Semanas atrás supimos que la (in)justicia española dio su pláceme a la excarcelación temporal de la etarra Elena Beloki, condenada a 13 años, para someterse extramuros a un tratamiento de fertilidad. Los eminentes magistrados entendieron que no existía riesgo de fuga. Beloki, de 47 años, quiere ser mamá.
Por entonces algunos dijeron emocionados, conteniendo el llanto a duras penas, que eso estaba la mar de bien, que era un motivo para la esperanza, que era buena señal que una etarra prefiriese dar vida a segarla, argumento que llevó a Tolerancio, verdaderamente conmovido, a levitar cual un lama tibetano imbuido de un bonancible sentimiento de paz cósmica. Por causa de tan entrañables declaraciones, Tolerancio se vio forzado a emitir una nota de prensa admitiendo que, en efecto, se le erizaron los pelillos del culo… sorprendente afirmación con la que abrieron los telediarios de medio mundo.
La indignante noticia no le causó la menor sorpresa: una zalamería más de nuestros jueces al entorno etarra. En su día sopesó Tolerancio dedicar una bitácora a tan infausta decisión judicial poniéndola en relación con el fallecimiento en un presidio de La Coruña de la reclusa Carmen Borja, de 44 años, tras varios días de horripilante agonía a causa de su irreversible patología, SIDA, tirada en su celda, según las compañeras de pabellón, sin asistencia sanitaria y con la negativa de forenses y Jueces de Vigilancia Penitenciaria a autorizar su excarcelación para ingresar en un centro hospitalario. Ésa es la diferencia entre ser una manguta de tres al cuarto y una miembra de ETA.
Pero por culpa de tanta novedad y tanto aturullamiento -no nos dan tregua- Tolerancio dejó ese asunto para mejor ocasión. Mas hete aquí que la actualidad nos la sirve de nuevo en bandeja de plata. La Audiencia Nacional desoye un recurso de la AVT y prorroga el permiso de la etarra para que dé satisfacción a sus ansias maternales… hasta que dé positivo la prueba de la ranita. La inseminación de Beloki regresa, pues, a las portadas de los diarios, es decir, de algún diario.
Y hablando de portadas, diario El Mundo hará 15 días, pizca más o menos, y de imágenes, que valen más que mil palabras… al fin Tolerancio pone cara a ese nombre: Elena Beloki. Había oído hablar de la interfecta pero no sabía qué cara, además de mucha y dura, tenía la energúmena. Acabáramos. Al punto comprendió Tolerancio muchas cosas. Elena Beloki se somete a ese tratamiento, no quedan más bemoles… porque la tía es más fea que Picio, tan fea que ni por patriotismo se la follan los gudaris, troncho montado y a punto de nieve, ni entonando los belicosos versos del Euskogudariak para insuflarse valor.
Hemos sabido de muy regular tinta que en la última asamblea de ETA, estando el affaire Beloki en el orden del día, y cuando el terrorista que hace de secretario y levanta acta, cambiando por unas horas el pistolón por la pluma estilográfica, pidió voluntarios para trajelarse a la compañera Beloki y hacerle un bombo, todos salieron pitando. E incluso uno de ellos apuntó que si era él, contra su voluntad, elegido para inseminarla, que por caridad cristiana no quitaran la capucha a la novia al ingresar ambos en el tálamo nupcial. De nada sirvieron llamamientos y proclamas patrióticas del tipo dejar encinta a Beloki es tan importante como aprender a montar artefactos explosivos.
Se rumorea que Osakidetza… (el servicio vasco de sanidad, el mismo que barema con 16 puntos el conocimiento de vascuence a la hora de asignar plaza a los licenciados en Medicina frente a los 2 que otorga por especialización, de tal modo que un aitzkolari euskaldún del Goyerri profundo, aunque no distinga un bisturí de un sacacorchos o confunda un rinoceronte con un lacito en la polla con el borreguito de Norit, te acaba operando de apendicitis por un catarro común)… facilita el tratamiento de inseminación artificial únicamente a candidatas menores de 40 años, por lo que han tenido que falsificar la documentación personal de la etarra que cuenta con 47… -como hicieron los Rectores de la UPV con el expediente académico de De Juana, que estos días, perseguido por la INTERPOL, se pasea y toma unas pintas de cerveza Guiness por los pubs dublineses tan ricamente-… quitándole de una tachadura, de golpe, unos cuantos meses. Lo menos 100.
Aún prefiriendo los responsables del servicio inseminador esperma calidad extra de un forzudo chicarrón del norte, por aquello del factor RH y de la pureza racial a preservar, un reciente informe publicado en la prensa gratuita revela que el esperma de la juventud vascongada está en crisis, que es poco más que aguachirle, razón por la que, a su pesar, han abierto las puertas, y en breve las piernas de la etarra, a lefarazos de individuos oriundos de otros lugares del planeta. De ahí que hayan decidido someter a concurso público el inmarcesible honor de fecundar a Elena Beloki.
Fuentes dignas de dudoso crédito afirman que el equipo médico que vela y procura por la maternidad de la etarra ha habilitado un apartado postal para recibir ofertas, historial y la preceptiva muestra, adecuadamente envasada, de los interesados. Hasta la fecha se habrían postulado como donantes el criminal de guerra nazi Aribert Heim, Radovan Karadzic, Josef Fritzl, el mediático monstruo de Amstetten e incluso Santiago Carrillo… -que le debe una cena al juez Garzón-… todos ellos fervientes admiradores de la futura mamá. Coinciden los cuatro en que Beloki, así lo habrían hecho saber en un comunicado conjunto, es una niña rechula y pinturera. Gozan de buena salud, o eso dicen, y de una calidad envidiable, a prueba de laboratorio, de sus emisiones seminales. No necesitan, habrían manifestado, ni una pízcula de Viagra para cumplir con tan seductora damisela.
Para salvar el honor de la juventud revolucionaria con productora de cine y eventos propia, despampanantes becarias que le retiran el correo por ventanilla y veraneo cool en Calella de Palafrugell, Joel Joan, el eximio actor catalán, ruega, ésa es la hablilla difundida por mentideros pro-etarras, cuenten con él para inseminar a la dulce Beloki, pues se tiene por amigo de ETA, como el suicida Xirinachs, homenajeado en el Palau de la Música por la flor y nata de la envilecida sociedad catalana… y él no deja a sus amigos en la estacada… y si la Beloki quiere semen, lo tendrá. Y añadió puño en alto, antes de retirarse a un reservado con una probeta en la otra mano, una revista porno bajo el brazo y la bragueta abultada: Gora Euskadi Askatuta!
Pero este asunto ha generado nuevas y sorprendentes reacciones. El doctor Morín, de la clínica Ginemedex de Barcelona… -ése que tritura fetos de hasta 33 semanas de gestación en una picadora de carne y que será remunerado a no mucho tardar por el ministro Bernat Soria con una Secretaría de Estado, o con nombres de calles y plazas en medio país-… se ha ofrecido gratuitamente para controlar en todo momento el futuro embarazo de su admirada Elena Beloki… una vez que la semillita de papá esté en la barriguita de mamá… tras besar sus pies ancilarmente y regalarle una colección de videos snuff rodados en su clínica donde se despedazan fetos en medio de espeluznantes orgías de sangre aderezadas con todo tipo de aberraciones y parafilias sexuales.
Por su parte los directores de cine Julio Medem y Jaime Rosales se postulan para filmar las ecografías y el parto, no descartando los guionistas que el nasciturus se asome a la cámara tocado con una graciosa capuchita, con esas aberturas oculares oblicuas que imitan el contorno de ojos de la abogadesa Goiricelaya, ésa… ¿recuerdan?... a la que Pilar Bardem, hace apenas unos meses, ungía con pétalos de rosas blancas durante el proceso de claudicación ante ETA patroneado por ZP.
Nos cuentan, pero no acabamos de creerlo, que algunos magistrados que han entendido del caso pretenden ofrecerse a la futura parturienta como padrinos de la criatura y los hay que ya han comprado peluches y sonajeros para distraer al pequeñín, y los más rumbosos le han regalado una hucha para que no pierda el tiempo cobrando el llamado impuesto revolucionario, aunque sea solo por descargar de trabajo al juez Garzón, liado como está abriendo fosas a mansalva, quien, para cuando el retoño de Beloki cumpla 20 años, aún continuará con el sumario abierto del caso Faisán, el del chivatazo policial al aparato extorsionador de ETA.
Hay quien apunta que el cortés y gentil ofrecimiento de Sus Señorías tiene por objeto granjearse la simpatía del pequeñín para que, llegado a la edad adulta y una vez que haya aprendido el manejo de la metralleta, no se fije en ellos como objetivos de la banda y distinga con ese honor a otros compañeros de la judicatura.
Este caso puede abrir la senda a futuras excarcelaciones temporales por las más peregrinas causas con supuesta o aparente justificación médica. De hecho no pocos presos etarras pretenden beneficiarse de la doctrina Beloki y las autoridades competentes ya han registrado peticiones por docenas para someterse a tratamiento en el callista o en el caso de las miembras femeninas de la banda a operaciones de estética como liposucciones o aumento de pechos. Nos consta que otro etarra ha confesado, lo avala un informe del psicólogo penitenciario, que la reclusión en presidio le causa estrés, pues no lleva bien eso de no asesinar gente por la espalda; desajuste anímico que le ha provocado una galopante alopecia y precisa sin más demora una urgente reforestación capilar.
Dicen que lo que cuenta es la belleza interior. Pero Beloki ahí no tiene ninguna. La exterior ayuda, pero tampoco es el caso. Para follarse eso… eso es la etarra… hay que tener un par de cojones y muy pocos escrúpulos estéticos y morales. Claro que lo peor… lo peor, peor, peor de esta historia asquerosa, repulsiva, nauseabunda, no es la fealdad supina de la terrorista, sino la toga de los magistrados. No sabría uno donde escupir. Si en la cara de la una o en la cara de los otros, pues rivalizan todas en maloliente suciedad.
2 comentarios:
Querido Sr. Tolerancio:
No hay que fiarse de las apariencias, pues la fealdad no solo es exterior, Beloqui, sino que también puede ser interior: vea usted, si no, la fealdad interior de la tal Laura, recientemente glosada por usted en esta bitácora.
Saludos.
Aprovecho, apreciado Tolerancio, para dejar una reseña muy apropiada para su bitácora. Saludos.
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