jueves, 14 de enero de 2010

Aitor Noster


Días atrás la iglesia nacionalista vasca pidió perdón por los 12 o 14 sacerdotes de obediencia jeltzale… -no recordamos la cifra exacta-… fusilados por el bando ganador durante la Guerra Civil y posterior ajuste de cuentas… epílogo obligado de todas las guerras, civiles e inciviles.
No sabe uno si el mea culpa obedece a la participación directa del clero vasco de entonces en la delación y ejecución de sus 12/14 hermanos en la fe de Cristo, disparando ellos mismos, tras la pertinente absolución, los fusiles con saña homicida. ¿Remordimientos de conciencia?... No obstante, nada dijo la misma iglesia nacionalista de los casi 300 curas vascos asesinados en otras diócesis españolas controladas por los republicanos, a pesar de las gestiones, inútiles, todo hay que decirlo, del ministro de Justicia, Manuel de Irujo (PNV), para evitar la matanza.
La cifra de religiosos asesinados durante la contienda asciende a varios millares, entrando la masacre republicana en reñida competencia con las persecuciones de cristianos en tiempos martiriales de los emperadores Decio y Diocleciano.

La mayoría de los sacerdotes guipuzcoanos ha recibido de uñas a monseñor Munilla, obispo nombrado por el Vaticano para esa demarcación eclesiástica. Incluso han editado una suerte de HPC, Hoja Parroquial Conjunta, siguiendo la estela del editorial pasteleado de la servil prensa catalana contra el Tribunal Constitucional. Monseñor Munilla no es de su agrado, a lo que se ve. No sabemos cómo anda de homilética o liturgia, pero parece que flojea en nacionalismo y eso es pecado mortal. Figúrense, un obispo que no se hinca de hinojos ante el sanedrín nacionalista del jesuítico monseñor Arzallus, a quien llamaban el nazi en el seminario alemán donde cursó estudios teologales. ¿Qué no es nacionalista ese tal Munilla?... menuda tara la suya, peor que la más abyecta de las herejías. Vade, retro, satana.

Entretanto el PNV… partido que siempre ha blasonado de sus raíces cristianas, mejor que católicas, pues el catolicismo, supuestamente, invoca principios de universalidad que habrían de entenderse reñidos con la exaltación del particularismo excluyente de nuestros nacionalistas periféricos… respalda en las Cortes, a cambio de su canonjía en la Diputación Foral de Álava, la nueva ley Aído/ZP del aborto que, entre otros puntos conmovedores, incluye la posibilidad de que las niñas de 16 años aborten sin decir ni mu a sus padres, con arreglo al llamado secreto de concepción. Qué bonito. Qué edificante. Qué católico.

Los diputados del PNV, renovando sinceros votos en la vivencia cristiana de la fe, y muy a su gusto en ese deleznable papel farisaico, se glorían de haber introducido una acotación que dice, más o menos, que la ocultación del aborto adolescente a los padres o tutores legales será efectiva cuando, átame esa mosca por el rabo, exista temor justificado a una fuerte discusión y al riesgo de rechazo o incomprensión… ¡¡¡Anda!!!... o sea, cuando las chicas, a causa del inopinado bombo, puedan quedarse sin asignación semanal para ir al cine o a la disco.
Es decir, un coladero descomunal y una gansada de tal calibre que ni los eufemismos ni los ejercicios retóricos más hiperbólicos y alambicados disimulan la profundidad de la renuncia del PNV a sus principios fundacionales. Con su pan se lo coman: los diputados aranistas, los sacerdotes que no transigen con el nombramiento de Munilla, sobre quien han vertido estos días escuchetes vitriólicos e infamantes, y los parroquianos que acuden al templo, misa diaria, confundiendo comunión sacramental, eucarística, con comunión nacionalista.

Uriarte es el obispo saliente, digno sucesor de monseñor Setién. Un tipo con báculo pastoral que sospecha que Cristo es un activista clandestino del indigenismo vasco crucificado por los centuriones de la Hispania romana. Que piensa que la mitra es como una chapela o, aún peor, una capucha blanca, inmaculada, como el velo de blonda de una novia, pero con dos agujeritos para los ojos. Que confunde zelote con borroka, Gólgota con Gorbea, zulo con catacumba, centurión con txakurra, Aberri Eguna con Día de Gloria, basílica con batzoki y Casa de Dios con Sabin Etxea.
Uriarte, qué noble corazón, se conduele del sufrimiento de los presos etarras y de sus familias, que han de echar quilómetros por las carreteras de la árida Meseta, pobrecitos, para ver a sus retoños criminales entre rejas y llevarles tabaco y chocolatinas… -(a mi Kepa, dice la amachu compungida, con una lágrima resbalando por la mejilla, el mismo que le metió un tiro por la espalda, pongamos por caso, a un concejal del PP o del PSE, le gustan mucho las gominolas y estos malvados no le dan ni una… que me lo tienen encerrado, aunque se hincha a cigalas en Nochebuena y le permiten brindar con champán, qué menos, cada vez que uno de sus amiguitos hace una trastada)-… pero a quien le suda y le pendula el hisopo bendito, seguimos con Uriarte, el sufrimiento de las víctimas tiroteadas o despanzurradas por bombazos terroristas… como le suda la casulla la presión continuada, atroz, que viven… -pintadas, amenazas, insultos, escupitajos-… quienes sobreviven a un atentado.
Para Uriarte esos incómodos fieles están en el limbo… y como el limbo ya no existe por decreto pontificio… pues, y a él qué, sus almas impuras y sus cuerpos mutilados se le dan un ardite.

Cierto que la iglesia nacionalista catalana no tiene que transigir, pecadillos veniales a lo que se ve, con asesinatos terroristas, como la iglesia nacionalista vasca, o, que sepamos, con masivos abusos de pederastia, como la irlandesa, pero también sabe rebozar la sotana en el polvo del camino y recibe, por bendecidora y turiferaria mano del arzobispo Martínez… o Jiménez… (Sistach)… ahora elevado al club de la púrpura, a los ponentes de un estatuto de autonomía ilegal de cabo a rabo e indulgente con el aborto libre y la eutanasia, pilares fundamentales, recordemos, de la fe católica (sucedió en la basílica de La Merced hace unos años, en la ya muy lejana era del pre-recurso estatutario).

Por esa razón Tolerancio explora caminos para darse de baja de una iglesia que le incomoda, que le reserva en el templo un banco tapizado de espinas en la ultimísima fila. No se trata exactamente de la apostasía promovida por el ateísmo militante, sino de una disconformidad sin retorno por la supeditación gregaria y lacayuna del clero diocesano al esencialismo nacionalista, es decir, al poder temporal en su versión más descarnadamente localista, que promueve exclusión y derechos diferenciados entre su rebaño… por cuya igualdad sagrada e inviolable debería velar celosamente. Y no lo hace.

Muestra de esa inquietud, Tolerancio, desamparado, vagando errabundo por esos mundos de Dios sin iglesia que le acoja y dé calor en fraternal abrazo… -que buena oveja si oviesse buen pastor-… remite a la cúpula del clero indígena el siguiente e-mail para despachar dudas e incertidumbres, quedando a la espera de una respuesta iluminadora.
Navegando por la red, dio Tolerancio con esta dirección electrónica que le pareció la más apropiada: secgral@arqbcn.org.

Me llamo Tolerancio (en el e-mail original, enviado el pasado 5 de enero de 2010, víspera de la Epifanía del Señor, figura la auténtica identidad de la oveja descarriada), nacido, criado y residente en BCN.

Soy católico, bautizado. Me considero, como tan a menudo se dice, creyente pero no practicante en el sentido de inasistencia habitual al oficio religioso, aunque procuro no pecar, ni de obra ni de pensamiento, contra los principales mandamientos de la Santa Madre Iglesia, cierto que el 7º se me resiste lo suyo (pues hay unas prójimas por ahí que pierden al más templado). La acotación comprendida entre paréntesis es un añadido.

Desde hace tiempo me siento alejado de la iglesia local por su lacayuna obediencia a las tesis nacionalistas. Ese alejamiento se acentuó cuando el arzobispo de Barcelona, hoy cardenal, recibió y bendijo en la basílica de La Merced a los ponentes del nuevo estatuto de autonomía, texto aberrante, horripilante, consagrado a la ilegalidad y a la impiedad.

Ya no me siento representado por esta iglesia que supedita el sentido de universalidad inherente a la fe católica a un localismo exaltado y excluyente.

No obstante me gustaría transitar juntos esta última etapa del camino y que me indicaran ustedes qué pasos reglamentarios debo dar, por así decir, para causar baja en la comunidad de fieles, quedando registro y constancia de ello.

Un saludo cordial.

Luego sigue lugar y fecha, identidad del interfecto y dirección electrónica, datos que omitimos aquí.

Apostaron por los nacionalistas, pero éstos tienen su propia religión. Una religión que, como la sharia musulmana, lo abarca todo. Ya veremos si un día, cumpliéndose la supuesta ley del eterno retorno, la repetición cíclica de la historia, y desatadas nuevas persecuciones, Tolerancio… (si aún no ha sucumbido a la purga en retaguardia)… les abrirá su puerta cuando, vestidos de paisano, sin tilla romana que les delate, llamen a ella para huir del martirio en la cheka.
Queden pues a sus anchas los curas nativos con su Iglesia y los guipuzcoanos, como las brujas en aquelarre rindiendo pleitesía al macho cabrío, besando el fétido trasero herodiano, abortista, del PNV.

PS.- Tolerancio ha remitido esta bitácora a la misma dirección electrónica referenciada anteriormente: secgral@arqbcn.org. Aún no ha recibido respuesta.




1 comentario:

Reinhard dijo...

Sobre el clero vasco se podría hablar largo y tendido, mucho y mal, pero yo prefiero apredrear-estoy libre de pecado- a la conferencia episcopal española, que presumo engloba a la vasca también; ¿ por qué nunca han abierto la boca contra los Setién y compañía? Lo digo porque siempre les ha gustado mucho hacer comunicados en los que tocaban tanto lo divino como lo humano....pero en este tema nada. Saludos.