martes, 26 de junio de 2007

Selectividad: la B con la A, BA


Recientemente se han celebrado las pruebas de selectividad. Aún no han salido las notas pero es previsible, con arreglo a ejercicios anteriores, que apruebe entre un 85 y un 90% de los examinandos. ¿Quiere ello decir que, a pesar del tantas veces execrado fracaso escolar, el nivel de aprobados es muy elevado porque la preparación académica de los adolescentes es notable? Nada de eso. Que nadie se llame a engaño, no es más que una treta. Aprueba la mayoría porque la exigencia es mínima.

Puesto que nadie suspende, ni repite curso, casi todo el mundo pasa el corte. No tendría sentido dar carta blanca al estudiante durante su etapa de bachiller, jijijajá, para llegar al lance supremo de la selectividad y plantarle delante un examen complicado y darle una estocada de muerte. La selectividad, pues, se cobra muy pocas víctimas.
Lo mismo sucedería, pensamos, si los estudiantes se hubieran fajado en mil problemas y desafíos durante la ESO, pues aquellos que la sobrevivieran y optaran a cursar estudios universitarios pasarían la criba, sudando tinta y con un bagaje cultural más sólido, pero la pasarían y en una proporción similar. Sólo que en lugar de acudir en junio, de primeras, pongamos por caso, doscientos mil, lo haría la mitad aproximadamente. Es una cifra meramente orientativa.

De entre todas las asignaturas, la más sencilla, birriosa o devaluada ha sido, cómo no, la de lengua española. Las preguntas eran sonrojantes, del tipo: ¿De qué color era el caballo blanco de Santiago? Y otras de parecido tenor. Los chicos salían dando botes de alegría: ¡Qué fácil era… he contestado fucsia! ¡Seguro que apruebo y con nota! La finalidad de la triquiñuela es obvia. La Generalitat, a través de su Consejería de Educación, tendrá una excusa perfecta para decir que, contrariamente a lo que sostienen esos inadaptados sociales del bilingüismo, el nivel de conocimiento de lengua española de los estudiantes catalanes es similar al de otras comunidades y por lo tanto sus quejas carecen de fundamento. Que la política de inmersión lingüística en nada perjudica el dominio académico de la lengua española entre el alumnado catalán. Al contrario, concluirán, que dicha política es aún insuficiente y hay que reforzarla pues las notas de los chicos y su nivel de competencia en lengua española es superior al de lengua catalana.
De cajones… ¿Cómo vamos a comparar un capcioso examen a base de pronoms febles con preguntas del tipo qué es la gastronomía?... Con tres respuestas posibles, formato test, para contestarla: -a) una especie de gasterópodo que toca la bandurria, -b) un terrorista islámico, o -c) un sustantivo relacionado con las artes culinarias.

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