Tolerancio advierte que esta bitácora contiene expresiones malsonantes Tolerancio ordena a Rosa Díez y a Albert Rivera que alcancen un acuerdo para presentar candidatura única en las próximas elecciones generales, al menos por las cuatro circunscripciones catalanas. No se admite un no por respuesta. Dicen algunas informaciones periodísticas que no hay química entre Rosa y Albert. Nos importa un pito. Han de concurrir juntos y a la fuerza, les guste o no, es decir, se gusten o no, aunque sea tirándoles de las orejas. Sólo tienen que hacer listas conjuntas, no se trata de que intimen, sean amigos o cenen juntos entre guiños y confidencias. No les pedimos tanto. Esto me recuerda un chiste no apto que dice más o menos así: una pareja va a una pensión y antes de darle al metisaca la chica confiesa, oye Pepe, que no soy virgen. Y Pepe responde con determinación y a punto de nieve, ni tú eres la Virgen ni yo San José… ¿A qué hemos venido… a follar o a montar un belén? Pues eso. No estamos aquí para follar, ser amigos o caernos de fábula, que es preferible, sin duda, sino para poner una pica en Flandes y meter una cuña no nacionalista en el parlamento. Pero si todo el problema reside en que no hay buen rollo entre ambos, Tolerancio propone corregir esos desajustes, pues aún estamos a tiempo. Iniciamos pues una colecta* para recaudar fondos y reservarles habitación en un Parador Nacional de Turismo. Una suite con unas vistas espléndidas. Que nada más abrir el ventanal y salir a la balconada puedan deleitarse admirando montañas con las cimas enharinadas, bosques frondosos, árboles de hoja caediza aportando una variada gama de matices al pictórico lienzo autumnal, ágiles y simpatiquísimas ardillas de cola anillada saltando de rama en rama, y al fondo, en aquel verdinal prado, unas vacas lustrosas paciendo tranquilamente y haciendo sonar sus musicales esquilas. Se trata de propiciar el mutuo conocimiento. De darles una oportunidad. Que hablen de sus cosas, se conozcan, siempre con un refrigerio a mano para reponer energías: unos canapés, una botella de Dom Perignon en la frigente cubitera o acaso una copa de balón con un brandy de solera junto a la chimenea. Qué han leído últimamente, qué películas han visto, qué música les place, si les gusta viajar o si prefieren la gastronomía a las edificantes visitas a los museos. Que se miren directamente a los ojos, como un emisario del PSE fascinado, embelesado con etarras encapuchados en clandestinas negociaciones, o como ZP y un técnico del AVE ante el templo expiatorio de la Sagrada Familia. Albert puede aportar el fragor de la juventud impetuosa y galante, es un hombre atlético y dinámico, y Rosa el grado, la sabiduría, el savoir faire de la contrastada experiencia y formar ambos un tándem idóneo para un fecundo acoplamiento político. Concedamos que se han cometido errores a la hora de abordar la deseable entente cordiale entre C’s y UPD, que algunos anuncios apresurados han podido dificultar el acercamiento, que los caracteres personales ocasionen rechazo, enojo o desconfianza entre partes, que existan planteamientos discrepantes o que sea complicado armonizar ambiciones encontradizas… pero todo eso debe ser superado, omitido y supeditado al interés superior de la causa no nacionalista con un telón de fondo de polarización electoral reñidísima, puñal en ristre, entre PSOE y PP. En otras circunstancias lo antedicho podría razonablemente demorar un acuerdo o incluso dejarlo en vía muerta para los restos, pero hoy, y con lo que nos jugamos, no deja de ser una minucia, una pamema irrelevante. No cuela. Por expresarlo de un modo gráfico y vehemente, todas esas desavenencias y esas antipatías a Tolerancio, como en su día la idea de España a don Fernando Savater, LE SUDAN LOS COJONES. ¿A qué estamos jugando? A Tolerancio no le cae bien el vecino del 4º, que es un egoísta y un gilipollas de campeonato, pero le da los buenos días si se topa con él en la escalera de la finca. A usted le remueve las tripas un compañero de trabajo quisquilloso y lameculos, pero no por ello deja de asistir a sus quehaceres diarios y cumple con su cometido profesional aunque coincida en la oficina con el despreciable elemento. Y como éstos dos, acaso torpes e inapropiados, cientos de ejemplos más, para todos los gustos y paladares… ¿Que no conectan Rosa y Albert? ¿Qué no hay empatía? ¿No se ajuntan porque Juanito no invitó a Juanita a su fiesta de cumple?... Por favor, C’s y UPyD, o viceversa: No me toquéis lo que me sudaba al final del párrafo anterior. * Hablando de colectas, Tolerancio se ve en la desagradable obligación de comunicar que todavía no ha recibido una sola imposición bancaria a su favor para proceder a un holgado retiro espiritual a la vez que provechoso para la causa del no nacionalismo conforme al plan referido en la bitácora titulada Teatro Negro. Aprovecha estas líneas para estimular la generosidad de sus posibles patrocinadores, pero advierte que, en caso de persistir la ausencia absoluta de fondos adoptará en adelante un tono muy distinto. Gracias. |
sábado, 24 de noviembre de 2007
Albert y Rosa/ Rosa y Albert
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