sábado, 21 de febrero de 2009

Andalucía Oriental: mitosis autonomista



A Fina de Pozoalcón

La mitosis es un proceso de partición celular. Ese fenómeno biológico tiene su traducción política y administrativa en esta descacharrada España de las autonomías. Ha nacido en Andalucía, por mitosis, una plataforma que pretende constituir las provincias orientales, Jaén, Granada y Almería, en una nueva comunidad autónoma que llamarán Andalucía Oriental. La causa es el despecho de dichas provincias relegadas al olvido por la ominosa hegemonía sevillana. Chaves es el cacique, el tiranuelo y déspota… el sátrapa persa de opereta responsable del asfixiante centralismo hispalense al tiempo que promotor, lo hemos sabido hoy, diario El Mundo, 21/02/09, del unitarismo cinegético… figúrese usted.

El camino a recorrer que tienen por delante los promotores de la plataforma es largo y difícil. Toda una travesía, no del desierto, pero como mínimo del Despeñaperros para trasladar antes o después sus demandas a la corte y villa de Madrid.
Nos figuramos que los impulsores de la mitosis autonómica habrán de elaborar primero una hoja de ruta, una suerte de plan Ibarreche pero aplicado al meridión peninsular. Para empezar les toca promover un referéndum que sea admitido por la metrópoli sevillana y goce de amplio respaldo en las provincias demandantes, sujetas a la futura jurisdicción de la entidad política en ciernes. Y ese referéndum ganarlo luego en el conjunto de las ocho provincias andaluzas, tal cual las conocemos hoy.
Y tras una actualización de ultimísima hora del vigente estatuto de Andalucía… (reformado hará cosa de un año con una participación electoral notabilísima -no llegó al 40% del censo- a guisa de tapadera del nuevo estatuto de Cataluña, es decir, haciendo las veces de estatuto-palmero/ estatuto comparsa, patraña a la que se prestó de grado el señor Arenas del PP, eterno aspirante a cacique regional)… vendrá la promulgación del suyo propio, el andaluz-oriental, buscando encajes constitucionales a tres bandas como si de una partida de billar de carambolas se tratara.

Con el tiempo y convertida Andalucía Oriental en autonomía y luego en nacionalidad, cobrará forma al fin el nacionalismo andaluzoriental y seguirá la preceptiva apertura de embajadas, a imagen y semejanza de Cataluña, en París, Nueva York, Tombuctú y la constelación de Casiopea una vez que dispongan de la tecnología necesaria para colonizar el espacio exterior lanzando sus cohetes desde la base cosmonáutica a instalar en el desierto de Tabernas, donde se rodaban antaño los spaghetti(o paella o gazpacho)-western.

Para ser una autonomía de primera y hablar de tú a tú al gobierno central es indispensable tener un idioma propio. Da muy buenos dividendos. Y si no se tiene, se inventa. Ayuda contar con alguna variante dialectal o peculiaridad fonética para agarrarse a ella como a clavo ardiendo. Y se inyectan millones a patadas para crear asociaciones y becar a algunos escritorzuelos que reclamen el rango idiomático para esos localismos o hablas… y ya tenemos el brebaje en la probeta a punto de espumar. La fundación de una Academia que vele por la pureza y subsistencia del idioma invocado es el paso que culmina el proceso. Así es como nace… -o nacerá-… el andalú. Y no es una coña marinera aunque lo parezca.

Remitimos al incrédulo lector a la noticia aparecida en el diario gratuito 20 Minutos el miércoles 26 de noviembre de 2008. El titular decía, pizca más o menos: No hablamo’ mal er kahteyano, hablamo’ andalú. En efecto el andalú, en opinión de la asociación que insertó el texto citado, es el idioma que se habla en Andalucía y no el español. La pega en este caso reside en que, una vez proclamada la autonomía andaluzoriental, un idioma no da para dos regiones, pues sería poco menos que muñir en demasía una sola ubre y habría que crear otro idioma distinto.
No tiene claro Tolerancio si la solución pasaría por diseñar por mitosis fonética dos idiomas diferenciados en función del ceceo, seseo y haches aspiradas de los hablantes de la región, el andalú… -en oriental y occidental-… con el cuidado añadido de proyectarlos exactamente sobre los límites provinciales de nuevo cuño. Encaje de bolillos… o de boliyo’/o/bolisho’, como prefieran.

La aparición del idioma habilitará además las políticas posteriores de inmersión lingüística en las escuelas, como sucede en Cataluña, País Vasco y Galicia. En el presente caso dicha inmersión no afectará al habla habitual de los alumnos, pero sí a su trascripción gráfica. Es decir, a los libros de texto, notificaciones institucionales con el administrado, rótulos comerciales en la calle, anuncios, etcétera, y otras cuestiones de no menor importancia que habrán de ceñirse a la nueva ortografía, a las nuevas reglas léxicas y sintácticas. El andalú estándar, unificado o demediado para surtir de especificidad lingüística a ambas autonomías, occidental y oriental, necesitará una suerte de normalización, un Antonio de Nebrija o un Pompeu Fabra. Y una Academia, lo dicho, que limpie, pula y dé esplendor. Casi como Mister Proper.

Luego tocará multar rótulos comerciales redactados en español. Se ofrecerá primero, cómo no, la posibilidad a los comerciantes de cambiar el letrero con una subvención pública como sucede en Cataluña, práctica del agrado de don José Montilla, natural de Iznájar que, ahora duda Tolerancio de qué lado quedará su localidad natal, si del Oriental o del Occidental, y que también aprueba el presidente ZP según afirmó sin ambages, entre ladino y traidorzuelo, en una entrevista radiofónica concedida a la cadena SER días antes de las pasadas elecciones generales.
En caso de negativa, de reincidencia, previa denuncia de los agentes o inspectores reclutados entre el tejido asociativo apaniguado y creado a tal efecto… -como sucede en Cataluña, donde nace el modelo original exportado a otras regiones-… ocupados en peinar las calles para detectar anomalías, provistos de libretitas para anotaciones y delaciones varias, llega el multazo de marras. De modo que el señor Pérez, el de la Colchonería Dulces Sueños de toda la vida, o cuelga el letrero Corshonería Durse’ Sueño’ -o Durze’ zueño’- o la Oficina (Ofisina) de Garantías Lingüísticas le dará un estacazo que lo dejará tibio.

Quedará por ver la generosidad y talante del nuevo gobierno autónomo. Ya se verá qué plaza ostentaría la capitalidad administrativa y política de Andalucía Oriental, acaso Granada por lo del antiguo reino nazarí… pero ésa es una incógnita que no podemos aún despejar. Lo de generosidad va por las posibles reivindicaciones que en el dintorno de sus fronteras puedan surgir en adelante, acogidas a determinadas especificidades culturales e históricas, para sustentar, a su vez, nuevas mitosis autonomistas. La cuestión es… ¿Accedería el novísimo gobierno de Granada a conceder rango autonómico a Las Alpujarras si dicha comarca abrigara ambiciones del mismo calibre?

La gente se apunta a lo que tiene éxito. Crear castas políticas locales, camarillas, conventículos para la mangancia, cargos oficiales, parlamentos, sueldos vitalicios, inventar asociaciones financiadas con dinero del contribuyente para colocar a parientes y allegados, trincar comisiones en licitación de obras, establecer derechos diferenciados entre las personas en función del lugar de nacimiento o residencia, manejar el cotarro en definitiva, un cotarro pequeñito y reservado a los más espabilados del lugar y sin injerencias foráneas… es un bocado suculento que muchos apetecen. Desarrollamos un discurso victimista: no nos quieren, no nos comprenden, nos olvidan y marginan y… voilà!… ya está puesto en marcha el rentable operativo. Rentable para unos pocos y ruinoso para la mayoría.

Pero aún falta el detalle último para dar carta de naturaleza a la rocambolesca mitosis autonómica. La bandera. No hay autonomía que se precie sin su banderita ondeando al viento, indispensable para adornar la flotilla de coches oficiales de alta gama, mínimo Audi-4. Tolerancio ofrece altruistamente su diseño que ha contado con la inestimable ayuda de su amiga Fina. Es la bandera de Andalucía Oriental que incorpora el sol del Uruguay… sol que luce en Andalucía Oriental con un fulgor intenso, que lo mismo baña las murallas de la Alhambra, dándole esa tonalidad rojiza, crepuscular, que causa admiración y deja mudo al visitante, que la colosal estructura de hormigón del hotel El Algarrobico, Cabo de Gata, en su día autorizado por la Junta de Andalucía y hoy convertido en un esqueleto de cemento, en un fósil monumental a pie de playa de la descarnada explotación turística e inmobiliaria.

El símbolo del Uruguay hace al caso porque la denominación oficial de ese país hermano es República Oriental del Uruguay. En efecto dicha república toma su nombre del caudaloso río que la separa de Argentina, quedando el Uruguay en la orilla oriental. Los argentinos, con quienes intercambian rivalidad los uruguayos, llaman a sus vecinos un tanto despectivamente los de la banda oriental. Y ya tenemos nuestra banderita, la que colgará en un mástil ZP cuando reciba al nuevo presidente autonómico en la escalinata de La Moncloa.

Lo mejor de un país, región o comarca, más que sus bellos paisajes, sus monumentos o su gastronomía, son sus gentes. Y lo peor también, pues gilipollas de variada laya y condición abundan por doquier.
Pero de lo bueno nos quedamos con lo mejor. Y de lo mejorcito de Andalucía Oriental, y de Andalucía toda, es mi amiga Fina de Pozoalcón, que es una luchadora incansable. Una mujer excepcional que se divierte de lo lindo con sus hijos, que lucha a brazo partido por la dignidad de la condición femenina, que vive como una vocación y un imperativo ético la elevación cultural de los alumnos a su cargo, que no se arruga ante la enfermedad y que ha batallado como nadie por los derechos de los trabajadores ante enemigos poderosos. Y que, además, comparte con Tolerancio un enorme interés por una especie amenazada como es el lince ibérico, la joya de la corona de la fauna española.

No cree Tolerancio que los españoles merezcamos una autonomía más, ¿Qué hemos hecho? ¿Qué pecados estamos expiando?, pero sí que Fina de Pozoalcón merece el afecto y la admiración de todos sus vecinos y amigos.

3 comentarios:

Josefina dijo...

Mis conocimientos de las gentes de Cataluña eran hasta no hace mucho, escasos. Por no decir que se reducian a una experiencia bastante mala.Y es que hace años nos visitó en mi pueblo una excursión de catalanes y yo era encargada de recibirla y guiarla. Tras los saludos de rigor, vamos a desayunar y mis compañeros de mesa inician una charla en catalán por lo que me quedo "in albis" entendiendo poquito. El director de la excursión les conmina a hablar en castellano por deferencia a mi, pero ni caso, y siguen con el catalán. Sentí que allí estaba de más. Me despedí y les indiqué que el conductor del autobús les guiaría bien.
Creo que un idioma propio enriquece a quienes lo tienen, como enriquecedor es el flamenco. Pero debe utilizarse para eso, para mejorar a las personas, a sus expresiones lingüísticas y culturales, no para convertirse en un arma de exclusión.
Ahora me siento orgullosa de haber conocido a catalanes que piensan y actúan de un modo distinto a los que, tristemente, en su día conocí. Y es un honor que me consideren su amiga y me dediquen los inmerecidos elogios que Tolerancio me ha dedicado.
Gracias
Fina

Unknown dijo...

Sólo quería hacerte un breve comentario:

I G N O R A N T E

Si lo que quieres es criticar por sistema iniciativas como ésta, por lo menos infórmate antes de escribir tal cantidad de burradas muchacho!

PDA dijo...

Yo también confirmo: no tienes ni idea de lo que ocurre en Andalucía, imagína de la oriental.