Guantánamo se nos ha metido muy adentro. Todo comenzó con aquella melodía, Guantanamera, Guajira, Guantanamera… y siguió después con la conversión en cárcel siniestra de la base militar que Estados Unidos mantiene en Cuba donde han sido recluidos y torturados presuntos terroristas islámicos tras los atentados del 11-S.
Guantánamo ha sido uno de los estigmas de la administración yanqui bajo el mandato de George W. Bush. Junto a críticas y reproches merecidos han proliferado voces que hacen de Guantánamo la encarnación de todos los males y pestilencias que aquejan a la estirpe humana en general y al ominoso e insufrible dominio occidental en particular. El régimen de Pol Pot, las matanzas entre hutus y tutsis o las escabechinas en Darfur al lado de Guantánamo son, nos dicen, riñas, pelamesas de parvulario.
Guantánamo, con su integral abyección, es de un tiempo a esta parte la metáfora perfecta de la impiedad global, quedando otros atropellos y carnicerías en un segundo o tercer plano. En un no-plano. La mampara que oculta la visualización de otras iniquidades sin cuento. Sin ir más lejos Guantánamo está en Cuba. Es un pedacito de la isla, un pedacito infecto que Obama, eso ha prometido, pretende cerrar en menos de un año, en cuanto solucione la enrevesada trama legal que su existencia supone. No sugiere Tolerancio que no se apunte el foco de la indignación sobre esas precisas coordenadas… siempre que no olvidemos que la isla de Cuba es toda ella, en cierto modo, un colosal presidio, al menos para millones de sus habitantes. Cierto que no para todos. Ni para la nomenclatura del Partido Comunista, ni para los turistas que vuelan al Caribe para cocerse a daiquiris bajo un cocotero y darse unos revolcones con las sensuales jineteras contactadas en el concurrido Malecón de La Habana.
¿Cuántas veces nos han dicho nuestros propagandistas locales del castrismo que la Cuba de Batista era el burdel de la CIA y de los pudientes turistas americanos?... perdimos la cuenta hace años.
No obstante si aquello era cierto, no lo es menos que no ha dejado de serlo: un burdel. Un inmenso burdel para solaz de turistas europeos y brigadistas comprometidos… -comprometidos… ¿con qué?-… con el metisaca. Y es que las mulatas son muy tironas. Te regresan de Cuba esos machotes, cuentan ufanos, con la pilila irritada de tanto roce. La mayoría de las chicas se deja sobar por europeos empalmados para burlar el racionamiento y atender su manutención, la suya y la de sus familiares… antes, cuando no circulaban los dólares, a cambio de especies, artículos de primera necesidad que la clientela adquiría en establecimientos vedados a los nativos, y ahora abiertamente por numerario contante y sonante.
El régimen cubano, pues, ha democratizado la prostitución. De ejercerla en tiempos de Batista profesionales colegiadas se ha pasado a la práctica generalizada, a la libre concurrencia en el mercado. También dispone el catálogo insular de atléticos sementales para completar la oferta del tan buscado exotismo sexual. Gracias a Castro y a su alegre trouppe de criminales Cuba es toda ella un burdel.
La hipermetropía moral de algunos para escandalizarse con el execrable Guantánamo yanqui y la miopía moral para ignorar la represión castrista en la isla nos recuerda aquella película titulada Saigón que protagoniza William Dafoe. Éste y su colega… -son detectives militares-… investigan unos asesinatos de meretrices asiáticas cometidos por un oficial americano en sórdidos lupanares durante la guerra de Vietnam. Cuando las pesquisas del chico de la peli se acercan demasiado a su objetivo, recibe recaditos para que olvide el asunto. Uno de sus superiores, que será, lo sabremos luego, el autor de los crímenes, le dice muy gráficamente:
-¿A santo de qué te empecinas en resolver el caso?... No son más que putas. Es cómo si navegaras en una barca por un río de mierda, sacaras una mano del bote y agarrases un trozo y dijeras asqueado: “Me indigna este mocordo”.
Ahora que Obama cierra Guantánamo, permanecerán otros guantánamos abiertos. Y están en España. Mira tú por dónde. Si han volado aviones de la US Air Force o no desde bases americanas en España, o en tránsito, pera llevar islamistas a Guantánamo, es algo que no sabemos. Pero citaremos otros casos:
-Ante las últimas elecciones municipales el Fiscal General del Estado dijo que no era democrático invalidar todas las candidaturas pro-etarras pues ello supondría diseñar un Guantánamo electoral para unas 150.000 personas de media que en las citas electorales votan siempre a ETA por candidatura interpuesta. Se dio por bueno permitir que ETA presentara lista en este pueblo, pero no en aquel otro en atención a presuntas contaminaciones y otras milongas… aquellos tiempos en que Otegui y De Juana Chaos eran hombres de paz y requerían guiños de complicidad a guisa de pruebas de amor. De amol.
Lo que son las cosas. Se ha pasado de esta lista sí, esta lista no al bloqueo, no comercial, pero sí de candidaturas pro-etarras al completo para las autonómicas que se dirimen en un par de semanas. Conde Pumpido habrá de cambiar de metáfora. Jamás repetirá la expresión guantánamo electoral. E incluso no recordará haberla pronunciado en la vida. Que es lo que le pasa a uno cuando está dispuesto a ensuciar la toga con el polvo del camino.
-Pequeños guantánamos afloran como setas por toda la geografía nacional. Las víctimas no son presuntos terroristas islámicos, pues alguno hay que encuentra acomodo en consejerías de distrito como cargo electo del PSC, sino adolescentes conflictivos, muchos de ellos inmigrantes. Se ha sabido que en esos guantanamitos, que vale por centros de acogida, menudean las palizas, las sedaciones para tranquilizar a los muchachos más levantiscos y tácticas punitivas como la privación de sueño y que, a otra escala, nos remiten a los modos y maneras del presidio yanqui en Cuba.
Esta noticia ha pasado por la prensa como pasa una estrella fugaz por el firmamento en la noche de san Lorenzo. Esos voceros indómitos que apelan a los derechos humanos con ejemplar vehemencia, en esta ocasión han distraído la mirada hacia sus zapatos, silbando como si la cosa no fuera con ellos.
-El Guantánamo Educativo Catalán. Barracones a punta pala. Nunca hubo tantos. La geografía escolar catalana, prefabricada, cobra tintes de campo de internamiento. Sólo falta el alambre de espino para completar el cuadro. A los pequeñuelos que piden ayuda en castellano… -escuela Gayarre, Barcelona-… para satisfacer necesidades elementales se les desatiende y los hay que se las hacen encima, como denunció la monitora Sara Burgos en el diario El Mundo… caso flagrante de maltrato infantil que debería acarrear consecuencias penales.
Además el sistema educativo en su conjunto transita en una suerte de limbo legal a causa de la reiterada negativa del gobierno del sonderkommando Montilla a obedecer y aplicar las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que instan a la inclusión del casillero de lengua habitual de los menores en los impresos de pre-inscripción. Desobediencia que en una democracia homologada supondría la inhabilitación para desempeño de cargo público, amén de un escándalo mediático de primera magnitud. Pero hemos dicho… en una democracia homologada.
Llevamos años con la cantinela del limbo legal a cuento de un antro como Guantánamo. Pero el limbo ya es agua pasada. Se esfumó. Así lo ha dispuesto el Vaticano tras una revisión teológica de esa figura vaporosa e inconcreta.
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