jueves, 29 de abril de 2010

Próculo Rótulo no se rinde








Próculo Rótulo no da su brazo a torcer. Próculo Rótulo es el último rótulo comercial en español inmune a las multas impuestas por el gobierno del sonderkommando nacionalista José Montilla. Próculo Rótulo es un rótulo forajido, un bandolero emboscado en la virtualidad telemática y por ello Montilla no puede multarlo ni destruirlo. No podrá, decimos, multarlo nunca, acaso inocularle un virus informático, pero como hidra de Lerna contra el nacionalismo al punto Próculo Rótulo se replicaría a sí mismo y asomaría de nuevo a la red para meterle un dedo en el ojo.
Próculo Rótulo sueña con ser la pesadilla recurrente de ese zampabollos de Montilla, el resistente no nacionalista que le pudrirá la sangre y recordará al mayordomo cordobés que no ha terminado de amputarse el pasado... que es precisamente lo que no puede soportar un converso desnaturalizado, o naturalizado, según se mire... pues para naturalizarse hay que desnaturalizarse primero. Las gallinas que entran por las que salen. Pero quizá Próculo no traspase jamás las coordenadas de esta bitácora.

Si Próculo Rótulo protagoniza una viñeta cómica o la modesta campaña que propone Tolerancio... -sueña, iluso, con un musical en Broadway o en la Gran Vía madrileña-... la persecución del idioma español a sangre, es decir, a multa y fuego en los escaparates catalanes no será definitiva. La kristallnacht... (noche de los cristales rotos)... no se habrá consumado.
Es un outsider, un superviviente, el último rótulo que escapa indemne de las celadas que le tiende Queta, la comisaria implacable, colmilluda, al frente de la Gestapo lingüística de Montilla difundida en anuncios sufragados con dinero de todos. Próculo Rótulo es libertad.

Próculo no se arruga ante las dificultades. La primera: ser aceptado por los no nacionalistas, pues ya cuenta, va de suyo, con el acoso despiadado de Montilla y sus esbirros. Para empezar habrá de vencer las reticencias, no de los adversarios, sino de los propios, pues Próculo Rótulo... ésa es su gran tragedia... no es una conferencia, ni un artículo enjundioso, ni un sesudo ensayo. Su naturaleza figurativa le inhabilita en principio para adquirir protagonismo entre los opositores al régimen que, lejos de un salón donde uno de los integrantes del equipo habitual de conferenciantes no nacionalistas larga su magistral parrafada ante 50-70 asistentes, siempre los mismos, pizca más o menos, andamos más perdidos que un pulpo en un garaje.

Próculo, aunque soñador, es de buen conformar y no pide gran cosa. Le habría gustado ser icono contendiente en el palenque de la lucha simbólica, a pesar de la descomunal desproporción de fuerzas, contra Queta o Norma, aquella chiquilla angelical, pero con el demonio dentro, que crearon los nacionalistas para promover las bondades sin cuento de la inmersión monolingüe obligatoria. Sólo que la vida está hecha de renuncias... bien lo sabe el bueno de Próculo.

Cuando meses atrás se constituyó una plataforma cívica para oponerse a la coacción liberticida de las multas lingüísticas impuestas por nuestro ominoso gobierno regional, plataforma compuesta por varias asociaciones y partidos políticos, Próculo Rótulo se las prometía felices paladeando su ansiado debut en escena. Pero la plataforma sólo se puso de acuerdo para organizar, con notable asistencia de público por cierto, una concentración en Arenys en apoyo de un comerciante represaliado por los socios de Zapatero en Cataluña... ese traidorzuelo de Zapatero que ve con buenos ojos que en Cataluña, según declaró en la cadena SER, se multe a quienes rotulen sus establecimientos en español.




Tras la concentración, cómo no, se disolvió la fugacísima plataforma y cada mochuelo a su olivo, que se acabó el carbón, es decir, cada mochuelo a su mini-conferencia. No quedándole a Próculo otro remedio que ejercer de francotirador, por su cuenta y riesgo y postularse como campaña de protesta. De modo que el patán de Tolerancio, que dibuja como un niño de 5 años, pero un niño torpe, que es incapaz de manejar un programa de ordenador que no sea el procesador de textos, y aún éste con no demasiada soltura, y que confunde un escáner con una fotocopiadora, ha prestado sus inhábiles manos para darle forma, una rudimentaria y esquemática forma que un dibujante con una pizca de tino adecentería en un pisplás.

De un par de elementales trazos a rotulador y recortando cartulinas de colorines, aquí tenemos un esbozo de Próculo Rótulo. Bastaría con pulir el dibujo con un toque naïf, retocar el diseño de la postal, colgarla en una página web e invitar a los interesados a descargarla, imprimirla, pegarla sobre un material algo más rígido, franquearla y enviarla por correo a cualquiera de los destinatarios que propone Próculo en el reverso: José Montilla, ZP o el ministro Gabilondo, relamido ex seminarista que declaró hace unos días, en un nauseabundo alarde de cinismo, que le sorprendería mucho saber que en España se multa a alguien por rotular su comercio en español.

Reproducimos la postal y desglosamos sus distintos elementos, habida cuenta de la impericia de Tolerancio para trasladar con nitidez las imágenes al blog.

En el anverso aparece una entradilla de presentación del personaje que dice Próculo Rótulo: el rótulo forajido inmune a las multas. Debajo tenemos a Próculo, nuestro rótulo amigo, con el texto Colchonería Bonrepós dando forma a una sonrisa... -pues nada mortifica más al nacionalismo que la risa disidente, es decir... el nacionalismo tolera a los no nacionalistas a condición de que estén airados, cabreados como una mona, para sentenciar que la periferia del nacionalismo es la sociopatía y la inadaptación-... y junto a Próculo un bocadillo con la leyenda... ¿Qué te he hecho yo? ¿Por qué me multas?... a guisa de interpelación a los destinatarios del mensaje. A los pies de Próculo tenemos un lema inscrito en un llamativo asterisco que es el busilis de la campaña:
¡NO A LAS MULTAS LINGÜÍSTICAS!... y a su lado, logo, nombre y página web de la asociación promotora.

En el reverso figura un sello postal, ángulo superior derecho, y el texto que el suscriptor de la campaña remite a cualquiera de los tres destintarios seleccionados, a cual de ellos más indeseable:

El idioma español es oficial en todo el territorio nacional. Los ciudadanos españoles tienen derecho a utilizar dicho idioma en todos los ámbitos de la vida: comercial, educativo, etc., sin restricciones, coacciones o multas.
Los poderes públicos deben velar por el libre ejercicio de ese derecho. Las multas a un idioma, multan y ofenden a quienes lo hablan.

Una campaña sencilla, cómoda, sin salir de casa, en batín y pantuflas. Dos tijeretazos, un poco de pegamento, un sello y al buzón. Y con un poco de suerte cuela como noticia en alguno de los pocos diarios no intervenidos que quedan, de los que no suscriben editoriales conjuntos. Más barato que en Andorra. Pero, claro... Próculo Rótulo no es una conferencia.

1 comentario:

Avicena dijo...

este charnego de iznajar quiere ser mas catalan que nadie pero cuando va a su pueblo habla en español