viernes, 24 de abril de 2009

Ferran el latoso


Tolerancio confiesa en esta inelegante bitácora el hartazgo, el empacho que le provoca Joan Ferran, diputado del PSC. Más que hartazgo, le provoca arcadas. Es su emético favorito… cansado ya de las bonitas palabras de ese latoso insigne que ocasionalmente asoma la cabeza entre las huestes amontilladas.

La última jeremiada del personaje, el mismo que denunció la costra nacionalista en los medios de comunicación de titularidad pública, con más costrón nacionalista que nunca durante los sucesivos mandatos tripartitos capitaneados por el PSC, y con incomprensible eco en la prensa, ha sido su airada protesta… -airada no por tajante o vehemente sino porque se la lleva el viento-… de unas declaraciones de Carme Laura Gil, diputada de CiU y exconsejera de Educación, con motivo de la concesión de la cruz de Sant Jordi a la escritora Ana María Matute.

Entre Ferran y Laura Gil Tolerancio prefiere a la segunda, pero de largo. Con la segunda sabe a qué atenerse desde el minuto uno de partido. Porque se le ven plumero y uniforme de escuadrista de un rato lejos y eso es mucho mejor para no llamarse a engaño. Ferran, en cambio, juega a voz disidente, pero tolerada, en el seno del PSC y a decir esas cosas que mitigan el escozor de la herida… -oh, mira tú, entre los suyos hay quien piensa como nosotros, quien está harto de los excesos nacionalistas… ¡No estamos solos! ¡Aleluya!-… pero que no ayudan a rectificar el rumbo del sonderkommando Montilla y su ladina tropa sino a espolearlos aún más. Como en esas películas donde el poli bueno es la disculpa de los guantazos que te arrea el poli malo.

Ferran se convierte en la demostración evidente, y, cómo no, explotada en la prensa, de… ¿cómo lo llaman?… las diferentes sensibilidades que conviven pacíficamente en el seno del partido; bizantinismo que no supone otra cosa que la disfrazada anuencia de algunos para que las políticas excluyentes de nacionalización forzosa continúen a todo trapo.
Hay quienes invocan la figura de Ferran para malvender la supuesta amplitud de miras del PSC, donde caben todos, donde el nacionalismo no ha sentado aún sus reales completamente… pura filfa, una trola, una mentira y gorda, la peor de todas pues la presentan al público envuelta en papel de regalo con lacito y todo. Y algunos tragan. Se la han metido doblado docenas de veces y, a pesar de todo, tragan y tragan… y tragarán… ¡A otro perro con ese hueso!

Algunos no nacionalistas fatigados y deseando bajar los brazos para irse a casa a cambio de un guiño, de una palmadita en la espalda, caedizos en el enlabio por antiguas militancias y obediencias, o por lo que fuere, celebran con evohés de alegría cada una de las aportaciones del almibarado Ferran, pues vislumbran en el personaje el pálpito de la disidencia y aspiran a que esas declaraciones trasciendan la categoría de anécdota para constituirse en hoja de ruta del partido al que un día pertenecieron o votaron.
Nada representan esas palabras de Ferran en apariencia discordantes con el monocorde discurso del PSC. No son mas que un jodido fraude… el cebo para desactivar a los no nacionalistas más crédulos y emocionalmente aún vinculados a la izquierdosidad local y para retener un puñado de votos. A Ferran le toca interpretar ese papel en la función y punto.

Si en sus plomizas quejas hubiera una chispa de sinceridad… o si tanta fatiga le causara la asfixia nacionalista habría de demostrarlo tirando una andanada de vez en cuando contra su partido. Pero nanay: ni una palabra. Porque o nos falla la memoria o…
… ¿Acaso no es el gobierno del sonderkommando Montilla el que abre embajadillas catalanas lo mismo en París que en Sebastopol? ¿Es que no es el PSC solidario de las multas impuestas a los rótulos comerciales no normalizados; multas que cuentan con el bochornoso pláceme de Zapatero? ¿No fue Iceta del PSC quien afirmó que escolarizar a los niños en castellano provocaría un tsunami, la quiebra social, el Apocalipsis? ¿Nada tiene que ver el PSC con la no inclusión del casillero de lengua habitual en las hojas de pre-inscripción? ¿No es su gobierno el que desobedece las sentencias del TSJC y del Supremo? ¿No sustenta ese partido a una banda como siciliana que amenaza al Tribunal Constitucional a través de su capitoste, el ínclito Montilla, en caso de enmendar aquél la política lingüística vigente y así hasta mil patrañas y perrerías inspiradas en el nacionalismo étnico y lacrimógeno?... Pero Ferran, mira tú qué mérito el suyo, echa pestes del nacionalismo paranoide metiéndole un dedo en el ojo, no a la infame camarilla de Montilla, sino a una diputada de CiU. Y hay quienes le ríen la ocurrencia y aplauden su fingida audacia.

Que Ferran exija en público un giro inmediato, copernicano, al gobierno Montilla y entonces haremos un esfuerzo, no demasiado intenso, por creerle. O eso o que vaya a la playa el crítico, el levantisco Ferran con su llantina de cocodrilo y rompa su carné y renuncie a sus prebendas como diputado… si es que tan harto está del nacionalismo como dice. Ésa sería una salida honesta y quedaría a las paces con su conciencia. Si tiene… pero nada de eso hay porque todo es pura representación que ve cualquiera que no tenga por soñada meta el reposo, el dulce sopor del desistimiento.

Tolerancio prefiere los nacionalistas a su ejército de fámulos. Los nacionalistas hablan sin tapujos, sin dorarte la píldora. No valen los puntos intermedios, pues no los puede haber entre la exclusión y la libertad. No puede haber enjuagues ni lugares de encuentro ni equidistancias. Prefiere Tolerancio nacionalistas… -pues siempre los habrá, qué remedio, como siempre habrá plastas de vaca en los prados-… a quienes aceptan sus medallitas, como la de Sant Jordi, con la sonrisa agradecida y babosa del ilota.
Lee Tolerancio en la prensa que Laura Gil se opone a la concesión de esa crucecita a Ana María Matute porque ésta siempre ha escrito en español y, en consecuencia, nada ha hecho por la identidad catalana… según la entiende, claro es, el integrismo nacionalista.
Laura Gil es consecuente… -como Portabella que, lleno de odio, no acudió en calidad de teniente de alcalde de la ciudad de Barcelona al pregón de las fiestas patronales porque lo pronunció Elvira Lindo en español, autora de Manolito Gafotas, figúrense que proeza-… como nacionalista que es… una nacionalista del carajo de la vela que lo lleva a gala, apechugando con su etnicismo tarado y tronado de aldehuela hóbit de la Tierra Media.

En una crónica del diario El Mundo lamentan la actitud cerril… -¿puede ser de otro modo la actitud de un nacionalista confeso en esa materia o en cualquier otra?-… de la diputada convergente contraponiéndola a la de Ana María Matute que nunca hizo causa o bandera de su lengua literaria… Pues ya va siendo hora de que algunos enarbolen esa bandera… esas personas eminentes cuyas opiniones, por su nombradía, tendrían por fuerza notoria repercusión… porque ésta es la verdadera piedra de toque que hoy divide a los catalanes en intolerantes o aborregados y amantes de la libertad o resistentes.
No vale ya la tibieza escapista de algunos con su… yo no me meto en líos… vivo en otra dimensión, casi levitando y orbitando alrededor del sol, si es que no soy el sol mismo, publicando mis novelitas… y además no hay problemas en la calle…con arreglo a esa modalidad conocida de literato catalán, subdivisión de la más amplia categoría artistas e intelectuales, que escribe en español por mayor competencia en dicho idioma, o por interés comercial, que no le duelen prendas en comprometerse públicamente con todas las causas imaginables… -la defensa de las focas árticas, la repoblación forestal con especies arbóreas autóctonas o la simpatía por una Palestina tutelada por Hamas o lo que entre en el menú, lo mismo da-… es decir, el intelectual comprometido con todo lo que se menea salvo con la defensa del español como idioma apto para la docencia en Cataluña donde es sistemáticamente proscrito en las aulas, y todo porque ése es un asunto, uyyyy, incómodo y antipático… y a fin de cuentas mi editor anda a partir un piñón con las autoridades de turno que, además, en casa, son siempre nacionalistas, de pata negra… o parvenus como el doméstico Montilla. Por supuesto que hay honrosas… -aunque muy pocas-… excepciones.

Hay quienes están encantados con Ferran: pues que se lo confiten. Son quienes piensan, o no, pero lo dicen, que toda esta tralla lingüística infumable es cosa de Pujol y ahora de Carod Rovira, un capricho funesto pero inconsistente… que es un espejismo que un día se desvanecerá sin mover un dedo, por agotamiento. Que el sentido común se restablecerá por sí solo. Y que, en el peor de los casos, inmersiones y multas son un peaje, cierto que un pelín aldeano, feudalizante y sobaquero, que hemos de pagar todavía encogiéndonos de hombros y mirando a otro lado a guisa de compensación por los ya lejanos abusos del franquismo.

Ése es el error. La venda que tapa sus ojos. No hay tal anécdota. Todo este engrudo y bazofia de política lingüística no es un capricho sino una condición estructural del sistema. Y ha llegado a serlo, no sólo por la contumacia de los nacionalistas, que les va en su patología, sino, lo que es infinitamente más grave y causa mayor desazón, por la permisividad, cuando no por la colaboración de otros, en particular del PSC… de los conmilitones del latoso insoportable de Joan Ferran… y en cierta medida de los no nacionalistas que callaban como putas o vivían en Babia cuando votaban tan ricamente al PSC hasta hace dos días.


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