domingo, 10 de mayo de 2009

Puerta del Sol: Km 0 (I)


Los catalanes no nacionalistas pensábamos que teníamos un problema que a nosotros atañía solamente: el nacionalismo catalán con sus intrusivas derivadas lingüísticas. Y que no hacía al caso plantear nuestras demandas a nivel nacional porque el latoso asunto resbalaba al resto de España.
Pero el mismo problema ha irrumpido abruptamente en otros lugares por confluencia de diversos factores que van desde la proliferación de irredentismos locales que aseguran la prosperidad a politicastros espabilados y sus camarillas que ven en la fragmentación liberticida de la soberanía un modo de vida desahogado… (mayor densidad de cargos públicos por km2, gestión de subvenciones, contratas y coches oficiales tuneados)… al coriáceo mecanismo psicológico que, para el individuo medroso y desorientado, supone el blindaje identitario inherente a la fe tribal nacionalista frente al reto de un mundo global e interconectado por el desarrollo tecnológico… ya saben: el mundo está loco, menos mal que soy batueco/o/ampurdanés, que es una cosa muy seria o soy feo, calvorotas y tontodelculo, pero catalán, luego pertenezco al pueblo elegido.

La responsabilidad… -aparte de la que tiene el propio idiota por serlo (idiota)-… en el plomizo protagonismo de esos partidículos localistas que jibarizan e hipotecan la política nacional es, en parte, de los partidos mayoritarios, mal llamados nacionales, que han echado mano de esos compañeros de viaje para dar estabilidad aritmética a los sucesivos gobiernos centrales y aprobar la Ley de Presupuestos a cambio de bochornosas concesiones.
Es decir, buena culpa de la desproporcionada influencia de los nacionalistas corresponde a los partidos mayoritarios por desidia, miopía, interés y por la imperdonable negligencia, o traición, de no haber pactado entrambos determinadas cuestiones que habrían de ser innegociables, intransferibles, como la Educación, que no lo han sido… es decir, que no han sido ni son innegociables para los diferentes gobiernos centrales propiciando la asimetría legal y de derechos entre ciudadanos españoles.

Y no verlo ha sido uno de los errores de los no nacionalistas, que han focalizado su atención en esa llamativa aberración de las funciones cognitivas de la inteligencia humana que es el nacionalismo identitario o esencialista, contra la que solo cabe blandir… -además de procurar su aislamiento político-… a guisa de táctica para atenuar su asombrosa capacidad para enconar la convivencia, la burla de su aparato simbólico, el sarcasmo, el humorismo, que no necesaria o exclusivamente la motivada y argumentada refutación intelectual… pues el nacionalismo es impermeable al pensamiento lógico y crítico.
No queremos decir que no se deba hacer pedagogía preventiva contra el nacionalismo, al contrario, en todo momento… -y no sólo contra el supuestamente exacerbado o radical, sino contra el nacionalismo en su conjunto, incluido ese que llaman moderado-… claro es, siempre que no se caiga en la tentación, y eso ha sucedido, de aspirar a convencer a los nacionalistas, pues ésa es una tarea condenada al fracaso, estéril e improductiva.

Y de esa confusión del no nacionalismo deriva el comprensible, pero fatídico error, de obstinarse en empatar con los nacionalismos o cacicatos locales jugando la partida en las coordenadas territoriales bajo su jurisdicción, es decir, jugando en su campo como visitantes, enquistando el problema, ignorado por ellos a caso hecho, y su difícil solución, en un ambiente hostil. Ganar un lance no es ganar la partida, que es otro error en el que incurren, una tras otra, cuantas asociaciones y plataformas cívicas en pro de las libertades lingüísticas surgen a lo largo y ancho del territorio nacional.

El problema de los gallegos está en Galicia, pero también en Madrid. Parece que el nuevo gobierno regional modificará la ley, ya veremos de qué modo... ley que promulgó el mismo PP de Fraga… pero dentro de 4 años podría darse otro vuelco electoral, circunstancia que depende de agitar en la coctelera estos ingredientes: una pizca de gestión mediática, un par de escandalillos, unos cuantos incendios veraniegos y un puñado de miles de votos… y voilà!... volvemos a las andadas con PSG-PSOE y BNG, sumando un diputado más, de nuevo en la Xunta.

El problema de los vascos reside en el País Vasco, pero también en Madrid. Parece que Pachi López… -ése que se reunía con Otegui para mirarle directamente a los ojos, ése que se encaró con la delegación del PP en el funeral del Isaías Carrasco, concejal del PSE asesinado por ETA en Mondragón, y que ha nombrado consejera a Gemma Zabaleta, ésa que se retrataba sonriente con la abogadesa Goiricelaya, de siniestra mirada-… corregirá los excesos lingüísticos del PNV, y que antes Pachi, sin blandir aún la makila, respaldaba o cuando menos toleraba, en virtud del vigente pacto de legislatura suscrito con el PP… pero ya se verá en qué queda todo, expuestos los vascos, como los gallegos, a que cambien las tornas dentro de 4 años.

El problema de los mallorquines está en Mallorca, pero también en Madrid. Acaso las asociaciones cívicas, muy activas, consigan que la situación revierta y se den los mismos pasos que en las regiones anteriores, desalojando del poder al partido socialista de Antich… (sí, el mismo o parecido partido que el de Pachi López… de Touriño y Montilla)… pero uno se echa a temblar cuando recuerda la trayectoria del PP balear, Cañellas y Matas, que habilitaron la inmersión escolar en catalán, error que algunos, con la boquita pequeña, admitieron días atrás en la prensa: ese asunto se nos fue de las manos…

Los casos citados, y los de Cataluña y Valencia, y determinadas comarcas de Aragón, tienen un denominador común: y es que además de tener un problema en casa, tienen otro en Madrid, donde, por cierto, lo tienen los españoles residentes en otras regiones. Porque en el parlamento nacional se ha desestimado recientemente… -con la inolvidable intervención de una diputada andaluza del PSOE como oradora y que pasará a los anales de la historia de la abyección política-… la oportunidad legal de posibilitar la escolarización en lengua materna, cuando es la española… siendo lengua oficial en todo el territorio de la nación.

El problema lo tenemos todos, en cada casa en distinto grado y punto de hervor, pero se resolverá para los restos, o no, sólo en Madrid. Esto lo tenemos claro, quizá porque no queda otro remedio, quienes percibimos que en Cataluña los resistentes no podemos soñar siquiera con empatar con nuestros nacionalistas, que no hay posibilidad, por remota que sea, de torcer el brazo al nacionalismo en unas elecciones por la disparidad de fuerzas: 90% del espectro político con representación parlamentaria (PSC, CiU, ERC e ICV), orientación de los medios de comunicación y abotargamiento lanar del paisanaje.

Un problema no se puede solucionar donde no se puede siquiera discutir (recuerden el precipitado abandono de escaños de la mayoría de diputados regionales cuando Convivencia Cívica presentó las 50.000 firmas de su ILP), donde la lógica, sustituida por el pensamiento emocional consustancial al nacionalismo, es desterrada por aclamación. ¿Qué va usted a razonar con el nacionalismo cuando un diputado de ERC, durante el debate de la reciente propuesta del PP en el Congreso de los Diputados, replica airadamente que el derecho a elegir lengua escolar es un genocidio cultural contra Cataluña?
Los diputados del PSOE votaron lo mismo que ese tipo, Tardá, que teóricamente representa la soberanía popular y a todos los ciudadanos españoles. El problema, pues, también está en Madrid.

No será fácil corregir tamaño desaguisado que hipoteca el futuro, académico, profesional, de generaciones venideras e instaura la asimetría legal y de derechos civiles y políticos entre españoles, pero en Madrid se podrá al menos discutir porque allí, aunque nos topemos con la oposición instrumental de los partidos mayoritarios, ahora del PSOE, pero en otro tiempo del PP de Aznar instalado en el gobierno, en conchabanza con CiU, y pasteleando ambos, PP y PSOE, el pasteleable Tribunal Constitucional, el debate no se dirime en términos de sentimentalismo esencialista y simbólico, términos que impiden todo debate, sino en otros registros del discurso y del pensamiento, aunque se trate de mero cálculo electoral.

El problema, o si se prefiere, su solución, cuando menos para los resistentes catalanes, está en Madrid. Tampoco esto es excepcional. Cuando los ganaderos, los agricultores o los bomberos de cualquier rincón de España pretenden socializar sus reivindicaciones, darlas a conocer, se trasladan todos a Madrid tan ricamente y se manifiestan por la calle de Alcalá para salir en el noticiero de la tele.

Sólo se trata de eso… de ir haciendo boca e instalar de una vez el problema de la libre elección de lengua escolar en el centro del debate nacional… de montar una concentración en Madrid. Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña. No proponemos encierros, ayunos multitudinarios, colgarse de una torre con pancartas, interrumpir un mitin de Zapatero en Santa Coloma o la inmolación a la desesperada de un no nacionalista enfermo, terminal, que decidiera rendir un último sacrificio en pro de la causa quemándose a lo bonzo en un acto presidido por Montilla con docenas de cámaras de TV delante. Nada de heroicidades extravagantes para las que no estamos preparados.

Nos vemos en el Kilómetro 0 de la Puerta del Sol. Qué mejor punto de partida. En otra bitácora daremos unas cuantas ideas susceptibles de mejora. Ideas corregidas y aumentadas. Que cada quisque dé la suya. Juntos, podemos... como poco debemos intentarlo.Yes, we can.




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