lunes, 22 de octubre de 2007

70 años de franquismo


Aunque no ha trascendido a la prensa el ministrín de cultura del gobierno tripartito dio en realidad dos razones para justificar el despido de la periodista Cristina Peri Rossi por hablar en castellano en los micrófonos de la radio del régimen:

-una, de todos conocida, que la medida estaba justificada por la persecución a la que el franquismo (período histórico comprendido entre 1939/1975 -estamos hoy, lo recordamos, en el 2007, luego de tres décadas de total hegemonía nacionalista-) sometió a la cultura catalana,

-y otra, el martirio de santa Ludmila, princesa bohemia de la dinastía premislita, de rito ortodoxo, a manos de su nuera Dragomira, a finales del siglo IX, que la mandó ahorcar, la muy arpía, con su propio velo.

Y se preguntarán con toda la razón del mundo: ¿Qué diantre tiene que ver ese lejano y trágico episodio palatino y martirial de la Europa central con el despido de Peri Rossi? Nada. Absolutamente nada, como la burda, torpe, cansina, recurrente y, permitan la expresión, agilipollada excusa del franquismo argüida por el tripartítico mandatario al inicio de esta bitácora.

Siempre tienen a mano el espantajo del franquismo para justificar cualquier cosa. Claro que la fosilizada persecución franquista, como referencia histórica para avalar la bondad supuesta de las reivindicaciones nacionalistas posteriores, lo que es harto discutible, era la misma persecución unos meses o unos años atrás y no se entiende que no se haya echado mano antes de ese absurdo y obtuso penseque para despedir a la periodista corruptora de oídos por culpa del emponzoñado y maligno idioma que emplea ante los micrófonos, difundiendo sus perniciosas influencias fonéticas y sintácticas a través de las ondas. Cierto que Tolerancio ignora la antigüedad en la casa, la CCRTV, de la señora Peri Rossi, pues nunca le ha interesado su trayectoria profesional. En cierta ocasión leyó un artículo de la citada periodista en el diario El Mundo y nada predispuesto al sufrimiento innecesario, concluyó que con uno tenía suficiente. Pues más que el nacionalismo en sí y sus agentes naturales, a Tolerancio le enoja, le irrita, la decidida y voluntariosa asunción de la mamporrería como modo de vida de la tropa auxiliar, lo que podríamos llamar el nacionalismo cipayo ejercido muy a gusto por sus palanganeros o sonderkommando al estilo Montilla, Justo Molinero, Pepe Rubianes, el finado Paco Candel, entre otros muchos, o la misma señora Peri Rossi.

Su despido certifica de manera irrefutable que Roma no paga… a ya sabemos quiénes, no suelta un sestercio, por muchos y buenos que sean los servicios prestados a la causa a lo largo de una dilatada y esbirrial trayectoria. Con todo, la señora Peri Rossi tiene las de ganar si acude al Juzgado de lo Social para interponer una demanda por despido improcedente, pues la referencia al franquismo no tiene mucha pinta de prosperar a guisa de motivo objetivo de rescisión de contrato, salvo que el juez fuera muy de la claca tribal o los agentes del régimen amenazaran sutilmente a Su Señoría, llegado el caso, con difundir unas imágenes suyas captadas al azar hurgándose la nariz en plena calle, que todo es posible…

Jamás la periodista uruguaya afincada en Cataluña habría sospechado que la empresa le daría pasaporte alegando las hipotéticas y fantasmagóricas secuelas del franquismo. Este incidente demuestra, si a alguien le quedaba alguna duda, que el régimen catalanista sigue la senda trazada sin separarse un ápice de la hoja de ruta y se sacude de encima sin el menor escrúpulo los hierbajos bordes y resecos que retrasan su marcha, una vez que los ha usado en su provecho y exprimido a conciencia. El nacionalismo catalán, basado en la coerción monolingüista como una de sus piedras angulares, puede tolerar instrumentalmente otros acentos por una temporada, aún con mensaje concordante, pero ésa -por la lógica interna de la dinámica nacionalista, coherente y fijamente arrumbada- no es más que una fase transitoria y ya superada cuando es evidente que el proceso secesionista ha sido introducido en un circuito de aceleración de partículas.

2 comentarios:

Reinhard dijo...

¿ Qué me dice usted, Tolerancio? ¿Pasó a mejor vida Paco Candel? Nadie somos.
¿ Sabe usted cuál fue el destino final del Sonderkommando? Otro día se lo cuento.
Saludos.

Reinhard dijo...

El Sonderkommando se fue por el sumidero de la Historia, sin que nadie le agradeciera los servicios prestados.