martes, 30 de enero de 2007

Ubi sunt

Por una vez la bitácora de Tolerancio se pone al servicio de la ciudadanía. Trátese de una oportunísima filtración o de un exceso de confianza o negligencia de los mandos policiales, lo cierto es que 19 aprendices etarras de Segi/Jarrai han puesto pies en polvorosa luego de sentenciar los tribunales que los interfectos integran la banda terrorista.
La pregunta del millón es, cómo no, dónde están. Para evitar especulaciones peregrinas e inmotivadas cabe proceder siguiendo un método deductivo a la guisa de un personaje de ficción del calibre de Sherlock Holmes.

La primera hipótesis es que los fugados permanecen aún en sus respectivas parroquias. Que están ocultos en uno de esos zulos que jamás acierta a ver el señor Mesquida ni cayendo en uno de ellos. O andan cociéndose a chiquitos en la trastienda de una herriko-taberna. O acaso, hemos dicho parroquias en sentido literal, prestan ayudantía eclesiástica en régimen de interinaje a uno de esos sacerdotes ultramontanos que, trabuco en mano, comparan en sus homilías dominicales a Jesucristo con el mediático ayunante De Juana Chaos.

Donde no se les espera es en una biblioteca, en centenares de metros a la redonda, pues la letra impresa les produce una terrible ictericia, una reacción alérgica espeluznante que no escapa a una mera inspección ocular. Cierto que las bibliotecas ya no son lo que eran y junto a obras de Esquilo, Molière, Kafka o Borges, saturan las estanterías, a peso, ediciones subvencionadas al completo de libelos y opúsculos de variado contenido para incentivar la creatividad literaria en otras lenguas peninsulares que, como es sabido, gozan del favor de los exigentes lectores.
Las posibilidades de tropezarse con ellos, empero, aumentan exponencialmente si nos acercamos a una de esas cocheras -lugar que les atrae como la luz de una bujía a las polillas, tan apropiado como es para ejercitarse en una de sus aficiones predilectas que es la desatada filia pirotécnica- donde aparcan los vehículos municipales de transporte urbano de pasajeros que arden a las mil maravillas al impactar contra sus chapas los cócteles molotov de los que llevan buena provisión en sus mochilas.

Pero, acaso por labrarse un respetable nombre entre sus pares y saborear las emociones sin cuento de la clandestinidad, han optado algunos de ellos por poner tierra de por medio entre sus residencias habituales y su actual paradero, aunque sea provisionalmente. La cuestión es...
¿Qué lugar que no sea el País Vasco elegirían para pasar unos días de asueto?
Uno donde la vigilancia policial se ha relajado en materia antiterrorista -y en todas las materias delictivas en general- habida cuenta del vigente compromiso etarra de no perpetrar atentados, hasta nuevo aviso, en esas determinadas coordenadas geográficas. Donde, en caso de producirse detenciones policiales, siempre se efectúan de buen rollito siguiendo a rajatabla las instrucciones establecidas por el máximo responsable local de la seguridad de vidas y haciendas de los administrados. Donde, según nos dicen, hay censado un parque de viviendas okupadas por desalojar -escenario todas ellas de un romántico y alternativo modo de vida- que asciende a varios centenares y donde los huidos cuentan con la voluntariosa colaboración de numerosos grupos y colectivos afines que estarían encantados de agasajarles cumplidamente como conviene a un buen anfitrión y alojarles a pan y cuchillo por la admiración, por no decir idolatría, que les profesan. A pensión completa.

Pero esto no es más que una especulación sin fundamento. Si le place, háganos llegar la suya.
Ubi sunt?

sábado, 27 de enero de 2007

El dormido dragón de Escocia I


Con sus ropas talares, Zebulon, el druida celta, avanza por un sendero flanqueado de fresnos, la madera noble que precisa el dios Cernnunos para el astil de su hacha bicéfala, y llega rodeado de brumas a orillas del lago Ness, de aguas frías y profundas.
No es un relato de espadas y dragones. No, es real como la vida misma, tanto que sacaron las imágenes en un noticiero de la tele hace unos años. En efecto, una expedición multidisciplinar de científicos financiada por una universidad británica, equipada con sondas, radares y chismes de ultimísima generación, se acercó al lago Ness para rastrear su fondo en pos del monstruo legendario.
Sólo que esa intromisión no fue del agrado de un nacionalista escocés. Llamémosle Zebulon McAbeo, pues no recordamos su nombre, que en esta verídica y chocante historia es un dato irrelevante. El hombre sacó de su fondo de armario las mejores galas para la ocasión: el bardococullus druídico, bajo el que llevaba el kilt, la tradicional falda escocesa para el ornato masculino, un bordón de peregrino y una hoz dorada para segar tiernos brotes de muérdago.
Zebulon, airado por la intrusión de los científicos, se plantó a orillas del lago para conminar al monstruo, icono de la sagrada criptofauna del nacionalismo escocés, mediante ensalmos y encantamientos, a permanecer sumergido y no asomar sus fauces en superficie.

La lógica ayuda a comprender la actitud defensiva de Zebulon. En efecto, el monstruo es el arcano, el guardián de las esencias patrias que residen en el mito. El símbolo no debe someterse a los instrumentos de la razón, a los manejos empiristas, debe permanecer incontaminado, anclado en la leyenda, en esa dimensión vaporosa que apela al sentimiento, que bulle en las entrañas, que aflora como la fiebre y conmueve de veras a los fieles de la religión patria. Lejos del mensurable espectro que dibujan esos meticones cachivaches.
Los científicos, esos heresiarcas, no deben ensuciar con sus profanos útiles de laboratorio la belleza, la pureza melancólica de la fábula. El dragón, pues, debe habitar en la oscuridad, en las sombras, entre las anfractuosidades de las rocas que jalonan el lecho lacustre. El monstruo ha de ponerse a salvo de la luminancia artificiosa de las cámaras, de los flashes de los gentiles impuros. La magia, el misterio, han de perpetuarse por las generaciones y los siglos venideros. El secreto debe ser preservado a toda costa.
Aquí no interesan metáforas resolutivas propias del psicoanálisis, secretos que emergen a la conciencia por causa de introspecciones o charlas terapéuticas echado uno en el diván de la consulta, sino que prevalece la necesaria irresolución del caso. El velo de la componenda poética ha de ocultar la verdadera naturaleza del relato que es su falsedad fascinante.
En efecto, y esto lo trataremos en otra bitácora, no hay peor daño para la causa del irredentismo escocés, y eso le consta a Zebulon, que alguien sepa de cierto de la existencia o inexistencia del monstruo. A Zebulon, fidedigno trasunto de todos los nacionalistas del mundo, los argumentos que las personas juiciosas exponen contra sus delirantes elucubraciones le importan un pimiento. Sabe que nadie mata o muere por un teorema matemático o por la bondad de un estilo pictórico. Pero sabe también, o sueña, para él es exactamente lo mismo, que un día los jóvenes escoceses seducidos por el nacionalismo, por sus ritos iniciáticos y su escenificada liturgia, derramarán su sangre y la de otros en el altar de los monstruos patrios.

Espeluznante despacho informativo de última hora.- Nuevo motivo para la zozobra de Zebulon McAbeo y de la Humanidad en su conjunto. Hemos sabido que el cambio climático que padecemos ha modificado las virtudes de las aguas del río Speyside, cuyo concurso es fundamental para elaborar el whisky de malta de la región.

jueves, 25 de enero de 2007

La coherencia aritmética de ERC

ERC es un partido coherente. Es lo que tiene el fanatismo nacionalista. Frente a quienes pretenden ahormar la realidad a sus esquemas, cuando no a sus delirios, con declaraciones ambiguas, abstractas y vaporosas, ERC pasa por un partido con una visión del mundo monolítica y compacta, de una sola pieza. Porque tiene muy claro qué quiere y cómo conseguirlo. Su hoja de ruta no contiene ni un borrón.
Ya lo dejó claro Carod Rovira años atrás en una tertulia radiofónica cuando dijo, por causa de un atentado terrorista perpetrado por ETA, poco antes de integrar el gobierno tripartito, que él no opinaba sobre sucesos acaecidos en el país vecino. Como si los atentados terroristas con víctimas mortales fueran participaciones de lotería de sus juventudes.
Unos meses más tarde Carod Rovira, presidente en funciones de todos los catalanes, acudió a Perpiñán para pactar el PEC con los terroristas, el Protectorado Etarra de Cataluña. Pagó cafés y pastitas a cargo de la desventajosa y expoliadora balanza fiscal. Es decir, acordó la no comisión de atentados, quisimos decir, trágicos accidentes, a cambio de respaldo institucional a las tesis abertzales; acuerdo que se escenificó con la primera audiencia concedida por la presidencia del parlamento en la anterior legislatura. Ernest Benach recibió con alfombra roja a los familiares de los presos etarras. Se trataba, en definitiva, de bailarle el agua al entorno de ETA. Y, para muestra un botón, que Mónica Terribas entrevistara a Otegui y se lo comiera con los ojos.

Tras el atentado en la T-4 de Barajas, Joan Ridao ha declarado a cuenta del proceso de paz que ETA ha puesto más de su parte que el gobierno ZP. Lo que se dice poner, ha puesto. Una bomba del quince que se ha cobrado no dos víctimas sino dos fallecidos. Desde una perspectiva nacionalista su razonamiento no carece de cierta lógica, de una lógica perversa. Para Ridao y ERC la paz es una razón aritmética. En efecto, la paz implica un esfuerzo agotador por pacificar a una parte considerable, mayoritaria, de la sociedad. Supongamos que la población contraria a la rendición y cesión ante ETA es una magnitud matemática y por ello mensurable. Un 80% de los españoles. Es un decir. Sólo que si de ese 80% hostil a la bilateralidad ETA-gobierno central decaen 2 personas, aunque poco, pues 80% -2 es una cantidad insignificante, los terroristas equilibran una pizca ese desajuste colosal.
Si establecemos un pelín arbitrariamente, por la cuenta de la vieja, que la cantidad necesaria de explosivos para sojuzgar al 80% de la población -nunca es necesario matarlos a todos- es de varias toneladas, en lo sucesivo necesitarán unos gramos menos puesto que ha decrecido en 2 unidades el total de personas a pacificar. Dos pacificandos de ese 80% han sido definitivamente pacificados.
Por eso, para Ridao, ETA ha hecho más que el gobierno por acercar posturas. Su aportación ha consistido en mermar (-2) la cifra total de pacificandos, que lo han de ser por desistimiento, rendición o exterminio. Pero no bastando con esa elemental lección de álgebra, otro cargo electo de ERC apellidado Cerdà dice que incluso con bombas debe haber algún acercamiento. Que es una manera de legitimar la violencia terrorista pues no excluye el bombazo como argumento negociador y susceptible de ser remunerado con réditos políticos. Que es como decir que cabe negociación con el tipo que tiempo atrás violó a tu mujer y que además acaba de violar a tu hija.

ERC es un partido coherente. Estará al lado del entorno etarra porque no puede estar de ningún otro lado. Aunque para eso deba ponerse circunstancialmente al lado del gobierno ZP. ERC ayudó a desmantelar una organización terrorista incorporándola a sus filas. Ese hecho explica en parte su peculiar sensibilidad sobre el fenómeno y también sobre el provecho en formato de cesión que algunos obtienen de las bombas que ponen otros, de la sangre que derraman. Jugada redonda. Y todo eso sin manchar demasiado sus manos limpias. Claro que uno puede ser muy pulcro lavándose las manos cada tres por dos y darse cremitas hidratantes pero no por ello su alma deja de ser un gurruño de cochambre, una pestilente sentina de porquería.

martes, 23 de enero de 2007

Spencer Tracy y Katherine Hepburn


Joan e Inma son una pareja de cine. No sabemos si de cine cómico, porque dan risa, o de terror, porque da un poco de miedo que alguien como Joan sea el máximo responsable de la seguridad ciudadana de todo un gobierno regional, el primer defensor de vidas y haciendas. Y que su cónyuge sea teniente de alcalde de un municipio de la nombradía e importancia de Barcelona. Pero no están solos. Cada uno de ellos tiene a su lado pares de similar mérito y capacidad. Junto a Inma, Pere Portabella, que hace progresos en la lectura y comprensión de Manolito Gafotas -es un chico muy aplicado y voluntarioso- y no admite ave canora como animal de compañía, por eso prohíbe que se vendan canarios y periquitos en las pajarerías de Las Ramblas, pues la exposición pública de las mascotas atenta contra su dignidad ornitológica, al tiempo que remunera personalmente con suculentas sardinas a las focas amaestradas del zoo que bordan en el acuario su numerito para solaz de pequeños y mayores. ¿Qué decir del nivel de los compañeros de gabinete de su amante esposo? Nada. Basta con echar un rápido vistazo a sus superiores jerárquicos.
Joan desaloja okupas de buen rollito, a regañadientes, mientras Inma solicita la despenalización por tratarse de un romántico estilo de vida. Las desavenencias en política no tienen por qué trasladarse a la alcoba y viceversa. Acaso Inma sostuvo por despecho la despenalización de los okupas porque Joan no le cumplió la noche anterior y eso que ella, picarona y pizpireta, con uno de esos corpiños de puntillitas que cortan el trago, le había mordisqueado la orejita. O será que Joan cargó porra en mano contra los idolatrados okupas de Inma disgustado con su señora por airear ésta intimidades matrimoniales ante la prensa y decir que Joan era el encargado de recoger las caquitas del gato.
A los vecinos de Corbera, de Sant Cugat y de otros municipios, estas discrepancias conyugales les importan un bledo. Pero por una vez la mayoría de la población respalda el diálogo entre autoridades que por razones de convivencia se ven las vergüenzas a diario. De modo que les instamos de buena gana a que, en caso de enfado o disputa, no se encierre uno en el excusado y se den ambos la espalda.
Mal de muchos… dicen. Pero si ha de servir de consuelo a la pareja protagonista de la bitácora diremos que también han trascendido roces entre la candidata socialista, la glamourosa Ségolène Royal, y su pareja, alto dignatario a su vez del PSF, a cuenta de las promesas electorales en materia económica y fiscal. Como una comedia de enredo con trasfondo político. O La costilla de Adán, de George Cukor, con Spencer Tracy y Katherine Hepburn, a la greña en los tribunales de justicia y en casita por el uso del baño y otras minucias domésticas.
Pero no es más que una mera especulación. Nada nos alegraría más que su matrimonio sea por mucho tiempo sólido, compacto como la placa córnea de un armadillo y que décadas de felicidad conyugal les contemplen. Quizá en lugar de síntoma de una diferencia asistamos a una comunicación en clave, a un intercambio de mensajes cifrados y amorosos. Como en Espérame en el cielo, cuando el protagonista, el doble de Franco sometido a cautiverio, le dice a Chus Lampreave, su mujer, que cada vez que se toque la oreja en un reportaje del NO-DO será para decirle te quiero. Lo de buen rollito puede ser un anticipo de los promisorios abrazos que se avecinan esa noche e Inma, al ver a su maridito en el programa de turno de TV-3, le aguarda contenta y sonriente. Lo de despenalizar la okupación es una inocua travesura maquinada por Inma para que Joan se finja enojado y le aplique un atrevido y juguetón tratamiento con una buena porra recauchutada y unas esposas niqueladas.

En esta bitácora hemos evitado añadir los apellidos de los protagonistas para complacerles pues esa concesión a la patronímica tradicional les parece cosa apolillada y autoritaria, como sucede en las escuelas e institutos de bachillerato, donde los educandos no tienen apellidos. Son tan requeteprogres…

viernes, 19 de enero de 2007

víctimas de la fatalidad


El pasado lunes 15/01/07 vimos en un debate de BTV a unos muy sesudos analistas elucubrar acerca del traído y llevado proceso de paz, suspendido, interrumpido, o no, que protagonizan ETA y ZP con esa escenificación ficticiamente turbulenta, de cercanía y desencuentro que recuerda los numeritos insoportables del dúo musical Pimpinela. Participaba también un representante de una asociación local de víctimas del terrorismo -atentado de Hipercor- que intervino en varias ocasiones y trasladó un mensaje que dejó estupefacto a Tolerancio.
Uno de sus más repetidos argumentos fue que las víctimas como tales son apolíticas y que no quieren ser objeto de disputas o controversias partidistas. Una declaración tan correcta como vacía, aderezada al punto con un repetido llamamiento a la unidad de todos los partidos democráticos. Cabría preguntarse: ¿Unidad para qué y junto a quién? En determinadas ocasiones, nos lo demuestra la experiencia, es preferible andar la senda desapegado de según qué compañías, consagrar rumbos distintos y caminar sendas distantes. No obstante, y a pesar de su anunciada negativa a opinar sobre la actualidad política, no perdió ocasión de censurar acerbamente la actitud del PP y de cuestionar a la asociación mayoritaria de víctimas del terrorismo, la AVT, y en particular a su máximo dirigente. Sobre ese particular sí tenía criterio político y tomó partido.

He oído muchas veces que quienes se declaran apolíticos son gente de derechas disfrazada. Esa gente que no se moja, que no se pronuncia, que rehuye el compromiso y nada a favor de corriente, parapetándose tras el conformismo acrítico. El apoliticismo ha sido tradicionalmente denostado por los creadores de opinión, por la izquierda bien pensante, pero, mira tú qué cosa, es en el presente caso recomendable, una etiqueta apropiada. Será porque opinar abiertamente sobre terrorismo, sobre sus causas (que apuntó ZP meses atrás en un rimbombante discurso, metido a gran redentor del universo mundo: el terrorismo nace de un mar de injusticias), autores y fines no conviene en las actuales circunstancias. Que es mejor correr un tupido velo sobre la materia, tabuarla con el cordón sanitario del silencio. Niños de esto no se habla que está feo, nos dicen con el severo semblante del adulto que regaña a un niño travieso y falto de atavío.
¿Por qué no van a tener criterio político las víctimas como lo tiene usted o el vecino del 4º 2ª cuando el terrorismo está permanentemente de actualidad por causa de las negociaciones -¿suspendidas?- y del atentado de Barajas? ¿No tienen acaso su propio criterio, y no se privan de pregonarlo, significadas asociaciones de actores y artistas?

Acaso algunas víctimas ignoran que lo son por obra y desgracia de unas determinadas ideologías políticas. En estas horas confusas y descabelladas les parece lo más normal del mundo cerrar los ojos y sellar los labios cuando sus representantes institucionales exploran caminos para alcanzar acuerdos con sus verdugos. No les parece cosa opinable, a lo que vemos, que haya cesiones o conchabanzas con quienes asesinaron a sus hijos o les malhirieron, rentabilizando esos crímenes. Pero el citado portavoz local del colectivo de víctimas sí tuvo criterio en su día, y no muy lejano, pues Tolerancio le conoció en un acto no muy concurrido que promovía el cambio de nombre de la calle Sabino Arana, fundador del PNV y referencia principalísima del ideario etarra. Loable iniciativa digna de mejor suerte que, como era previsible, desatendió el gobierno municipal de Barcelona.

Pero hay víctimas. Mortales, 1.002 -ya ha sido rebasado el límite aritmético que puede digerir Pachi López, que dijo en su día que ni él ni la sociedad vasca soportarían un muerto más, aunque ha digerido otros dos recientemente con una pizca de bicarbonato-. Más miles de heridos, mutilados, familiares anímicamente destrozados y todas aquellas personas que se conduelen por esa masacre. Y las hay que por hacerse perdonar no se sabe qué son víctimas también de la tibieza, oportuna en las actuales circunstancias, de la desmemoria o de la subvención.
Parece como si nadie con una determinada finalidad, obediente a unas consignas y procurando unos propósitos, les hubiera puesto la bomba. Los hay que pretenden convencernos de que todo fue un error, un malentendido, acaso una pesadilla… que las víctimas lo fueron por los inescrutables designios de la fatalidad y no, en el presente caso, del fanatismo nacionalista vasco. Accidentes y no atentados terroristas, trágicos accidentes que no se cobran víctimas, sino fallecidos -ZP dixit-… fallecidos que pasaron a mejor vida, llegarán a decirnos, casi como una bendición, como si la bomba o el disparo en al nuca fueran la extremaunción, una manera rápida de redimir culpas in articulo mortis, de huir de este ingrato valle de lágrimas que es la vida. Dirán cosas que nos helarán la sangre. Son palabras de la madre de Joseba Pagazaurtundúa.
Hay quiénes no se mojan en política, o eso dicen ahora, aunque una específica perversión de la política les ha bañado en su propia sangre. Pero hay políticas que le salpican a uno y que no huelen a ámbar precisamente.Tolerancio ni olvida ni perdona (como cristiano es una calamidad, oiga). Son palabras de Enrique Múgica.

miércoles, 17 de enero de 2007

¡Abracadabra, pata de cabra!


La ministra de Educación y el ministrín del ramo de la Generalidad de Cataluña, Ernest Maragall, con el beneplácito de su abuelo a través de comunicación mediúmnica, se han reunido para dar con la cuadratura del círculo: esa solución imaginativa para aplicar sin traumas ni quebrantos el decreto del gobierno central que amplía a tres las horas semanales de lengua española en la escuela.
Nadie duda de la capacidad de ambos para solventar enrevesados y capciosos problemas, esfíngidos e insolubles enigmas. El divinal aflato de las musas descenderá sobre sus privilegiadas cocorotas actuando como un reactivo químico propicio para alumbrar ingeniosas ideas, como el magnesio que impresiona las placas fotográficas y desvela en el laboratorio la imagen oculta de la instantánea.

No sabemos si nuestros conspicuos paladines de la educación promoverán una lluvia de ideas con su equipo de asesores, si imitarán a esos chamanes silvícolas con tocado de plumas de tucán que potencian sus facultades visionarias embalsamados en sustancias alucinógenas o si acudirán a un lugar telúrico para impregnarse de su energía y revolcarse por el suelo como antaño hacían las sibilas y pitonisas en pleno trance extático. Y si una vez obrado el milagro de la inspiración, comparecerán ante la opinión pública con los ojos en blanco y una voz gutural y cavernosa como de ultratumba para anunciar… ¡Eureka! … la buena nueva.
Lo cierto es que ese caudal de inventiva, de imaginación que requiere la tercera hora de marras, tiene las hechuras, tal y como lo pintan, de esos suplementos de algunas revistas que ofrecen a los lectores consejos prácticos y gratuitos para sacarles de un apuro. Consejos del tipo ¿Qué hacer para aprovechar esa carne sobrante de las cuchipandas navideñas? ¿Unas croquetas? ¿Unas albóndigas acaso? ¿Y con esas cortinas un pelín demodés que ha mordisqueado el chucho y que reclaman a gritos su inmediata mudanza? ¿Un original tapete para la mesita de noche? ¿Un velo como de gasa o de organdí para un disfraz de odalisca? Y cosas por el estilo. Pues lo mismo, pero con la tercera hora que nos ocupa.

Acaso convoquen un concurso público de ideas… que podrían ahorrarse si mirasen la cartelera de cine, pues de un tiempo a esta parte abundan las películas con magos a espuertas como protagonistas. Los trucos de prestidigitador, magia potagia, pata de cabra, están a la orden del día y pueden ser un inagotable hontanar de ideas. En el septeno arte tienen ministra y ministrín un filón a explotar, el manantial donde saciar su insatisfecha sed de inspiración.
Hagamos un somero repaso. La primera y recomendabilísima de las cintas es Scoop, de Woody Allen, que cuenta en el reparto con Scarlett Johanson, actriz que obra el prodigio, sin proponérselo casi, de provocar por arte de birlibirloque mudanzas volumétricas en muy localizadas zonas de la anatomía de los espectadores masculinos. También integra la lista El ilusionista, con Ed Norton y Paul Giamatti, que nos deslumbró a todos en Entre copas. Y hace apenas unos días han estrenado El truco final, con un notabilísimo elenco de actores donde repite Scarlett Johanson, una chica muy laboriosa para la que Tolerancio, el muy iluso, tiene reservados grandes proyectos.

Quizá por asociación de ideas o continuidad simpática, al ver las películas referidas saquen ministra y ministrín un as de la manga o un conejo de la chistera. Con todo, la imaginación para dar las clases de lengua española en Cataluña ya ha dado de sí. Hemos asistido a meritorios ensayos como dar los contenidos de la asignatura a los educandos en la hora de gimnasia, saltando el potro, o en el taller de manualidades. La imaginativa senda, pues, ya había sido trazada con anterioridad.
¿Qué apuestan a que deciden impartir esas tan conflictivas lecciones en silencio durante la hora de siesta de los pequeñuelos que, por alguna razón que escapa al más elemental entendimiento humano, son llamados, según aula y escuela, dofins, cargols o peixos? ¿Qué no?

Voilà!... ya tienen su tercera hora. La imaginación al poder.
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lunes, 15 de enero de 2007

Los embromados ediles del PSE


Supimos hace unos meses que dos ediles del PSE retiraron una denuncia por amenazas epistolares de la banda terrorista ETA. Fueron días de incertidumbre postal. Todos estábamos en un sin vivir por las fechas de los matasellos. Si llegaban o no a destino las cartas de extorsión. A los empresarios navarros sí, a los vascos, no, en función, a lo que se ve, de la fluctuante plantilla de Correos por demarcaciones provinciales. No obstante, dijo el señor Mesquida, que atisba el horizonte desde la cúspide unificada de la Policía y de la Guardia Civil -tan en las alturas que no acertó a ver los zulos llenos de explosivos ni entró en sospechas del rearme etarra- que el tono de las misivas interceptadas era distinto al habitual. Que estaban redactadas por un auténtico dandy, un Beau Brummel, un experto diplomado en el sutil arte del protocolo, de lo lisonjeras y correctísimas que eran.
Nunca, declararon ante el juez los ediles del PSE, tomaron en serio las amenazas. Siempre creyeron que era una broma de alguno de esos chicarrones campechanos y jatorras que se desmelenan al atizarse unos chacolís de más. Una broma un poco pesada, pero una broma al cabo.
Eran los días de vino y rosas de la tregua, de la paz perpetua, de los casi 3 años sin matar. De los brindis con vino espumoso de la mano de Odón Elorza. Y de la lluvia floral -miríadas de pétalos de rosas blancas- que ungía las pacíficas y seráficas azoteas de Otegui y de la abogada Goiricelaya que, sonriente, era la estrella invitada de todas las soirées artísticas que le montaban a medida laureadas actrices como Pilar Bardem o Charo López. Eran los días, no ha pasado tanto tiempo, de las continuas verificaciones y de los chivatazos policiales a ETA para evitar la detención de su comando itinerante de recaudadores de impuestos.

Hemos sabido también que todos los cargos electos del PSE -incluidos los voceros de los nuevos tiempos y circunstancias, del mirar directamente a los ojos, con hechuras casi hipnóticas, de las perspectivas de paz perpetua e infinita, de esto no es Québec pero sí Montenegro, y otras fórmulas retóricas- andan desde hace meses con los guardaespaldas, o mejor, los guardanucas, pegados a su sombra. Que ya les daba en la nariz que las bromitas de marras no eran la monda precisamente. Que según qué bromas no tienen ni pizca de gracia.
No sabemos que dirían ahora ante el juez los embromados ediles del PSE, menudo papelón, a cuenta de las risibles chanzas de esos mocetones anónimos que se tocan la cabeza con ese capirote copiado del Ku-Klux-Klan rematado por una txapela, que hace las veces en su uniforme del oscilante airón de plumas en el casco de un dragón, de un húsar de la guardia… de esos aguerridos gudaris que tanto han puesto de su parte por la paz, según el señor Ridao, de ERC, sino apólogo, sí fascinado admirador de los terroristas y de sus gestas heroicas.
A los señores ediles del PSE les deseamos de veras que no lleven un susto y que conserven su sentido del humor, que falta les hará. A ellos y a todos. Pues entre tanta himnódica invocación a la paz se cuela a veces desde secretas frecuencias sintonizadas con el terror y la imbecilidad la risa sardónica, de calavernario, de las entrechocantes mandíbulas de la muerte.

sábado, 13 de enero de 2007

Las muñecas YA hablan gallego


Los nacionalistas del BNG, epígonos vivientes de la aldea gala de Asterix y Obelix, pero en su caso en permanente lucha contra las legiones hispanorromanas, pretenden que las muñecas parlantes (bonecas, hemos consultado el Diccionario de la Academia Galega) comercializadas en Galicia hablen gallego. Las disparatadas humoradas de Anxo Quintana y sus correligionarios no tienen fin. Como los héroes del célebre cómic llevan siempre a mano, además de un reloj de arena sincronizado con los usos horarios de la Lusitania, una buena frasca de orujo, remedo de la pócima mágica que como nadie prepara Panoramix, el venerable druida de la tribu.
Pero, a poco que consideremos el asunto, tiene el chascarrillo una lógica impecable desde la óptica nacionalista. No sólo se trata de que los niños forjen su mundo y representaciones a través del juego con as bonecas, sino de ahormar su naciente conciencia dentro de las irrompibles y profilácticas placas córneas del monolingüismo y de la identidad tribal/nacional.

Las muñecas, por otro lado, son la réplica perfecta del épsilon, ese personajillo laborioso de la fábula espeluznante de Aldous Huxley, Un mundo feliz. Los epsilones piden soma a todas horas como las muñecas caca o pis. Son entes programados, teledirigidos, que obedecen a unos impulsos diseñados -como de experimento etológico a lo Konrad Lorenz y sus patitos- por la gran conciencia vigilante. Las muñecas caminan con esos andares como robóticos de un zombi lobotomizado, desposeído de su voluntad por las elevadas dosis de sustancias curarizantes grapadas directamente al córtex cerebral. As bonecas se transforman en este contexto en comisarios lingüísticos domésticos y a pilas que vigilan al niño muy de cerca. A boneca fala galego, diz la rapazinha.

En esta sazón y punto se pregunta Tolerancio qué idioma hablan las muñecas para adultos, las muñecas hinchables ¿Qué idioma sería el apropiado para yacer con uno de esos lascivos juguetes? ¿El francés, idioma pintiparado para el glamour y la más refinada sensualidad? ¿O acaso el habla dulcísona y melodiosa de las mulatas caribeñas?... Ya saben: mi amol, papi dame más y esas cosas tan sabrosonas que tanto nos gusta oír y que tan eficazmente nos predisponen al carnal ayuntamiento.
Los nacionalistas no tienen la menor duda sobre esta materia. A ellos les pone, más que ninguna otra, la lengua nacional porque hay una conexión neurológica entre el hipotálamo, tabernáculo de las sensaciones placenteras, y el ámbito donde reside la querencia por los símbolos patrios.
La patria y sus símbolos desatan pasiones y desperezan los miembros que se yerguen enhiestos y desafiantes, como el mástil de la izada bandera, y acuden a la trabada lid amorosa con el ardiente espíritu del guerrero que entra en combate. Además para el nacionalista, late con fuerza, en el deseo galante, la sagrada misión de perpetuarse generacionalmente, pues piensa que si cae en la pelea -esa pelea que codicia su propensión enfermiza a la épica libertadora y fantástica- otro de su misma sangre ocupará el puesto que ha dejado vacante en la fila marcial.

Pero sucede que las muñecas YA hablan gallego. Lo hemos podido comprobar esta semana mirando con ojos de libidinosa glotonería la portada de la revista Interviu, en la que posa Ana María Ríos mostrando generosamente sus encantos (y que se ahorra la traba burocrática de galleguizar nombre y apellido para complacer a esos linces apagafuegos de la Xunta, pues en su nombre coinciden ambos idiomas).
Ana María, que está la moza más rica que el lacón con grelos, protagonizó este verano un triste suceso en Cancún, acusada de tráfico de drogas. Afortunadamente el incidente tuvo final feliz y a las pocas fechas fue excarcelada y repatriada. Ahora, tras esa amarga experiencia, se ha desquitado, diciéndonos a su manera, con el posado, que nada tiene que ocultar ni declarar en la aduana.
Suponemos que Ana fala galego. Que es una muñeca es evidente. Basta con echarle un somero vistazo a la criatura.

jueves, 11 de enero de 2007

¡¡¡103.680 segundos sin matar!!!


¿Se dan las condiciones objetivas para reiniciar el llamado intermitente proceso de paz infinita y perpetua? Sí, según se desprende del último comunicado de ETA que medio país analiza con lupa, somete a la prueba pericial del carbono 14, declina en latín, lee y relee del derecho y del revés como si fueran las Pandectas de Justiniano. En efecto, ETA no da por finalizado el alto el fuego. Los hechos, por mucho que se esfuercen en aguar la fiesta los gruñones agoreros de la derecha extrema, hablan por sí mismos: ETA lleva la friolera de 12 días sin matar.
El año fue la unidad de tiempo -período computado sin víctimas mortales- empleada para mensurar las bondades de la fase anterior del proceso. El balance final ascendió a algo más de 3 de esas unidades, que siendo un espacio de tiempo considerable, como magnitud referida a lo que aquí interesa, es decir, ausencia de víctimas mortales por causa de atentados terroristas, es escasa -salvo que habláramos de 3 décadas o 3 siglos-. Por eso pareció oportuno convertir los años en días para enfatizar ante la opinión pública -única en el mundo por sus amplias tragaderas- el nuevo talante pacifista de ETA con una cantidad más apropiada para dar pie a un jugoso titular periodístico: 1.250 días.
Algunos pretenderán que estos 12 días que llevamos sin víctimas avalan la oportunidad de retomar el diálogo, aunque sea de tapadillo. Cierto que la cifra no da mucho de sí, pero parece otra cosa si la pasamos a horas, de tal modo que 24 horas x 12 días da un total de 288 horas sin matar. O, si lo prefieren, 288 x 60 = 17.280 minutos. O mejor aún, 17.280 x 60 = ¡¡¡103.680 segundos son los que lleva ETA sin matar en esta nueva fase de la paz perpetua e infinita pero intermitente!!!

¿Lo de la bomba en Barajas, preguntarán los resentidos y emboscados enemigos de la paz? Un accidente. En el peor de los casos, un malentendido. ¿Las 350 pistolas? Un error en el albarán del pedido, pues en realidad ETA había solicitado 350 pistolas, pero de juguete, con depósito de agua para refrescarse tan ricamente en las piscinitas. ¿O qué piensan esos avechuchos malencarados, que los etarras, como todo quisque, no gustan de jugar con sus hijos? ¿Quién lo duda? Cuando juegan con sus pequeñuelos al escondite los meten en zulos. Y también cuando les castigan por no tomar el tazón de cereales del desayuno o por olvidar los deberes de la escuela, digo de la ikastola. Y, henchidos de amor paternal, les regalan unos muñequitos con capucha que trae el olentzero y que hablan vascuence, claro… y que si les aprietas la barriguita claman Gora Euskadi Ta Askatasuna. Pero también les quitan la capuchita y entonces dicen con una voz atiplada que hiela la sangre, como esas muñecas de porcelana pintarrajeadas de las películas de terror, mírame directamente a los ojos.
¿Y lo de los ecuatorianos aplastados por el bombazo de la T-4? Víctimas colaterales, como en los bombardeos americanos sobre Bagdad. No hay para tanto, nos dirán. A fin de cuentas se habían librado de volar con Air-Madrid. La ministra Álvarez que no era partidaria de pagar las vacaciones a cientos de ecuatorianos retenidos días atrás en Barajas, sí lo es, en cambio, de correr con los gastos de repatriación de los cadáveres. Para que luego la llamen roñosa. Los ecuatorianos, salta a la vista, ya habían agotado su cupo de suerte en esta vida. Y, además, añadió en passant el ministro Caldera, esos infelices se habían beneficiado del último proceso extraordinario de regulación de inmigrantes.
12 días, 103.680 segundos sin matar.

martes, 9 de enero de 2007

Tesón, temple y tenacidad


El proceso negociador requerirá tesón, temple y tenacidad

¿Winston Churchill advirtiendo a sus compatriotas de los peligros y privaciones que supondrá el sostenido esfuerzo bélico contra el III Reich? No. Zapatero haciendo frasecitas solemnes para describir su flirt con ETA, sazonado de lindezas (Otegui es un hombre de paz), de flores blancas, conciertos musicales (Bob Dylan en la playa de La Concha) y, entre bromas veras, de alguna gamberrada -autobuses flambeados- y más recientemente un bombazo en la T-4 de Barajas.
Pero el operativo paz perpetua, más o menos camuflado o encubierto, continuará y habrá que afinar el ingenio para procurar a la opinión pública -anestesiada por la futboltropina y la malayatropina (que es el principio activo, narcoléptico, destilado por los culebrones de temática marbellí)- hornadas nuevas de frases tan vacuas como solemnes.
Tolerancio les propone remitir al palacio de La Moncloa una serie de ternas ordenadas alfabéticamente para futuras comparecencias del presidente Zapatero cuyas cejas, por otra parte, son la analogía capilar perfecta del acento circunflejo, fidedigno trasunto de su talante concentrado, pensativo y meditabundo.

Con la A: el proceso negociador requerirá astucia, amplitud y abstinencia.

Y de conformidad con el modelo anterior continuaremos de la misma guisa:

-Con la B: bondad, budismo y burundanga (potente sustancia disforizante).
-Con la C: calma, constancia y clemencia.
-Con la CH: cheverencia (que es lo que hace que algunas cosas sean chéveres, con arreglo al modismo argentino), chisdasvincia (que es un neologismo by Tolerancio que denota en las cosas el estilo propio del rey godo Chisdasvinto, si es que alguno tuvo) y chocundia (que es ese modo en que dos personas chocan prevaleciendo el buen humor).
-Con la D: dulzura, demora y destreza.
-Con la E: esperanza, entusiasmo y empatía.
-Con la F: fervor, firmeza y fantasía.
-Con la G: gravedad, grandeza y galantería.
-Con la H: humildad, hondura y hombría.
-Con la I: ilusión, inventiva e impavidez.
-Con la J: juicio, júbilo y jurisprudencia.
-Con la K: kilt (la tradicional falda escocesa para el ornato masculino), kimono y kufiya (la pañoleta palestina que tanto favorece al presidente).
-Con la L: laconismo, lucha y licantropía.
-Con la LL: llaneza, llanto y llevaduría (que es la cualidad que hace que las cosas sean llevaderas o soportables).
-Con la M: mimo, mando y mutismo.
-Con la N: naturalidad, nitidez y nostalgia.
-Con la Ñ: ñanduismo (conducta propia de un ave corredora de la fauna americana), ñequez (modismo chileno que denota fortaleza) y ñoñería.
-Con la O: opacidad, osadía y obstinación.
-Con la P: pompa, parsimonia y prudencia.
-Con la Q: química, quietud y querencia.
-Con la R: raciocinio, ritmo y respeto.
-Con la S: silencio, sintonía y somnolencia.
-Con la T: aquí remitimos a la declaración de ZP.
-Con la U: unanimidad, unte y urticaria.
-Con la V: valentía, voluntad y vehemencia.
-Con la W: wolframio (analogía electrizante de la luminancia intelectual por ser de wolframio los hilos de las bombillas) whisky (en abundancia) y waterpolitud (flatus vocis, expresión carente de significado salvo que convengamos que la waterpolitud es la destreza que conviene a los jugadores que practican ese deporte acuático, no habiendo modo razonable de encajar dicha voz en este contexto).
-Con la X: xilofagia, xilofonía y xenofilia.
-Con la Y: yodo, yohimbina (sustancia afrodisíaca que se extrae de la corteza de un árbol) y yihadismo.
-Con la Z: zalemas, zarabanda y zorrería.

Pero este listado no es más que uno posible entre un millón. Redacten el suyo y remítanlo al palacio de La Moncloa para rendir un impagable servicio a nuestro atareado presidente que aún padece el llamado síndrome post-vacacional, pues añora los pasados días de ocio y gaudio en el coto de Doñana.

domingo, 7 de enero de 2007

Navidades herodianas


Es obligado abordar el asunto en fechas tan señaladas. Hay quien se ha propuesto emborronar el buen nombre que tuvo la Navidad. Y se ha salido con la suya. Una de las cosas que se dicen para denostarla es que es una fiesta consumista (como el gran potlacht de los indios kwakiutl). Cosa extraña en una sociedad consumista como la nuestra. Muchas veces se habla con sorna, de un modo peyorativo, de la disfunción que existe entre un concepto y la realidad cotidiana a pie de calle. Por una vez algo, la Navidad, tan consumista, se adapta a su entorno a las mil maravillas y entonces, mire usted por donde, es una lata, una lacra infame que merece nuestras diatribas. La sociedad o la Navidad son las consumistas, jamás nosotros. Por cierto, añaden los mismos que se ha desvirtuado el sentido primigenio de la celebración. Es chocante que invoquen esa mudanza cuando es precisamente su sentido original, la conmemoración religiosa, lo que más les pudre la sangre.
La batalla sin cuartel comienza en las escuelas, escenario-piloto de la causa del laicismo desatado, prohibiéndose el festival navideño. Y claro, tanto dar la murga con las fiestas solsticiales, que ya hay quien se avergüenza de la Navidad, reniega de ella y la recluye en casa -como aquellos cristianos que en las catacumbas celebraban sus ritos- no sea que una patrulla de polizontes armados hasta los dientes, equipados con visores nocturnos, detenga a la familia en pleno a la hora de los turrones, incluida la abuela en bata de boatiné, y traslade a todo quisque al calabozo en una de esas furgonetas de luces destellantes y ululantes sirenas.
El asunto da de sí: uno se imagina a la vuelta de los años cantando villancicos a escondidas, convertidos en nueva modalidad de la llamada en tiempos canción protesta. El tamborilero o Arre borriquillo: el morbo de lo prohibido (como Al vent en los años del tardofranquismo). Las figurillas de los pesebres estarán pregonadas como forajidos de arcilla por idolatría insultante. Los Reyes Magos serán proscritos por monárquicos empedernidos y herejes aficionados a las artes mánticas. Y la estrella de Belén tipificada como fenómeno OVNI. Por no hablar de las connotaciones psicológicas como de culebrón almodovariano de la tríada Virgen/Niño/san José que recogerán los manuales de psiquiatría.

En adelante asistiremos a rehabilitaciones de la figura maltratada e incomprendida de Herodes. La versión teatral correrá a cargo de Pepe Rubianes. A fin de cuentas si Herodes se hubiera salido con la suya y degollado al Niño Jesús junto a los santos inocentes, los laicistas más avanzados se habrían librado, y con ellos la Humanidad toda, del cristianismo -católico y reformado- y acaso también del Islam, pues hay quien sostiene que la fe de Mahoma hunde sus raíces en el cristianismo puritano de las escuelas siríacas orientales, como la nestoriana y la monofisita. Cualquiera sabe.
El personaje roñoso como no hay dos, precursor de la nativifobia, del Cuento de Navidad de Dickens, se enseñorea en estos días de según qué pérfidos corazones. Algunos no han dado con mejor excusa para maravillarnos con su amplitud de miras y su anhelo insatisfecho de diseñar una Humanidad nueva que arrojar a la pira purificadora las inocuas figurillas de los belenes hogareños. Qué valientes. Qué proeza. Qué fácil es arrancar de la cara la sonrisa de un niño. Del niño que fuimos. Qué fantástica revolución de costumbres, qué gran progreso para la estirpe humana.
Es cierto que en estas fechas el consumo se dispara, que a veces la monserga de los villancicos es inaguantable, tanto como las reuniones familiares y las cuchipandas pantagruélicas: un suplicio que ni siquiera mitiga la sal de frutas. Pero Tolerancio ha decidido emboscarse, echarse al monte y convertirse en un paladín juramentado de la Navidad aunque sólo sea por saltarse a la torera una prohibición más.
A este paso lo único que quedará de estas fiestas infiltradas del engrudo de esa capa de ramplonería laicista y de patochada solsticial será tocar la zambomba, y no necesariamente en su acepción musical. O clavar agujas al Niño Jesús en talleres vuduistas que subvencionarán las administraciones en centros cívicos en aras del buen rollito multicultural de la alianza civilizatoria, del sincretismo religioso y otras pamemas por el estilo. O tempora, o mores. Por cierto, Feliz Navidad a todos y Próspero Año Nuevo.

miércoles, 3 de enero de 2007

1.250 días sin matar


Se nos ha dicho y repetido que ETA llevaba 3 años sin matar. Nos han dado incluso la cifra desglosada en días, más de 1.250, para enfatizar su nuevo talante pacifista. El contador iba subiendo y la cara de embeleso de los voceros de la pax etarra transmitía candor y seráfica beatitud. Tales eran sus facciones transidas de admiración por los terroristas y por los más eximios representantes de su brazo político (Otegui o Goiricelaya, la abogada de las flores blancas) que pensamos incluso que les lamerían las botas a lengüetazos para sacarles lustre ante las cámaras de TV.
Hemos oído decir que Otegui era un hombre de paz, que De Juana Chaos ya había pagado con creces su deuda con la sociedad y que las peticiones de condena por amenazas, las suyas o las de su cofrade Ignacio Bilbao (¿recuerdan? Sí, tú, enano cabrón -al juez- a ti te voy a dar siete tiros) eran desorbitadas. También nos hemos desayunado a diario con declaraciones del Fiscal General instando a los jueces a sintonizar con las nuevas circunstancias y dictar sentencias acordes a los nuevos tiempos. Tacita a tacita nos han dado todo el caldo humeante y maloliente de la indignidad, más emponzoñado que los cafelitos al polonio que con tanto esmero preparan a sus amigos los agentes de la KGB.

Hemos sabido que el criminal nazi Aribert Heim, alumno aventajado de Mengele, ha huido del país con rumbo desconocido. Se le suponía camuflado entre la colonia de abueletes alemanes que en la Costa Brava pasan tan ricamente su dorada jubilación. Como alguien dio con él y los crímenes contra la Humanidad no prescriben se dijo Aribert a pesar de sus achaques: pies para qué os quiero. No sabemos si a esa edad avanzada se ingresa en prisión, pero en todo caso Aribert, que vivía bajo otra identidad, no quería pasar el mal trago de que sus compañeros del club de petanca supieran de sus repulsivos manejos en un campo de exterminio.
En todo caso Aribert Heim llevaba más de 60 años sin matar. No la minucia de 3 años como los etarras, sino 60. No 1.250 días sino 21.900. Y nadie se ha sentado a negociar con semejante saco de estiércol. Sólo faltaría. Nadie a la guisa de Ahotsak le ha llevado flores blancas, ni ha tenido la tentación de loar su nuevo y desconocido talante pacifista luego de tanto tiempo sin amputar extremidades a sus víctimas sin anestesia o de arrancarles la piel a tiras para hacerse una lamparita la mar de mona para la mesita de noche. Nadie ha corrido a humillarse delante de Aribert para, arrodillado en la actitud del suplicante, estampar un sórdido beso en el negro agujero de su gordo, feo y pestilente culo.
3 años sin matar. 1250 días. Nos dirán cualquier cosa. Que no hay para tanto. Que a fin de cuentas muere más gente en la carretera, en el andamio o por causa de la violencia doméstica que por los bombazos de ETA. Que todo es relativo. Relativo y gradual. En efecto, los hay más mezquinos, idiotas y cobardes que otros.

lunes, 1 de enero de 2007

2007: 1002

Odón Elorza descorchará otra botella de champán. Esta vez las burbujas del caldo espumoso no se derramarán a cuenta de la tregua de ETA, claro, brindará con champán por el Año Nuevo, como todo el mundo.
Estos meses atrás nos han dicho muchas veces que algunos cenizos y malencarados enemigos de la paz concedían a ETA un protagonismo que no merecía, convirtiendo a los terroristas en figura clave, estelar, de la política nacional -o plurinacional-. Quienes salían con el latiguillo de marras eran los mismos que hicieron en su día del anuncio de ETA materia brindable, es decir, susceptible de ser glosada entrechocando copas. Curioso. Es cierto que los brindantes de entonces lo hicieron ante las cámaras de TV con unas caras de funeral que tiraban de espaldas. Unas caras que pueden recuperar de su fondo de armario de caretas y máscaras para acudir al sepelio de los dos ecuatorianos -víctimas colaterales nos dirán cuando se confirme su muerte (que al paso que vamos llevará más tiempo que confirmar la autoría del robo de 350 pistolas en el sur de Francia), pues los chicos de ETA no pretendían matar sino manifestar sus discrepancias con el proceso negociador dando un susto-.
En una entrevista concedida al diario El Mundo, 05/03/06, Pachi López daba fe de su hartazgo aritmético del terrorismo etarra. Decía que ni él ni la sociedad vasca soportarían un muerto más. Así supimos que las tragaderas del señor López tenían una traducción numérica exacta de asesinatos asimilables: 1.000. Una cifra redonda. Ni 15, 40, 307 o 999. MIL.
La indignación del señor López se activará, de qué manera, con la víctima 1.001. Pero no es verdad. Es una puta mentira. López tragará 1.001, 1.002 y 1.200. Las que hagan falta, siempre, claro es, que perdure la exención de cargos políticos como objetivos de la banda terrorista.
Los etarras brindarán de nuevo con champán. Incluso a De Juana Chaos le pincharán unas gotas de Dom Perignon en el suero para celebrar la proeza de sus cofrades encapuchados. Hay brindis que hielan la sangre.