jueves, 28 de junio de 2007

PSOE e hispanomitosis leonesa


Con el PSOE de ZP -¿O será con el PSOE en general, pues no hay más PSOE que el de ZP?- toda la variopinta trouppe anti-española está de enhorabuena. Da igual su procedencia geográfica o el lugar que ocupen en el espectro ideológico: partidos, partidillos y partidículos se suben a la chepa del PSOE a modo de acorazado portaeronaves y desde cubierta apuntan su artillería para demoler la unidad y cohesión nacionales, garantía única y cada vez más devaluada del irrenunciable principio de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

En determinadas regiones el PSOE pacta o se alía con partidos que promueven la secesión de una parte del territorio. En Cataluña con PSC, ERC e ICV. En Galicia con el BNG, ya saben, be-ene-ge, por si hay dudas fonéticas. En el ayuntamiento de Palma de Mallorca y en el gobierno insular, entre otros muchos, hasta media docena, con UM de Antonia Munar, con quien habría pactado también muy de su grado el PP de Jaume Matas, ahora dimitido. Que es lo que pasa cuando uno le besa el trasero al nacionalismo… que no hay pasta dentífrica que lo arregle, jijijí… (que tome nota Albertito Fdez, el del voto inútil a C’s).
En otras regiones pacta alcaldías, y quizá algo más, con Nafarroa-Bai -una coalición de partidos vasquistas cuyo nombre significa, curiosamente, Navarra Sí, cuando lo razonable sería que se llamara Nafarroa-Ez, esto es, Navarra No-, formación que procura también la segregación territorial previa anexión de Navarra al País Vasco para configurar la Gran Euskalherría soñada por las tramas abertzales.

Habrá más casos, pues amplia es la casuística de la deserción múltiple del PSOE del ámbito constitucionalista. Pero llamativo es, como si no lloviera ya bastante, que el candidato del PSOE a la alcaldía de León, que ostentará la vara consistorial gracias al apoyo de los concejales de una formación leonesa localista, haya anunciado que trabajará por hacer de León una comunidad autónoma uniprovincial.
Y no le faltarán al nuevo burgomaestre argumentos historicistas groseramente cocinados siguiendo a pies juntillas la receta indigesta de los suevos escalfados auspiciada por los arrebatados bardos soplagaitas del BNG… estrategia obediente a los principios culinarios y gastronómicos del constructivismo micronacional. Y sacará a pasear las momias corruptas y pestilentes, pongamos por caso, de Fernán González, de doña Urraca, de Alfonso IX y doña Berenguela o de Volturio Viridio Pictrión, un entre legendario y fantasmagórico caudillo de la Celtiberia pelendona que rendía culto in illo tempore al dios equino Mandicae o de cualquier otro cachivache o morralla mitofolclórica que un erudito a sueldo, supuestamente especializado en la nebulosa antigüedad, le plante en la mesa del despacho. Aquí todo vale. Cualquier mamarrachada o engendro híbrido de vestigio lítico y componenda toponímica, aún traída a contrapelo, justifica todo ilegítimo intento de apuntalar una entidad política de nuevo cuño.

Es este sin duda el más extravagante caso -quizá no el más grave pues no exuda la sangre derramada del bombazo destripador o del tiro en la nuca- de lo que llamaremos en adelante la mitosis hispánica, una suerte de división sucesiva del núcleo celular… de secesión implosiva y en cadena, hacia dentro. La separación por la separación. Hoy toca León, sin Castilla. Mañana, cualquiera sabe. La separación por puro vicio. Cantonalismo siglo XXI. ¿Cuándo despertaremos de esta pesadilla?

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