El pasado jueves 2 de julio el diario El Mundo publicó en portada dos fotos de Mas y Montilla que ilustran el acuerdo firmado por PSC-CiU para aprobar la LEC en el parlamento regional de Cataluña. No pudo andar más avispado y certero el reportero gráfico de ese medio. Las imágenes son muy elocuentes, tanto que no precisan texto explicativo… aunque nosotros lo daremos.
Foto 1.- Vemos, diríjase a la hemeroteca quien desee refrescar la memoria, a Artur Mas en primer plano indicando un punto en el suelo como quien señala a un empleado doméstico una mancha que debe limpiar con premura.
Al fondo, en el margen derecho de la fotografía, Montilla encamina sus pasos hacia Artur Mas. La imagen es suficientemente nítida para advertir que Montilla sonríe y que su expresión y sus movimientos denotan afán por salvar apresuradamente la distancia que separa a ambos. Acude con buena disposición, poco menos que meneando el rabo como ese chucho amaestrado, babeante, al que citamos mostrando la golosina que recompensará su fidelidad.
Foto 2.- Asistimos a una escena parecida, ligeramente modificada. Mas continúa en su sitio, impasible el ademán. Su dedo índice apunta en la misma dirección, pero ahora ya sabemos que no señala un objeto a recoger, sino que muestra un lugar… el lugar que Montilla debe ocupar disciplinadamente.
A todo esto Montilla ha reducido la distancia que le separaba de Artur Mas como en uno de esos ejercicios prácticos para aprender conceptos elementales del tipo lejos-cerca que todos vimos, cuando niños, en los capítulos de aquella inolvidable serie de TV, Barrio Sésamo, con Triqui, el monstruo de las galletas, Coco el Pupas y Epi y Blas.
Eso que señala Mas es, pues, el punto exacto que ha reservado a Montilla en la escenificación del pacto. Mas maneja la batuta, Montilla obedece. Sincronía perfecta y circense. No podemos dejar de pensar en ese domador de focas que insta a sus bigotudas pupilas a ejecutar meritorios malabarismos con una pelota de playa rotando sobre sus hocicos a cambio de un arenque.
Montilla sonríe agradecido, derretido, hecho un charco de babas, como esa persona del común que idolatra a un personaje famoso que tiene la deferencia de fijar la mirada en su admirador durante una fracción de segundo… de tal suerte que este último, arrobado casi por una balsámica sensación entre mística y levitatoria, piensa: Sabe que existo. He formado parte de sus impresiones sensoriales. Ya no soy a sus ojos una ameba insignificante.
La LEC es esa ley que supone la consumación de la separación de España en el ámbito educativo. Es esa ley que impide la escolarización en la lengua oficial de la nación en una región española. Es esa ley aplaudida por el gobierno de ZP y, lo sepan o no, por los votantes del PSOE… votantes que llegado el caso, un hipotético traslado a Cataluña por motivos profesionales o familiares, comprobarán in situ, fehacientemente, que no podrán escolarizar a sus hijos en español… -no lo sabíamos, nadie nos advirtió… como en la tele dicen siempre que exageran con estas cosas, que los fachas usan la lengua y la catalanofobia para crispar y dividir, que España no se rompe y que está más cohesionada que nunca-… pero que, en cambio, se beneficiarán del exclusivísimo privilegio de ver a sus hijos sometidos a la inmersión monolingüe en catalán, tan a propósito para su formación académica… privilegio reservado, decimos, a unos 7 u 8 millones de personas de entre los 7.000 millones que habitan el planeta, es decir, un 0’1% aproximadamente de la población mundial... una casta selecta.
Bien entendido que la LEC no es un atropello solamente por esa circunstancia, pues supone además la instauración de derechos civiles y políticos diferenciados, creando ciudadanos de primera y de segunda al establecer que la lengua materna de algunos, siendo oficial… -de la mitad de los catalanes para ser más precisos-… no es apta para la docencia ni para los rótulos comerciales, ni para los medios audiovisuales de titularidad pública, por ejemplo… aunque sí lo es, de momento, para ejercer la prostitución, fregotear retretes o pedir caridad. Quien no se consuela es porque no quiere.
Pero nos hurtaron una foto. La tercera. Esa secuencia fotográfica requería una más, una foto que culminara la narración del díptico dibujado por las dos anteriores. Tolerancio propone… -es un juego inocuo-… tres posibilidades para poner broche de oro al sensacional documento gráfico que es la portada del diario El Mundo del 02/07/09. ¿Cuál de estas opciones sería la más apropiada para componer una terna y cerrar plaza?:
a.- Mas y Montilla, con sombreros de canotié y sendos bastones, interpretan la mar de conjuntados una coreografía cual si fueran clones de Maurice Chevalier. Cantan una trivial cancioncilla como ésta:
No os dejaremos escolarizar a vuestros hijos, sobrinos o nietos en español ni de broma, hatajo de cabrones, duduá/
Nos entregaréis sin rechistar a vuestros peques y les hincharemos la cara a hostias si hablan español, incluso en el patio, duduá/
Y no diréis nada porque no tenéis ni dignidad, ni huevos, ni pilila, y os la jugaremos, además, con el dinero de vuestras retenciones e impuestos, au-au-marramiau/
Más aún… nos pediréis que les aticemos más fuerte mientras no os exijamos a vosotros hablarlo en el trabajo o en la cafetería, aki-aki-akikikí/
…Mientras jodan a mis hijos y a mí me dejen tranquilo y echen el Barça-Madrí por la tele… yo tan pichi… eso diréis… duduá.
En un solo de elevado contenido lírico Montilla añadirá este ocurrente estribillo:
Si mi madre o mi abuela… -si viven las pobres-… abrieran una mercería en Cornellá, las multaría sin vacilar por rotular su tenducho de mierda en el puto idioma español, bimbó, bimbó/
b.- Montilla sacude la cabeza ante Mas como Piqué ante Bush demostrando la flexibilidad envidiable y las prestaciones de su esternocleidomastoideo, características que serán de gran provecho para la opción siguiente.
c.- Mas permanece de pie, no así Montilla que, en esa supuesta foto, se hincaría de rodillas ante el primero para prodigarle una sofisticada caricia, que en Italia atribuyen a las muchachas boloñesas y en el resto del mundo a las damiselas de la Francia. Montilla dislocaría su cuello como hace la cobra real de la India para intimidar a sus presas. Montilla movería, además, el gaznate con la cadencia y plasticidad de un pato que saca manzanas de un tonel, pizca más o menos como el irreverente Brüno, Sacha Baron Cohen, obsequioso ante el fantasma de Mili Vanili. Nuestro sonderkommando predilecto no puede permitir... es esa conmovedora e inquebrantable lealtad del fámulo vocacional... que Mas regrese a su casa sin un alivio.
Si votan la opción C coincidirán con la favorita de Tolerancio. Dicha opción cuenta con la ventaja nada desdeñable de la polivalencia. Pues con otros protagonistas, Puigcercós de pie y Zapatero de rodillas, y junto a Zapatero o en su lugar, quieran que no, todos los votantes del PSOE, e idéntica escenografía, sirve para ilustrar el acuerdo bilateral… -ya saben, entre dos partes, una parte que manda y otra que obedece con la cabeza gacha-… alcanzado a ultimísima hora en materia de financiación autonómica.
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