miércoles, 26 de diciembre de 2007

Diputados miedosos que no holgazanes


Desde Roma


No es necesario desplazarse hasta el Bundestag para dar con un parlamentario holgazán y más vago que la chaqueta de un guardia. Hemos sabido que el tataranieto del Mariscal de Hierro von Bismarck, diputado del CDU por la circunscripción de Schsleswig-Holstein, ha sido desposeído de su acta por los órganos disciplinarios de su propio partido a causa de un absentismo continuado. El descendiente de tan distinguido linaje adujo en su defensa un persistente y asaz molesto dolor de espalda que le impedía cumplir con sus obligaciones, exactamente la misma excusa que arguye usted para eludir las obligadas visitas familiares a casa de su suegra. Disponemos, a eso vamos, de muy recientes y más cercanos ejemplos.

El pasado miércoles, día 19 del corriente mes de diciembre, se presentó en el parlamento regional de Cataluña una iniciativa legislativa a favor del bilingüismo escolar avalada por más de 50.000 firmas. El profesor Francisco Caja, de Convivencia Cívica Catalana, entidad promotora de la campaña, debía exponer sus puntos de vista ante el pleno convocado a un acto que habría de ser solemne, como todos, claro es, pues supuestamente se escenifica en el hemiciclo el busilis de la política representativa, la delegación de la llamada soberanía popular, pero en este caso especialmente por tratarse de un novedoso registro de la vida parlamentaria. Sólo que el pleno no fue tal por el masivo abandono de escaños, urdido entre bastidores, en cuanto el ponente tomó la palabra.
Leemos en la crónica periodística que sólo 11 de los 70 diputados que respaldan al gobierno tripartito permanecieron en su puesto de trabajo, ausentándose concertada y cobardemente todos los demás.

No nos consta que el presidente del parlamento, señor Benach, que dijera en su día, con una mueca más falsa que un duro sevillano, aquel flatus vocis de hablando se entiende la gente, tras mantener una entrevista con el ciudadano Juan Carlos -latiguillo que repiten como un eco, sin cesar, palanganeros de muy distinto pelaje para justificar, por ejemplo, las reuniones en Perpiñán, y otros lugares, con terroristas-, llamara al orden por su precipitada huida a la recua de diputados sino tránsfugas, fuyentes o fugados. Ignoramos si incluso el interfecto, señor Benach, cuyo primer acto institucional fue recibir a una delegación de familiares de presos etarras, abandonó también su asiento presidencial al cundir entre los diputados tan pésimo ejemplo para la ciudadanía.

Asistido por la razón el tribuno invitado, señor Caja, pero no por el parlamento en sentido estricto, sino por las 50.000 firmas que presentó en su día, replicó muy gráficamente que cuando se trata de hablar o negociar con terroristas, no se produce una desbandada similar y que incluso los hay que suben al coche oficial para tomar unos vinitos con tan eximios interlocutores.

Es cosa segura que el abandono de la sede parlamentaria no obedeció a un salpullido colectivo de inmoderada holgazanería, sino a la aversión que al catalanismo en su conjunto -PSC, ICV, ERC y CiU- le provoca cualquier motivada apelación al bilingüismo escolar e institucional. Les da la erisipela en cuanto alguien les dice que el idioma español es el idioma materno de la mitad, aproximadamente, de los catalanes, y que, aunque fuera sólo de una décima parte, esa minoría habría de tener garantizado el derecho a escolarizar a sus hijos en ese idioma o cuando menos mediante una fórmula horaria, paritaria, que respetase el bilingüismo real de la sociedad y que, además, ese derecho está recogido en nuestro ordenamiento jurídico y constitucional, no existiendo un solo lugar en el mundo en que un idioma oficial en todo el territorio de la unidad política considerada sea excluido de ámbitos de tan capital importancia como la educación o las relaciones de las administraciones con los ciudadanos, que son votantes y contribuyentes.

Pero lo cierto es que les aterra, no quieren que nadie les mente la bicha por miedo y mala conciencia pues saben que la política lingüística practicada en Cataluña es un atropello colectivo aunque especialmente a los derechos de cientos de miles de ciudadanos -cierto que consentido por los sucesivos gobiernos centrales- aunque la mayoría de esos ciudadanos, acomplejados o persuadidos por la propaganda permanente, aún no se atrevan a expresarlo en esos mismos términos. Y que esa supina injusticia, ese atropello indefendible, es la piedra angular del llamado proceso de construcción nacional. Sin la sistemática y premeditada exclusión del castellano de la escuela -a pesar de las recomendaciones de la UNESCO a favor de la escolarización de los alumnos en su lengua materna, es decir, lo que reclamaban los criptocatalanistas durante el franquismo, ni más ni menos-, de la vida institucional y de la cultura subvencionada no puede subsistir la trola, el enlabio, la artificiosa pero efectiva milonga nacionalista.

Los diputados estaban advertidos de qué les diría el tribuno y no les gustó la letra de la canción y en lugar de asistir a pie firme a la exposición de sus argumentos optaron por poner pies en polvorosa. Nos dirán que a todos a una les dio un apretón, una de esas intoxicaciones masivas por culpa de una ensaladilla rusa en mal estado. Sus señorías olvidaron que por estar ahí se les paga un sueldo, bastante jugoso por cierto, y que su pechar diario consiste en asistir a debates, aunque la materia tratada no sea de su agrado. Es su trabajo. El mecánico arregla automóviles, el lampista, griferías, el camarero sirve cafés y el diputado va al parlamento. No es tan complicado entenderlo. Cuando uno, sin más, sin una causa que justifique su proceder, se larga de su puesto de trabajo, por ejemplo en el ámbito de la función pública, que mantiene ciertas similitudes con la vida política parlamentaria por causa de su naturaleza representativa, corre el riesgo de ser expedientado por abandono del servicio y esa es una falta punible de extrema gravedad que conlleva a menudo sanciones de empleo y sueldo.

No nos cabe la menor duda de que no serán expedientados, aunque lo merecen. Pero llevarán un baldón en su conciencia, si la tienen. Algunos de esos diputados ya ni siquiera representan desde una perspectiva formal a Tolerancio, pues ni siquiera se han dignado a saber lo que tenía que decirles, cierto que por boca del señor Caja -ese hombre capaz y brillante que además destila simpatía por arrobas, como atestiguará cualquiera que le haya tratado-.

Estos diputados, más que holgazanes, irrespetuosos y cobardes, se han ganado a pulso que los ciudadanos agraviados les afeemos su deplorable conducta. Puede que les resbale, pues han demostrado gastar una cara de cemento armado, pero no sería mala cosa mandarles telegramas personalizados, redactados en catalán y castellano, con un contenido apropiado y en passant pedir a los Magos de Oriente que les lleven carbón por desatender flagrantemente sus obligaciones.
Nuestros diputados, es un decir, pues de Tolerancio en su fuero interno ya no lo son aunque las humanas leyes digan lo contrario, fueron, como las ratas, los primeros en abandonar el barco. Y eso que no corría su nave el menor riesgo de zozobra. Qué mala conciencia deben tener y qué cobardes y miserables son. ¿Por qué no consienten que cientos de miles de niños catalanes puedan estudiar en clase en el mismo idioma en que alegran o disgustan a sus padres? ¿A qué tienen miedo? ¿Dónde está el peligro o el delito?


4 comentarios:

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Pedmitidme que os felicite la vida, para qué andarse con minucias.

Kiam Alonso

jmengibar dijo...

Tienes más razón que que 50000 santos.

El problema es que se salen con la suya y nosotros, con la razón que tenemos y con lo listos que somos, seguiremos perdiendo.

Fíjate que Paco Caja defiende algo parecido a Robles, que Robles defiende algo parecido a Savater y Rosa, que Félix algo parecido a todos, que todos defendemos lo mismo, pero...cada uno por su lado y todos con más razón que un santo.

Dioses, demasiados dioses para poder ayudar a simples mortales.

Estamos perdidos, salvo que algún Dios superior haga un milagro.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Ay, apreciado Mengibar, es que cuando los humanos van alcanzando estadios superiores en su evolución personal y colectiva, suele desertar de los falsos dioses... S/C

No sé si unos momentos antes de comerse las uvas uno está para filosofar o para entrar en comunión a través de las magias.

Que no se nos atraganten ni las uvas, ni nada.

(Mengi, Mengi, que te veo perdido aclamándote a los dioses: ¡Vade retro, Satanás!)

Lumpen enamorada de Cronopio dijo...

FELICÍSIMO AÑO.

LA FAMILIA RAMOS-ALCANTUD OS DESEAN LO MEJOR PARA ESTE 2008 Y VENIDEROS..... (Y QUE NOSOTROS LO VEAMOS).

SALUD AMIGOS