, más aún, es una causa… la única que nos queda. O eso o aceptar nuestra muerte, nuestra marginalidad civil. Son, repetimos, habas contadas. Apuntalar en el parlamento nacional, y en los parlamentos regionales, si es posible, un verdadero contrapeso a los nacionalistas. Más claro el agua. Se puede decir gritando o en verso, pero eso es lo que hay.

Hemos de evitar que PP y PSOE se meneen como bayaderas pintarrajeadas, como meretrices baratas, sifilíticas, por las esquinas del zoco ofreciéndose a los embajadores de las taifas enfurecidas a cambio de un puñado de votos para asegurarse la investidura de su candidato o la aprobación de la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
No podemos consentir que la escena indigna de Caamaño, ministro del gobierno de la nación, lamiendo con fruición las ancas del BNG en una mani liberticida, se repita nunca más. Lo dicho, contentarse con llamar a la puerta de PP y PSOE para solucionar de una vez y para siempre el intolerable déficit de libertad en el modelo lingüístico escolar es como hacer turismo por México DF, sufrir un robo y denunciarlo a la corrupta policía mejicana: ahórrense la molestia.

¿Y cómo podemos ayudar a revertir esta situación que avanza imparable hacia una traición de estado de proporciones históricas que será sancionada con la firma de SM el Rey entre cacería y cacería o tras inaugurar un nuevo curso académico en un colegio donde se impide a los ciudadanos españoles escolarizar a sus hijos en la lengua oficial de la nación?

Difícil tarea. Aunque no tanto, cuando menos, en el sentido siguiente: no quedan muchas teclas por tocar. El guión es claro, porque es el único. Se trata de tomar las riendas del debate para que no nos hablen de melones cuando nosotros queremos hablar de sandías. Ceder las cuestiones sociolingüísticas más técnicas a nuestros expertos para que contiendan en el debate erudito y trasladar a la población, sin aditamentos de especialista, mediante la propaganda adecuada, argumentos más llanos y comprensibles como la voluntad, la defensa de un derecho, incluso de un deseo, o la equiparación legal con los países de nuestro entorno.

La geoglosia, la lectoescritura y otros conceptos a esgrimir están la mar de bien, tanto es así que de sólo oírlos mi pilila se atiesa, pero es difícil ganarse la voluntad de los lampistas, de los taxistas y de los compañeros del metal invocando esos términos tan sesudamente elaborados. La razón es obvia: el censo de taxistas no baja de 30.000 y el de intelectuales de nombradía debe rondar en toda España un par de millares... descontada la intelligentsia, es decir, los orgánicos, unos 500… y el voto de cada uno de ellos vale exactamente lo mismo.

En definitiva, la gramática en los manuales y en las conferencias, y mayor énfasis, en cambio, en la irrenunciable libertad de elegir lengua oficial en la escuela, pues a fin de cuentas somos adultos para decidir por nosotros mismos, sin tutelas ni restricciones. Lo que está en juego es el futuro, la educación de nuestros hijos, sobrinos o nietos. Y Montilla, Touriño y NF que lleven los suyos al cole privado que mejor les parezca, pues no pretendemos obligarles a nada. Esto es muy importante: que queramos escolarizar a nuestros hijos en español, o en un modelo bilingüe, no ha de obligar a quienes no lo quieran para sí. Allá ellos.
Pizca más o menos se trata de copiar el argumento empleado en su día, como suena, por los partidarios de los matrimonios homosexuales para persuadir de la licitud de sus intenciones a una buena parte de esta indocta y aborregada sociedad: no obligamos a nadie a casarse, pero permitan que lo hagamos nosotros… nuestra felicidad depende de ello. Pues lo mismo para la escolarización en español. Funciona. ¿Es que no quieren que seamos felices?

Nuestra propaganda debe incidir, reincidir machaconamente, en que estamos hablando del idioma de referencia en la escuela y no del idioma que hablan, fruto del libre albedrío, los adultos en la calle, en una cafetería o en el vestíbulo de un lupanar. Ha de quedar meridianamente claro. Confusión interesada que sirve a voceros y palanganeros de las políticas de inmersión lingüística para afirmar con aplomo en tertulias y corrillos: No pasa nada, a mí nunca me han prohibido hablar en castellano. Esos pesados de Galicia Bilingüe o de Tolerancia exageran. Razonamiento que daría para certificar, por ejemplo, que no se cometen violaciones porque a mí nunca me han violado. Y por ésas, para justificar cualquier salvajada.
Que ya sabemos que el idioma español goza de buena salud y no está en peligro, que no es eeeeeso. Tampoco el inglés corre peligro y no por ello los británicos, sean galeses, escoceses nacionalistas o ingleses, renuncian a escolarizar a sus hijos en inglés decantándose en cambio por el gaélico o el córnico, que aún chapurrea un viejo pescador cocido a pintas en los pubs portuarios de Penzance.

El español es un idioma digno de estar en las aulas de toda España (y de no pocos países). Y para todas, toditas las asignaturas en todo, todito el ciclo escolar. Apta como pocas para educar, pues es una de las lenguas más importantes del mundo -y aunque no lo fuera- por número de hablantes y por tradición literaria y cultural.
Porque los ciudadanos españoles, acompañados de los suyos, deben poder transitar libremente, por motivos personales o profesionales, por todo el territorio nacional, sin excepción, sin barreras idiomáticas que se lo impidan. Como un francés por Francia o un ciudadano británico por el Reino Unido. Y, cómo no, escolarizar a sus hijos en español, en la enseñanza pública que todos pagamos… y en cualquier punto cardinal de la geografía española, de Lanzarote a Torrelavega, de Barcelona a San Xulián do Camiño. E íntegramente en español si así lo desean. Y los gobernantes deben garantizar escrupulosamente ese derecho sin peros que valgan, ni pamemas ni pampiroladas de atenciones individualizadas o modelos tri, tetra o pentalingües.

Esa prohibición infecta, y otras como las multas a rótulos comerciales redactados en español en determinadas regiones, devalúan por ley injusta nuestra condición de personas adultas y libres que somos y no debemos consentirlo ni un día… está bien… ni una legislatura más. Quienes conculcan esos derechos irrenunciables y quienes lo toleran, por miedo o interés electoral, habrán de responder por sus actos ante la ciudadanía… cuando ésta, claro es, se sacuda la modorra de encima. Ante las leyes injustas sólo caben la desobediencia y la rebeldía.