No, el título de esta bitácora no reproduce el nombre figurado del protagonista de una chiflada película de karatekas made in Hong-Kong interpretada por Jacky Chan. España juega en la Champions League de la economía mundial. Lo ha dicho el presidente del gobierno. Crecemos más que nadie. Estamos a salvo de las fluctuaciones bursátiles y de la debacle de la subida de los tipos de interés que repercuten, y de qué manera, en el lío mayúsculo de los préstamos hipotecarios y de otras mil y variadas incidencias que amargan la existencia al sufrido contribuyente, recompensado eso sí con la prestación de unos servicios públicos que son la envidia de medio mundo.
El tren, no de cercanías, sino de la economía va a toda máquina. Nos sobra parné para dar viviendas a un precio irrisorio y a tutiplén (en Andalucía a quienes acrediten ingresos inferiores a 3.000 € mensuales -que es el 90% de los residentes en esa realidad nacional así definida en parte gracias al respaldo del PP a la reforma estatutaria), para procurar atención odontológica gratuita a los niños de entre 7 y 15 años -aunque lo deseable habría sido que la medida se extendiera a los niños de hasta 90 años, más necesitados probablemente de esa atención-, para ayudar a una natalidad activa con una mollar gratificación de 2.500 €, cheque-bebé, por recién nacido a partir del 04 de julio de 2.007, quedando excluidos los nacidos el 03 o el 02 de dicho mes, sin saber uno el por qué de esa chocante exactitud cronológica, o para inducir a los terroristas a dejar las armas, cheque-bomba, a cambio de una pensión casi vitalicia de 1.500 € al mes por catorce pagas anuales, incluidos las extraordinarias por disfrute vacacional.
Todo va de fábula que es un despiporre. E incluso el AVE llegará a la estación de Sants el 21 de diciembre a las 09h 27’ am. Cierto que en el mes de agosto se ha registrado un desacostumbrado incremento del paro, repunte -una cosa baladí, estacional, pura anécdota sin importancia, nos dicen- que sitúa la cifra de desempleados en más de dos millones, sobre todo procedentes de la construcción, por el bajón que ya se ha detectado en el hasta hace poco febril ramo del ladrillo y en el sector servicios por el anómalo verano -dichoso cambio climático- que ha perjudicado a la actividad y ocupación turísticas.
Pero son pocos los que han de apretarse el cinturón, sostiene la señora Carme Chacón, ministra de Vivienda. Lo dijo a cuento de las alarmantes noticias financieras, crediticias e hipotecarias, que han dado en llamar turbulencias, que llegan de otros países y que pasarán de largo, nos aseguran, sin afectarnos en absoluto. Jijíjajá, los prebostes de la Gran Banca sonríen y departen con el presidente tomando una tacita humeante de chocolate deshecho. Confianza que contrasta con el índice en aumento de impagados, morosos, hipotecas revisadas y el creciente volumen de negocios de algunas agencias prestamistas menos escrupulosas a la hora de solicitar avales al cliente que las entidades bancarias al uso. Por supuesto que nadie en su sano juicio puede tomarse en serio las palabras de la señora Chacón, tratándose de una trola más, pero se la pasaremos por su cara bonita. Total, entre tanta chorrada, una más no se nota. Claro que la reacción que provocan las declaraciones de la agraciada ministra a aquellas personas que van con el agua al cuello y que hacen auténticos malabarismos para llegar a fin de mes, seguro que es muy distinta. La señora Chacón habría hecho un buen tándem junto a un ministro que lo fue del PP llamado Álvarez Cascos que sostuvo en su día, imbuido de una preclara sapiencia económica, que los pisos no serían tan caros -por entonces el precio de la vivienda experimentó un incremento desorbitado- cuando la gente los compraba.
Uno puede entender que la pronunciación del presidente no sea del todo ortodoxa, champion-li, pero de este modo no desentona junto a la dicción de todo un rétor, un tribuno, un declamatorio actor de dramas shakespearianos como es su segundo y fiel escudero, don José Blanco, esto es ina-ce-table, solo que el símil es una chamuchina, una bobada insustancial, mínima, torpona, impropia de un presidente siquiera de una comunidad de vecinos, ni del apacible pueblo de Villanosabemosqué de Oscos, tres habitantes censados más el presidente y su séquito, donde ZP veraneó y durmió por las noches tan ricamente, tapándose con una colchita y todo pues refrescaba de lo lindo: una auténtica delicia estival.
En esto ha quedado la política social de este gobierno. Nada de audaces reformas, de planes a medio plazo, de un sistema razonado e implementado con medidas presupuestarias. Todo promesas, bagatelas, obsequios, dádivas, más o menos limosneras o boyantes, con un tufo electoralista que tira de espaldas, y algunas ni siquiera son del agrado del ministro de Hacienda*. Pero esto es lo que hay, y que habrá por mucho tiempo si no lo remediamos. Pues… ¿Qué podremos esperar de un país que consiente que sus bachilleres pasen de curso con 4 asignaturas suspendidas, deteriorándose de un modo seguro la calidad y la exigencia en la enseñanza y amoldando las venideras generaciones a la acomodaticia mentalidad subvencionada del gratis total y del aborregado conformismo a los dictados de la ideología dominante?
Pero a ese hombre le pasa algo, y no se trata sólo de la desafortunada comparación balompédica. Miren su cara, sus muecas, sus gestos. No es que sea inocente, como decían algunos y ya nadie cree, ni perverso como advierten otros, ni rematadamente idiota como nos inclinamos a pensar muchos sin excluir esta tercera posibilidad una mezcla, una participación elevada de la opción anterior. Ese hombre tiene cara de espanto. Ese hombre está enfermo. Toma algo, no sabemos qué, pero es algo potente. Nos jugamos el bigote a que da positivo en el control anti-dopping. Sí, oyeron bien… champion-li.
* Acaba de salir del horno la última promesa del gobierno ZP, vía ministra Chacón, para subvencionar parcialmente -a jóvenes de entre 20 y 30 años con ingresos inferiores a 22.000 € anuales- el alquiler de viviendas.
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