Desde Berlin
Tolerancio ha recibido unas cuantas sugerencias relacionadas con la escenificación de una hipotética mani/concentración en Madrid. Como ya se ha dicho, la finalidad del acto es trasladar a la capital un problema oculto, escamoteado a buena parte de la opinión pública del país: la violencia que sobre las personas, en particular sobre los niños, ejercen las leyes regionales de inmersión lingüística. Las leyes, no es necesario decirlo, no se promulgan por arte de magia, ni proceden del monte Sinaí esculpidas en piedra… son promovidas, aprobadas y aplicadas por personas con nombre y apellidos. Este punto es importante* porque es el busilis de uno de los comentarios que ha recibido Tolerancio y que ha guardado en su archivo de ideas.
Esas leyes, suponen, no solo la hipoteca académica de sucesivas promociones de escolares, sino la merma en los derechos civiles y políticos de individuos adultos que no pueden elegir la lengua escolar de sus hijos, sea o no su lengua materna, cuando esa lengua es el español… que goza aún de iure, ya no de facto, del rango de lengua oficial en toda España. Es decir, es un problema que afecta a todos los españoles, siempre que los españoles sean capaces de colegir qué disposiciones legales menoscaban sus derechos o de saber dónde tienen el culo, circunstancia harto improbable habida cuenta del ínfimo nivel del colectivo.
No obstante, también Tolerancio ha recibido, y los expone aquí, argumentos contrarios a una mani/concentración en Madrid reclutados en las propias filas del no nacionalismo. Por ejemplo:
-Nadie nos hará caso… es posible, pero como nadie nos hace caso nunca, pues no se pierde nada. Además, un paseo por Madrid tampoco es lo peor que a uno le puede suceder en la vida... Cabe añadir que unas semanas atrás se citó en Madrid una plataforma de micólogos aficionados. Congregaron a unos 300 simpatizantes y lo pasaron pipa. Eso nos han contado. Y por organizar su particular verbena a nadie se le salieron las tripas. Afortunadamente todos regresaron a sus casas sanos y salvos, sin tener que lamentar accidentes en ruta.
-Seremos 4 gatos… quizá, pero tampoco se necesita medio millón de manifestantes. Delante del ministerio de Cultura, uno de los posibles escenarios del evento, como ya dijimos en una bitácora anterior, no caben más de mil personas. A mayor abundamiento, vimos en el telediario de Antena 3, domingo 24 de mayo, que los internautas cabreados por la llamada ley del canon aprobada por imposición de la SGAE, se concentraron precisamente en ese punto. Eran unos centenares apenas, Canon Parade, y cualquiera sabe qué hilos movieron o cuántos jamones regalaron, pero salieron en el noticiero.
Verdaderamente es difícil entender qué extraño mecanismo impulsa a los agricultores, a los ganaderos, a los transportistas o a las azafatas de vuelo a acudir a Madrid para, sino solucionarlos, exponer cuando menos sus problemas específicos por la repercusión mediática inherente al factor capitalino, y que, en cambio, los no nacionalistas no osen hacerlo cuando, suma y sigue, es el gobierno de la nación y otras instituciones residenciadas en Madrid quienes consienten y amparan los abusos que padecen y denuncian. ¿Hay algo en las circunvoluciones cerebrales o en la secuencia genética de los no nacionalistas que les impida manifestar sus cuitas y porfías en Madrid? ¿Temor reverencial? ¿Algún decreto desconocido?...
Nos han dicho muchas veces… es que en Madrid no tienen ese problema y no les interesa. Pero si hemos concluido que el nuestro es un problema de ámbito nacional… (por afectar a diversas regiones y obstaculizar la libre movilidad de la ciudadanía)… ese penseque, esa excusa, se desvanece al punto. Y en todo caso, si no les interesa, se les da un pescozón entre las orejas para que despierten de una vez y les interese casi tanto como les interesa el campeonato de fútbol, las carreras de Fórmula-1, los chismorreos de la prensa rosa u otros pildorazos de laudanización masiva del personal.
Muy sucintamente enumeramos algunas de esas ideas que nos han remitido para dar forma a esa futura mani/concentración en Madrid:
1.- Ésta, la predilecta de Tolerancio, la propone Javier Turégano Escuder, vecino de Barcelona, de profesión técnico en alumbrado público y astronauta frustrado según explica en un e-mail:
Yo reuniría a unas cuantas madres con niño lactante -sea niño humano o bibiano- para que entre todas llenaran pequeños recipientes con auténtica leche materna. El razonamiento es el siguiente: siendo la lengua materna un producto sensorial… -sino tangible, sí audible (y legible), pues los idiomas precisan ser hablados-… generado por el fenómeno de la fonación… es decir, tratándose de un hecho tan físico como lo es la ingesta de leche materna… y no sirviendo la lengua familiar para la educación entendida como crianza académica de los hijos de cientos de miles de españoles por mor de las castradoras leyes de inmersión lingüística…ergo, tampoco la leche materna habría de servir para la crianza proteínica de sus hijos.
Pues si la lengua materna no es válida para la adquisición de conocimientos, alimento espiritual, tampoco lo sería la leche materna, estableciendo un simbólico paralelismo, para su alimentación nutricional. Esos pequeños recipientes de leche materna, en consecuencia, habría que donarlos a los ministro/as de Educación, Cultura e Igualdad, y al propio presidente del Gobierno, para que los custodiaran hasta que la escolarización en lengua materna, cuando es el español, lengua oficial en toda España, fuera posible.
Aventurado, ocurrente, señor Turégano. Me gustaría besar ancilarmente su, acaso, gordo trasero. Por otro lado me recuerda su propuesta una noticia que, tiempo ha, leyó Tolerancio en un diario gratuito. Constaba dicha crónica de una foto y un texto brevísimo. Era una reivindicación en favor del amamantamiento en público o cosa parecida. Prestaba su imagen a la campaña una señorita escultural en Las Ramblas de Barcelona con unos aparatejos aplicados a las mamas, de esos que se emplean en las explotaciones agropecuarias para ordeñar vacas. La asociación promotora de la original iniciativa consiguió que millones de personas supieran de su existencia recurriendo solo a una figurante, claro que menuda figurante era.
2.- Esta otra sugerencia, no menos osada, es obra de Carmen D. C, vecina de Llinars del Vallés:
El sistema monolingüe que impide la escolarización en lengua materna es una variedad de mutilación, de ablación cultural. Por tratarse de la lengua materna deberían ser madres… -a la manera de aquellas de la Plaza de Mayo u otros colectivos similares que se constituyeron por otras causas-… las que escenificaran la protesta en clave alegórica. De tal modo que un grupo de madres voluntarias, y concienciadas, me ofrezco por aquello de predicar con el ejemplo, habrían de consentir en raparse la cabeza al cero… (trasunto metafórico, o casi, de la ablación clitoriana por cuanto el cabello es emblema de feminidad admitido universalmente)… delante del ministerio de Educación, recordando aquellas imágenes de mujeres escarnecidas en las guerras que todos hemos visto en dramáticas fotografías.
Recientemente ese formato de protesta fue adoptado también por monjes budistas con motivo de la represión China en Tibet. La melena rapada de una mujer, de una madre, es una humillación equiparable al hecho de no poder escolarizar a su hijo en lengua materna, cuando hablamos de una lengua oficial en ese territorio. Y en todo caso el pelo crece como los brotes verdes en la economía… de modo que se trataría de un ornato temporal que se subsanaría en unas semanas.
No está nada mal, querida Carmen D.C. Tomamos nota.
Pero ha habido más. Como la ocurrente y plástica aportación de Marisa B.J, de Badalona, que dice ser estudiante de Bellas Artes. En su opinión no tendría caso ir a Madrid, que cuenta con una de las mejores pinacotecas del mundo, sin representar un alusivo cuadro escénico ante la estatua dedicada a Velázquez. Qué elección más apropiada, a su juicio, que replicar la obra inmortal de Goya, Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío, con figurantes ataviados con batas de rayadillo, como escolares, encañonados contra la sombría tapia por soldados napoleónicos caracterizados con caretas de Montilla, ZP, Pujol, Mas y Carod Rovira. Foto segura en los medios.
O alquilar una furgoneta… -a sufragar a escote entre las asociaciones convocantes-… y pasearla por el caótico tráfico madrileño con un cartelón anclado en medio del remolque, a la vista, y a modo de desquite, que reproduzca la pancarta que la TMB, compañía de Transportes Metropolitanos de Barcelona, vetó recientemente a la Asociación por la Tolerancia. Esa furgoneta, como de cristalero, recorrería en los días previos a la mani/concentración el trazado de la carrera de relevos descrita en la bitácora anterior como elemento publicitario del evento al tiempo que amonestación recordatoria y vergonzante a las instituciones que han consentido esta anómala y sangrante situación.
Ideas no faltan, como la de invitar a Alfonso Guerra y a esos 40 diputados del PSOE que detendrían en el Congreso el nuevo estatuto de autonomía de Cataluña, al decir del veterano diputado socialista en un calentón de boquimuelle. Recordemos en que quedó aquel lance de casi épicas hechuras, con aire a batalla de las Termópilas contra el numeroso ejército persa, o a carga de la Brigada Ligera en Balaklava durante la guerra de Crimea: donde 40 dirían que no, dijeron los 40 que sí.
Invitación que cursaríamos a la hermanita de Messi, el jugador del Barça, que tuvo que regresar con su mami a la Argentina, según cuenta el medio digital Lavozlibre, porque en toda Barcelona su familia no dio con un solo colegio que la escolarizara en español… y es que la niña lloraba a moco tendido porque los profes le hablaban en catalán y la pobre no entendía ni papa de qué diantre le decían… de modo que la niña Messi podría al fin trocar en sonrisas sus lágrimas desconsoladas.
Sin olvidarnos de Miguel Durán, cabeza de lista de Libertas-C’s para las europeas. Pues el que fuera capitoste de la ONCE y militante de UDC en los años duros del pujolismo, y hasta hace unos días, ha visto al fin la luz, no es coña, como Saulo camino de Damasco, y comprende ahora que eso de la inmersión es un atropello. No obstante, si el ilustre hombre de negocios rescatado para la política, se aviniera a aceptar nuestra cordial invitación, bajo ningún concepto participaría en la carrera de obstáculos, ni estando estos balizados con señales acústicas, por temor a un peligroso traspié. En ningún caso la organización se opondría a que el señor Durán asistiera acompañado de un séquito de despampanantes Mamachicho ataviadas con minifaldas tableadas y casacas ajustaditas à la façon de alegres majorettes para insuflar ánimos a los espectadores con su colorista presencia.
¿Quién da más? Nos hemos dejado alguna cosa en el tintero, pero esto ya dura demasiado. Nos vemos en la Puerta del Sol, Km 0. Contamos con usted. Y con su suegra también.
* La propuesta insinuada al inicio de esta bitácora consiste en constituir, incluso en la sombra, y a la espera de que las tesis no nacionalistas condicionen la futura política educativa en España, un Observatorio contra el Maltrato Lingüístico. Habría que modificar el marco legal vigente para aplicar a los promotores y gestores de las diversas leyes regionales de inmersión una batería de mecanismos punitivos severos: desde la inhabilitación para desempeño de cargo público y pérdida de condición funcionarial, si la hubiere, a la incautación patrimonial para indemnizar a las víctimas de sus desmanes.
La recuperación de competencias a favor del estado y el blindaje educativo llevarían consigo la tipificación de las mencionadas leyes como un delito grave e imprescriptible contra derechos fundamentales. Asimismo se permitiría el libre acceso y consulta por la ciudadanía a un archivo informatizado de castradores lingüísticos juzgados y sentenciados en firme. En ese apartado no nos sorprendería ver un día al señor Miquel Coll, de un colegio mallorquín, a la profesora del colegio Cervantes que restó puntuación a Olav, el niño ibicenco, por escribir en un examen la fecha en español, a consejeros autonómicos de Educación, a las monjitas de la escuela Betania de Cornellá, y al consejo escolar en pleno del colegio Gayarre de Barcelona, entre otros. Incluido el supercomisario Bernat Joan, a quien le sobra la Constitución, y que, a guisa de compensación por sus tropelías, habría de echar unas horas como profesor de español para temporeros africanos contratados en las explotaciones frutícolas de las comarcas leridanas. Tarea de interés social.
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