martes, 14 de abril de 2009

Tu basura te delata


La basura adquiere cada día que pasa un valor estratégico. No solo para los basurillas, esas personas desmedradas, sin fortuna, apaleadas por la vida que rebuscan en los contenedores para dar con algo de provecho y cuyo número aumenta... -cualquiera puede ingresar en sus filas de un día para otro-... en proporción geométrica en situaciones de crisis económica; también para los gobiernos de marcado signo intervencionista.

Meses atrás dedicamos una bitácora a los basurillas cubanos. En efecto, el régimen castrista hizo una redada por toda la isla y detuvo a 400, según la prensa, acusándolos de actividades contrarrevolucionarias por propagar enfermedades entre la población, transformadas sus manos en armas táctiles de infección masiva tras sus búsquedas y manipulaciones entre desperdicios.
Consecuentemente dicha actividad no goza de buena reputación entre las autoridades insulares, pues la mera existencia de los basurillas denota estrechez, necesidad, y eso es una ofensa intolerable, casi del mismo rango, en opinión de los jerarcas del régimen y de sus ilustres invitados y propagandistas occidentales, que esas mezquinas intoxicaciones que la CIA vierte del envidiable paraíso socialista del Caribe al resto del mundo. Es decir, del mismo modo que en la antigua Unión Soviética no había psicópatas… -véase la película Citizen X sobre las andanzas criminales del Carnicero de Rostov-… en Cuba no hay basurillas, pues de la isla, quién lo duda, se desterró la pobreza long time ago.

La gestión de las basuras que generamos, más allá de su reciclaje, suscita el interés de las autoridades. Las administraciones locales de Cataluña, cómo no, se ponen en vanguardia de ese inusitado interés por la porquería. No nos sorprende… cuando se desata el intervencionismo de las administraciones, se estrecha el cerco sobre el individuo de un modo quisquilloso, tenaz. Y las basuras devienen codiciadas pistas pues aportan, al margen de pingües beneficios por vía impositiva o recaudatoria, mucha y muy significativa información sobre los hábitos cotidianos de la ciudadanía.

Cuando algunos legislan sobre el reparto de las tareas domésticas en el hogar, imponen multas por rotular un comercio en tal o cual idioma, y no sólo el rótulo externo, sino los artículos a la venta expuestos en su interior, o cuando instan a la población a vivir sus emociones y sentimientos con arreglo a unas pautas determinadas, por ejemplo, viviendo el amor sin celos… -amor sense gelosia-… como se apuntó en la bitácora titulada Diseñando emociones: nacional-zombización, no ha de extrañarnos que den nuevos pasos en esa misma dirección y les sorprendamos un buen día, desbocada su paranoia, potenciada al infinito su ansia por controlar al personal y por penetrar sus más íntimos secretos, rebuscando en nuestra basura para obtener datos comprometedores, para tendernos una emboscada, para pillarnos in fraganti…

Si zambullidos en la escoria dan con ceniza y colillas es que fumas y te señalan como promotor del déficit sanitario. Si se topan con un envoltorio de codeína es porque estás pachucho… o eres un drogota. Sabrán si te medicas contra las hemorroides. O qué prensa lees, si afecta o desafecta al régimen. O, por los envases, en qué supermercado adquieres los artículos alimenticios… si en Caprabo serás un consumidor nacionalizado, imbuido de amor patrio por cuenta de las subvenciones públicas concedidas a esa cadena comprometida con la realidad agropecuaria oficial pues promociona productos elaborados en el territorio.
Lo pueden saber casi todo de ti, incluso el saldo de tu extracto bancario. Si te gustan las alcachofas o prefieres los calabacines… hurgando provistos de guantes de látex entre mondas y peladuras putrefactas y malolientes. Si dan con rollos vacíos de papel higiénico, y efectúan un minucioso seguimiento por espacio de una semana, deducirán con qué frecuencia vas al baño.

Un frío estremecimiento nos recorre el espinazo al imaginar qué cosas pueden averiguar de nosotros los agentes que meten el hocico en los deshechos que empaquetamos a diario y dejamos en el contenedor confiados en el anonimato de ese acto de trivial apariencia.

Los policías municipales de Sant Sadurní, donde las cavas de espumoso, han sido autorizados a rebuscar en las basuras para comprobar su correcta separación atendiendo la tipología de las mismas diseñada por el consistorio e imponer la preceptiva sanción a los infractores. No sabemos si pagarán justos por pecadores y la multa la satisfará el barrio al completo, promoviendo de paso el espionaje y la delación entre vecinos, ya saben… Pepito López, el del 3º 2ª, no me recicla bien… es un tipo antisocial y un bandido… o si habilitarán un sistema para detectar la desobediencia individual.
En Tarragona la deposición, nunca mejor dicho, de basuras fuera de hora será sancionada con multas de hasta 750 €. No está nada mal el pellizco. Lo mismo dará un minuto que una hora antes y por supuesto prevalecerá, en caso de duda, la hora que marque el reloj del policía de turno… de modo que no será eximente que el reloj del imputado atrase o adelante o que lo lleve sincronizado por extravagante simpatía con la hora bolivariana decretada por Hugo Chávez.

Pero las basuras dan para mucho. A guisa de prueba piloto y como anticipo a las multas que en adelante impondrán por hablar castellano en la vía pública… -pues multándose la expresión escrita de dicho idioma, entiéndase multas a rótulos comerciales, y en breve a las solicitudes de auxilio redactadas por pedigüeños en cartones… ¿Por qué no habría de procederse también contra la expresión oral?-… se instaurará la revisión lingüística de notas manuscritas abandonadas en la basura, pues la colocación de micrófonos en los domicilios particulares para averiguar en qué idioma hablamos los catalanes en casa cuando preparamos la cena, vemos la tele, jugamos al parchís o nos damos un revolcón, es un sistema demasiado costoso y de difícil justificación.

La futura Brigada de Agentes Revisa-Basuras, los AR-B, la coparán voluntarios de Ómnium y de otras entidades afines, que estarán encantados con esa tarea en pro de la pureza idiomática… pues para ellos no hay tarea que sea pesada o antipática si lo es por la redención de la patria. Alguien tiene que hacerlo, dirán.
La nación se ama lo mismo analizando fétidas cascarrias que dejando flores fragantes el 11-S ante la estatua de Rafael Casanova. La basura pasará en breve de ser una cuestión local y doméstica a un pilar básico de la construcción nacional de Cataluña.


4 comentarios:

Josefina dijo...

Al igual que los especialistas en fauna y sobre todo en aves, analizan e inspeccionan excrementos y egagrópilas de estos animales para seguir sus costumbres y pautas de conducta, se analizan en Tarragona los restos de las basuras domésticas. La noticia la pasaron en el telediario de la 1ª tv, con imágenes de los "inspectores basureros" internándose en los contenedores buscando indicios y pistas para asociar e identificar a los infractores con la basura infractora.... y es delirante.
¿Qué ocurrirá con los que viven por debajo del humbral de la pobreza y que escarban buscando algo que comer? ¿Serán detenidos y encarcelados por entorpecer u obstaculizar la acción de los "agentes del reciclaje legal?

Saludos y buen inicio del trimestre, tras la Semana Santa.

Josefina dijo...

Perdón, corrijo: umbral sin h.

Reinhard dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Reinhard dijo...

No hay que reciclar, ya que muchas empresas se lucran con la mierda, nunca mejor dicho, del medio ambiente y no reparten beneficios con los que cumplen con tan noble tarea. Para evitar identificaciones de infractores de esta siniestra normativa, no deben echarse a la bolsa esas cartas de bancos, cajas, y otras instituciones criminales en las que figuran nuestros datos personales. Claro, que si hay dudas siempre se puede hacer el borroko y ..en fin, que hasta aquí puedo leer.