martes, 25 de marzo de 2008

Sin tetas no hay paraiso


Según noticia publicada por el diario El Mundo en su edición del 13 de febrero de 2008 un grupo de investigadores capitaneado por la prestigiosa -que en adelante lo será menos- gerontóloga Karen Weatherby ha llegado a la siguiente y sorprendente conclusión, publicada en la revista New England Journal of Medicine:

Mirar un buen par de tetas durante 10 minutos equivale a 30 minutos de aerobic. Además esa edificante actividad puede prolongar la vida -y temporalmente alguna otra cosa- de los varones hasta en cinco años.

No es broma. Ni es hoy el día de los Santos Inocentes (parece una locura pero también Montilla es presidente de todo un gobierno regional). Apabulla la exactitud que tan sesudo estudio establece del minutaje de visionado, de su traducción aeróbica y de la supuesta prolongación vital. Esto es, 10 minutos, ni 8 ni 9, de una exhaustiva inspección ocular de las generosas protuberancias mamarias femeninas valen por 30 minutos, ni 29 ni 31, de aerobic… -con lo que los mirones o voyeurs apostados en el Paseo Marítimo que se recrean mirando a las chicas que practican top-less en la playa podrían ganar el título mundial de esa disciplina gimnástica sin despeinarse-… y esa tabla de ejercicios diaria podría prolongar la vida de los varones durante 5 años, ni 4 ni 6. Una chocante precisión que recuerda, digámoslo en passant, a quienes estipulan de manera inequívoca que el embrión en el vientre de la madre se torna vida humana a las 16 semanas de gestación, esto es, a los 9.676.801 segundos de tratos entre óvulo y espermatozoides y no un segundo antes (a la espera de la aprobación de una nueva ley de plazos que retrasará oportuna y científicamente la irrupción de la vida humana en el seno materno unos millones de segundos más).

El experimento se ha realizado en la universidad de Frankfurt, pero de Estados Unidos, ciudad que en el diario referenciado, y en otros, aparece de un tiempo a esta parte transcrita como Fráncfort, con acento y todo, preguntándose Tolerancio el por qué de esa caprichosa mudanza y también si redactores y articulistas nunca han ido a uno de esos populares establecimientos gastronómicos, precursores del llamado fast-food, a zamparse una salchicha pringada de tomate ketchup y mostaza y que se anuncian genéricamente como frankfurt desde hace décadas y que no incurren, qué suerte, en ninguna infracción lingüística, en lo tocante a rotulación, a denunciar por los agentes-chivato reclutados por ERC entre su voluntariosa y delatora militancia, y a corregir mediante las (im)pertinentes sanciones administrativas impuestas por el gobierno regional del sonderkommando Montilla, bendecidas con entusiasmo por ZP en recientes declaraciones a la Cadena SER, 07/03/2008.

No obstante, procuraremos, en una tímida aproximación a tan enjundiosa teoría, aportar materiales para la reflexión, desglosar algunas de sus conclusiones y establecer con espíritu crítico, pero constructivo, las bases de un sólido y enriquecedor debate:

-Siendo Tolerancio aficionado a contemplar los pechos femeninos también lo es a degustar ópticamente los traseros, girándose por la calle, con discreción, sea por cobardía u otra razón, para calibrar debidamente sus proporciones, redondez y curvatura. La pregunta cae por su peso: ¿Mirar culos también computa a efectos de longevidad masculina?

-En determinadas circunstancias, al cerrar los ojos o en las imágenes oníricas que habitan los sueños, también Tolerancio ve a menudo tetas y culos por todas partes, como ve muertos el niño protagonista de la película titulada El sexto sentido. Cierto que podríamos estar ante un episodio de enfermedad u obsesión mental, pero, con relación al estudio… ¿Las tetas y culos en sueños causan los mismos efectos que las tetas y culos admirados en estado de vigilia, contando con la completa alerta de los sentidos?

-¿Late cierta intencionalidad homófoba -por usar un término tan especioso como difundido- en las conclusiones del estudio al excluir tácitamente de la milagrosa terapia a los varones con los gustos cambiados, pues a éstos no les encaja por condición la receta recomendada?

-¿Cómo alargan su vida las féminas? ¿No rige para ellas la mágica fórmula? ¿El estudio les asigna alguna solución alternativa o también, como los varones, habrán de asediar con su mirada los generosos escotes de sus iguales de género desatando una tórrida oleada a escala mundial de guiños sofistas o lésbicos?

-Si es cierto que mirar melones devotamente alarga la vida de los hombres en la mayoría de los casos y teniendo por esa causa asegurada una esperanza de vida media de unos 250 o 300 años… ¿Por qué mueren mucho antes que las mujeres? ¿Y qué factores inciden tan negativamente en esa drástica reducción de los años reales de vida entre los varones heterosexuales cuando el excedente visualmente acumulado desde la adolescencia daría para vivir siete vidas como un gato?

El artículo periodístico que da noticia del estudio está ilustrado con un fotograma de la teleserie Vigilantes de la playa, con un par de siliconadas sílfides al estilo californiano en primer plano -surf y patines lineales… por cierto ¿Las tetas con implante artificial obran el mismo y prodigioso efecto que las naturales?-… siendo varios de sus episodios el material utilizado en el inaudito experimento. El estado mental del protagonista masculino, David Hasselhoff, discreto actor e intérprete de baladas, encarna a la perfección, cual un cobaya de laboratorio, el peligro de una sobredosis de la terapia, pues si fuera cierto que, en efecto, alarga la vida, parece también que, terrible efecto secundario, podría acortar la inteligencia. Esta derivada confiere ínfulas de verosimilitud a ese lugar común de la sabiduría popular que habla de la felicidad inherente a la inopia, a la ignorancia:

No te comas el coco y sé feliz, vive en la santa ignorancia del pobre de espíritu, pues no solo será tuyo el reino de los cielos, sino que vivirás muchos más años. No te preocupes de según qué improductivas cosas y ponte a mirar tetas y a bailar el chiki-chicki. Qué poderosa arma en manos de políticos sin escrúpulos. Nos emitirían por la tele, ininterrumpida y diariamente, toda la saga de Vixens, Supervixens y Megavixens, desde las 06 AM hasta la Carta de Ajuste, para tenernos ocupados mirando globos, ajenos a las triquiñuelas y asechanzas del poder.

Cabría añadir muchas más cosas, pero aquí lo dejamos. Ya sabía Tolerancio que eso de clavar la mirada en un escote algo bueno tendría… así que a mirar tetas… y maricón el último, con perdón, aunque nunca mejor dicho.

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