lunes, 12 de marzo de 2007

El idioma maligno

Es fama que años atrás un diputado del PP catalán, Julio Ariza, habló por última vez en castellano en el parlamento autonómico. Ya ha llovido desde entonces, no mucho, por causa de la pertinaz sequía. En fecha reciente lo han hecho de nuevo los diputados de Ciutadans-Partido de la Ciudadanía.
Cuentan que en aquella sesión, entre el público invitado, estaban los alumnos de una escuela de primaria y que el tutor, alarmado por el idioma que utilizó el diputado popular en su parlamento, le interrumpió vociferante espetando un Si us plau, que hi ha nens! para que depusiera no armas, sino idioma. Y llevado de su celo profiláctico, tapó con sus adultas manos los pabellones auditivos de la criatura más próxima y desvalida para preservarla de la contaminante acústica de ese idioma al parecer maligno.

-Con fecha 02/11/06 el diario El Mundo publicó que la TV local de Palma de Mallorca, controlada por el PP, emitió un anuncio institucional para concienciar a los vecinos de la necesidad de reciclar basuras depositándolas en los contenedores distribuidos a tal fin. Dicho anuncio confrontaba la responsabilidad de unos con la dejadez y pereza de otros. Los incívicos, lerdos y sucios eran todos castellanohablantes, en tanto que los mallorquines de habla catalana cumplían a rajatabla las recomendaciones municipales.
-También hemos sabido que en Vigo se representa una función de teatro infantil subvencionada por el consistorio donde los malos de la trama hablan en castellano para enfatizar la diferencia entre éstos y los buenos que se dirigen a su párvulo auditorio en gallego. Episodio que recuerda aquel otro sucedido años atrás en unas colonias escolares donde los niños que entre sí no hablaban vascuence eran castigados acarreando piedras en su mochila, cuales sísifos impúberes de Baracaldo o Amorebieta.

En algunas tribus del continente africano, dato documentado por el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss -galardonado por la Generalidad de Cataluña- y recogido en su obra Estructuras elementales del parentesco, las mujeres están obligadas a hablar entre ellas por medio de un argot o criptolecto desconocido del resto de la comunidad. El idioma normativo está tabuado para determinados colectivos en determinadas circunstancias.

Para algunos entendimientos humanos repartidos por el ecumene de las culturas, el hombre no es lo que dice, o no es sólo lo que dice, sino cómo lo dice… en qué idioma lo dice. En ese sentido el nacionalismo es una regresión identitaria que desplaza la focalidad de la existencia del individuo al grupo. Una regresión, por cierto, la mar de económica, pues tabula a todos los individuos en función, por ejemplo, del RH o del habla. De tal suerte que un idioma dañino, maligno, denota la perversión esencial de sus hablantes. Malas y ruines personas que hablan sucias jerigonzas. Estos parias son ubicados en el limbo, en la ambigüedad fronteriza y limítrofe, sino de la humanidad misma, sí de la existencia social plena. Entre ser y nada. Abocados siempre a la marginalidad por culpa del pecado idiomático original.

Son su propio idioma y cuando el idioma es un baldón, una mancha, de algún modo… sobran.

1 comentario:

miguel angel dijo...

Ahondando en el infierno paradisiaco que se intenta crear ante un problema idiomático que los políticos han creado para desviar la atención de los verdaderos problemas como llegar a final de mes con 600 euros de sueldo, y salvando la contradicción de los términos usados paso a hacer valoracició de la inquietud existencial que me atañe.
Siendo mi intención ser bueno dudo en ser malo y hablar Castellano, aunque ello me permite que mis congéneres catalanes, entre los que vivo en la bella ciudad de Barcelona, entiendan correctamente mis aportes limitados y mícroscópicos al conocimiento humano.
Claro que siendo bueno me ganaría el cielo y para ello dudo si hablar Catalan y no saber expresarme correctamente y crear duda entre mis interlocutores o hacerlo en Gallego, lo cual en Cataluña resultaría absaurdo por sí mismo.
En fin que mi valoración personal me lleva a un razonamiento que puede ser discutible pero es veraz; puedo ser bueno o malo por expresarme en una lengua u otra, pero no seré ESTÚPIDO hablando de forma que mis congéneres no puedan entender mis razonamientos y mis ideas.