El Círculo de Economía de Cataluña, con retraso, pero con una lealtad inquebrantable a la clase política y al credo nacionalista imperante, se ha pronunciado a favor del editorial conjunto publicado días atrás, rastreramente, por buena parte de la intervenida y domesticada prensa catalana para presionar al domesticado Tribunal Constitucional.
Salvador Alemany, presidente de tan selecto círculo, ofició el acto. Con tan principales ciudadanos, la pléyade de la sociedad aborigen, sumándose a semejante impostura el círculo se cierra. No queda un solo ámbito de la sociedad catalana que no haya sucumbido al gregarismo aborregado del robotismo teledirigido. Nada hay ya fuera del círculo, que es trasunto geométrico del oasis catalán… nada salvo el arenoso desierto por donde se aventuran acaso los escorpiones.
El carácter inclusivo, salvífico, del círculo que cierra Alemany nos recuerda, vale que muy tangencialmente, la famosa Lista de Schlinder cuando Ben Kingsley, el contable, le dice a Liam Neson mostrándole la lista redentora con los más de mil nombres que, gracias a la tenacidad del empresario checo-alemán, escapan por los pelos de la cámara de gas:
-Esta lista es la vida. Fuera de la lista no hay nada.
En Cataluña nada queda fuera de los límites del círculo. El círculo abriga la vida comunal, civil. Fuera del círculo: nada. A lo sumo la sospecha de un territorio incógnito, a explorar… un territorio que habremos de transitar los no nacionalistas en un éxodo a ninguna parte, viviendo un exilio interior en nuestra propia casa, incomprendidos incluso de los nuestros. Un territorio sin coordenadas geográficas, sin horizonte a la vista.
Editorialistas y lectores. El Colegio de Abogados, salvo 200 honrosas excepciones, y sus clientes, algunos en libertad bajo fianza como Prenafeta, Alavadra y Bartu, alcalde de Santa Coloma (así le llama en confianza Manuela de Madre que, enterada de la detención de su amigo y conmilitón por la Guardia Civil, Operación Pretoria, pensó, uuuuuyyyyy, figúrate tú que estremecedor testimonio, que la camada negra -¿Qué camada es ésa?- había dado un tejerazo). Ahora es el turno de empresarios y economistas, previamente lo fue de los sindicatos… subvencionados, claro es, y por lo tanto, públicos… sustituyendo unos y otros la conflictividad laboral o social, lo que antes llamaban lucha de clases, por la cohesión nacional: todos, patrones y obreros obedientes a la misma bandera en un remedo local, calcado, exacto, del sindicalismo vertical del franquismo. Y estas palabras son a la verdad, modestia aparte, lo que los puntos de la circunferencia respecto del centro geométrico del círculo.
Nadie escurre el bulto. Todos han firmado el editorial conjunto: médicos y pacientes, dandys y limpiabotas, putas y clientes, timados y timadores. Árbitros y futbolistas. También la pelota. Y mi vecina del cuarto primera.
Llega un momento, cuando el clamor es unánime y concertado, que si uno aguza bien el oído lo que percibe en realidad es el silencio.
Despacho de última hora.- Hemos sabido que la prensa catalana prepara un nuevo editorial conjunto en aras de la dignidad nacional de Cataluña. En efecto, han causado honda consternación las burlas de que ha sido objeto don José Montilla al confesar que su canción favorita es Mediterráneo de… Lluis Llach.
Los intrépidos periodistas aborígenes, en vanguardia de la independencia informativa a escala planetaria, sostendrán que si Montilla dice que Mediterráneo es de Lluis Llach, pues es de Lluis Llach y punto. Por la misma razón que el nuevo estatuto de autonomía se atiene punto por punto a la Constitución, en espíritu y letra, lo discuta o no el alto tribunal. Y vale ya.
1 comentario:
Sobre las burlas hacia Pepito por el cancionero: creo que lo que más cuadra al cordobés, y también de Llach, es El Bandoler. Feliz año, que sea mejor que el que todavía colea
Publicar un comentario