martes, 13 de abril de 2010

Natalidad al servicio de la yihad... catalanista


Hace unas semanas la consejera de Sanidad del gobierno regional de Cataluña, Marina Geli, maravilló a la opinión pública diciendo que 9 meses después de la gesta del Barça en el Santiago Bernabeu, temporada 2008/09, Real Madrid 2- Barça 6, su servicio estadístico detectó un repunte del índice de natalidad. Es decir, un segmento de la sociedad catalana se entusiasmó con los goles de Messi, ese genio del balompié, que vive... -la vida es maravillosa pero no perfecta-... separado de su familia, de su hermanita... porque la pobre lloraba desconsolada en las aulas catalanas de la inmersión lingüística obligatoria y por eso regresó a la Argentina… un Messi que besa con unción el escudo de su zamarra cada vez que perfora la meta rival. Y entrando la pelotita entre los tres palos, una cosa lleva a la otra, se desató la euforia colectiva de la afición culé y los hinchas anónimos replicaron entre sábanas, con sus señoras, las virguerías de su ídolo en el terreno de juego.

Si se suceden las victorias del Barça se repetirán episodios similares que ayudarán al crecimiento demográfico, a corregir la pirámide invertida por el preocupante envejecimiento de la población. Los aciertos de Messi, Xavi e Iniesta serán un factor compensatorio para las amenazadas pensiones del mañana, pues de rebote... -nuevas tandas de fogosidad marital-... nos proveerán sus malabarismos y goles de mano de obra futura, siempre que haya trabajo donde ocuparla, trabajo cotizante que allegará fondos a las maltrechas arcas públicas... pues un día nos dicen que las pensiones no se abonarán más allá del 2.029 y al siguiente recomienda el minsitro Corbacho... -proverbial especimen de charnego agradecido, cortado por el mismo patrón que el sonderkommando Montilla-... que haremos bien en contratar un plan de pensiones privado como el suyo.

Que la natalidad es un arma cargada de futuro, un elemento nada desdeñable para remontar la crisis más o menos mundial, no lo dice Tolerancio, que en materia económica, y en otras más, es un zote, sino Gotti Tedeschi, prestigioso economista que en la edición de El Mundo, 21/02/10, sostiene que la actual crisis se debe en parte a la baja natalidad europea.
Volviendo al Barça, a la caprichosa pelotita, si en la temporada presente, o en otras sucesivas, los triunfos dieran la espalda a la plantilla azulgrana, generando una ola de colectiva decepción... tememos que el repunte no será entonces natalicio sino suicida entre los forofos más apesadumbrados y depresivos, malogrando la feraz cosecha propiciada tras la goleada histórica invocada por la Geli de la consejera.

Otros eventos más o menos asimilables a las victorias del Barça podrían generar parecidos efectos en el ámbito de la procreación. Desde el empalme masivo que para muchos supuso el editorial conjunto de la obediente prensa catalana que, a golpe de pito, salió en defensa de la plena, es decir, nula, constitucionalidad del nuevo estatuto de autonomía, a la celebración de los ilegales referéndums separatistas promovidos por asociaciones financiadas a cargo del erario público, amparadas por docenas de municipios, cesión de locales incluida, y por la cobardícola inacción del gobierno de la nación... -de naciones-... pasando por la, eso parece, inminente y pasteleada sentencia del TC sobre el estatuto de marras.
Recordemos, por ejemplo, la fecha del bochornoso desafío a la blandengue autoridad del Estado: 13 de diciembre de 2009, Arenys de Munt. Saldríamos de cuentas, siguiendo el ejemplo futbolístico, nueve meses más tarde y tendríamos los paritorios a rebosar... -mediados de septiembre de 2010-... de retoños engendrados por catalanistas arrebatados de una híbrida pasión erotopatriótica.
Parejas de buenos catalanes acoplados en la intimidad ante banderas con la estrella solitaria del separatismo desplegadas en las paredes del dormitorio y con retratos de Maciá, Companys o Pujol contemplando en efigie, bendicentes, las fecundas caricias. A la manera de esa deliciosa película checa titulada Yo serví al rey de Inglaterra donde el protagonista contrae nupcias con una maestra de la minoría alemana pro-nazi de Praga, años 30, que, para inspirarse en la cama debidamente, conjuga, abierta de piernas, los abrazos conyugales con el saludo preceptivo al retrato de Adolf Hitler que preside la habitación.

Pero la natalidad da para más: como arma de conquista, de penetración masiva, nunca mejor dicho, en la sociedad... para condicionarla, queremos decir, modificando su composición. Viejo truco ya patentado que estos días retoman los dirigentes de un partido islamista de reciente fundación. Su ejecutiva, o como quiera que se llame el máxino órgano del mismo, declaró tan ricamente que pretendía reconquistar Al Andalus, devolver el país a la obediencia mahometana, dejando encintas a millones de españolas. Es decir, mejor que someterlo a sangre y fuego, ganarlo para el Profeta a base de perseverante metisaca, de ir haciendo bombos. Nada de alaridos guerreros, de tajaduras de cimitarra o tableteos de kalashnikov, nada de invasiones almohades, ni de trilitazos. Sino revolcones a mansalva. Sin otra munición que puntería y ubérrimas ráfagas de balas trazadoras de esperma.
Que ya los niños, educados por padres creyentes, con el consentiminto, o no, de las madres, que no pintan nada en el seno de la umma, o comunidad de fieles, una vez llegados a la edad adulta abrazarán la fe verdadera, incluso antes en las madrasas clandestinas que abrirán las células islamistas durmientes y jodientes en naves industriales de polígonos abandonados por la crisis económica… futuros muslimes que combatirán a los gentiles, acaso sin necesidad de disparar un solo tiro, inclinando el fiel de la balanza de su lado simplemente por mayoría demográfica.

Un plan a medio o largo plazo, pero del que ya ponen sus impulsores la primera semillita. Por buscar otro paralelismo cinematográfico, la treta pasa, pizca más o menos, por emular las arteras mañas del despiadado rey Eduardo que en Braveheart propone el muy pillo someter a los rebeldes escoceses llenando el país de bastardos leales a Inglaterra mediante la reinstauración del ius primae noctis o derecho de pernada de los señores feudales con las plebeyas nativas recién desposadas. Para ello bastaría, calculaba el malévolo rey inglés, con ganarse a los nobles escoceses cediéndoles propiedades al sur de York... ofreciendo otras, en cambio, a los nobles ingleses al norte de esa ciudad fronteriza. Jugada redonda.

Serán los goles del Barça la causa del repunte natalicio o los recientes apagones en Gerona por las nevadas que el servicio meteorológico regional, desvinculado a caso hecho del nacional, no pronosticó adecuadamente. Desbarajuste mayúsculo por dos palmos de nieve... -la construcción nacional no resistió la furia de los elementos-... que acredita la probada capacidad del territorio para acoger con plenas garantías, jijijí, la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno, año 2.022.
La natalidad, en definitiva, es una de las piedras angulares de la yihad... catalanista (fem fills catalans/ engendremos hijos catalanes) o islamista. Nadie procrea entusiasmado por las libertades civiles o por la democracia, que no atrapan la víscera, el bandullo, y menos en esta época de idiotez estadística y de aborregado conformismo. Los hijos se engendran con más ardor por causas épicas y evocadoras... para agarrar fusiles libertadores de pueblos oprimidos, uuuyyy, o para someter perros infieles, decadentes, putrefactados por el vicio y las comodidades, a la fe verdadera.

PS.- El Barça le mete de nuevo el agua en casa al Real Madrid, sábado 10/04/2010. Goles de Messi y de Pedrito. A partir del 10/01/2011 tendremos un nuevo repunte de la natalidad aborigen.




1 comentario:

Reinhard dijo...

Años de gloria nos esperan, Tolerancio, sobre todo desde que sabemos que hace ya tiempo que el nombre más común para los nacidos en estas tierras es Mohammed, o Muhammad si es de Pakistán; legiones de antropólogos catalanes y musulmanes trabajarán codo con codo a la búsqueda de nexos comunes-verbigracia una virgen negra- entre las dos culturas.Complicado será el tema de la dieta y la industria-enorme en Cataluña-porcina, pero alguna solución encontrarán, no lo dude, quizá un híbrido-un cerdo con lana-que sólo pueda revolcarse en la pureza del Montseny.
Con el fútbol, en cambio, la cosa es más sencilla: casi todos esos nuevos catalanes son del FCB.
Más traumático- una metáfora de la ablación- será regular hábitos o costumbres sexuales de la gente, y no digamos las vestimentas u ombligos al aire y tangas de vértigo....