jueves, 31 de diciembre de 2009

Carta a Gloria Lago


Con afecto y admiración a Gloria Lago y a Galicia Bilingüe

Para los no nacionalistas, PP y PSOE, son el poli bueno y el poli malo de las películas americanas… respecto de asuntos capitales como la vertebración territorial del Estado y la imposibilidad, en determinadas regiones y en cualquiera de los niveles educativos, de elegir la lengua española como lengua vehicular, lengua académica, de cultura, siendo lengua oficial, sobre el papel, en todo el territorio nacional… imposibilidad, prohibición que es, aunque algunos no lo vean, la enfermedad que corroe la estructura del edificio y amenaza con derrumbarlo.
Es decir, lo que no es posible en España pero sí lo es, como dicta la lógica más elemental, en cualquier país civilizado de nuestro entorno. Pues incluso en naciones donde existen diversas lenguas, Gran Bretaña, Francia e Italia, cualquiera de sus ciudadanos puede escolarizar a sus hijos en la lengua oficial de toda la nación y nadie que no sea un chiflado de atar se lo discute, ni los más recalcitrantes nacionalistas, escoceses, galeses, corsos o bretones, por ejemplo.

Esa suerte de binomio policial, bueno/malo, trabaja en equipo y pretende lo mismo: forzar el brazo del disidente para que calle ya, para que deje de dar la lata y se conforme con lo que hay, para que se confunda de una p… vez con el paisaje, el tío pesado. Uno te susurra al oído bonitas palabras, te trae una taza de café e incluso te ofrece un pitillo mientras el otro te sacude los cataplines con el listín telefónico… pero hecha la salvedad del modus operandi, pretenden, repetimos, exactamente lo mismo. Que te calles y que finjas no ver la desnudez del rey.

Para los resistentes de la Asociación por la Tolerancia, el éxito, el protagonismo de Galicia Bilingüe, han sido motivo de júbilo, de alegría. La razón es evidente. En Cataluña, desde hace años, la hegemonía nacionalista es total e incontestable: se ha cerrado el círculo… también el de Economía. Y a consecuencia de ello, la limitación de la libertad y la quiebra de la igualdad de derechos para todos los ciudadanos son moneda común, aceptada con ovina normalidad, sin aspavientos, por la mayor parte de la sociedad catalana. Los resistentes viven una suerte de confinamiento, de exilio interior en su propia casa, obligados a la discrepancia íntima, claustral, a la discrepancia de los armarios y de las catacumbas.

El éxito de Galicia Bilingüe lo viven los resistentes de Tolerancia como su propio éxito, el que quisieran para sí. La causa de Galicia Bilingüe, es su causa. Sus duelos y derrotas, también.
Cuando los nacionalistas gallegos a través de sus escuadristas y alborotadores, atentaron -pintadas, amenazas- contra Gloria Lago, Tolerancia sintió esa agresión en sus propias carnes.
Aunque con diferente acento y fascinados por diferentes mitos de obediencia, los agentes lobotomizados por el nacionalismo mítico que conecta el presente con una nebulosa especiosa y bastardeada de un pasado inexistente, a través de médiumns en nómina y coche oficial con cargo a los presupuestos, se comportan de igual manera lo mismo invocando a Breogán que a Godofredo el Peludo en sus delirantes juramentos de lealtad eterna sellados con sangre… con sangre de otros, claro.

A lo que vamos. Núñez Feijóo adopta el disfraz de poli bueno. Touriño era el poli malo, o mejor, el poli tonto, movido a distancia como una marioneta, crucetas e hilo, por sus socios del BNG con la complacencia del ventoso ZP.
Hete aquí que NF prometió en campaña acabar con la política de inmersión lingüística promovida por el gobierno saliente, aunque iniciada, tiempo ha, vale que en un formato más edulcorado, por anteriores gobiernos regionales del PP con Fraga como mandamás de la Xunta.

Para darse la razón a medias, como si su programa electoral no bastara para justificar y desplegar su timorata acción de gobierno en esa materia nuclear, NF se sacó de la manga una encuesta, aaayyy, dirigida a los padres de alumnos en edad escolar. Se trataba de sondear su opción idiomática en el ámbito educativo. La citada encuesta arrojó un balance contundente. La inmensa mayoría se decantó por una enseñanza bilingüe o en español, frente a un porcentaje mínimo, alrededor del 15%, que prefirió un modelo de escolarización íntegramente en gallego.
Si la encuesta se realizó con un criterio adecuado de veracidad y rigor, estremece pensar que el modelo propuesto por PSdG-BNG, la inmersión monolingüe, responda en realidad al interés de una minoría, 15%, que ni de lejos suma la totalidad de sus votantes, frente a las preferencias de una apabullante mayoría cuando ésta es consultada y puede exponer su opinión en libertad, sin temor a represalias.

El truco de NF consiste en sustituir una promesa electoral, respetuosa además con un derecho constitucional, por una prospección no vinculante de la que echará mano para garantizar el derecho a la libre elección de lengua oficial en la educación… o no… según sople el viento, amo del mundo, guardándola entonces en un cajón, bajo llave, si entiende que dicha iniciativa le ocasionará problemas, optando en ese caso, el muy pillín, por renunciar a sus promesas, a sus principios, si los tiene, ofreciéndolos en sacrificio propiciatorio en el altar liberticida de los nuevos bárbaros del legendario y tronado reino de los suevos. Es decir, si, cobardón, miedica y apegado a la poltrona, se conforma con firmar tablas con sus nacionalistas aborígenes.

El nacionalismo, ya se lo decimos a NF, que bien lo sabe, y de la mano de la oposición, que hará cuanto esté a su alcance para segar la hierba bajo sus pies, no permanecerá de brazos cruzados… porque no puede, su naturaleza se lo impide, pues su mecánica, su dinámica, pasa por activar el resorte de la reclamación permanente, por airear sin descanso agravios lacerantes, insoportables. Ya hemos sabido de una nutrida manifestación orquestada por el BNG y su tejido asociativo que ha contado incluso con la insultante presencia de un ministro, el orondo señor Caamaño, del gobierno de la nación -de naciones-.

Un derecho fundamental como ése, gestionado con ese ímpetu por NF, con esa entereza y esa determinación que es maravilla de ver, quedará inevitablemente supeditado a los avatares de la tornadiza política local. Y al resultado que arrojen las urnas en futuras contiendas electorales. Urnas que arropan acaso entre las paredes de metacrilato la reedición de infaustas coaliciones.

Nada de eso sucedería si derechos de importancia troncal para la estabilidad política, social e institucional de la nación estuvieran debidamente blindados hasta el día del Juicio Final por un inamovible pacto de Estado entre los partidos mayoritarios… o partidos nacionales, si lo fueran.
Hemos de entender que nada perdurable conseguiremos si mordemos el anzuelo y nos conformamos con jugar el partido contra los caciques locales. El nuestro es un problema nacional, un problema de Estado… será porque en Cataluña desde hace décadas ya no tenemos la menor opción de saltar al terreno de juego y presentar batalla… y será en esas coordenadas nacionales donde tendremos una respuesta, una solución… o la certificación definitiva, legaloide pero injusta, de nuestra marginalidad. De donde llegará con sello lacrado y cinta de bramante el atisbo de una victoria… o el acta de defunción.

No es una empresa fácil, desde luego: tirar de las orejas a los partidos nacionales y obligarles a que ejerzan de tales. Difícil tarea… porque no quieren.

No hay demanda que no asome sus pancartas por la capital cuando pretenden sus promotores entrar en todas las casas a través del noticiero de la tele. Es lo más normal del mundo. Cuando los transportistas, los ganaderos, las enfermeras… trapecistas, saltimbanquis federados, abortistas y anti-abortistas, gigantes y cabezudos, quieren dar a conocer sus reivindicaciones, se concentran en Madrid, bajo la ventana del ministerio de turno para dar la serenata y su problema, cuando menos, obtiene un grado de difusión y conocimiento mayores entre la población.

Nunca deberemos descuidar el debate, el proselitismo y la vigilancia o la pugna en el ámbito local, pero el pescado, que nadie se engañe, lo subastarán en la lonja capitalina. Sólo en Madrid podremos forzar la prórroga y, por qué no, soñar es gratis, llevarnos el trofeo a casa. Ya no por nosotros… -que también, por aquello de que nuestra infancia, nuestra adolescencia, nuestra experiencia vital no quede desgajada del futuro diseñado por los nacionalistas en una suerte de pérdida de tiempo, de desarraigo histórico-… sino por nuestros hijos, sobrinos o nietos, por su formación académica en un mundo cada vez más complicado, competitivo y global, donde la escolarización íntegra de los alumnos en gaélico, danés, urdu, eólico dulce, ndembu pluripalatal, bordurio reduplicado y bretón, lenguas muy respetables sin duda, no hará fuerza a una escolarización medianamente cabal impartida en español, que tan a mano tenemos.




1 comentario:

El Capitán Trueno dijo...

El decreto del PP gallego además de una traición a sus electores es una idiotez, porque no hay recursos humanos ni técnicos para impartir un tercio de las materias en inglés. Se trata por tanto de una traición dentro de una trampa envuelta en una añagaza.

El tiempo nos suele dar la razón a los que desconfiamos de las promesas electorales de la oligarquía partitocrática que nos gobierna. El arriba firmante anunció con motivo de las elecciones gallegas que aunque lo hubiera prometido, el candidato Núñez Feijóo no iba a garantizar el auténtico bilingüismo en las escuelas gallegas ni la capacidad de decisión de los padres, que sólo votar a UPyD lo garantizaba. La prestigiosa y valiente asociación “Galicia bilingüe” creyó al líder popular, y en el pecado lleva la penitencia.

Pero si ya no garantiza la libertad de elección en las escuelas el gobierno valenciano del PP ¿por qué lo iba a hacer el PP gallego? Espero que esto sirva de escarmiento para los ciudadanos que en Cataluña, Baleares, Valencia y País Vasco todavía piensan que votar al PP asegura los derechos civiles –lingüísticos, culturales, profesionales, etc- de todos los ciudadanos que vivimos en esas regiones.

Salud y regeneración democrática, ciudadanos
La Cataluña ilustrada