martes, 8 de julio de 2008

Montilla y el mamporrero de Benidorm


Hace unos meses el huevón de Tolerancio, rascándose la barriga, zappeando desde el sofá tras una dura jornada laboral, vio por la tele, a altas horas de la madrugada, un reportaje sobre un pintoresco personaje de la frikifauna nacional llamado el mamporrero de Benidorm.

Nuestro héroe se dedica, con arreglo a su apodo, a huronear entre las tumbonas de dicha playa, al caer la noche, para auxiliar a los turistas arrebatados de pasión que pretenden trabarse en marital coyunda pero que, oh contrariedad, a causa de una abusiva ingesta de alcoholes son incapaces de atinar en la diana y abandonarse a los dulces y voluptuosos transportes del amor carnal.
El mamporrero habla ante las cámaras a cara descubierta. Confiesa tener familia, mujer, hijos, suegra y canario. Y, chocante pero cierto, se enorgullece de ofrecer tan extravagante como impagable y altruista servicio a personas perfectamente desconocidas, necesitadas empero de su provechosa ayuda.

En efecto, los reporteros graban con la cámara, dotada de visor nocturno, una de sus antológicas intervenciones. El interfecto se desliza, repta como un ofidio por la arena de la playa hasta llegar a los amantes frustrados en su lasciva intentona. Con sigilo y delicadeza, pero con pulso firme y contrastada pericia, atenaza el desorientado miembro del fornicio y lo conduce hasta la zona propicia para consumar el anhelado acoplamiento. Luego, con la satisfacción del deber cumplido, se retira discretamente para echar un pitillo, contemplar el resultado de sus gestiones y compartir a distancia los asaltos del tórrido ayuntamiento entregado a íntimas manipulaciones, pero sin codiciar mayor protagonismo y, según cuenta, desestimando a menudo tentadoras ofertas de sumarse a la verbena amatoria.

Y al punto se dijo Tolerancio… este buen hombre es la metáfora perfecta, casi una réplica exacta, del sonderkommando Montilla. Son casi colegas solo que su escenario y ámbito de actuación son distintos. Y se propuso dedicar una bitácora elogiosa y compartida a tan curioso personaje y a su alter ego de la política aborigen, pero la siempre candente actualidad le obligó a aparcar sine die el citado proyecto… hasta que nuestro idolatrado mamporrero del nacionalismo, el sonderkommando Montilla -el mismo que conduce la palpitante verga del catalanismo, salivando copiosamente en un rapto de indomable concupiscencia, hacia el orificio, ya muy lubricado, eso sí, de los votantes castellanohablantes del PSC- se ha pronunciado en términos reprobatorios sobre el manifiesto promovido recientemente por un grupo de intelectuales ampliamente difundido por el diario El Mundo, al que se han sumado, nos dicen, otros medios de comunicación. Y al zote de Tolerancio se le encendió una lucecita, complaciéndole, modestia aparte, el título de la bitácora que tiene, a su juicio, ciertas resonancias literarias: Montilla y el mamporrero de Benidorm… ¿A que suena a cuento de los hermanos Grimm en procaz, salaz y soez versión para adultos?

Dice Montilla, en ese catalán académico que es una delicia para los sentidos, que dicho manifiesto, además de la cansina y consabida cantinela de la catalanofobia, es un ataque a nuestra lengua y a la convivencia pacífica entre los catalanes. Ya sabemos el resto, tsunami por aquí, quiebra social por allá… un cataclismo, en definitiva, de imprevisibles consecuencias. El mundo pende de un hilo, eso parece, si Pepito Carrizosa, de 8 años de edad, comete la fechoría, el crimen inmundo, de recitar en clase la tabla de multiplicar del 5… ¡¡¡En español!!!

Llegados a esta sazón y punto no le dejan a Tolerancio otro remedio que repensar el concepto convivencia. ¿A qué se referirá el mamporrero de Iznajar-Cornellá cuando la expresión convivencia le cae de la boca cual un goterón de babas?... convivencia, convivencia, convivencia, que recuerda el soma, soma, soma de los laboriosos epsilones de Un mundo feliz.
La convivencia implica aceptación y respeto mutuos. Dotarse de un sistema normativo que salvaguarde los derechos de todos, los mismos derechos y la igualdad efectiva, no solo nominal, ante la ley. Nada de derechos distintos conectados a criterios de índole varia, territorial, racial o de otro tipo. De lo contrario, cuando se consagra la asimetría… ¿Qué clase de convivencia de pacotilla es ésa? Si Menganito Peris i Masfurroll -o José Montilla- tienen derecho a escolarizar a sus hijos en su lengua materna, el catalán, si es esa su voluntad, Carmelo Rupérez ha de tener exactamente el mismo derecho, si su lengua materna es el español, debiendo ser dicho derecho tutelado, protegido y su ejercicio facilitado por las administraciones. Y punto. Lo pude entender cualquiera… cualquiera que no sea un tonto de baba irrecuperable.
O eso o estamos ante una convivencia ficticia, basada en una injusticia clamorosa, supeditada a una vulneración de derechos, que es lo que sucede en la actualidad con el beneplácito, cómo no, del gobierno ZP, y antes del PP. Actitud complaciente de los sucesivos gobiernos centrales que es uno de los hilos conductores, comunes, durante décadas, de las continuistas y calamitosas políticas de Estado, Estado con E mayúscula, con E de Estropicio.

En el sueño social sin estridencias del sonderkommando Montilla la convivencia no pasa por aspirar a ejercer legítimamente un derecho fundamental, menoscabado en el ámbito escolar -entre otros-… fundamental otrosí para garantizar el futuro académico y profesional de las generaciones venideras, sino por renunciar a dicho derecho para que algunos, sus tutores nacionalistas, no agarren un berrinche de aquí te espero. La convivencia amontillada consiste en que si a usted le meten un dedo en el ojo, se calla y no protesta, porque si lo hace causará un grave conflicto. Es, no obstante, un modelo de convivencia sobradamente conocido y documentado en épocas pasadas. Por ejemplo, le decían los terratenientes a los esclavos negros más díscolos y levantiscos en las plantaciones de algodón: si no estás a gusto, mejor te callas, no sea que tus quejas me rompan la convivencia pacífica en el latifundio. Así que ajo y agua o llevas una buena tanda de azotes.
Por supuesto que media un abismo entre una situación y otra, pero también es cierto que habiendo sido superadas en Occidente las discriminaciones más flagrantes por razón de raza o condición sexual, en algunos lugares, en cambio, la discriminación por motivos lingüísticos goza de un amplio predicamento y es respaldada sobre todo por personas que se dicen y se tienen por progresistas, por insobornables paladines contra todo tipo de discriminación. Y, además, como negritos buenos a lo tío Tom, que nunca faltan… son multitud los discriminados que aceptan su situación con alegría y contento y se convierten, abducidos por el colaboracionismo, en voluntariosos propagandistas del sistema, siguiendo a rajatabla la pauta marcada por eximios sonderkommando como el finado Paco Candel, el dicharachero Pepe Rubianes, Justo Molinero, el palanganero de las ondas, Julia Otero o el mismísimo Pepe Montilla.

También dice el mamporrero, no de Benidorm, a quien hemos dejado agazapado entre tumbonas como a un emboscado samaritano del metisaca, sino el del palacio de Sant Jaumeque si pretendo escolarizar a mis hijos en español, ataco a Cataluña. Cuesta mucho trabajo creer que Cataluña se sienta atacada por algo así, que es de puro sentido común y en el fondo una minucia… -como nadie que no esté loco de atar sostendrá que Escocia es atacada porque los escoceses, hablen o no el gaélico montañés de las Highlands, den por bueno y necesario escolarizar a sus hijos en inglés, lengua la mar de atractiva, por otra parte, a causa de su óptima salud-… y si así fuera, qué poco aguante tendría esa Cataluña amontillada, la Cataluña de la poca broma, palabras textuales, con según qué cosas de su reciente declaración parlamentaria, advertencia que es antesala de la amenaza y que cobra el aire de un rígido tabú tribal, siendo su desobediencia castigada con el empalamiento. Uuuyyy, menudo ataque… más mortífero que el de una escuadrilla de bombarderos B-52. Como si Cataluña padeciera una extraña dolencia en la osamenta, frágil como un quebradizo cristal, y fuera a hacerse añicos al menor traspié y por eso estuviera condenada a vivir aislada para los restos en una cámara acorazada. Estudiar en español los afluentes del Ebro, trasvasado o no, tiene, según el lacayuno Montilla, más peligro que, por ejemplo, una huelga general indefinida. ¡¡¡Qué miedo!!!

En todo caso me asiste ese derecho, como el de rotular en español mi comercio de tapones de gaseosa a presión sin que por ello me multen Montilla y sus agentes de la Gestapo lingüística de los cojones… y si el irrenunciable ejercicio de esos derechos son un ataque para alguien, que ese alguien, si le pica, se rasque o se joda. Cierto que, de momento, el multado y jodido soy yo.
En pocas palabras, y hablando en román paladín, ese tan cacareado modelo de convivencia es una birria del quince, no es satisfactorio para ciudadanos libres, acaso sí para los anestesiados… por lo que habremos de proponer y sentar las bases de un nuevo y distinto modelo de convivencia, aunque se traduzca, temporalmente, en tensiones y desajustes. Lo que no vale es que a uno le digan que llueve cuando le están orinando encima y que además cierre el pico, pues de lo contrario genera crispación. Ya no cuela ese trágala.

Por lo expuesto anteriormente Tolerancio sugiere a Montilla que se meta por donde le quepa su modelo de convivencia… y si no puede completar la operación, no tiene más que contactar a su cofrade, el mamporrero de Benidorm, para que le ayude sabiamente, con el concurso de sus habilidosas manos y de alguna sustancia emoliente, a ampliar el diámetro del orificio de entrada y embutirse tan ricamente, con tiento y suavidad, pero con pulso firme y sostenido, su bonita convivencia del carajo de la vela.




1 comentario:

Reinhard dijo...

Muy bien traída, Don Tolerancio, la comparación entre el mamporrero playero y el ágrafo cordobés. Poco, o nada, puede añadirse. Por cierto, y hablando de parecidos, ¿ ha reparado usted en el parecido, notabilísimo, entre Pepito Montilla y el nazi de "En busca del arca perdida"?