martes, 20 de abril de 2010

¿Periodistas o escribas? Mal follados pero bien pagados


Hace unos días el vicepresidente del gobierno regional, el separatista Carod Rovira... -socio del sonderkommando nacionalista del PSC José Montilla y de ZP-... el mismo que fue a Perpiñán para dialogar con los terroristas de ETA, servirles café y pastas y sacar lustre a su calzado, pactando alegremente una tregua para Cataluña... -dicho de otro modo, que las bombas, de colocarlas, las colocaran mejor en la T4 de Barajas que no en la T1 de El Prat-... agarró un berrinche de aquí te espero a cuento, mucho cuento, de la prensa local. Se quejaba de su falta de complicidad con la acción de gobierno.

Sorprende su enfado pues pocas veces se vio una prensa tan domesticada como la catalana. No ha pasado tanto tiempo para haberlo olvidado. Al margen de su mansedumbre, del sectarismo dominante en medios escritos y audiovisuales, públicos y privados, y de su acreditada profesión de fe nacionalista… -reproduciendo a las mil maravillas el patrón de la prensa intervenida en regímenes autoritarios-… el periodismo catalán, como un solo hombre, en bloque, dio fehaciente muestra de sumisión gubernamental con motivo del hundimiento de la populosa barriada de El Carmelo.

Ni un día tardó el Colegio de Periodistas de Cataluña en retratarse… -delante de uno de esos espejos deformantes como de barraca de feria-… acordando en comparecencia pública el silencio informativo, apagón, de esa catástrofe que, milagrosamente, se saldó sin víctimas mortales. En aquellas fechas, recordemos, se debatían las ponencias del inconstitucional estatuto de autonomía y los portavoces del emérito gremio, metidos a cortesanos y/o palanganeros, supeditaron su profesionalidad a una activa y voluntariosa participación en la llamada construcción nacional de la región. Nadie se lo pidió, que sepamos... luego la prensa catalana se anticipó lacayunamente a la voz de su amo con babosa sonrisa de ilota, de fámulo vocacional que se desvive por satisfacer los deseos aún no expresados de quien le da de comer.

Ese vegonzante acto de servidumbre no impidió que a las pocas horas una de las más difundidas cabeceras de la prensa nativa, El Periódico... -difusión que aporta una idea aproximada del nivel del paisanaje-... abriera su edición con la fotografía de un rascacielos madrileño en llamas, el Windsor. Días después el mismo diario llevó en portada... -no dio con noticia de mayor calado-... la foto indiscreta de la barriguita, bajo la zamarra del Barça, de quien era su más festejado goleador, el brasileño Ronaldinho, que atravesaba entonces una mala racha a causa de su intensa vida nocturna. Una primera plana memorable, para ocupar un lugar de honor en las hemerotecas e ilustrar a las venideras generaciones de estudiantes de Ciencias de la Información.

Más recientemente la práctica totalidad de la prensa catalana, con muy honrosas excepciones, promovió, previa consulta al mismísimo ZP, un editorial conjunto al estilo Pravda o Granma para presionar al Tribunal Constitucional con motivo de la sentencia sobre ese adefesio de estatuto de autonomía que nos meterán doblada por salva sea la parte con la emoliente vaselina de algún recorte cosmético. A tan conmovedor acto de vasallaje protagonizado por la prensa se sumaron de grado no pocos colegios profesionales, como el de Abogados... dispuesto a hacer de la mamporrería su estilo de vida... -aunque, todo hay que decirlo, 300 de sus asociados restañaron en parte el maltrecho honor de sus colegas afeando la innoble conducta de la cúpula dirigente del ICAB-.

Pero no es el último episodio. Hay más. Tras la puesta en solfa de un órgano inquisitorial llamado CAC, diseñado para ejercer la censura en los medios de comunicación… -en cuyo consejo participan todos los partidos del ámbito parlamentario local, a excepción hecha de Ciudadanos-… distinguido por el acoso a emisoras radiofónicas de línea editorial crítica con las consignas del poder, ahora el gobierno regional opta por situar al frente de la CCMA, Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, a un fulano, un tal Enric Marín, de marcado perfil político que ya tuvo su protagonismo, sus cinco minutos de infamia, que no de gloria, durante el citado apagón informativo del hundimiento del Carmelo. No han podido elegir, pues, a mejor y más obediente esbirro.

No entendemos de qué diantre se queja Carod Rovira. Nunca se vio una prensa más entregada a una causa y más obediente a un gobierno. Una prensa más pastueña. Cataluña no tiene opinión pública, entre otras cosas porque la prensa aborigen ha renunciado al fundamental cometido de formarla cultivando saludablemente la crítica del poder. A Carod y compañía les gustaría que los periodistas aplaudieran siempre, con manos e incluso orejas, sus ruedas de prensa, como aplaudía el pleno del Presidium Supremo del PCUS los discursos de Stalin durante media hora.
Cuando una periodista, siendo de las suyas, la más fanática de todas, la insufrible Mónica Terribas, la misma que en los noticieros de TV3 babeaba en presencia de Otegui como una enamoradiza adolescente ante Brad Pitt, les hace una pregunta un pelín incómoda, pero quiá, naderías, una broma inocua, la llaman mal follada.
Pero se desquitan al día siguiente elaborando un nuevo libro de estilo para la prensa del movimiento que destierra completamente el idioma español de los medios de titularidad pública y que establece que el término nación siempre hará referencia a Cataluña, Francia o Uganda, que más da, pero jamás a España.

¿Y se queja Carod Rovira de la presunta hostilidad de la prensa local... si solo falta que se la chupen en antena?... En Cataluña no hay periodistas, sino escribas juntaletras que, inclinados sobre las tablillas de arcilla, pintan garabatos y monigotes al dictado del faraón o de sus funcionarios... -comisarios como el andoba ése de la CCMA-... que les azuzan con el lacerante látigo de las subvenciones, el más tiránico y dañino para las libertades.


1 comentario:

Reinhard dijo...

En el caso que nos ocupa, nunca más acertado el término canallesca.